Si te perdiste lo anterior, acá te dejo los links:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3618252/El-secreto-de-Martita-1-Corregido.html
Pasó el tiempo y Martita aprendió a cuidarse, a manejar su vida. Quería dar dos grandes pasos, uno dejar la Facultad, esa carrera no era para ella, quería estudiar algo que la llenase más, pero todavía no sabía que.
Lo otro era independizarse, conseguir un trabajo e irse a vivir sola. Lo hablo con sus padres. Su madre, como de costumbre, puso el grito en el cielo, su padre la entendió y le ofreció un puesto en su empresa:
- Sos buena con los numeros, me vendría bien alguien de la familia en el sector contable, alguien que cuide las finanzas.
Y así fue que gracias al buen sueldo que le pagaba su padre y con una ayuda extra, pudo alquilar un lindo dpto de dos ambientes en un lindo barrio de Buenos Aires.
Allí Martita se sintió libre y comenzó su doble vida. Por un lado con su familia y en su trabajo seguía siendo la misma chica pura y alegre que todos conocían, pero despues, la libertad de su nueva vida le había dado la posibilidad de seguir teniendo nuevas vivencias sexuales, de seguir aprendiendo y experimentando este nuevo mundo que se le presentaba.
Pasaron varios por su dto aunque ella preferiría encuentros en hoteles, por privacidad y seguridad, solo cuando ya había confianza los llevaba ahí.
En esa época la conocí, medio de casualidad. No hubo café ni cena de por medio, sólo quería coger.
No nos conocíamos personalmente pero nos encontramos una mañana temprano que pude zafar del trabajo y fui. Fue en un tradicional telo de Palermo y había promo de turnos de cinco horas.
Cuando la vi me impactó su belleza.
-Aprovecha y re garchatela que no va a haber otra oportunidad -me dije para mis adentros-
Me dio un beso en la mejilla y me dijo:
-¿Estas preparado?
¿Que quedaba de esa inocente nena que sólo se tocaba? Nada.
O quizás siempre fue así y esa nena era sólo el embrión de la mujer con la que me acababa de encontrar. Con el tiempo corrobore que la segunda opción era la más correcta.
Subiendo por el ascensor nos comimos la boca como desesperados y ya en el cuarto, aún de pié, le fui sacando la ropa, besando y lamiendo todo su cuerpo. Cuando llegue a su concha corrí su tanga y se la chupe con desesperación y luego la di vuelta e hice lo mismo con su culo, el culo más hermoso y rosadito que jamás haya comido. Había descubierto su punto débil y ahora gemia de placer. Con su mano se pajeaba mientras yo no paraba de lamerle el hoyito hasta que acabo. La tiré en la cama, me saque la ropa y me puse un forro a una velocidad increíble y cogimos desesperadamente hasta acabar los dos.
La velada fue larga, eran cinco horas, hubo tiempo para hablar y seguir garchando.
Le caí en gracia, me comenzó a contar su historia, mientras lo hacía nos acariciabamos tendidos en la cama, las caricias eran cada vez más calientes hasta que seguímos cogiendo.
Nos chupamos, nos besamos, nos hicimos de todo.
Me di el gusto de hacerle la cola, bien despacio y disfrutando. Se dio el gusto de chuparmela hasta tomarse la leche....
Con el tiempo nos fuimos haciendo amigos de una manera muy rara, pasaba tiempo sin hablarnos pero despues nos contactabamos y ahí estábamos cogiendo de nuevo.
Una vez me llamó y me dijo:
-Quiero probar algo nuevo, nunca estuve con dos a la vez, quiero probar.
Se me puso dura de sólo pensarlo.
- Tengo un amigo, buena onda, - me dijo- el también quiere probar y a mi se me ocurrió que vos podrías ser el otro. ¿Queres?
De la idea del trio, Martita me conto que el otro era un flaco con el que habia cogido varias veces, muy buena onda pero inexperto, más joven que ella (y por lo tanto mucho más joven que yo), que nunca había estado en un trio y que tenía un poquito de fobia de que yo lo tocara.... no le gustaba que un hombre lo toque.
- Uhhh! Pensé.
Deci que tenía muchas ganas de volver a coger con Martita sino no aceptaba.
Lo único que le dije es que iba a ir en tren a Capital, de noche, y me tendría que quedar a dormir en su casa, si no tenía dramas.
No los tuvo así que organizamos todo para el encuentro.
Lo de quedarme fue una excusa, sabía que el flaco no se iba a quedar toda la noche e intuía que lo del trío no iba a estar muy bueno, así que me iba a quedar después garchando sólo con Martita toda la noche. Porque eso de dormir no estaba en mis planes.
Llegó el día y allí fui. Llegué antes que el otro flaco y me encontré a Martita muy emocionada y en llamas, cosa que pude aprovechar en una buena previa antes del trío.
Cuando el flaco llegó mi pija estaba en la boca de Martita...
¡Había que bajarle la ansiedad!
Tomamos un par de cervezas y charlamos un poco, el flaco era copado pero estaba nervioso.
Fuimos al cuarto y nos pusimos en bolas, ella franeleo un rato con cada uno. Yo no estaba cómodo, a mi me gusta el entrevero entre todos, tocarnos sin importar quien con quien... pero bueno, no quise incomodar al flaco y estropearle la fiesta a Martita así que me contuve.
Martita estaba hecha un fuego y quería las dos pijas adentro ya!
Me acosté boca arriba y ella me montó, paro su culito y el flaco se la fue poniendo por atrás.
Hubiera preferido ir yo por el culo pero cambie de idea por dos cosas, ya tendría toda la noche para comermelo y quería tener de frente a Martita y no perderme ninguna de sus sensaciones. La carita que puso cuando el flaco le entró y sintió las dos pijas adentro no me la voy a olvidar jamás. Satisfacción plena. Sueño cumplido. La primera de un sinfín de enfiestadas. Y yo estaba ahí. Mirándola. Gozándola.
Le dimos primero despacio, después más duro. Creo que ella acabo un par de veces, sus jugos me bañaron. Al rato acabe yo, el flaco seguía, sus nervios no lo dejaban acabar. Un boludón según lo había previsto, le costó muchísimo acabar.
Después nos quedamos distendidos en la cama, charlando. Ella nos tocaba y nosotros a ella. Cuando estuvimos listos volvimos a coger, esta vez fue de a uno a la vez. Comencé yo con ella en cuatro, le entré por la concha mientras ella se la chupada al flaco. Me encantaba tenerla así y perderle un dedo en ese hermoso culo mientras la garchaba.
- No acabes! -Me pidió ella. Así que cuando estaba por acabar me salí y le di mi puesto al flaco que le comenzó a dar. Ella me saco el forro y se prendió de mi pija dandome una hermosa chupada hasta tomarse toda mi leche, la primera que le iba a dar esa noche.
El flaco le siguio dando pero no acababa, sólo después de una extensa paja pudo acabarle en las tetas.
Después se fue, tenía que trabajar muy temprano y ya eran como las 12 de la noche.
Y así fue como nos quedamos solos.
Ella estaba contenta con su experiencia y yo no se la critiqué. Seguro, con los años, ha tenido varios tríos y grupales muchos más excitantes y calientes pero este era el primero y ella estaba contenta y en lo que quedaba de la noche me iba a aprovechar de eso.
Cuando se fue el flaco nos quedamos charlando desnudos tirados en la cama. Le encantaba charlar conmigo y en esas charlas me fue contando todo lo que les estoy relatando.
- Todo estuvo muy lindo pero me quedé con ganas de algo - le dije mientras me corrí hasta sus piernas y se las comencé a lamer hasta llegar a su rosada conchita. Le comí la concha con ganas, mi lengua jugaba con su clítoris y luego se hundía en su intimidad para beber sus jugos con ganas mientras ella gemia y me hundía la cabeza entre sus piernas.
Gritó un orgasmo entre sacudidas y me regaló un torrente de jugos. No pare. También lami su culo. Iba y venía y ella gemia fuerte.
Luego de otro orgasmo fuertisimo separó mi cabeza porque ya no daba más, entonces me incorporé y se la metí y bien abrazados cogimos muy suave y lento, por mucho tiempo hasta que acabé.
Así nos quedamos, abrazados, y nos dormimos unas cuántas horas.
Pero ella se despertó antes que yo, no se a que hora pero estaba oscuro aún.
Y yo me desperté sintiendo su boca en mi pija chupandomela desesperadamente como si hiciera un siglo que no veía una chota. Medio dormido lo único que se me ocurrió fue girarme para hacer un 69.
Como quede de abajo los jugos de Martita corrían por mi cara y yo feliz, estaba en el mejor lugar en el universo, entre sus piernas.
Creo que me bañó con un par de orgasmos hasta que acabé yo sin que soltara la pija de su boca y se volviera a tomar toda mi leche.
Volvimos a dormirnos abrazados.
Desperté esta vez primero yo y ya había amanecido, debía irme.
Fui hasta el baño, me duche rápido y salí.
Me la encontré dormida aún. Destapada, boca abajo, con ese culito rosado e irresistible y está vez la desperté yo, lamiendoselo, volviendola loca una vez más, y así nomas, con la lubricación de mi saliva, se la puse, entrandole de a poco y una vez que estaba bien adentro comencé a bombearla muy lentamente.
Ella pasó una mano hacia su conchita y comenzó a pajearse y gemir y eso me voló la cabeza.
La comencé a culear con furia y eso la volvió loca, gemia y gritaba, alimentabamos nuestra calentura. Después de un buen rato de esa furia le acabé bien adentro de su culo. No la debía haber cogido sin forro pero la sorpresa del momento nos llevo a eso.
Ver ese culo chorrear la leche que le había dejado dentro fue glorioso.
Si bien después tuve más encuentros con ella, este fue el mejor de todos. El que más disfruté.
Continuará
http://www.poringa.net/posts/relatos/3618252/El-secreto-de-Martita-1-Corregido.html
Pasó el tiempo y Martita aprendió a cuidarse, a manejar su vida. Quería dar dos grandes pasos, uno dejar la Facultad, esa carrera no era para ella, quería estudiar algo que la llenase más, pero todavía no sabía que.
Lo otro era independizarse, conseguir un trabajo e irse a vivir sola. Lo hablo con sus padres. Su madre, como de costumbre, puso el grito en el cielo, su padre la entendió y le ofreció un puesto en su empresa:
- Sos buena con los numeros, me vendría bien alguien de la familia en el sector contable, alguien que cuide las finanzas.
Y así fue que gracias al buen sueldo que le pagaba su padre y con una ayuda extra, pudo alquilar un lindo dpto de dos ambientes en un lindo barrio de Buenos Aires.
Allí Martita se sintió libre y comenzó su doble vida. Por un lado con su familia y en su trabajo seguía siendo la misma chica pura y alegre que todos conocían, pero despues, la libertad de su nueva vida le había dado la posibilidad de seguir teniendo nuevas vivencias sexuales, de seguir aprendiendo y experimentando este nuevo mundo que se le presentaba.
Pasaron varios por su dto aunque ella preferiría encuentros en hoteles, por privacidad y seguridad, solo cuando ya había confianza los llevaba ahí.
En esa época la conocí, medio de casualidad. No hubo café ni cena de por medio, sólo quería coger.
No nos conocíamos personalmente pero nos encontramos una mañana temprano que pude zafar del trabajo y fui. Fue en un tradicional telo de Palermo y había promo de turnos de cinco horas.
Cuando la vi me impactó su belleza.
-Aprovecha y re garchatela que no va a haber otra oportunidad -me dije para mis adentros-
Me dio un beso en la mejilla y me dijo:
-¿Estas preparado?
¿Que quedaba de esa inocente nena que sólo se tocaba? Nada.
O quizás siempre fue así y esa nena era sólo el embrión de la mujer con la que me acababa de encontrar. Con el tiempo corrobore que la segunda opción era la más correcta.
Subiendo por el ascensor nos comimos la boca como desesperados y ya en el cuarto, aún de pié, le fui sacando la ropa, besando y lamiendo todo su cuerpo. Cuando llegue a su concha corrí su tanga y se la chupe con desesperación y luego la di vuelta e hice lo mismo con su culo, el culo más hermoso y rosadito que jamás haya comido. Había descubierto su punto débil y ahora gemia de placer. Con su mano se pajeaba mientras yo no paraba de lamerle el hoyito hasta que acabo. La tiré en la cama, me saque la ropa y me puse un forro a una velocidad increíble y cogimos desesperadamente hasta acabar los dos.
La velada fue larga, eran cinco horas, hubo tiempo para hablar y seguir garchando.
Le caí en gracia, me comenzó a contar su historia, mientras lo hacía nos acariciabamos tendidos en la cama, las caricias eran cada vez más calientes hasta que seguímos cogiendo.
Nos chupamos, nos besamos, nos hicimos de todo.
Me di el gusto de hacerle la cola, bien despacio y disfrutando. Se dio el gusto de chuparmela hasta tomarse la leche....
Con el tiempo nos fuimos haciendo amigos de una manera muy rara, pasaba tiempo sin hablarnos pero despues nos contactabamos y ahí estábamos cogiendo de nuevo.
Una vez me llamó y me dijo:
-Quiero probar algo nuevo, nunca estuve con dos a la vez, quiero probar.
Se me puso dura de sólo pensarlo.
- Tengo un amigo, buena onda, - me dijo- el también quiere probar y a mi se me ocurrió que vos podrías ser el otro. ¿Queres?
De la idea del trio, Martita me conto que el otro era un flaco con el que habia cogido varias veces, muy buena onda pero inexperto, más joven que ella (y por lo tanto mucho más joven que yo), que nunca había estado en un trio y que tenía un poquito de fobia de que yo lo tocara.... no le gustaba que un hombre lo toque.
- Uhhh! Pensé.
Deci que tenía muchas ganas de volver a coger con Martita sino no aceptaba.
Lo único que le dije es que iba a ir en tren a Capital, de noche, y me tendría que quedar a dormir en su casa, si no tenía dramas.
No los tuvo así que organizamos todo para el encuentro.
Lo de quedarme fue una excusa, sabía que el flaco no se iba a quedar toda la noche e intuía que lo del trío no iba a estar muy bueno, así que me iba a quedar después garchando sólo con Martita toda la noche. Porque eso de dormir no estaba en mis planes.
Llegó el día y allí fui. Llegué antes que el otro flaco y me encontré a Martita muy emocionada y en llamas, cosa que pude aprovechar en una buena previa antes del trío.
Cuando el flaco llegó mi pija estaba en la boca de Martita...
¡Había que bajarle la ansiedad!
Tomamos un par de cervezas y charlamos un poco, el flaco era copado pero estaba nervioso.
Fuimos al cuarto y nos pusimos en bolas, ella franeleo un rato con cada uno. Yo no estaba cómodo, a mi me gusta el entrevero entre todos, tocarnos sin importar quien con quien... pero bueno, no quise incomodar al flaco y estropearle la fiesta a Martita así que me contuve.
Martita estaba hecha un fuego y quería las dos pijas adentro ya!
Me acosté boca arriba y ella me montó, paro su culito y el flaco se la fue poniendo por atrás.
Hubiera preferido ir yo por el culo pero cambie de idea por dos cosas, ya tendría toda la noche para comermelo y quería tener de frente a Martita y no perderme ninguna de sus sensaciones. La carita que puso cuando el flaco le entró y sintió las dos pijas adentro no me la voy a olvidar jamás. Satisfacción plena. Sueño cumplido. La primera de un sinfín de enfiestadas. Y yo estaba ahí. Mirándola. Gozándola.
Le dimos primero despacio, después más duro. Creo que ella acabo un par de veces, sus jugos me bañaron. Al rato acabe yo, el flaco seguía, sus nervios no lo dejaban acabar. Un boludón según lo había previsto, le costó muchísimo acabar.
Después nos quedamos distendidos en la cama, charlando. Ella nos tocaba y nosotros a ella. Cuando estuvimos listos volvimos a coger, esta vez fue de a uno a la vez. Comencé yo con ella en cuatro, le entré por la concha mientras ella se la chupada al flaco. Me encantaba tenerla así y perderle un dedo en ese hermoso culo mientras la garchaba.
- No acabes! -Me pidió ella. Así que cuando estaba por acabar me salí y le di mi puesto al flaco que le comenzó a dar. Ella me saco el forro y se prendió de mi pija dandome una hermosa chupada hasta tomarse toda mi leche, la primera que le iba a dar esa noche.
El flaco le siguio dando pero no acababa, sólo después de una extensa paja pudo acabarle en las tetas.
Después se fue, tenía que trabajar muy temprano y ya eran como las 12 de la noche.
Y así fue como nos quedamos solos.
Ella estaba contenta con su experiencia y yo no se la critiqué. Seguro, con los años, ha tenido varios tríos y grupales muchos más excitantes y calientes pero este era el primero y ella estaba contenta y en lo que quedaba de la noche me iba a aprovechar de eso.
Cuando se fue el flaco nos quedamos charlando desnudos tirados en la cama. Le encantaba charlar conmigo y en esas charlas me fue contando todo lo que les estoy relatando.
- Todo estuvo muy lindo pero me quedé con ganas de algo - le dije mientras me corrí hasta sus piernas y se las comencé a lamer hasta llegar a su rosada conchita. Le comí la concha con ganas, mi lengua jugaba con su clítoris y luego se hundía en su intimidad para beber sus jugos con ganas mientras ella gemia y me hundía la cabeza entre sus piernas.
Gritó un orgasmo entre sacudidas y me regaló un torrente de jugos. No pare. También lami su culo. Iba y venía y ella gemia fuerte.
Luego de otro orgasmo fuertisimo separó mi cabeza porque ya no daba más, entonces me incorporé y se la metí y bien abrazados cogimos muy suave y lento, por mucho tiempo hasta que acabé.
Así nos quedamos, abrazados, y nos dormimos unas cuántas horas.
Pero ella se despertó antes que yo, no se a que hora pero estaba oscuro aún.
Y yo me desperté sintiendo su boca en mi pija chupandomela desesperadamente como si hiciera un siglo que no veía una chota. Medio dormido lo único que se me ocurrió fue girarme para hacer un 69.
Como quede de abajo los jugos de Martita corrían por mi cara y yo feliz, estaba en el mejor lugar en el universo, entre sus piernas.
Creo que me bañó con un par de orgasmos hasta que acabé yo sin que soltara la pija de su boca y se volviera a tomar toda mi leche.
Volvimos a dormirnos abrazados.
Desperté esta vez primero yo y ya había amanecido, debía irme.
Fui hasta el baño, me duche rápido y salí.
Me la encontré dormida aún. Destapada, boca abajo, con ese culito rosado e irresistible y está vez la desperté yo, lamiendoselo, volviendola loca una vez más, y así nomas, con la lubricación de mi saliva, se la puse, entrandole de a poco y una vez que estaba bien adentro comencé a bombearla muy lentamente.
Ella pasó una mano hacia su conchita y comenzó a pajearse y gemir y eso me voló la cabeza.
La comencé a culear con furia y eso la volvió loca, gemia y gritaba, alimentabamos nuestra calentura. Después de un buen rato de esa furia le acabé bien adentro de su culo. No la debía haber cogido sin forro pero la sorpresa del momento nos llevo a eso.
Ver ese culo chorrear la leche que le había dejado dentro fue glorioso.
Si bien después tuve más encuentros con ella, este fue el mejor de todos. El que más disfruté.
Continuará
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