Por si no lo vieron:
Capítulo 1: Viernes
Capítulo 2: Sábado parte 1
Ruidos de personas y niños corriendo mientras se reían me despertaron esa mañana, no sé qué hora era pero me dolía la cabeza, tenía esa sensación de no haber dormido bien, además de un poco de resaca. Mis músculos estaban tensos y yo apenas podía abrir un poco los ojos pues la cortina estaba toda abierta y entraba un gran rayo de luz que iluminaba el cuarto.
Me volteé para darme cuenta que estaba sola, pues no había rastro de mi esposo por ningún lado, entonces me quedé acostada y casi de inmediato se me vino a la cabeza la imagen de mi sobrino anoche en el baño, no podía creer todo lo que había pasado en apenas unas horas, yo seguía muy confundida pues no sabía si realmente era por mi falta de relaciones o porque me causaba morbo saber que mi sobrino me deseaba y yo desearlo a él, pues nunca antes me había masturbado dos veces en una noche y menos pensando en la misma persona, ni siquiera en mi esposo o en esas noches en las que descubrí Poringa y esperaba que todos durmieran para tocarme con videos y fotos en la silla de mi estudio. Aunque esas veces solo necesitaba venirme una vez para caer profunda, pero hoy habían sido dos y seguía con la sensación, los nervios de punta.
Pensando en eso me volví a mojar de nuevo, mis tangas ya se notaban pegajosas de tanto líquido que había escurrido por ellas, quise volver a tocarme pero en ese momento entró mi marido. Llevaba una toalla enrollada, me dijo que se estaba duchando y que me levantara rápido para salir a desayunar con su familia. Sin protestar me senté en la cama mientras él dejaba caer su toalla al piso y quedaba desnudo. Vi de nuevo su pene, que estaba muy flácido y pequeño entonces le dije que se volteara y sin preguntarle más lo empecé a acariciar.
Ven amor no quieres uno rápido antes de salir, le dije, a lo que se negó diciendo que los niños podían entrar en cualquier momento pero yo no le hice caso y le agarré una de sus manos y la mandé a mis pechos, te gustan amor mira como se ponen cuando los tocas, pero mi esposo se negó completamente y yo me sentí muy frustrada con él.
Entonces me quité la blusa, quedé en tetas y tanga, me paré en frente de él y le dije tú ya no me deseas verdad, mira todo lo que tienes para ti solito, entonces mi esposo enfadado me dijo que estaba loca y que me cubriera porque podían entrar los niños en cualquier momento, pero yo no le hice caso y me saqué también la tanga y me puse en posición de perrito en la cama con mi vagina toda abierta y mojadita, aprovecha y cógeme como antes le dije, pero él solo se enfadó más y me cubrió con una toalla. Vas hacer que alguien nos vea estás loca no sé que te pasa, me dijo.
Entonces me envolví en la toalla y cuando iba a salir al baño entró Karen, mi hija a preguntarme dónde estaba su bikini pues iba a meterse a la piscina. Mi esposo y yo fingimos que nada pasaba yo saqué su bikini de una de las maletas y se lo di diciéndole que se podía cambiar en el baño mientra yo me duchaba para que dejara a su padre cambiarse solo. Ella en broma nos dijo que nos fuéramos los dos al baño y le dábamos otro hermanito mientras ella se cambiaba allí, pero yo le dije que no dijera tonterías. Mi esposo le respondió también en broma, yo me vestiré aquí estés tú o no, así que decide si nos cambiamos juntos o te vas con tu madre, ella rió y ambas salimos, mi esposo quedó solo en el cuarto.
Ella es mi hija conmigo en una foto reciente:
Entramos juntas al baño le dije que si quería se duchara conmigo pues en ocasiones como esas lo hacemos, pero respondió que ya lo había hecho, entonces yo dejé caer mi toalla y desnuda entré a la ducha. Abrí la llave y el agua recorrió todo mi cuerpo haciéndome sentir más tranquila, me dieron ganas de masturbarme de nuevo pues lo hago muy seguido en la ducha, pero no me atreví pues aunque mi hija no podía verme, estaba muy cerca y yo soy muy cuidadosa.
Mientras enjabonaba mi cuerpo mi hija me hizo un comentario que me dejó sorprendida: ''Mami, anoche Joaquín estaba un poco raro'' Yo no supe qué responderle por un segundo, entonces le dije ''Por qué lo dices, amor'' y ella me lo contó.
Karen: Anoche nos fuimos todos a dormir y mi cama está junto a la suya pero yo no me dormí tamprano porque estaba chateando con Pablo (su novio) entonces lo sentí moverse mucho y me quedé mirándolo y creo que se estaba... tu sabes.
Yo: Qué estaba haciendo?
Karen: Pues lo que hacen los chicos de su edad, solo que lo estaba haciendo con todos ahí tal vez pensó que todos dormíamos ya.
Yo: Se masturbaba?
Karen: Yo creo que sí, pues debajo de su cobija se notaba algo que subía y bajaba muy rápido luego hubo un olor extraño, creo que nadie más lo notó porque todos estaban dormidos.
Yo: Y qué más viste dime...
En este punto sentía una punzada en mi vagina, saber que mi sobrino se había masturbado también la noche anterior me calentó muchísimo y me mojé de nuevo. En esos momentos mientras mi hija hablaba me puse los dedos en el clítoris y lo masajeaba haciendo esfuerzos para no gemir. Asomé la cabeza por la cortinilla de la ducha pero ella estaba muy tranquila poniéndose su bikini, no estaba enterada de lo que yo hacía.
Karen: Pues más tarde se levantó y salió al baño supongo a limpiarse, pero cuando volvió se acostó y de nuevo empezó con lo mismo, incluso podía escuchar que decía algo pero no entendía, era algo así como ''tía''. Luego vi como se inclinaba acostado, se encogía y volvía a estirarse hasta que dijo de nuevo algo así como ''sí tía'' y volvió ese olor extraño, como a... tu sabes.
Mientras Karen hablaba me sentía a explotar, me estaba masturbando justo al lado de ella mientras me contaba lo de mi sobrino, cada tanto me asomaba pero ella seguía en lo suyo, mirándose de lado a lado y acomodándose su bikini, yo deseaba que se fuera para hacerlo más tranquila pero a la vez la emoción de hacer algo prohibido sin ser descubierta me excitaba. Cuando ella terminó me costó responderle pues estaba por tener un orgasmo.
Karen: ... mamá? Me escuchaste?
Yo: Sí, amor perdona es que me lavaba la cara.
Hablaba con dificultad pues casi estaba gimiendo.
Karen: ¿Estás bien? Te suena rara la voz...
Yo: Sí hija no pasa nada y ahí terminó todo?
Karen: Sí eso creo, luego vi que se descubrió porque se estaba limpiando, como no habían luces no se veía muy bien pero sí se notaba la silueta de ya sabes... con lo que jugaba.
Yo: Y la tenía muy grande?
Karen: Cómo dices mami? No lo sé, normal...
Yo: Perdona hija no sé en qué estaba pensando, bueno es hora que entiendas que a veces los chicos hacen eso y nosotras también, es normal así que no te asustes solo a la próxima vez dale privacidad.
Karen: Vale mami te espero a que salgas
Y le dije que mejor se fuera porque aún me faltaba terminar de ducharme pero era mentira, apenas escuché que salió y se cerró la puerta volví a masturbarme pensando en lo que me había dicho mi hija. Saber que se había masturbado también me ponía muy caliente, imaginarlo haciéndose una paja a mi nombre era todo lo que necesitaba para que me diera otro orgasmo en apenas unos segundos, no entendía por qué ese chico me causaba tanto morbo, ni por qué fantaseaba tanto con él.
Mi hija no es muy grande, pero sí lo suficiente como para saber y entender esas cosas, pero creo que nunca había tenido que ver algo así... lo digo desde la ignorancia de madre, pues ya tiene novio y no sé si seguirá siendo virgen o no... en fin.
Qué pasaría si alguna vez mi sobrino me pidiera que lo besara o que lo masturbara o una mamada o sexo, qué haría yo? Creo que lo rechazaría por miedo a perderlo todo en mi familia si nos descubrieran pero la verdad por dentro estaría muerta de ganas de cumplirle las fantasías a mi sobrinito, el pequeño Joaquín que al parecer ya había crecido mucho.
Salí de la ducha, me envolví en la toalla, abrí la puerta del baño, salí, me volteé para cerrarla y cuando me volteaba de nuevo para ir a mi cuarto me choqué de súbito con JOAQUÍN, mi sobrino iba pasando por el pasillo. Quedamos cara a cara sin decirnos nada un segundo, entonces yo pensé en esquivarlo y pasar de él, pero mi esposo apareció también.
Esposo: Buenos días, mijo cómo amaneció?
Sobrino: Muy bien tío muchas gracias y ustedes?
Esposo: Muy bien cierto amor?
Y volteó a mirarme, yo solo fingí una sonrisa y asentí con la cabeza.
Esposo: No le va a decir nada al sobrino, mi amorcita por qué tan callada?
Y me dio una notoria y fuerte nalgueada.
Yo: Hola, Joaquín como amaneciste, yo muy bien.
Sobrino: Gracias tía, bueno los dejo voy a la piscina.
Esposo: Sí mijo vamos, usted vaya y se pone su vestido de baño que le queda hermoso y nos alcanza en la piscina.
''Claro, mi amor'' fue lo único que le pude decir mientras se alejaba caminando con mi sobrino, que me volteó a mirar una última vez antes de irse del todo.
Yo entré al cuarto con un hueco en el estómago, no podía resistir tanta presión, tantas casualidades, todo estos sentimientos mezclados con una cachondez extraña, una excitación abajo del ombligo que me paraba los pezones de nuevo.
Sin pensar más en el tema busqué mi bikini, de dos piezas, color verde, me lo puse asegurándome que me quedara muy ajustado en los senos y las nalgas, disfrutaba como rozaba con mi cuerpo y como se metía en mi vagina, era mi bikini favorito y aunque no lo usaba cuando habían reuniones familiares por ser demasiado sugerente, esta vez no me importaba, necesitaba llamar su atención... la de mi sobrino. Puse a cargar mi celular antes de salir pues seguía muerto.
Me cubrí con una delgada bata y salí a la mesa donde algunos desayunaban, otros bebían cerveza y otros ya se escuchaban desde la piscina. Me senté a comer con mis hijos que ya tenían puestos sus trajes de baño también y actué muy normal hasta que terminó el desayuno, ahora mi marido me llamaba para ir a la piscina donde estaba con mi sobrino.
Siguiente capítulo: El sobrino capítulo II Parte 3: El bikini
Capítulo 1: Viernes
Capítulo 2: Sábado parte 1
Ruidos de personas y niños corriendo mientras se reían me despertaron esa mañana, no sé qué hora era pero me dolía la cabeza, tenía esa sensación de no haber dormido bien, además de un poco de resaca. Mis músculos estaban tensos y yo apenas podía abrir un poco los ojos pues la cortina estaba toda abierta y entraba un gran rayo de luz que iluminaba el cuarto.
Me volteé para darme cuenta que estaba sola, pues no había rastro de mi esposo por ningún lado, entonces me quedé acostada y casi de inmediato se me vino a la cabeza la imagen de mi sobrino anoche en el baño, no podía creer todo lo que había pasado en apenas unas horas, yo seguía muy confundida pues no sabía si realmente era por mi falta de relaciones o porque me causaba morbo saber que mi sobrino me deseaba y yo desearlo a él, pues nunca antes me había masturbado dos veces en una noche y menos pensando en la misma persona, ni siquiera en mi esposo o en esas noches en las que descubrí Poringa y esperaba que todos durmieran para tocarme con videos y fotos en la silla de mi estudio. Aunque esas veces solo necesitaba venirme una vez para caer profunda, pero hoy habían sido dos y seguía con la sensación, los nervios de punta.
Pensando en eso me volví a mojar de nuevo, mis tangas ya se notaban pegajosas de tanto líquido que había escurrido por ellas, quise volver a tocarme pero en ese momento entró mi marido. Llevaba una toalla enrollada, me dijo que se estaba duchando y que me levantara rápido para salir a desayunar con su familia. Sin protestar me senté en la cama mientras él dejaba caer su toalla al piso y quedaba desnudo. Vi de nuevo su pene, que estaba muy flácido y pequeño entonces le dije que se volteara y sin preguntarle más lo empecé a acariciar.
Ven amor no quieres uno rápido antes de salir, le dije, a lo que se negó diciendo que los niños podían entrar en cualquier momento pero yo no le hice caso y le agarré una de sus manos y la mandé a mis pechos, te gustan amor mira como se ponen cuando los tocas, pero mi esposo se negó completamente y yo me sentí muy frustrada con él.
Entonces me quité la blusa, quedé en tetas y tanga, me paré en frente de él y le dije tú ya no me deseas verdad, mira todo lo que tienes para ti solito, entonces mi esposo enfadado me dijo que estaba loca y que me cubriera porque podían entrar los niños en cualquier momento, pero yo no le hice caso y me saqué también la tanga y me puse en posición de perrito en la cama con mi vagina toda abierta y mojadita, aprovecha y cógeme como antes le dije, pero él solo se enfadó más y me cubrió con una toalla. Vas hacer que alguien nos vea estás loca no sé que te pasa, me dijo.
Entonces me envolví en la toalla y cuando iba a salir al baño entró Karen, mi hija a preguntarme dónde estaba su bikini pues iba a meterse a la piscina. Mi esposo y yo fingimos que nada pasaba yo saqué su bikini de una de las maletas y se lo di diciéndole que se podía cambiar en el baño mientra yo me duchaba para que dejara a su padre cambiarse solo. Ella en broma nos dijo que nos fuéramos los dos al baño y le dábamos otro hermanito mientras ella se cambiaba allí, pero yo le dije que no dijera tonterías. Mi esposo le respondió también en broma, yo me vestiré aquí estés tú o no, así que decide si nos cambiamos juntos o te vas con tu madre, ella rió y ambas salimos, mi esposo quedó solo en el cuarto.
Ella es mi hija conmigo en una foto reciente:
Entramos juntas al baño le dije que si quería se duchara conmigo pues en ocasiones como esas lo hacemos, pero respondió que ya lo había hecho, entonces yo dejé caer mi toalla y desnuda entré a la ducha. Abrí la llave y el agua recorrió todo mi cuerpo haciéndome sentir más tranquila, me dieron ganas de masturbarme de nuevo pues lo hago muy seguido en la ducha, pero no me atreví pues aunque mi hija no podía verme, estaba muy cerca y yo soy muy cuidadosa.
Mientras enjabonaba mi cuerpo mi hija me hizo un comentario que me dejó sorprendida: ''Mami, anoche Joaquín estaba un poco raro'' Yo no supe qué responderle por un segundo, entonces le dije ''Por qué lo dices, amor'' y ella me lo contó.
Karen: Anoche nos fuimos todos a dormir y mi cama está junto a la suya pero yo no me dormí tamprano porque estaba chateando con Pablo (su novio) entonces lo sentí moverse mucho y me quedé mirándolo y creo que se estaba... tu sabes.
Yo: Qué estaba haciendo?
Karen: Pues lo que hacen los chicos de su edad, solo que lo estaba haciendo con todos ahí tal vez pensó que todos dormíamos ya.
Yo: Se masturbaba?
Karen: Yo creo que sí, pues debajo de su cobija se notaba algo que subía y bajaba muy rápido luego hubo un olor extraño, creo que nadie más lo notó porque todos estaban dormidos.
Yo: Y qué más viste dime...
En este punto sentía una punzada en mi vagina, saber que mi sobrino se había masturbado también la noche anterior me calentó muchísimo y me mojé de nuevo. En esos momentos mientras mi hija hablaba me puse los dedos en el clítoris y lo masajeaba haciendo esfuerzos para no gemir. Asomé la cabeza por la cortinilla de la ducha pero ella estaba muy tranquila poniéndose su bikini, no estaba enterada de lo que yo hacía.
Karen: Pues más tarde se levantó y salió al baño supongo a limpiarse, pero cuando volvió se acostó y de nuevo empezó con lo mismo, incluso podía escuchar que decía algo pero no entendía, era algo así como ''tía''. Luego vi como se inclinaba acostado, se encogía y volvía a estirarse hasta que dijo de nuevo algo así como ''sí tía'' y volvió ese olor extraño, como a... tu sabes.
Mientras Karen hablaba me sentía a explotar, me estaba masturbando justo al lado de ella mientras me contaba lo de mi sobrino, cada tanto me asomaba pero ella seguía en lo suyo, mirándose de lado a lado y acomodándose su bikini, yo deseaba que se fuera para hacerlo más tranquila pero a la vez la emoción de hacer algo prohibido sin ser descubierta me excitaba. Cuando ella terminó me costó responderle pues estaba por tener un orgasmo.
Karen: ... mamá? Me escuchaste?
Yo: Sí, amor perdona es que me lavaba la cara.
Hablaba con dificultad pues casi estaba gimiendo.
Karen: ¿Estás bien? Te suena rara la voz...
Yo: Sí hija no pasa nada y ahí terminó todo?
Karen: Sí eso creo, luego vi que se descubrió porque se estaba limpiando, como no habían luces no se veía muy bien pero sí se notaba la silueta de ya sabes... con lo que jugaba.
Yo: Y la tenía muy grande?
Karen: Cómo dices mami? No lo sé, normal...
Yo: Perdona hija no sé en qué estaba pensando, bueno es hora que entiendas que a veces los chicos hacen eso y nosotras también, es normal así que no te asustes solo a la próxima vez dale privacidad.
Karen: Vale mami te espero a que salgas
Y le dije que mejor se fuera porque aún me faltaba terminar de ducharme pero era mentira, apenas escuché que salió y se cerró la puerta volví a masturbarme pensando en lo que me había dicho mi hija. Saber que se había masturbado también me ponía muy caliente, imaginarlo haciéndose una paja a mi nombre era todo lo que necesitaba para que me diera otro orgasmo en apenas unos segundos, no entendía por qué ese chico me causaba tanto morbo, ni por qué fantaseaba tanto con él.
Mi hija no es muy grande, pero sí lo suficiente como para saber y entender esas cosas, pero creo que nunca había tenido que ver algo así... lo digo desde la ignorancia de madre, pues ya tiene novio y no sé si seguirá siendo virgen o no... en fin.
Qué pasaría si alguna vez mi sobrino me pidiera que lo besara o que lo masturbara o una mamada o sexo, qué haría yo? Creo que lo rechazaría por miedo a perderlo todo en mi familia si nos descubrieran pero la verdad por dentro estaría muerta de ganas de cumplirle las fantasías a mi sobrinito, el pequeño Joaquín que al parecer ya había crecido mucho.
Salí de la ducha, me envolví en la toalla, abrí la puerta del baño, salí, me volteé para cerrarla y cuando me volteaba de nuevo para ir a mi cuarto me choqué de súbito con JOAQUÍN, mi sobrino iba pasando por el pasillo. Quedamos cara a cara sin decirnos nada un segundo, entonces yo pensé en esquivarlo y pasar de él, pero mi esposo apareció también.
Esposo: Buenos días, mijo cómo amaneció?
Sobrino: Muy bien tío muchas gracias y ustedes?
Esposo: Muy bien cierto amor?
Y volteó a mirarme, yo solo fingí una sonrisa y asentí con la cabeza.
Esposo: No le va a decir nada al sobrino, mi amorcita por qué tan callada?
Y me dio una notoria y fuerte nalgueada.
Yo: Hola, Joaquín como amaneciste, yo muy bien.
Sobrino: Gracias tía, bueno los dejo voy a la piscina.
Esposo: Sí mijo vamos, usted vaya y se pone su vestido de baño que le queda hermoso y nos alcanza en la piscina.
''Claro, mi amor'' fue lo único que le pude decir mientras se alejaba caminando con mi sobrino, que me volteó a mirar una última vez antes de irse del todo.
Yo entré al cuarto con un hueco en el estómago, no podía resistir tanta presión, tantas casualidades, todo estos sentimientos mezclados con una cachondez extraña, una excitación abajo del ombligo que me paraba los pezones de nuevo.
Sin pensar más en el tema busqué mi bikini, de dos piezas, color verde, me lo puse asegurándome que me quedara muy ajustado en los senos y las nalgas, disfrutaba como rozaba con mi cuerpo y como se metía en mi vagina, era mi bikini favorito y aunque no lo usaba cuando habían reuniones familiares por ser demasiado sugerente, esta vez no me importaba, necesitaba llamar su atención... la de mi sobrino. Puse a cargar mi celular antes de salir pues seguía muerto.
Me cubrí con una delgada bata y salí a la mesa donde algunos desayunaban, otros bebían cerveza y otros ya se escuchaban desde la piscina. Me senté a comer con mis hijos que ya tenían puestos sus trajes de baño también y actué muy normal hasta que terminó el desayuno, ahora mi marido me llamaba para ir a la piscina donde estaba con mi sobrino.
Siguiente capítulo: El sobrino capítulo II Parte 3: El bikini
26 comentarios - El sobrino (II): Sábado -Parte 2: La Ducha-
Calientes haciéndonos la paja......