Si hablamos de yeguas por Sandrita, qué decir deMaría Teresa, que me vuelve loco con ese cabello rojjo. Pero no sólo la gordotame excita, sino sus amigas, incluso si no las conozco.
Resulta que apenas empezado el 2020, la dulce totalde Tere me invitó a una reunioncita en su casa de acá de Carapachay antes deirse de vacaciones. Y para la ocasióninvitó a varias de sus amigotas loqitas, como Ana María, Estela, Carmen yMónica, Ana María de Solange, Susy Calderioni y otras. Entre ellas, había una quenunca había visto, una tal María Susana, una rubia bárbara de mucho pelo, elegante,maquillada fuerte, perfumada más fuerte, y encima una cartera de cuero que me la quería coger, a ella y a la cartera. Apenasllegué de camisa, pantalón fino, zapatos y mucho perfume no pude dejar de mironearla.Y eso que e las demás me saludaron,besaron y excitaron con su pintura de labios fuerte. Pero yo iba con Susana,así que le pedí a María Teresa y me le senté, Susana me recibió copada ycharlamos, me cconvidó de todo (fiambre, queso, aceitunas, sandwichitos) y paséla fiesta con ella, mientras de reojo miraba a las otras que andaban a los besos y mimos mientrasdegustaban la copiosa cena.
Pasó la noche y mientras las mujeres y algunoshombres se iban yendo, Tere me ofreció divina quedarme a dormir, pero Susana seadelantó y dijo que me llevaría en su auto a mi casa. Así que me despedí de lasmujeres, cuyos besos me dieron vuelta, pero quería con esta rubia que me agarró del brazo muy fuertona, me subió alauto y me llevó. En el camino, charlamos más y excitado, le preguntoneé algunacosita, y la mujer me respondió sin dramas. Dije ésta es mía, pero no sabía quéhacer.
Iba a intentar algo apenas llegáramos. Y nomás,antes de que Susana se fuera, le propuse subir a mi depto y la rubia aceptó. Para qué, porque ni bien entramos, sin caféni qué poronga del orto, la agarré, besuqueé, Susana quiso zafarse, yo lamanoseé bien y la estrujé con mi potencia y kilaje contra la heladera. La tuveasí un rato, mientras le decía cosas fuertes y besaba esa boca roja conbrillito. Por fin, tras no dejar de toquetearle todo, la arrastré furioso a mipieza, la tipa se quedó sorprendida y le bajé su negra pollera, la bombacha,pelé mi pijotaza y se la metí de parado contra mi placard, frotando y frotando sin asco hasta que tras 10 yvarios gemidos de la señora le llené de abundante semen la cola. "!Aaaahhmi amor, qué buena chota tenés!", exclamó la guacha, que antes no quería yahora se dejó sin drama. Y claro, qien dice una dice dos: me la agarré de nuevo,la manoseé toda, ella pedía más, me sacó lo que quedaba de ropa, me chupó lapija, le exigí en bolas, Susana se quitó la bombacha y le chupé su conchamojadita, y luego sí, la partí al medio como quería toda la noche. Zambullida,penetrada violenta, alarido de la tipa, frotada de peen enloquecido con superfume, pintura, cartera y la cena, y largué semen a chorro limpio en sulimpia y preciosa vagina. Se la asaqué, mientras Susana resoplaba de la locura,chocha, y me pidió en la boca, y se la pasé chorreada por la boca, y ella tragómi semen con gusto enorme. Después sí, la dejé ir a su casa, no sin antespedirle que me regalara algo de su cartera. Susana me dio un lápiz de labios yuna caja de preservativos que teniía lista, mirala vos la loca qué ganas, menosmal que quería zafarse. Y sí, cuando elpene y la vagina llaman, no hay desconocida que cuente.
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