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Tomás leche, me preguntó.

Una noche de lluvia entré a un chat telefónico de citas con hombres. Tenia deseos de masturbarme con una voz bien varonil y que me diga cosas sucias. Mi presentación en el perfil decía algo así como:
"Busco hombre activo muy dominante que quiera poseerme." Complete mi presentación diciendo de qué zona era.
A los minutos recibi un mensaje: "Hola, me llamo Eduardo, estamos cerca, tengo 50 años, vivo solo, soy dominante. Llámame."
Su voz sonaba a más de 50, lo sentí firme, seguro y con calle. Lo llamé.
-Hola Eduardo?-
-Hola, cómo estás, contame cómo sos físicamente, yo busco pasivos bien pasivas.-
-Soy delgado, mi nombre es Alex, soy pasiva exclusivamente, tengo poco vello corporal, soy dulce y algo sumiso- le dije.
Hubo una pausa de segundos, él no respondía. Pensé que había cortado, suele pasar eso a veces, te preguntan cosas y te cortan.
- Queres venir ahora a mi casa? me dice. Anota mi teléfono y llamame.
Me sorprendió y me excitó su proposición directa.
Eran las 10 de la noche y vivía a 15 cuadras de mi casa.
Lo llamé.
-Hola Alex, así que te gustan los dominantes, bien, contame porqué te gustan.
Yo lo escuchaba y temblaba, siempre me sucede cuando sé íntimamente q me van a poseer. Empiezo a sentir un placer extraño en mi cola, muy agradable.
-Los dominantes me hacen sentir muy nena, por eso me gustan, dije.
-Bien, tomas la leche, me preguntó.
Yo estaba absolutamente volando de calentura. El tipo hablaba con una seguridad y firmeza que me producia temblores. La conversación avanzaba y mi bombachita se mojaba mas y mas, se me puso duro el pito, sentí q explotaba, nunca me había sucedido eso así.
-Nunca trague, me lo pidieron muchas veces pero nunca me anime.
-Ok, a mi me la vas a tomar.
Durante el camino hacia su casa no podía dejar de pensar en su voz profunda, grave. La oscuridad de la calle era absoluta. Él me esperaba en la puerta de su casa, recostado contra la pared, era mas bajo q yo, con bigotes tupidos, cara de milico, algo calvo. Entramos, cerró la puerta, atravesamos un gran patio con plantas y pequeños árboles descuidados, los perros ladraban y me olían.
Caminábamos en silencio hacia el interior, el delante y yo atrás. Yo sentia salir de mi pene el liquido preseminal. Era increible mi calentura. Ese silencio entre los dos decia muchas mas cosas que las palabras. Entramos a un hall con muebles muy viejos, la tele prendida, olor a humedad, me dice que me siente en la silla y él se para al lado mío y se baja la bragueta del pantalón ordenandome que se la chupe.
Me sentí un objeto. Me trataba como a un objeto.
Me fascinaba. Eso es lo que buscaba de un dominante.
El tipo era muy vulgar, le gustaba insultar, decir cosas muy chanchas. Era un hermoso hijo de puta.
Yo con su cosota en la boca, lo miraba a los ojos y él miraba la tele como si nada, me acariciaba los cabellos y con su mano empujaba mi nuca.
-La chupas muy bien, me dice, cómo a mi me gusta. Si te portas bien, y haces lo q te digo, te voy a entregar a mis amigos. Querés?
Nunca lo hice con más de uno, dije.
-Te va a gustar, vas a ver. Hay un Santiagueño que tiene un pedazo descomunal, te va a enloquecer
-Me encanta como me tratas, Eduardo, le dije mirándolo a los ojos y con su pito cerca de mi nariz.
- Así que nunca tomaste leche, hoy vas a probarla.
Metio su pito dentro del pantalón y me agarró de la mano llevándome a su habitación.
Yo estaba en el aire, mi cola latia y mi corazón se salía del pecho.
Él se tiró en la cama y me ordenó que me desvista despacio y de espaldas.
Cada una de sus palabras entraba en mis oídos y en mi cola. Se empezó a masturbar cuando quede desnudo. Me quise dar vueltas para mirarlo pero él casi enojado me dijo: No! te dije de espaldas, ofrece tu culo.
Se pajeaba violentamente. Su cuerpo estaba lleno de pelos blancos y una panza q me enloquecia.
Vení acá, seguí chupando, me dijo.
Volví a metermela en la boca y el me pellizcaba la cola, sus dedos empezaron a jugar en mi agujerito.
(Continuará )

2 comentarios - Tomás leche, me preguntó.

locura21
muy lindo relato me habria gustado ser yo