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Conocí una pareja en Barra de Tijuca (parte 3, final)

Esta historia viene de: http://www.poringa.net/posts/relatos/3530660/Conoci-a-una-pareja-en-la-playa-de-Barra-de-Tijuca-parte-1.html y de http://www.poringa.net/posts/relatos/3532763/Conoci-una-pareja-en-Barra-de-Tijuca-parte-2.html


Seguí besando sus piernas, ella gemía suavemente, y me fui acercando a su cola. Era enorme y preciosa, ella estaba de rodillas y sacaba la cola hacia afuera. Besé y llené de saliba la línea donde termina la cola y empiezan las piernas y recorrí con tiempo cada uno de los cachetes. Luego, como al pasar, metí la lengua adentro y acompañé la tanguita, humedeciéndola, y haciendo que ésta vez gimiera fuerte.


Subí hasta su cintura y mis besos ya tenían otro objetivo: ir bajando la tanga. Donde besaba, luego la bajaba con la mano. En unos minutos la tanga le llegaba a las rodillas.


Su marido se movía de un lado a otro y se paraba o agachaba para tomar mejores fotos. Yo empecé nuevamente a besar sus piernas, pero de costado y yendo hacia el frente, para lo cual, tuve que moverme debajo de ella. Si, quería poner mi pija a su alcance. Mientras me acercaba a su conchita, ya toda mojada, desde las piernas, ella me tocó por primera vez. Acarició mi pierna y pasó su mano por mi pija, por arriba del pantalón. Siguió acariciándome, recorriéndo mi pija que estaba bien parada. Finalmente, llegué a besar su tesoro. Pasé la lengua desde abajo bebiéndome todo su jugo. Recorrí los labios exteriores lentamente, luego los interiores, y cuando menos lo esperaba acaparé su clítoris y empezó a gemir fuerte y seguido. Y lo primero que hizo fue bajarme el pantalón y quitarme el bóxer. Yo le chupaba la concha y ella me masturbaba.


Hasta que me acosté del todo en el piso y la traje hacia mí para chuparla mejor, y entonces, mi pija quedó cerca de su boca. Empezó a chuparla con firmeza pero solo la punta. Realmente, pensé que acabaría al toque, pero por suerte aguanté. A medida que yo chupaba con más ritmo, ella iba haciendo lo mismo con migo. A los minutos estábamos en un frenesí tremendo, mezclando los sonidos de la chupada con jadeos y gemidos. Tuve que detenerme para evitar que el show acabara demasiado pronto.


Ella sequedó en cuatro en el piso, al lado de la cama. Su marido se había sentado en uno de los bordes del sommier. Yo fui colocándome detrás de ella y ella hizo dos cosas: movía su cola hacia arriba y abajo y le hizo una seña a su esposo, quién sacó de la mesita de luz preservativos y los arrojó sobre la cama al lado de donde yo estaba.


Ya con el forro puesto empecé a recorrer su cola, su conchita, hasta rozar su clítoris, una y otra vez. En cada pasada entraba un poco en su conchita toda mojada, hasta que en uno de esos recorridos entré totalmente de un único movimiento. Bela gimió y Junior dio la vuelta para tomar fotos en primer plano. Empezó el movimiento rítmico, al que ella ayudaba moviendo su cuerpo al compás.


Luego deun rato, la levanté y la recosté en la cama boca arriba. Me dediqué un rato a besar sus pechos y por primera vez besar su cuello y su boca. Los labios se aprisionaron y pelearon largo rato. Entonces, levanté sus piernas hasta mis hombros y volví con el ritmo nuevamente. Esta posición le gustaba más, ya que gemía más fuerte y seguido. A quién no le gustaba mucho era a Junior, que podía tomar menos fotos ya que los cuerpos estaban mucho más unidos ahora.


Cuando estaba en la cima del disfrute, me detuve y me agaché para chupar nuevamente su conchita. Me ayudé con dos dedos dentro suyo mientras besaba y recorría con la lengua su clítoris. Ella se estremecía. Mientras mis dedos índice y mayor estaban dentro suyo, el anular empezó a rozar su culito, ya empapado por los jugos de su excitación. Empecé a meterlo poco a poco, y enseguida estaba con tres dedos dentro de ella, que me costaba mantenerlos pues sus movimientos se hacían cada vez más bruscos. Junior volvió con las fotos hasta que llegó el momento en que su cuerpo se arqueó hacia arriba, gritó algo que no entendí y tuvo varios espasmos mientras yo no dejaba, aún con dificultad, de chuparla y mover mis dedos en sus agujeros. Poco a poco fue volviendo la calma, cambiando los lengüetazos en besos y retirando lentamente mis dedos.


La di vuelta sobre la cama con las piernas hacia abajo, doblada sobre el borde del colchón, y otra vez el espectáculo de su cola estaba ante mis ojos, pero esta vez, mojada de sus flujos, brillante en la iluminación tenue del cuarto. Le indiqué a Junior desde donde le convenía sacr fotos y tomó lugar allí y creo que entendió lo que se venía.


Me agachéy volví a besar la cola que tanto estuve deseando. Ya lograba que mi lengua entrara y saliera, cada vez más, cada vez más rápido. Cada tanto traía un poco de su flujo para lubricar la zona. Hasta que apunté mi pija hacia su agujerito. Lo rocé varias veces… lo alejé y me acerqué acariciando sus nalgas redondas, y finalmente hice entrar la puntita. Sentí un suspiro de su parte. Me quedé quieto y salí lentamente. Volví a repetir el ritual y esta vez entró un poco más. En un par de intentos similares, ¡ya estaba toda dentro! Y entonces empecéa moverme, lentamente primero y sumando cada vez más ritmo luego. Ahí fue que empezó a gemir primero y a gritar después. Yo me movía cada vez más, incluso salía completamente de ella para entrar nuevamente con fuerza. Me movía también de arriba hacia abajo, y por último me subí a la cama apoyando mis pies en el colchón y quedando en cuclillas con ella debajo, cayendo sobre su culito con el peso de mi cuerpo. Así, con la mayor penetración posible, fue que me fui abandonando al placer. 


Le avisé a Junior que cambiara de lugar hacia adelante, salí de ella, me quité el forro y me recosté con mi pija a la altura de su rostro. Inmediatamente empezó a chuparme. El placer era extremo, aún sentía en mi cuerpo la sensación de estar entrando y saliendo de su colita, y ahora su lengua recorriendo mi pija dentro de su boca. Ya no había forma de evitar eyacular. La saqué de su boca, me paré al costado de la cama y ella se sentó. Junior se agachó y empezó a tomar secuencia de fotos para capturar el momento. Y el momento, mientras yo ayudaba masturbándome un poco, llegó. Un enorme chorro de leche salió directo a su cara, y ella con la mano lo llevó a su boca. El resto, prácticamente lo succionó con su lengua, mientras yo casi me caigo del placer. Me temblaban las piernas, gemía y me doblaba del gusto. No sé cuánto tiempo pasó porque perdí noción de todo. Lo siguiente que recuerdo es Bela y yo acostados en la cama, abrazados, y Junior entrando en el cuarto con una toalla para que nos limpiáramos.


Ella le pidió que trajera algo para tomar y, mientras nosotros nos vestíamos, él volvió con un jugo de una fruta que no supe identificar, pero que, por la sed que tenía, disfruté casi tanto como disfruté de Bela, por la que había generado una enorme sed en la playa, y que pude saciar afortunadamente, con la complicidad de su marido.


La lluvia ya se había detenido y me fui a casa tranquilo y contento. En los días siguientes seguí conversando con cada uno de ellos por whatsapp y obteniendo diferentes visiones de la vida liberal que desde hace un tiempo estaban llevando. ¡Ah! Y pude ver algunas de las fotos, tanto de la playa, como del hermoso encuentro que vivimos en su casa de veraneo.



Fin

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