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El secreto de Martita. 4 (Final)

Si te perdiste los capitulos anteriores, acá te dejo los links:

http://www.poringa.net/posts/relatos/3618252/El-secreto-de-Martita-1-Corregido.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/3620130/El-secreto-de-Martita-2-Corregido.html

http://www.poringa.net/posts/relatos/3622532/El-secreto-de-Martita-3-Corregido.html

Llegado el día, Martita se presentó con su certificado en mano. Era una muy lujosa mansión en el barrio de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires, muchas habitaciones y un gran living lleno de sillones.
Martita llegó un poco mas tarde que la hora fijada, casi todos los invitados estaban ya, charlando distendidamente, tomando tragos servidos por un barman en una barra en un rincón del living.
Los ojos de todos se posaron en la figura distinguida de aquella rubia con cara de angel que acababa de entrar.
Franco la acompaño hacia la barra para invitarla con un trago y despues le fue presentando a todos los concurrentes.
Una vez terminada las presentaciones se dirigió a toda la concurrencia.
- Queridos amigos, doy por comenzada esta hermosa fiesta! Recuerden que, como siempre, debemos respetar un par de reglas:
Un no siempre es un no.
De ahora en más nos quitamos las ropas, este es un encuentro nudista donde el sexo es bienvenido y libre pero no obligatorio. Las damas podrán, si asi lo desean, quedarse con su tanga puesta, los caballeros deberán estar totalmente desnudos.
Que se diviertan!
Martita se sacó su vestido y sus zapatos dejandolos en el guardarropas. Se quedó con su hilo dental blanco puesto, pensó que asi se vería mas sensual que totalmente desnuda.
Siguió tomando su trago y conversando con una amable pareja de veteranos, 70 y algo los dos, llegados de España de paseo por estos lados y con amigos en común con Franco, por los que llegaron a la fiesta.
Siempre frecuentaron el ambiente swinger español y ahora que Pepe, el marido, no tenía tanto vigor sexual, le gustaba traer a Antonia a disfrutar de alguna buena pija en estas fiestas.
Mientras charlaban, Marita vió como algunos ya se tocaban y algunas damas cabeceaban entre las piernas de algún caballero.
De pronto apareció en medio del living una morocha no muy alta, con un hermoso par de tetas con sus pezones oscuros, deseables para chupar. Todos la conocían, se hacía llamar Laurita aunque su nombre era otro. Tipica morocha argentina, muy amante de las pijas, venía a estas fiestas para satisfacerse a gusto. (La conocí hace un tiempo, hermosas locuras sexuales hicimos juntos. Quiero volver a verla, se que va a leer esto).
Los hombres comenzaron a rodearla y ella se lanzó a hacerse cargo de sus pijas, un hermoso espectáculo que cautivó a Martita, se imaginaba en ese lugar y su tanga comenzó a empaparse.
Franco se le acercó por detras y le preguntó:
- Te gusta?
Y ante la respuesta afirmativa de la joven le insistió:
- por que no vas a ayudarla entonces?
Martita, como imnotizada, se acercó a Laurita y empezó a chupar pijas, a acariciarlas y pajearlas con las dos manos.
- Bien rubia! - le dijo la morocha- ayudame que son muchas para mi.
De pronto sintió que le sacaban la tanga y una lengua se metía en su culo y esto la encendió.
Una pija reemplazó la lengua y de pronto ya la estaban culeando mientras seguia chupando pijas. A Laurita tambien la estaban garchando de a dos y no tardaron en ser dos los que cogian a Martita.
Los hombres pasaban e iban llenando de leche conchas, culos, bocas y tetas de las dos jovenes.
Cuando terminó el gang bang ambas jovenes estaban enchastradas de leche, Martita lamió las tetas de la morocha y no tardó en tomar la leche que brotaba de la concha de Laurita, que se sacudía en un orgasmo mientras la concurrencia aplaudia por el show.
Se fueron a bañar juntas, el enchastre era mayusculo. Martita seguía muy caliente, el contacto con la morocha bajo la ducha la encendió mas, intentó besarla. Laurita le dijo:
-Rubia todo bien pero a mi no me gustan las mujeres.... me gustan muchisimo las pijas. Ojo, no te voy a negar que tu chupada de concha me volvió loca, pero solo en un caso así lo haría... no lo tomes a mal pero hoy por hoy solo me gustan las pijas, mañana no se pero hoy es asi.
Igual prometo que si algún día cambio de idea te llamo de una! Ambas rieron y Laurita le dió un pico como premio consuelo.
Se secaron y volvieron al living.
Estaban casi todos garchando.
Algo que le llamó la atención fue ver a dos hombres corpulentos, peludos y machotes matandose entre besos y caricias, nunca había visto a dos hombres cogiendo y la escena la atrapó.
Uno bajo a chuparle la pija al otro y despues lo dio vuelta y le chupó el culo. Lo puso en 4 sobre un sillon y lo penetró. Cogieron como salvajes y Martita fue testigo en primer plano de tanta pasión desatada entre dos hombres.
Luego recordó a la simpática pareja de españoles y los buscó por la sala.
Antonia estaba siendo garchada por un morocho bastante pijón, mucho más joven que ella y Pepe miraba estasiado como disfrutaba su Antonia.
Pensó que ese hombre, tan generoso con su mujer, debía tener su recompensa y se arrodilló entre sus piernas para chuparle la pija. Pepe no podía tener una buena erección, Martita pensó que podía lograrlo con su boca, pero fue imposible. Asi que se dió vuelta y le ofreció a Pepe toda su concha para que se deleite comiendosela mientras ella siguió chupandole la pija.
Antonia vió a Pepe disfrutando en forma y se alegró mucho, su generoso marido merecia el placer de una joven como Martita.
En un momento Martita tuvo un fuerte orgasmo que bañó la cara de Pepe, este se calentó tanto por la situación que acabó en la boca de la joven, que tuvo la idea de compartir su tesoro con Antonia. Se acercó y besó a la veterana compartiendo la leche que tenía en su boca, mientras que el joven que garchaba con ella descargaba una fuerte acabada bien adentro de su concha.
- Buenooo... - dijo Martita- más leche para compartir!
Bajó a la concha de Antonia y lamió toda la leche que chorreaba, sacandole un orgasmo, leche que volvió a compartir con la veterana mientras le comía la boca.
Pepe besó a las dos y saboreó la mezcla de fluídos.
Descansaron un poco tomando unos tragos y charlando, ver una pareja mayor, tan amorosos entre ellos y tan abiertos de mente le encantó, asi queria llegar a vieja.
Pronto dos caballeros se acercaron, ambos con la pija dura y ansiosa. Martita preguntó a Antonia si se animaba con las dos y asi fue. Uno de los hombres se sentó en el sillón y Antonia lo montó clavandose la verga bien adentro. El otro se acomodó por atras y se la metió en el culo. Fueron coordinando las envestidas y Antonia demostró que la experiencia vale oro y que sabía como sacar el mejor provecho de sus dos ocacionales machos.
Mientras, Martita y Pepe se prodigaban caricias viendo gozar a Antonia.
Cuando la cosa estaba por llegar a su fin, aparecieron en el centro del living dos morochos musculosos portando tremenda verga cada uno. Larga, venosa y muy gruesa. Ahi reapareció Laurita para su gran show final. Invitó a Martita a unirseles y Pepe y Antonia la animaron a ir.
Comenzaron a chupar esos garrotes, imposibles de meter en la boca, y de pronto cada uno de los negros comenzó a penetrar a las jovenes. Era tremendo ver como esas vergas se abrian paso en el interior de las muchachas.
Pero eso no les bastaba. Las dieron vuelta y lubricando bien sus culos comenzaron a hacer ceder sus esfinteres.
Ambas tenian cara de dolor y placer ante cada cm de verga que les entraba. Ambas comenzaron a pajearse sus clítoris para aumentar el placer. Sabíamos ya cual era el secreto de Martita desde muy joven, pero Laurita no se quedaba atras, era adicta a las pajas, necesitaba varios orgasmos todos los dias.
Se sintieron aplausos cuando los negros chocaron los huevos contra las conchas de las jovenes. Y ahora venía el bombeo, cada vez mas salvaje, hasta vaciarse muy adentro de las entrañas de las chicas, que esta vez les costó recuperar el aliento.

Martita conservó el contacto con la pareja de veteranos españoles. Los invitó a cenar a su departamento y obvio que lo mas esperado era el "postre".
Comenzaron las caricias y franeleos y pronto estaban los tres desnudos y en la cama. Pepe seguía sin funcionar bien y a Martita se le vino en mente algoe que le habían contado de una pareja de veteranos.
-Yo te voy a ayudar a que nos cojas a las dos.
Revolvió uno de sus cajones y sacó un arnes con un buen falo de goma de considerables dimensiones. Se lo colocó a Pepe y le dijo que garche a Antonia.
En postura de misionero penetró a su mujer y le dió flor de cogida, Antonia gemia y gozaba y llegó a un fuerte orgasmo.
Llegó el turno de Martita, se puso en 4 y Pepe le dió murra hasta que la joven acabó fuertemente.
Las dos mujeres quitaron el arnes a Pepe y le dieron una tremenda chupada de pija hasta que acabó y se tomaron toda la leche.
Pepe estaba feliz, había podido satisfacer a las dos mujeres y habia acabado el también. ¿ Qué más podía pedir?
Marita le regaló el cinturonga para que siga divirtiendose.
Ellos le digeron que porqué no se iba un tiempo a España con ellos.
Esa propuesta quedó rondando en la cabeza de Martita. ¿Por que no?
Sería la oportunidad de cambiar un poco de aire, probar un tiempo y ver que pasa.
Antonia y Pepe iban a ser excelentes padrinos y de seguro la introducirían en el mundo sexual español como para que siga experimentando placeres.

Y asi fue como perdí a Martita. Obvio hubo una muy buena despedida, de esas que te dejan un sabor agridulce.
Hace mucho que no la veo. No volvió. Se instaló en Barcelona, muy cerca de sus amigos y allí vive y trabaja. Y de seguro estará dejando muy en alto la fama de las mujeres argentinas.

4 comentarios - El secreto de Martita. 4 (Final)

Osval2233 +1
Que buen relato bien narrado t van los 10
masitasexxx
Gracias!!!
mdzterracota +1
Muy buen nivel en todos los capítulos. Van puntos
masitasexxx +1
Muchas gracias!
bostera75
Colorín, colorado...👍 muy bueno.😋
masitasexxx
Gracias!!!!