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Empate

Hoy la volví a encontrar en la calle, de casualidad, y recordé inmediatamente la época en la que me tenía comiendo de su mano. 


Fueron meses en los que fui juguete de sus caprichos. Pero, se sabe, a veces el encanto se desvanece, y un desencuentro lleva a otro. Pero no es la historia que quiero contar, 


Cuando todo estaba bien, cuando buscábamos cualquier excusa para matarnos en una cama -o en cualquier rincón de la casa, o en cualquier sillón de bar, o en cualquier pasillo de restaurant- ella sabía perfectamente como provocarme. 


Sabía como, desafiándome, obtener lo que buscaba. 


Y en ese contrato no firmado que teníamos, lo que buscábamos era llevar el límite un poco más allá. Los dos sabíamos que no nos habíamos entregado por completo, y los dos nos moríamos por hacerlo 


Cada encuentro furtivo era un choque más. 


Ya sabíamos que teníamos en nuestras manos, algo más que cuatro horas para escarceos, y ya habíamos tenido buen sexo en las primeras dos.


Las ganas se habían acumulado en las dos o tres semanas en que se habían producido algunos desencuentros y, si acaso se tratara de una competencia, el marcador estaba dos a dos.


Dos orgasmos para cada uno. El primero, simultáneo, apenas si había durado un puñado de minutos. Lo que se tarda en besarse profundamente, quitarse la ropa y penetrarse con hambre.


El segundo fue más intenso. Con más caricias, con más lengua. 


Recuperamos el aliento tomando una gaseosa fresca, y charlando sobre nuestras cosas cotidianas, el planteo de algunos problemas, y también el bosquejo de algunas soluciones. También aprovechamos el tiempo para comer algo liviano. Había que saciar otros hambre también. 


Precavidos como siempre, nos habíamos procurado unas piezas de sushi antes de cerrar la puerta de la habitación que nos protegía de las miradas indiscretas, de esposas, de maridos y del público en general.


Cuando nos fuimos a duchar, parecía que todo se encaminaba para despedirnos, y volver cada uno a sus realidades, pero ya les dije, ella sabía cómo provocarme para conseguir algo más. 


Creo, ahora con el tiempo, que se pasaba la semana guionando el encuentro, y que después, como buena actriz de su guión, lo llevaba a cabo. 


Empezó a ponerse ropa interior que yo no había visto al principio. Y lo hizo lentamente, encajándose la diminuta bombacha que se perdía entre sus nalgas. 


La miré sonriente, todavía sin saber si era nueva, o si en el alboroto del principio no lo había visto, pero las dudas se me disiparon muy rápidamente, cuando ella, sentada en el borde de la cama, extendió su pierna y se enfundó en una media de seda negra. 




Se puso de pie, y enganchó sus medias en el portaligas. Se puso de espaldas, contra la pared, levantando la cola, y ahí fue que me miró desafiante, provocándome, para tener un revolcón más. Sabía que me estaba tocando el orgullo, y que iba a obtener los resultados. La reacción del hombre, frente a la provocación y a la imagen que le regalaba la mujer que deseaba no se hizo rogar. 




La levanté y la apoyé boca abajo en la mesa, y le di un merecido chirlo en la nalga, como reprimenda a la falta de respeto, pero volvió a sorprenderme. Esperaba que ese castigo provocara una queja, y una reprimenda, pero me pareció que lo que había recibido como respuesta había sido un gemido. 




Para corroborarlo, le descargué otro chirlo en la otra nalga, y ella soltó un ‘ay’ de indudable placer. Así que, frente a la respuesta, y sin solución de continuidad descargué tres, cuatro chirlos más, y ella, con voz ronca, le rogó que no se detenga.




Un chirlo más, pero no en las nalgas, sino en el centro, desató todo.


-no pares, no se te ocurra parar- le dijo con una voz gutural, que hasta ese momento no había conocido.


Le corrí la tanga, y le pasé un dedo desde el clítoris hasta el ano, y fue como una descarga eléctrica que provocó que ella levantara más la cola. Era indudable que quería ser penetrada, y no me hice rogar. 


Le hundí un dedo en el culo, y recibí como premio un gemido de agradecimiento, y empecé a moverlo lentamente dentro de ella. Sentía en mi dedo cómo el culo apretaba para que no saliera… como si le estuviera acariciando el dedo, entonces le mandé otro, y los gemidos subían su volumen. 


Ella estaba expuesta, y yo muy cómodo, y decidí utilizar mi otra mano, y le hundí dos dedos en su concha, y empecé a moverlos acompasadamente, con mucho cuidado.


-Es como si tuvieras dos pijas adentro- le dije al oído


-Quiero por lo menos la tuya- me contestó, con una voz que ya era totalmente desconocida para mí. 


Fue como una orden. Tenía la verga dura, lista para un nuevo escarceo, y apoyó la cabeza roja, húmeda de sus propios jugos, que se mezclaron con los del cuerpo de la dama, y de una única estocada, la hundí en su interior, arrancándole un grito gutural, de placer extremo.


Y lo que sentí en mis dedos, lo volví a sentir en mi pija: me la apretaba con el culo como si fuera su mano, tratando de retenerla, pero consiguiendo su otro cometido, volverme loco, llevarme al éxtasis. 


Ya nadie controlaba nada, yo me quedaba quieto, y ella hundía su cola en su pija. Ella se quedaba quieta, y yo golpeaba con mi pelvis buscando penetrarla más y más.


Hasta que llegó el final. 


Lo sentí primero en el cuello, y cómo una corriente eléctrica me bajaba por la columna vertebral y se centraba en los huevos. Una sensación única como si todo mi cuerpo se comprimiera, hasta llegar al momento único, en el que todo se desanuda, y explota.




Ella sintió mis estertores y la leche que brotaba de mi cuerpo llenándole las entrañas. Fue suficiente para que se rozara con sus propios dedos el clítoris, para que un orgasmos desbastador le recorriera todo su cuerpo.


Caímos en la alfombra. Nos besamos los labios. Recobramos el aliento. 


Ella me miró a los ojos, y con la voz de gata buena que solía tener -y no la de animal que me había presentado esa tarde-, dijo


-Tres a tres. 

6 comentarios - Empate

putita_linda +2
Partidazo!
Pervberto +2
Un hallazgo literario de @putita_linda para este magnífico relato.
VoyeaurXVII +1
@putita_linda siempre tiene el comentario inteligente en la punta de los labios!
Alexgrandegruesa
@VoyeaurXVII porsupuesto hasta q se canse de vos …
Silvia de Mardel es muy muy pero muy puta ….
Tiene el culo y la concha grandes por tantas pollas q se comió …
Pero es buena cogedora …
Lady_GodivaII +1
Se viene el tie break!
VoyeaurXVII +1
cuando guste.. .hacemos tie break, y todo lo que quiera!
pieldechocolate +1
Quedo ansiosa de conocer detalles del desempate, si lo hubo.....
VoyeaurXVII +1
siempre hay un nuevo encuentro... no necesariamente con el mismo 'rival"
PicoCaballito +1
Lindoo 3 a 3!!imposible con Nadia, con ella pierdo siempre por goleada!!
VoyeaurXVII +1
hermosa acabadora!!!