Todos los días viajo en metro para ir a trabajar, no saben de cada cosa que tiene que ver una, o tocar.
Me encanta viajar en el área mixta por que no sabes quien te meterá la mano.
Me encanta que se me arrimen los hombres maduros, pues ellos saben a que te metes ahí.
En una ocasión, en una día pesado por la mañana me toco entrar a un vagón donde estaba repleto de hombres eramos como tres mujeres separadas por todos ellos, decidí solo pararme y agarrarme de un tubo pero colocando mis nalgas en la verga de alguien, ni idea de quien era, pero no le molestó, lo disfrutó igual que yo.
Yo llevaba una pantalón a la cadera pero siempre trato de llevar algún suéter largo, ya que en caso de que me metan la mano no vea nadie. Sentí como su vergota se empezó a parar, Dios era grande y se sentía muy caliente, se movía y me excitaba tanto que me solté y mejor me metí en medio de todos ellos, de pronto sentí que una mano entraba por mi pantalón.
Eso no me espanta, pues eso quería, esa manota logro meter su mano por mi sueter y despues por mi pantalón, cuando de pronto solo sentí que ya me estaba dedeando mi culo y mi conchita, lo voltee a ver y era un señor que no se veía mal, decidí dejar que me tocara como si nos conociéramos, nadie se dio cuenta pero él y yo disfrutamos tanto ese encuentro, bajé mi mano para tocarle
su miembro y sentí como otra vergota se me pegaba de lado y solo sonreía el tipo, ya estaba muy excitada y solo le dije al señor que me venia tocando si quería baja conmigo, me dijo que no con la cabeza, y nos separamos pero vi como se lamia los dedos llenos de mi.
Me encanta viajar en el área mixta por que no sabes quien te meterá la mano.
Me encanta que se me arrimen los hombres maduros, pues ellos saben a que te metes ahí.
En una ocasión, en una día pesado por la mañana me toco entrar a un vagón donde estaba repleto de hombres eramos como tres mujeres separadas por todos ellos, decidí solo pararme y agarrarme de un tubo pero colocando mis nalgas en la verga de alguien, ni idea de quien era, pero no le molestó, lo disfrutó igual que yo.
Yo llevaba una pantalón a la cadera pero siempre trato de llevar algún suéter largo, ya que en caso de que me metan la mano no vea nadie. Sentí como su vergota se empezó a parar, Dios era grande y se sentía muy caliente, se movía y me excitaba tanto que me solté y mejor me metí en medio de todos ellos, de pronto sentí que una mano entraba por mi pantalón.
Eso no me espanta, pues eso quería, esa manota logro meter su mano por mi sueter y despues por mi pantalón, cuando de pronto solo sentí que ya me estaba dedeando mi culo y mi conchita, lo voltee a ver y era un señor que no se veía mal, decidí dejar que me tocara como si nos conociéramos, nadie se dio cuenta pero él y yo disfrutamos tanto ese encuentro, bajé mi mano para tocarle
su miembro y sentí como otra vergota se me pegaba de lado y solo sonreía el tipo, ya estaba muy excitada y solo le dije al señor que me venia tocando si quería baja conmigo, me dijo que no con la cabeza, y nos separamos pero vi como se lamia los dedos llenos de mi.
6 comentarios - Un arrimon en el metro
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