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Mis tardes con Alicia

Alicia rondaba los 50 años, escultora, delgada, pelo rojizo largo y enrulado, nada de tetas ni culo, piernas largas con pecas, bohemia, viajaba frecuentemente a Europa ... Alicia parecía salida del cuento.


Eramos vecinos desde hacía varios años pero nunca me había detenido a sostener una charla de mas de 5 minutos hasta aquél día.

Yo me encontraba lustrando un listón de madera dentro de mi cochera cuando Alicia entró y saludándome me preguntó que hacía.
Le expliqué y conforme con mis palabras me preguntó si me animaba a hacer algo parecido en el jardín de su casa. Contesté que sí, que estaría dispuesto cuando ella lo decidiera.
" ... bueno, si querés pasar después de almorzar te espero ..." dijo y se marchó.

Fui por supuesto después del almuerzo. La casa era muy linda, con espacios amplios y muy blancos donde se podían ver esculturas realizadas por ella.
Me llevó hasta el pequeño parque y me indicó qué era lo que quería.
Me puse a trabajar despacio con la madera y Alicia me daba charla, hasta que luego de un rato la conversación dio un giro hacia lo sexual.
" ... sabés que en Italia participé de una orgía ? ..." tiró de una.
Levanté la vista y empecé a tratar de comprender hacia adonde iría.
" ... si, estuve con dos tipos ... con mujeres ..." relataba casi sin mirarme.
" ... ojalá nuestra sociedad fuese tan libre ..." concluyó sentándose en una hamaca lindera.
Yo la miraba sin decir nada, cuando de repente confesó:

" ... sabés para que soy buena ? ... para el pete ... todas mis parejas dicen eso ..." rió.
Dejé a un lado la madera y acercándome a ella bajé mi pantalón y mi pija quedó expuesta ante su cara.
Alicia me miró a los ojos y con una mano acarició mis huevos ... muy despacio ... haciendo que sintiera cosquillas.
" ... vos empezaste el juego ... " le dije.
Con mucha delicadeza agarró mi pija y beso la punta de la cabeza ... dio un par de lamidas y se la fue tragando de a poco, hasta lograr comerla por completo y empezar a tomar ritmo.
La sacaba y metía con suma maestría ... realmente era buena chupándola.
La dejé hacer ... en ningún momento sentí el roce de sus dientes, parecía una caverna caliente y húmeda que apretaba mi pija desde el tronco hasta la punta ... maravilloso.
" ... te la tomás ? le pregunté.
Alicia asintió con su cabeza sin sacarla de su boca.
Dos segundos después largaba mi leche en su garganta.

Mi vecina, cincuentona, de la que ni siquiera sabía su apellido, tenía mi leche en su estómago.

Se levantó de la hamaca y dando por concluida la tarea (la mía y la suya) me dijo:
" ... mañana te espero después del almuerzo, así seguís con eso ..."

Fueron dos semanas lo que tardé en intentar terminar de pulir la madera, dos semanas de mamadas ... nunca le ví una teta o siquiera la toqué ... Alicia disponía de mi pija por las siestas y luego de ordeñarla me despedía.

Yo quedé sin leche, ella sin el trabajo terminado.

2 comentarios - Mis tardes con Alicia

albertocino
me hubiese gustado que lo hubieses estirado y se convirtiese en una saga
tordoblanco
a la vecina le encanta la leche recien ordeñada