Buenas noches
Soy un gran lector de relatos eróticos, soy algo así como un vouyer de anécdotas, lo prefiero al porno, pues de esta forma soy yo quien reconstruye la escena a partir de lo narrado y de mi propia imaginación.
Pues bien, hoy me he decidido a escribir mis experiencias, creo que tengo más de un par para contar.
Aprovecharé para decir que todas son reales, únicamente cambiaré los nombres y tal vez algunos lugares o datos si esto pusiera en riesgo el anonimato de mis compañer@s de aventuras. Si alguna vez escribo sobre alguna fantasía, lo aclararé al iniciar el relato.
Me llamo Antonio, tengo 35 años,soltero y vivo en la Ciudad de México.
La primera anécdota que les contaré será una de tantas que viví con mi última novia. La conocí cuando yo estaba por terminar mi carrera universitaria y ella acababa de entrar a la carrera, 21años, delgada, tes blanca, 1.62 m, senos pequeños, cintura breve y unas grandes y redondas nalgas. Tenía ojos claros y la carita de una niña de mucho menor edad. Lo que más me gustaba de ella era su sonrisa, tan libre, sincera y expresiva. ¿Alguien recuerda a Tinker Bell (Campanita) de Disney? No hay mejor descripción, sólo imagínensela con cabello negro.
En los 8 años de relación,vivimos muchas escenas calientes, ella era una niña libre, sin complejos, con una apertura mental característica de una joven universitaria. No se quedaba callada nunca, con tintes feministas, era la “rebelde” de mi grupo de amigos.
Tenía un gusto particular por el vino tinto, así como un negado gusto por el exhibicionismo (disfrazado de inocencia), el cual aumentaba cuando bebía. Digamos, por ejemplo, que por tener poco busto, generalmente evitaba el uso de sostén, por lo que cuando usaba blusas escotadas y se agachaba, podían vérseles sus pequeños senos y sus pezones rosas sin ningún problema; además era común que se distinguieran sus pezones a través de la blusa; por cierto, Karen prefería usar blusitas de tirantes o strapless. Prácticamente todos mis amigos y sus amigos conocían ya los diminutos senos de Karen.
Cuando las escenas de exhibicionismo eran ya muy obvias (generalmente pasaba con ciertas blusas), yo fingía cuidarla y avisarle discretamente lo que ocurría, a lo que ella trataba de componerse torpemente el atuendo, siempre con resultados poco duraderos.Digamos que nunca le causó conflicto mostrar su desnudes si la ocasión lo ameritaba.
La escena que traigo en mente y que quiero relatarles sucedió en la fiesta de uno de mis mejores amigos,Roberto. La típica fiesta universitaria: alcohol, amigos, alcohol,desconocidos, alcohol, música, más alcohol… Karen llevaba puesta una blusa verde de manga larga con un escote en “V”, un pantalón de pana azul claro, casi gris,delgado, el cual a pesar de ser un poco holgado, se le ajustaba y dibujaba su cinturita y lo redondo de sus nalgas, haciéndolas vistosas y antojables.
La fiesta duró hasta casi las 2:00am, cuando todos los asistentes se habían retirado, quedamos únicamente mi amigo Roberto, Karen y yo. Sentados con solo una luz tenue y música suave de fondo, platicábamos de lo sucedido en la fiesta, Karen sentada al lado mío cruzaba sus piernas sobre las mías, acurrucándose en mi cuello. Roberto en el sillón de enfrente, con su bebida en mano, nos observaba mientras platicaba sobre una chica que conoció esa misma noche.
Karen comenzaba a quedarse dormida, aquella noche no se había embriagado, únicamente había bebido lo suficiente para “relajarse”. Por lo que me susurró al oído que quería dormir,le respondí que se durmiera ahí, pues yo quería seguir platicando con mi amigo.Ella asintió, pero dijo que no podía dormir con esa ropa (regularmente dormía con un blusón sin nada debajo). Le dije a mi amigo que si le podía prestar una playera vieja a Karen, él asintió y dijo que iría a su habitación a traerla. Karen le dijo que lo acompañaba para cambiarse, por lo que ambos subieron las escaleras.
Cabe aclarar que esta fue una delas primeras experiencias que tuve con Karen, por lo que no sospeché nada cuando tardaron en regresar. Yo aproveché para quitarme mi camisa y pantalón,quedando en bóxer y camiseta. Eran días calurosos.
No sabría decir cuánto tiempo tardaron, pudo haber sido media hora, o quizá más. Primero bajó Karen, vestida únicamente con una camiseta blanca, la cual le llegaba a medio muslo y unas sandalias visiblemente más grandes que sus pies. Bajó las escaleras con cara de cansancio, se acercó a mí sin decir nada, puso un cojín sobre mis piernas y se acostó, dejando caer su cabeza sobre el cojín. Puse mi mano sobre su cadera, acariciándola sutilmente.
Cinco minutos después bajó las escaleras Roberto, con un pijama puesto. Se sentó de nuevo frente a nosotros; comenzamos a charlar nuevamente.
Mientras platicábamos yo tenía una mano sobre la cadera de Karen, la acariciaba lentamente. Casi sin darme cuenta, con un ritmo propio mi mano iba subiendo poco a poco su playera. Lavista de Roberto era magnifica, veía las piernas desnudas de Karen, y poco apoco sus caderas que iban descubriéndose cada vez más y más.
Pocos minutos después, mis caricias iban subiendo la playera por sobre su cadera, ella en un momento volteó su rostro hacia el mío para comenzar a besarme. Roberto comprendió el momento y se levantó con el pretexto de recoger un poco el escombro dejado por la fiesta.
Los besos iban aumentando en cachondes, se notaba que Karen estaba muy caliente, por fin subí mi mano por sus nalgas y descubrí que no tenía puesta la tanga que llevaba aquella noche. En ese momento no pensé nada, únicamente sentía una erección y unas extrañas cosquillas por mi cuerpo, pequeñas convulsiones que me agitaban sutilmente (erala primera vez que sentía esto). Le sobé sus redondas nalgas, descubriéndolas por completo, ella se acomodó quedando totalmente boca arriba, abriendo ligeramente sus blancas piernas.
Mi mano acariciaba sus muslos,lentamente, apretando de vez en vez. Cuando llegué a su pubis, comencé a jugar con sus labios vaginales, suavemente, con un dedo dibujaba el contorno,acercándome poco a poco a su entrada, después, con dos dedos tocaba el inicio de su húmeda vagina, luego con ambos dedos mojados subía y abría sus labios,para después volver a bajar y meterlos uno poco, cada vez un poco más. Volvía y sobaba la parte interna de sus muslos, apretándolos suavemente, subía mis caricias hasta sus rodillas, a penas tocándolas, para después volver a su vagina. Sabía que esto la enloquecía, lo notaba por su respiración y la humedad en sus labios.
En este punto era natural que Karen abriera cada vez más sus piernas. Para este punto su vagina era un charco que recibía sin problema a mis dedos, los cuales se abrían camino una y otra vez. Estábamos en un trance, hipnotizados, nos habíamos olvidado de Roberto (¿o no?). La escena de mi mano jugando con su depilada vagina, era enmarcada porsus piernas flexionadas y abiertas, espectacular visión para un único y afortunado espectador.
-¿Y Roberto? -Preguntó Karen,deteniendo el ritual de besos y mirándome fijamente a los ojos con su sonrisatraviesa. Sin dejarme responder, alzo sucara buscándolo ella misma, encontrándolo recargado sobre el muro que separa alcomedor de la cocina a escasos dos metros de nosotros. Ambos lo vimos, ahí, cubierto de sombras, mirandoel show, apretando su pene erecto sobre la pijama.
Los besos continuaron, Karendecidió quitarse por completo la playera, me basaba tomándome de la nuca,tomando una actitud activa y dominante. En un momento se levantó y me quitó el bóxer y la camiseta. Fue agachándose besándome el pecho, vientre e ingles, todo mientras sobaba mi pene erecto, ya con rastros de líquido preseminal; acercó su rostro a mi verga, colocándose en posición de 4 sobre el sillón, inclinando su cara y pecho, separando levemente las piernas y levantando la cadera en dirección de Roberto. Sólo podía imaginarme la visión: la vagina abierta y húmeda de Karen, rodeada por sus grandes y redondas nalgas. Vi a Roberto sin su pantalón, con su pene en mano, masturbándose, observando (tenía un pene más grande que el mío y sin circuncidar).
Karen inició una mamada de infarto, pasaba su lengua por mi glande, se metía toda mi verga hasta la garganta, parecía actriz porno frente a las cámaras. Yo inclinaba mi cabeza hacia atrás y la tomaba del cabello, empujando de vez en cuando para que se metiera toda en la boca. Después de un rato, se colocó sobre mí, metiendo mi pene en su vagina. Movía la cadera en círculos, obviamente dando un show nuestro amigo. Mi novia volteaba a mirarlo,parecía querer asegurar que el espectador seguía al pendiente (¿Y cómo no estarlo?). Entonces aceleraba el movimiento.
Roberto se acercó a nosotros, con su pene en mano, aumentando la velocidad de su mano.
El hecho de estar exhibiendo a mi novia, el que ella fuera el centro de atención me ponía muy caliente, quería que mi amigo viera lo maravilloso que cogía, ella era mi actriz porno personal,y la estaba presumiendo. Yo me pegaba a sus senos, chupándolos como loco,después lamiendo sus pezones. La tomaba de las nalgas, subiéndola y bajándola sobre mi verga.
Después de un rato cogiendo me vine dentro de ella, fue una eyaculación muy fuerte, ella me apretó con las paredes de su vagina, sus paredes se ensanchaban, me recordaba cuando los perros se quedan pegados después de coger, justo así estaba, atrapado por la vagina de mi novia. Sentía espasmos en mi pene, no sabía si eran míos o de ella, se confundían.
No puedo decir que fue el sexo más largo de mi vida, pero si uno de los más calientes. Al terminar, Karen me sonrió y me besó tiernamente. Se levantó y caminó al baño. Yo no me moví del sillón, Roberto se sentó ami lado. Continuaba con una gran erección.
-Qué rica está tu vieja cabrón.Dijo Roberto mientras acariciaba su verga.
-Sí güey - Le dije cerrando los ojos y echando mi cabeza para atrás- y coge chingón.
-Sí, ya vi –Dijo Roberto.
Ambos reímos
Cuando salió Karen del baño,entré yo, los dejé en la sala, Roberto con su gran pene de fuera y Karen desnuda. Esta simple idea me volvió a excitar, no podía mear con el pene erecto,intenté relajarme, inconscientemente creo que les di más tiempo a solas, no sabía para qué o por qué, pero era muy excitante. Cuando salí los vi platicando, ambos reían, Karen continuaba desnuda, coqueta. Y él seguía sin pantalón, pero ahora con el pene semi erecto. Me acerqué a ellos, fue el turno de Roberto,él se tardó más tiempo en el baño.
-Pinche Roberto, ya se está chaqueteando- Me dijo Karen riendo.
- Claro, pobre, no se vino, levan a doler los huevos. - Le dije siguiendo el juego
- Ah, ya vez, le hubiéramos dado una manita. - Dijo riendo, sorprendiéndome y calentándome al mismo tiempo. Mil pensamientos y emociones pasaron por mi mente.
- ¿Le hubiéramos? Tú le hubieras ayudado, yo por qué. - Le dije siguiendo su juego. Ella sonrió y me miró pensativa. No me dijo más, me abrazó y me dijo que quería dormir.
Roberto por fin salió del baño, dijo que traería una cobija para que nos quedáramos en el sofá (el cual se convertía en cama). Karen se puso la camiseta yo el bóxer y nos acostamos. Roberto bajó y nos cubrió con la cobija, Karen me abrazó y se fue quedando dormida. Al notar esto, Roberto se despidió y se subió a dormir.
Me quedé pensando en lo sucedido,era una excitación distinta. En verdad la amaba (y estaba seguro que ella me amaba a mí) no quería perderla, pero sabía que esta experiencia nos había gustado, y no quería que fuera la última vez, quería más.
Al siguiente día nadie habló delo sucedido, desayunamos con Roberto como buenos amigos y nos fuimos de su casa. Cuando llegamos al departamento de Karen platicamos de la experiencia. El hecho de recordarlo y escuchar los detalles de lo que ella sintió me volvía loco nuevamente. Me dijo que le encantó calentar a Roberto y me contó lo que sucedió cuando subió a cambiarse con él. Desde ese día, cuando cogemos usamos esta experiencia para calentarnos. Fue un interesante despertar.
Si les ha gustado esta historia por favor háganmelo saber, me gustaría leer sus comentarios, ¿Les gustaría saber qué sucedió con mi novia y Roberto cuando subieron a cambiarse de ropa?Fue breve pero muy cachondo.
Saludos y bonita noche
Soy un gran lector de relatos eróticos, soy algo así como un vouyer de anécdotas, lo prefiero al porno, pues de esta forma soy yo quien reconstruye la escena a partir de lo narrado y de mi propia imaginación.
Pues bien, hoy me he decidido a escribir mis experiencias, creo que tengo más de un par para contar.
Aprovecharé para decir que todas son reales, únicamente cambiaré los nombres y tal vez algunos lugares o datos si esto pusiera en riesgo el anonimato de mis compañer@s de aventuras. Si alguna vez escribo sobre alguna fantasía, lo aclararé al iniciar el relato.
Me llamo Antonio, tengo 35 años,soltero y vivo en la Ciudad de México.
La primera anécdota que les contaré será una de tantas que viví con mi última novia. La conocí cuando yo estaba por terminar mi carrera universitaria y ella acababa de entrar a la carrera, 21años, delgada, tes blanca, 1.62 m, senos pequeños, cintura breve y unas grandes y redondas nalgas. Tenía ojos claros y la carita de una niña de mucho menor edad. Lo que más me gustaba de ella era su sonrisa, tan libre, sincera y expresiva. ¿Alguien recuerda a Tinker Bell (Campanita) de Disney? No hay mejor descripción, sólo imagínensela con cabello negro.
En los 8 años de relación,vivimos muchas escenas calientes, ella era una niña libre, sin complejos, con una apertura mental característica de una joven universitaria. No se quedaba callada nunca, con tintes feministas, era la “rebelde” de mi grupo de amigos.
Tenía un gusto particular por el vino tinto, así como un negado gusto por el exhibicionismo (disfrazado de inocencia), el cual aumentaba cuando bebía. Digamos, por ejemplo, que por tener poco busto, generalmente evitaba el uso de sostén, por lo que cuando usaba blusas escotadas y se agachaba, podían vérseles sus pequeños senos y sus pezones rosas sin ningún problema; además era común que se distinguieran sus pezones a través de la blusa; por cierto, Karen prefería usar blusitas de tirantes o strapless. Prácticamente todos mis amigos y sus amigos conocían ya los diminutos senos de Karen.
Cuando las escenas de exhibicionismo eran ya muy obvias (generalmente pasaba con ciertas blusas), yo fingía cuidarla y avisarle discretamente lo que ocurría, a lo que ella trataba de componerse torpemente el atuendo, siempre con resultados poco duraderos.Digamos que nunca le causó conflicto mostrar su desnudes si la ocasión lo ameritaba.
La escena que traigo en mente y que quiero relatarles sucedió en la fiesta de uno de mis mejores amigos,Roberto. La típica fiesta universitaria: alcohol, amigos, alcohol,desconocidos, alcohol, música, más alcohol… Karen llevaba puesta una blusa verde de manga larga con un escote en “V”, un pantalón de pana azul claro, casi gris,delgado, el cual a pesar de ser un poco holgado, se le ajustaba y dibujaba su cinturita y lo redondo de sus nalgas, haciéndolas vistosas y antojables.
La fiesta duró hasta casi las 2:00am, cuando todos los asistentes se habían retirado, quedamos únicamente mi amigo Roberto, Karen y yo. Sentados con solo una luz tenue y música suave de fondo, platicábamos de lo sucedido en la fiesta, Karen sentada al lado mío cruzaba sus piernas sobre las mías, acurrucándose en mi cuello. Roberto en el sillón de enfrente, con su bebida en mano, nos observaba mientras platicaba sobre una chica que conoció esa misma noche.
Karen comenzaba a quedarse dormida, aquella noche no se había embriagado, únicamente había bebido lo suficiente para “relajarse”. Por lo que me susurró al oído que quería dormir,le respondí que se durmiera ahí, pues yo quería seguir platicando con mi amigo.Ella asintió, pero dijo que no podía dormir con esa ropa (regularmente dormía con un blusón sin nada debajo). Le dije a mi amigo que si le podía prestar una playera vieja a Karen, él asintió y dijo que iría a su habitación a traerla. Karen le dijo que lo acompañaba para cambiarse, por lo que ambos subieron las escaleras.
Cabe aclarar que esta fue una delas primeras experiencias que tuve con Karen, por lo que no sospeché nada cuando tardaron en regresar. Yo aproveché para quitarme mi camisa y pantalón,quedando en bóxer y camiseta. Eran días calurosos.
No sabría decir cuánto tiempo tardaron, pudo haber sido media hora, o quizá más. Primero bajó Karen, vestida únicamente con una camiseta blanca, la cual le llegaba a medio muslo y unas sandalias visiblemente más grandes que sus pies. Bajó las escaleras con cara de cansancio, se acercó a mí sin decir nada, puso un cojín sobre mis piernas y se acostó, dejando caer su cabeza sobre el cojín. Puse mi mano sobre su cadera, acariciándola sutilmente.
Cinco minutos después bajó las escaleras Roberto, con un pijama puesto. Se sentó de nuevo frente a nosotros; comenzamos a charlar nuevamente.
Mientras platicábamos yo tenía una mano sobre la cadera de Karen, la acariciaba lentamente. Casi sin darme cuenta, con un ritmo propio mi mano iba subiendo poco a poco su playera. Lavista de Roberto era magnifica, veía las piernas desnudas de Karen, y poco apoco sus caderas que iban descubriéndose cada vez más y más.
Pocos minutos después, mis caricias iban subiendo la playera por sobre su cadera, ella en un momento volteó su rostro hacia el mío para comenzar a besarme. Roberto comprendió el momento y se levantó con el pretexto de recoger un poco el escombro dejado por la fiesta.
Los besos iban aumentando en cachondes, se notaba que Karen estaba muy caliente, por fin subí mi mano por sus nalgas y descubrí que no tenía puesta la tanga que llevaba aquella noche. En ese momento no pensé nada, únicamente sentía una erección y unas extrañas cosquillas por mi cuerpo, pequeñas convulsiones que me agitaban sutilmente (erala primera vez que sentía esto). Le sobé sus redondas nalgas, descubriéndolas por completo, ella se acomodó quedando totalmente boca arriba, abriendo ligeramente sus blancas piernas.
Mi mano acariciaba sus muslos,lentamente, apretando de vez en vez. Cuando llegué a su pubis, comencé a jugar con sus labios vaginales, suavemente, con un dedo dibujaba el contorno,acercándome poco a poco a su entrada, después, con dos dedos tocaba el inicio de su húmeda vagina, luego con ambos dedos mojados subía y abría sus labios,para después volver a bajar y meterlos uno poco, cada vez un poco más. Volvía y sobaba la parte interna de sus muslos, apretándolos suavemente, subía mis caricias hasta sus rodillas, a penas tocándolas, para después volver a su vagina. Sabía que esto la enloquecía, lo notaba por su respiración y la humedad en sus labios.
En este punto era natural que Karen abriera cada vez más sus piernas. Para este punto su vagina era un charco que recibía sin problema a mis dedos, los cuales se abrían camino una y otra vez. Estábamos en un trance, hipnotizados, nos habíamos olvidado de Roberto (¿o no?). La escena de mi mano jugando con su depilada vagina, era enmarcada porsus piernas flexionadas y abiertas, espectacular visión para un único y afortunado espectador.
-¿Y Roberto? -Preguntó Karen,deteniendo el ritual de besos y mirándome fijamente a los ojos con su sonrisatraviesa. Sin dejarme responder, alzo sucara buscándolo ella misma, encontrándolo recargado sobre el muro que separa alcomedor de la cocina a escasos dos metros de nosotros. Ambos lo vimos, ahí, cubierto de sombras, mirandoel show, apretando su pene erecto sobre la pijama.
Los besos continuaron, Karendecidió quitarse por completo la playera, me basaba tomándome de la nuca,tomando una actitud activa y dominante. En un momento se levantó y me quitó el bóxer y la camiseta. Fue agachándose besándome el pecho, vientre e ingles, todo mientras sobaba mi pene erecto, ya con rastros de líquido preseminal; acercó su rostro a mi verga, colocándose en posición de 4 sobre el sillón, inclinando su cara y pecho, separando levemente las piernas y levantando la cadera en dirección de Roberto. Sólo podía imaginarme la visión: la vagina abierta y húmeda de Karen, rodeada por sus grandes y redondas nalgas. Vi a Roberto sin su pantalón, con su pene en mano, masturbándose, observando (tenía un pene más grande que el mío y sin circuncidar).
Karen inició una mamada de infarto, pasaba su lengua por mi glande, se metía toda mi verga hasta la garganta, parecía actriz porno frente a las cámaras. Yo inclinaba mi cabeza hacia atrás y la tomaba del cabello, empujando de vez en cuando para que se metiera toda en la boca. Después de un rato, se colocó sobre mí, metiendo mi pene en su vagina. Movía la cadera en círculos, obviamente dando un show nuestro amigo. Mi novia volteaba a mirarlo,parecía querer asegurar que el espectador seguía al pendiente (¿Y cómo no estarlo?). Entonces aceleraba el movimiento.
Roberto se acercó a nosotros, con su pene en mano, aumentando la velocidad de su mano.
El hecho de estar exhibiendo a mi novia, el que ella fuera el centro de atención me ponía muy caliente, quería que mi amigo viera lo maravilloso que cogía, ella era mi actriz porno personal,y la estaba presumiendo. Yo me pegaba a sus senos, chupándolos como loco,después lamiendo sus pezones. La tomaba de las nalgas, subiéndola y bajándola sobre mi verga.
Después de un rato cogiendo me vine dentro de ella, fue una eyaculación muy fuerte, ella me apretó con las paredes de su vagina, sus paredes se ensanchaban, me recordaba cuando los perros se quedan pegados después de coger, justo así estaba, atrapado por la vagina de mi novia. Sentía espasmos en mi pene, no sabía si eran míos o de ella, se confundían.
No puedo decir que fue el sexo más largo de mi vida, pero si uno de los más calientes. Al terminar, Karen me sonrió y me besó tiernamente. Se levantó y caminó al baño. Yo no me moví del sillón, Roberto se sentó ami lado. Continuaba con una gran erección.
-Qué rica está tu vieja cabrón.Dijo Roberto mientras acariciaba su verga.
-Sí güey - Le dije cerrando los ojos y echando mi cabeza para atrás- y coge chingón.
-Sí, ya vi –Dijo Roberto.
Ambos reímos
Cuando salió Karen del baño,entré yo, los dejé en la sala, Roberto con su gran pene de fuera y Karen desnuda. Esta simple idea me volvió a excitar, no podía mear con el pene erecto,intenté relajarme, inconscientemente creo que les di más tiempo a solas, no sabía para qué o por qué, pero era muy excitante. Cuando salí los vi platicando, ambos reían, Karen continuaba desnuda, coqueta. Y él seguía sin pantalón, pero ahora con el pene semi erecto. Me acerqué a ellos, fue el turno de Roberto,él se tardó más tiempo en el baño.
-Pinche Roberto, ya se está chaqueteando- Me dijo Karen riendo.
- Claro, pobre, no se vino, levan a doler los huevos. - Le dije siguiendo el juego
- Ah, ya vez, le hubiéramos dado una manita. - Dijo riendo, sorprendiéndome y calentándome al mismo tiempo. Mil pensamientos y emociones pasaron por mi mente.
- ¿Le hubiéramos? Tú le hubieras ayudado, yo por qué. - Le dije siguiendo su juego. Ella sonrió y me miró pensativa. No me dijo más, me abrazó y me dijo que quería dormir.
Roberto por fin salió del baño, dijo que traería una cobija para que nos quedáramos en el sofá (el cual se convertía en cama). Karen se puso la camiseta yo el bóxer y nos acostamos. Roberto bajó y nos cubrió con la cobija, Karen me abrazó y se fue quedando dormida. Al notar esto, Roberto se despidió y se subió a dormir.
Me quedé pensando en lo sucedido,era una excitación distinta. En verdad la amaba (y estaba seguro que ella me amaba a mí) no quería perderla, pero sabía que esta experiencia nos había gustado, y no quería que fuera la última vez, quería más.
Al siguiente día nadie habló delo sucedido, desayunamos con Roberto como buenos amigos y nos fuimos de su casa. Cuando llegamos al departamento de Karen platicamos de la experiencia. El hecho de recordarlo y escuchar los detalles de lo que ella sintió me volvía loco nuevamente. Me dijo que le encantó calentar a Roberto y me contó lo que sucedió cuando subió a cambiarse con él. Desde ese día, cuando cogemos usamos esta experiencia para calentarnos. Fue un interesante despertar.
Si les ha gustado esta historia por favor háganmelo saber, me gustaría leer sus comentarios, ¿Les gustaría saber qué sucedió con mi novia y Roberto cuando subieron a cambiarse de ropa?Fue breve pero muy cachondo.
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