Llevo poco más de un año saliendo con mi novio.
Antes de conocerlo, venía hacía tiempo saliendo con flacos que solo querían coger. La pasaba bien (me gusta mucho el sexo), no lo niego! Pero después de un tiempo se tornaban en relaciones vacías.
Con mi novio las cosas se dieron distintas. Siempre fue más que un garche, desde el principio nos cagamos de risa juntos y cada vez empezamos a compartir más.
Al principio, el sexo no era muy bueno. A ver… la pasaba bien y lograba acabar, pero venía acostumbrada a que me cojan mucho más y sinceramente me quedaba con gusto a poco. Sin embargo, todo lo demás exceptuando la cama era genial, y confiaba en que con el tiempo el sexo iba a mejorar.
Llevábamos unas pocas semanas cuando él me empezó a hablar de lo que le calentaba. Al principio con indirectas o haciéndome preguntas como si me cogería a tal de sus amigos. Era la primera vez que me insinuaban algo así, por eso me costó entenderlo.
Conforme íbamos entrando más en confianza, él empezó a pedirme cada vez con más insistencia que lo haga cornudo, lo que para mí era algo impensado.
Una noche invitó a su casa a Alejandro, uno de sus amigos, para cenar los tres juntos y presentármelo. Me pidió que me ponga un vestidito corto. Yo lo hice, total no me molestaba.
Estábamos con mi novio en su casa cuando llegó Ale. Desde que lo ví me gustó, de no estar de novia sin duda me lo hubiera garchado, pero no era el caso.
Me presentó con Ale y cenamos algo. Escuchábamos música y charlábamos, faso de por medio.
De pronto, no se quien sacó el tema, pero la charla se empezó a tornar cada vez más caliente y sarpada. Ale no perdía oportunidad para tirarme palos e indirectas y yo le seguía el juego pero con cierta prudencia. Mi novio parecía calentarse de ver cómo su amigo me quería levantar. Yo me preguntaba por dentro si su amigo lo sabría, me preguntaba si ya se habría cogido a alguna ex de mi novio.
Mi novio dijo que iba al living a buscar en Netflix una peli de terror para mirar. Me dejó sola con Ale, fumando en la cocina. Me hablaba de cualquier pavada y por la forma en que me miraba y cómo se me acercaba se hacía evidente las ganas de cogerme que tenía.
Yo también estaba caliente pero me dí cuenta que en cuestión de segundos la situación se iba a descontrolar y me iba a terminar cogiendo al amigo de mi novio o, en el mejor de los casos, a los dos.
En el momento arrugué, así que lo dejé casi hablando solo a Ale y me fui al living a sentarme en el sillón con mi novio. Ale vino atrás mío y se sentó a mi otro lado.
Estábamos los tres en el sillón, yo en el medio, cuando arrancó la peli. La luz estaba baja y sentía el cuerpo de ellos dos rozando el mío. Ale puso su brazo sobre el respaldo y sentía sus dedos tocar suavemente mi nuca. Mi novio miraba la peli, como si no se diera cuenta de nada.
No tengo idea qué película pusimos porque no me podía concentrar en otra cosa que no fuera en lo excitada que estaba. Me levanté de inmediato con la excusa de ir al baño. Mi cabeza se debatía entre mi calentura y mi razón. Arrugué una vez más, les dije que estaba muerta de sueño y me fui al dormitorio a acostarme.
A poco de eso Ale se fue y mi novio vino a la cama.
Yo estaba ya sin ropa, solo con una remera vieja de él. Simulé estar dormida. Me abrazó por la espalda y metió su mano entre mis piernas. Introdujo un dedo en mi concha y verificó que estaba completamente mojada. Sentí un poco de vergüenza de que él lo notara, pero eso pareció volverlo loco. Me dijo: “Qué mojadita que estás mi amor, se nota que te morías de ganas de tener la pija de Ale”. Lo cual era verdad pero yo no me animaba a eso aún en ese entonces.
Así de espaldas como me tenía, me metió su pija en mi concha. La tenía durísima y me cogía con más ganas que nunca. A la vez que me penetraba, me pasaba los dedos por mi clítoris. Luego, me los metió en mi boca y me hizo chuparlos. Yo, fumada como estaba, imaginaba que era la pija de Ale la que estaba en mi boca y los chupaba con unas ganas tremendas. Por momentos pensaba que era cierto, o que él nunca se había ido y que podía venir a la cama en cualquier momento.
Estaba excitadísima, no sabía si iba a poder aguantar mucho más sin acabar y ahí mi novio frenó, se acostó boca arriba e hizo un ademán con la mano para indicarme que suba arriba de él.
De inmediato obedecí, estaba desesperada por pija. Me la metí adentro y él me pidió que me saque la remera. Quedé completamente desnuda. Mientras me movía arriba de él, me acariciaba las tetas, me apretaba los pezones (lo cual me da un poco de dolor pero me calienta muchísimo). No paraba de decirme lo hermosa que soy y sus ganas de que lo haga cornudo.
Me apretó contra su pecho y mientras me cogía fuertemente la concha, empezó a jugar con su dedo en mi culo.
Me preguntó al oído: “¿Te gustaría que en vez de mi dedo sea la pija de Ale la que te coja el culo?”
Le dije que sí, y lo metió más adentro.
Me dijo: “Ahora cerrá los ojos y pensá que es su pija”.
Yo muy obediente le hice caso. (De todos modos lo haría, no podía dejar de pensar en que Ale me estaba cogiendo por atrás).
Al cabo de unos segundos no aguanté más y acabé en un orgasmo súper intenso, como hacía tiempo no tenía.
Seguido de eso, le dije a mi novio: “Qué linda que es la pija de tu amigo” y en ese instante sentí cómo mi concha se empezó a llenar de leche. Escuché sus gemidos algo tímidos en mi oreja y su semen que no paraba de salir. Después de eso, nos reímos los dos y nos quedamos dormidos.
Esa noche disfruté muchísimo coger con él, y si bien, todavía no lo había hecho cornudo, fue el comienzo de lo que vendría después.
Antes de conocerlo, venía hacía tiempo saliendo con flacos que solo querían coger. La pasaba bien (me gusta mucho el sexo), no lo niego! Pero después de un tiempo se tornaban en relaciones vacías.
Con mi novio las cosas se dieron distintas. Siempre fue más que un garche, desde el principio nos cagamos de risa juntos y cada vez empezamos a compartir más.
Al principio, el sexo no era muy bueno. A ver… la pasaba bien y lograba acabar, pero venía acostumbrada a que me cojan mucho más y sinceramente me quedaba con gusto a poco. Sin embargo, todo lo demás exceptuando la cama era genial, y confiaba en que con el tiempo el sexo iba a mejorar.
Llevábamos unas pocas semanas cuando él me empezó a hablar de lo que le calentaba. Al principio con indirectas o haciéndome preguntas como si me cogería a tal de sus amigos. Era la primera vez que me insinuaban algo así, por eso me costó entenderlo.
Conforme íbamos entrando más en confianza, él empezó a pedirme cada vez con más insistencia que lo haga cornudo, lo que para mí era algo impensado.
Una noche invitó a su casa a Alejandro, uno de sus amigos, para cenar los tres juntos y presentármelo. Me pidió que me ponga un vestidito corto. Yo lo hice, total no me molestaba.
Estábamos con mi novio en su casa cuando llegó Ale. Desde que lo ví me gustó, de no estar de novia sin duda me lo hubiera garchado, pero no era el caso.
Me presentó con Ale y cenamos algo. Escuchábamos música y charlábamos, faso de por medio.
De pronto, no se quien sacó el tema, pero la charla se empezó a tornar cada vez más caliente y sarpada. Ale no perdía oportunidad para tirarme palos e indirectas y yo le seguía el juego pero con cierta prudencia. Mi novio parecía calentarse de ver cómo su amigo me quería levantar. Yo me preguntaba por dentro si su amigo lo sabría, me preguntaba si ya se habría cogido a alguna ex de mi novio.
Mi novio dijo que iba al living a buscar en Netflix una peli de terror para mirar. Me dejó sola con Ale, fumando en la cocina. Me hablaba de cualquier pavada y por la forma en que me miraba y cómo se me acercaba se hacía evidente las ganas de cogerme que tenía.
Yo también estaba caliente pero me dí cuenta que en cuestión de segundos la situación se iba a descontrolar y me iba a terminar cogiendo al amigo de mi novio o, en el mejor de los casos, a los dos.
En el momento arrugué, así que lo dejé casi hablando solo a Ale y me fui al living a sentarme en el sillón con mi novio. Ale vino atrás mío y se sentó a mi otro lado.
Estábamos los tres en el sillón, yo en el medio, cuando arrancó la peli. La luz estaba baja y sentía el cuerpo de ellos dos rozando el mío. Ale puso su brazo sobre el respaldo y sentía sus dedos tocar suavemente mi nuca. Mi novio miraba la peli, como si no se diera cuenta de nada.
No tengo idea qué película pusimos porque no me podía concentrar en otra cosa que no fuera en lo excitada que estaba. Me levanté de inmediato con la excusa de ir al baño. Mi cabeza se debatía entre mi calentura y mi razón. Arrugué una vez más, les dije que estaba muerta de sueño y me fui al dormitorio a acostarme.
A poco de eso Ale se fue y mi novio vino a la cama.
Yo estaba ya sin ropa, solo con una remera vieja de él. Simulé estar dormida. Me abrazó por la espalda y metió su mano entre mis piernas. Introdujo un dedo en mi concha y verificó que estaba completamente mojada. Sentí un poco de vergüenza de que él lo notara, pero eso pareció volverlo loco. Me dijo: “Qué mojadita que estás mi amor, se nota que te morías de ganas de tener la pija de Ale”. Lo cual era verdad pero yo no me animaba a eso aún en ese entonces.
Así de espaldas como me tenía, me metió su pija en mi concha. La tenía durísima y me cogía con más ganas que nunca. A la vez que me penetraba, me pasaba los dedos por mi clítoris. Luego, me los metió en mi boca y me hizo chuparlos. Yo, fumada como estaba, imaginaba que era la pija de Ale la que estaba en mi boca y los chupaba con unas ganas tremendas. Por momentos pensaba que era cierto, o que él nunca se había ido y que podía venir a la cama en cualquier momento.
Estaba excitadísima, no sabía si iba a poder aguantar mucho más sin acabar y ahí mi novio frenó, se acostó boca arriba e hizo un ademán con la mano para indicarme que suba arriba de él.
De inmediato obedecí, estaba desesperada por pija. Me la metí adentro y él me pidió que me saque la remera. Quedé completamente desnuda. Mientras me movía arriba de él, me acariciaba las tetas, me apretaba los pezones (lo cual me da un poco de dolor pero me calienta muchísimo). No paraba de decirme lo hermosa que soy y sus ganas de que lo haga cornudo.
Me apretó contra su pecho y mientras me cogía fuertemente la concha, empezó a jugar con su dedo en mi culo.
Me preguntó al oído: “¿Te gustaría que en vez de mi dedo sea la pija de Ale la que te coja el culo?”
Le dije que sí, y lo metió más adentro.
Me dijo: “Ahora cerrá los ojos y pensá que es su pija”.
Yo muy obediente le hice caso. (De todos modos lo haría, no podía dejar de pensar en que Ale me estaba cogiendo por atrás).
Al cabo de unos segundos no aguanté más y acabé en un orgasmo súper intenso, como hacía tiempo no tenía.
Seguido de eso, le dije a mi novio: “Qué linda que es la pija de tu amigo” y en ese instante sentí cómo mi concha se empezó a llenar de leche. Escuché sus gemidos algo tímidos en mi oreja y su semen que no paraba de salir. Después de eso, nos reímos los dos y nos quedamos dormidos.
Esa noche disfruté muchísimo coger con él, y si bien, todavía no lo había hecho cornudo, fue el comienzo de lo que vendría después.
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