Los amantes
Se despojan de toda vestimenta
El cuerpo quema y nada los afecta
El ansia enardecida los alienta
Al juego intenso, su síntesis perfecta
Son sutiles los besos
La corporalidad electrizante
Directo al cielo sus pezones tiesos
Honran y saludan al amante
El cuerpo vibra por efecto inverso
La acción firme sostiene el movimiento
Marcando el ritmo y definiendo el tiempo
Por la ansiedad de verse pronto inmerso
Palpita el contorno de la aureola
Se eriza al paso de la mano
Absorbe las ansias su amapola
Las rugosas estrías de su ano
Incrusta el dedo hasta la primer falange
Crispación que se torna inocultable
La sumisión impide cualquier freno
Calentura que envuelve el dedo ajeno
El vicio mutuo es responsable
No hay vuelta atrás, es justo el canje
Momento de bajar con la cabeza
Respirando todo su olor a hembra
Impregnando los pulmones con su aroma
Dan inicio al rito de la doma
Estremeciendo sus nervios con la lengua
Disfrutando el placer de su belleza
La batalla de glande y paladar
Previo control minucioso de rutina
Supone que aventure como mar
Todo el caudal de su proteína
Despierta toda la furia
Con las palabras más duras
Alimentar la lujuria
Por todas sus aberturas
Es la guerra sin tirano
Con lo mas puro del sexo
La pértiga frente al ano
Es su enclave más conexo
La sonrisa más íntima queda expuesta
El tronco tiene la llave de pase
Abierta, vertical, de miel repleta
Implora que se hunda hasta la base
Fecundación infertil y perfecta
El sexo por el sexo, por el sexo
Lujuria pagana que despierta
Perversidad y todo el morbo anexo
Simplicidad, el deseo más básico
Lo prohibido, el engaño, la potencia
Inmersos en un juego nada clásico
Gozan del sexo con furia y a conciencia
El marido de formas arrugadas
Con su herramienta débil y cansina
El amante con sus puñaladas
Al orificio, de su grosor hacina
Perversidades que suman
No hace más que calentar
Las diferencias abruman
Difícil no comparar
Imposible ocultar tanta lujuria
Lo clandestino potencia todo el juego
Los amantes disputan con gran furia
La cama es fuego, y más fuego
El morbo del juego prohibido
Multiplica la pasión de la pareja
La síntesis de toda esa libido
Agota cuerpos, ya nada deja
El vicio que alimenta la croqueta
Perversidad que es más que necesaria
La hembra incita al macho que someta
Es de su cueva, un nuevo paria
Se despojan de toda vestimenta
El cuerpo quema y nada los afecta
El ansia enardecida los alienta
Al juego intenso, su síntesis perfecta
Son sutiles los besos
La corporalidad electrizante
Directo al cielo sus pezones tiesos
Honran y saludan al amante
El cuerpo vibra por efecto inverso
La acción firme sostiene el movimiento
Marcando el ritmo y definiendo el tiempo
Por la ansiedad de verse pronto inmerso
Palpita el contorno de la aureola
Se eriza al paso de la mano
Absorbe las ansias su amapola
Las rugosas estrías de su ano
Incrusta el dedo hasta la primer falange
Crispación que se torna inocultable
La sumisión impide cualquier freno
Calentura que envuelve el dedo ajeno
El vicio mutuo es responsable
No hay vuelta atrás, es justo el canje
Momento de bajar con la cabeza
Respirando todo su olor a hembra
Impregnando los pulmones con su aroma
Dan inicio al rito de la doma
Estremeciendo sus nervios con la lengua
Disfrutando el placer de su belleza
La batalla de glande y paladar
Previo control minucioso de rutina
Supone que aventure como mar
Todo el caudal de su proteína
Despierta toda la furia
Con las palabras más duras
Alimentar la lujuria
Por todas sus aberturas
Es la guerra sin tirano
Con lo mas puro del sexo
La pértiga frente al ano
Es su enclave más conexo
La sonrisa más íntima queda expuesta
El tronco tiene la llave de pase
Abierta, vertical, de miel repleta
Implora que se hunda hasta la base
Fecundación infertil y perfecta
El sexo por el sexo, por el sexo
Lujuria pagana que despierta
Perversidad y todo el morbo anexo
Simplicidad, el deseo más básico
Lo prohibido, el engaño, la potencia
Inmersos en un juego nada clásico
Gozan del sexo con furia y a conciencia
El marido de formas arrugadas
Con su herramienta débil y cansina
El amante con sus puñaladas
Al orificio, de su grosor hacina
Perversidades que suman
No hace más que calentar
Las diferencias abruman
Difícil no comparar
Imposible ocultar tanta lujuria
Lo clandestino potencia todo el juego
Los amantes disputan con gran furia
La cama es fuego, y más fuego
El morbo del juego prohibido
Multiplica la pasión de la pareja
La síntesis de toda esa libido
Agota cuerpos, ya nada deja
El vicio que alimenta la croqueta
Perversidad que es más que necesaria
La hembra incita al macho que someta
Es de su cueva, un nuevo paria
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