Pase un año y medio al cuidado de un tio de mi viejo, un tipo que tenía una gomería en Lobos y estaba solo porque era manolarga con su mujer que habia optado por irse con un camionero.
Al principio el tipo se cuidaba mucho y era discreto apostando a mi inocencia, despúes de unos dias las siestas en la gomeria al costado de la ruta se hacian interminables y pegajosas por el calor... Mi tio andaba con un mameluco atado a la cintura y el torso en cueros, todo sudado. Una tarde al volver del colegio me di cuenta de que se estaba pegando un baño en un galpón que hacia de trastienda a la gomeria, tomé impulso y cómo distraido entré en la pieza donde Don Barraza estaba desnudo sobre un fuentón grande de latón, se sorprendió al principio, pero adivinó por mi forma de mirarle las pelotas que esa visión me hipnotizaba.
Pasado el momento sigió como si nada, llevandose la mano entre las piernas y levantando toda su hombria en huevos y verga , sacudió su sexo gordo y tiró el prepucio para atras enjabonandose la cabeza de la pija que me parecia una enormidad comparada con la de mi viejo que era la unica verga que adulta que había visto hasta ahi. Me adelanté unos pasos y estiré la mano sin quitarle la vista a esa carne caliente y tremenda que el chabón me dejaba ver sin apuros y con simpatía. Amé su gesto y mis dedos se aferraron a esa pija poderosa .
- Lavamelá, pasame la mano con jabón-, le obedeecí sin mirarlo a la cara, al tacto podía sentir que su verga se iba haciendo mas gruesa y mas larga, se endurecia cada vez mas y el calor solo era parecido al que daba la fiebre, en ese instante entendí por qué las hembras de mi viejo le gritaban, - Me quéma...me gusta -
Con toda la confianza le acaricié los huevos, me producia una sensación extrema , parecia que me orinaba encima en espasmos repetidos.
- Te gusta guachito? -, me dijo.
Asentí con la cabeza, no podia quitar ni la vista ni las manos del sexo de ese hombre adulto que me permitía experimentarlo.
El tenía 48 y yo 12, pero fuí yo quien buscaba correr con la aventura de hacerlo mio, despues de todo pasabamos mucho tiempo solos y ya me habia hecho por costumbre espiar a los grandes en su intimidad, era mejor que jugar a las escondidas con otros pibes
Barraza salió del baño desnudo,
- Seguime ... -
Lo segui mirandolo de atras y viendo esas piernas poderosas y un culo peludo que hacia juego con su espalda en V
Se hechó en el catre semisentado y abrió las piernas, toda su hombria se desparramó entre las piernas abiertas, su verga reposando pesada y majestuosa entre un par de huevos machazos y peludos, para mi era dios ofrenciendome lo mejor de la vida.
- Veni, acercate, el tio te va a enseñar un jueguito, antes pasame la crema de las manos... -
Le alcancé la crema y me senté al borde de la cama, dandolé la espalda, pude sentir cuando se arrodilló detras mio y me empezó a frotar la pija por la espalda mientras me desvestía . Yo temblaba, pero no era miedo, me invadía un calor inmenso que me sofocaba, lo dejé hacer hasta que estuve desnudo y acostado a su lado con la cabeza repozando sobre su brazo
El tipo me miraba fijo y deslizaba su mano por mi pecho, era hermoso y tremendo sentir esas manos enormes y asperas tocandome.
Mas animado ya me di vueltas y lo abracé con fuerza, clavé mi nariz en su cuello y me dediqué a frotarme contra él como habia visto que hacían la hembras de mi viejo, deseaba recrear ese placer intenso que parecian sentir , el tio Barraza entendió que tenía que ser paciente y me envolvió con sus brazos y sus piernas, mi cuerpo pequeño se sentía contenido por un poder inmenso. Cuando su deslizó su lengua por la piel de mi cuello creí que me iba a morir invadido por un extasis tan tremendo que no pude mas que abrazarlo mas fuerte y entregarme a lo que ese hombre quisiera.
- Cojeme papi... - Tratando de imitar a las novias de mi papá le susurré eso al oido, había notado que mi padre se ponía mas intenso cuando las minas le pedían por favor que las penetrara, al tio le pasó igual.
Me introdujo la lengua en la boca y su saliva se escurria por mis labios, despúes del asco inicial me dejé llevar por la sensación intensa que me producia ser el juguete de placer de ese hombre solitario y bruto que me trataba con delicadeza ,me besaba, me lamía y me susurraba al oido que me iba a hacer su nenita
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