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Descubiendo y Explorando el Nuevo Mundo del Amo Parte 1

Algo me estaba dando en la cara muy reluciente cuando me di cuenta de que ya estaba amaneciendo, olía aún a chocolate de anoche cuando comí las fresas con mi marido que aún está durmiendo en la cama... -¿Le sentará bien que le despierte..?- Usé la técnica infalible, la “mimosa”, como cada mañana amanecía con una tremenda erección matutina de la cual no podía resistirme a llevarme a la boca cuando la veía, pero para más tarde la iba a dejar, sé lo que está esperando.
Empecé dándole un beso en la frente, esperando una respuesta pero él seguía sin moverse y respirando profundamente. Seguí bajando por su recta nariz y labios, noté como se estremeció y su boca empezó a moverse con el ritmo de mis besos, lentos y voraces. -Buenos días, Sofía... ¿Desayunamos...? -Respondí entre gemidos que si, cuando me di cuenta ya estaba encima de su miembro duro y queriendo guerra. -Cabalgame cariño, quiero verte... quiero comerme esos pechos, pecados de cualquier religión... y abrirte entera hasta que no sepas quien eres... -Asentí con ganas y me dispuse a hacerle el amor como pidió. A los 5 minutos ya me arrancó el primer orgasmo, me corrí, no dejaba de embestir con mis caderas, él estaba disfrutándome... pero sabía lo que quería... y me lance a su boca para besarlo como le gustaba, lo hice más lento y conseguí estar con él en la flor del loto, dándonos caricias por todo el cuerpo, besos, miradas.... Me tumbó con cuidado boca arriba tras darnos todo el cariño que necesitábamos del otro, y abriéndome las piernas entró en mi todo su miembro, sentí sus besos al fondo... - Agus.... Él me miraba mientras yo rebotaba sin cesar pero con cariño, amaba verme abierta, amaba verme hendida en su enorme miembro, todo él era mío... y yo toda suya. -Adoro tenerte así cariño... quiero tenerte así todas las noches.... -Amaba cuando me hablaba con esa lengua aterciopelada, mi cuerpo se estremecía debajo suyo y no quería parar de recibir sus oleadas. Me besó una vez más y entrelazó sus manos con las mias, para embestirme, entre gemidos mis caderas rebotaban y mi orgasmo estaba apunto de llevarme al extasis. -Aguuuuuss... Mi orgasmo fue intenso y le hizo enloquecer, mojé la cama de mis fluidos y con su erección me bañó con su semen dentro y fuera. Me sentía bien, desplomado, mi marido cayó a mi lado y me besó de nuevo. -No quiero otra diosa en mi cama, te amo...
Acabados de hacer el amor, él se fue a trabajar luciendo un elegante traje negro de corbata plateada, que le regalé hace un par de meses por nuestro aniversario. -Eres tan bella cariño... te volvía a hacer mía... tengo que irme, pero luego... bueno, luego verás algo... -me besó antes de oír sus zapatos resbalar por el parqué y con una caricia suya me acurruqué en la cama para seguir durmiendo un poco más antes de irme a trabajar. 
 
Eran las 8, llamé al ascensor de casa para subir, me dolían los pies del tacón, cogí las llaves de mi pequeño bolso y abrí la puerta cerrando detrás de mi. Cuando entré, vi una nota en la pared de color rojo con algo escrito en ella: Haz esto antes de que llegue, y prepárate para recibirme. Unos puntos decían lo que tenía que hacer. El primero era pintarme las uñas de rojo con un esmalte que me había dejando en la mesita del recibidor, en uñas y pies, lo segundo, depilarme toda. (Supuse que toda era hasta los pelillos más escondidos). Lo tercero me sorprendió, con un moño bien arado, labios pintados de rojo. El pintalabios iba a juego con el esmalte que tenía al lado... Seguí leyendo; cuarto punto, esperar arrodillada y en el tanga de encaje que te he dado... 
Todo era muy raro, pero supongo que fue un incentivo por hacer algo nuevo, así pues me dispuse a ello, me pinté uñas, me depilé de arriba abajo (no me depilé las cejas de milagro), también me hice un recogido bonito para él y por último me maquillé como me pidió, eran las 8:30 de la tarde y solo espere arrodillada como me dijo en la puerta. Espere un rato, cuando oí milagrosamente el tintineo de las llaves en la cerradura, era él. Entró como si buscase algo y cogió la nota que puso en la pared y seguido bajó la mirada a mi. -Ay cariño... esta noche vas a descubrir algo muy placentero... Se fué y me quedé ahí, desnuda y sin nada que decir, creo que sé de que se trataba el juego. Un par de minutos volvió sin la chaqueta y con una fusta en la mano, su cara cambio y le dio un azote a mi nalga con mucha suavidad acabando con una caricia del cuero en mi blanca nalga. -Ay... Solté con algo de queja. Alzó la barbilla con la fusta para que le mirara. -Ahora vas a ser mi sumisa, cariño, y yo voy a ser tú amo, todo lo que yo te ordene lo harás sin rechistar... y si no lo haces... -sacó la fusta cerca de mis nalgas. Por un momento mis dientes mordieron mis labios, me estaba gustando y no lo sabia, me estaba dando morbo verle tan autoritario, me estaba poniendo cachonda cuando sus ojos aún me miraban, el tanga se mojó y cuando se dió la vuelta me acercó un collar como de un perro se tratase. -Este será tu collar, y siempre que lo lleves tú voluntad será mia, voy a responsabilizarme de ti y a cuidarte como amo, tu única responsabilidad es tenerme satisfecho y obedecerme. ¿Te queda claro? Ah, cuando acabes de hablar... quiero que acabes con un amo al final, me debes sumisión y respeto. Pero no olvides que yo te quiero... y quiero hacerte feliz... cariño. -asentí hipnotizada y cuando me di cuenta ya estaba atada de manos y con un collar en el cuello. Su bragueta se pegó a mi mejilla y sentí el calor de su masculinidad, deseaba sacar esa presa encerrada, domarla y saber que será imposible... el no era fácil de dominar... -se quitó el cinturón y me acarició la cabeza diciéndome suavemente, -El recogido que te has hecho me encanta... te harás ese siempre que seas sumisa...¿De acuerdo? -asentí y lamí la tela del pantalón mirándole con necesidad, estaba necesitada de su erección y de tenerla dentro de mi boca hasta que no pudiera más. Estaba cachonda perdida pensando en que mi marido había descubierto un punto débil de mi vida, de mi sexualidad. Un punto que iba a ser mi perdición. -Ahora vas a chuparme hasta que de tu boca chorree... -asentí y procedí a sacar su enorme bestia que metí en mi boca cuando la lubriqué primero de mi saliva como le gustaba a él, desde su base hasta el glande y hundirmela repetidamente. Sin dejar de darle lo que quería olvidé que no disponía de manos y tuve que apañármelas con mi boquita, le sacaba la lengua mientras lamía sus testiculos llenos y calientes, con los cuales aún me ponía más excitada de sentirlos. Mi mirada estaba bajo la suya -eso es, sigue... quiero ver como te la tragas hasta que no puedas más... pero no toda, no quiero ahogarte... tu boquita no es tragona... es la boquita que más me pone pero no se las traga... Ahh... -gimió de gusto mientras mi campanilla tocaba su glande y mi saliva caía por mis comisuras, le deseaba tanto en ese momento, lamía sus laterales y con su mano detrás mi cabeza, empujó para ayudarme a meterla un poco más pero sin ahogarme. -Eso es cariño... dios... me encanta tu boquita... me encantas... -mi lengua bajó a sus testiculos cuáles succionó con cariño y deseo y volvió a subir para jugar con su glande y frenillo. Adoraba besar su glande, era mi pintalabios personal... 
Cuando se sació, me hizo levantarme y me dió un azote fuerte, gemí, sé que a él le gustaba y a mi también mientras yo disfrutase. Lo estaba deseando más y más... mi amo... 
Me coloqué encima de la mesa del comedor todavía con las manos atadas. -Abre las piernas, quiero comerte esos labios... Así lo hice y me devoró hasta que volví a correrme, le mojé la cara pero lo disfrutó. Su erección estaba lista y mi vagina chorreante. Me acaricio los labios con el glande y agarrándome del culo y adorándome de nuevo me penetró hasta el fondo. Gemí del placer. Su enorme miembro me estaba llevando a límites insospechados, quería más, y más... y más. Me besó la espalda como no pensé que lo haría, -Me pones tanto cariño... deseo tenerte abierta de piernas la próxima vez que quiera someterte... .Gimió del placer y subió el ritmo, mi cadera no dejaba de chocar contra la mesa y gemía del placer. Estaba cerca de correrme otra vez, era increíble, una máquina del sexo, del amor, del placer, del extasis... Con las manos atadas seguía intentando zafarme pero sin éxito. Él seguía con lo suyo y yo me dejaba llevar. No pude más y volví a correrme, el flujo le llenó la carne de su erección y yo no me contení. Lo dejé ir. Quería más... 
Me levantó y me cogió al hombro, seguido de un azote nuevamente que me hizo sentir escozor, era inútil. Era toda suya. El poder me cautivaba. No lo podía evitar. 
Me llevó a una puerta con pomo dorado y con una llave abrió al oír un cerrojo, entramos y todo estaba negro. Una tenue luz iluminó la estancia y las paredes eran rojas como el fuego... me bajó, y yéndose a una cómoda sacó un plug anal y un vibrador. Iba a usar eso conmigo. -Relaja el culo... o te haré daño... en el incentivo se llevó un pecho a la boca y gemí, con lubricante que añadió previamente me deslizó el metal frío entre las nalgas y me estremecí, pero no fue tan malo. Me gustó. Él esperó mi respuesta con la mirada al acabar de relajarme y ayudarme con ello, le asentí. -Ahora no vas a estar atada y sin moverte... y voy a vendarte los ojos... Fue a por las esposas que parecían pesadas y me ató estas a las muñecas pegándome a un techo que se podía bajar según quisieras, atada ya no tenía escapatoria. Iba a ser esclava de todo su placer. Me besó y me miro una última vez para ir a por mi venda, era de suave satén, lo disfruté y me besó nuevamente dándome un agarrón mutuo de nalgas. Te follaria sin parar hasta que no pudieras cerrar las piernas cariño... No lo pude evitar, mi cuerpo se estremeció y gemí, el juguete empezó a vibrar y me acarició con el por todo el cuerpo, hasta que bajó a mi clítoris. -Ahh..Agus... Él sonrió con gusto y complacido, se estaba divirtiéndome, su boca volvió a comerse mi otro pecho y a mordisquear el pezón que estaba ya duro de tanto placer que había recibido. Mientras deslizaba el vibrador entre mis piernas, gemía en su oído sin cesar. -Agus... por favor... -gruñó- Dejame hacerte disfrutar, quiero saber quien eres, conocerte, darte lo que deseas... déjame... dártelo todo. Acto seguido me sonrojé y se me escapó su nombre en su susurro. Cogió mis piernas y me hizo que le abrazara. El vibrador dejo de funcionar y cayó al suelo, para ser sustituido por su enorme miembro que se hacía sitio en mi apretada vagina ya muy lubricada. -Dios Sofia, como me estás poniendo.... -se comió mi boca con ansia mientras yo permanecía suspendida en el aire y el penetrandome sin cesar desde abajo. -Córrete Sofia... córrete... quiero que te corras, correte por favor... -me reí juguetona y por consecuente recibí un azote de su firme y dura mano, no fue buena respuesta, pero disfruté de sus castigos, quería más. Fue escalando mis costados hasta mis pechos duros que rebotaban con suaves compases a los choques de sus caderas con mi culo que iba a contra suya, me sentía bien, me sentía feliz y complacida. Me corrí sin darme cuenta y lo mojé todo. Como el no pudo contenerse se estremeció y me embistió rápido mientras yo rebotaba y gemía sin cesar. -Aguss... no... -Sofia... dios... Sofia.. Nos corrimos como fuentes, le empape las piernas y él me llenó hasta arriba de su masculino elixir. No había gozando tanto en años. Me quitó la venda y me besó suavemente mientras aún jadeaba. -Sofi... eres una sumisa espléndida... déjame ser tu amo... necesito una sumisa a la que complacer... Le mire sin saber que decir aún extasiada y le pedí que me soltara, me soltó y le di un beso con una caricia a su nuca, él sabía que era eso. Me acarició las nalgas y me quito las esposas de cuero que me colgaban del techo y me abrazo dándome caricias en el culo, me quito el plug y lo llevo a su sitio. Me sacó de allí cerrando la puerta y me llevó al cuarto, quitándome el collar y guardándolo para la próxima ocasión. -Ponte guapa que nos vamos a dar un paseo... necesitas un poco de aire... y yo una ducha... Le miré sonrojada aún en la cama y sonreí. No lo quería perder y me fui a la ducha con él para prepararme para el paseo. Descubrir con el mi sexualidad me hacía feliz. Él me hacía feliz.


Las patas de mis perros empezaron a resbalar por el parqué esa mañana, subieron a la cama y empezaron a lamerme contentos, mi marido no estaba, había tenido una reunión importante en Madrid y tuvo que irse por la noche, mire el móvil para saber la hora, las 9:45, cuando empezó a soñar Closer en mi tono de llamada de Kings of Leon. Salía la foto de mi marido en nuestro último viaje. Era precioso. Contesté -¿Si? Buenos días cariño... Su voz sonaba ronca y un ruido de fondo seguramente del trabajo. -Buenos días cariño, ¿Que tal has dormido? -Te he echado de menos. Contesté. -Yo también, pero quiero que sea un buen despertar. ¿Que llevas puesto? -me miré y solo tenía unas braguitas de encaje azules cielo. -Llevo las braguitas que me compraste... azules de encaje... -oí como un gemido detrás del auricular. -Hummm... encaje... estupendo. Quiero que te las quites despacio. Obedecí como él quería y mi depilado monte de Venus quedaba desnudo y suave al tacto. -Abre las piernas y acariciate. Quiero oírte... Dejé el móvil con el altavoz para que me oyera y comencé a tocarme. Gemí. Él me oyó y sentí como estaba complacido de ello. -Ahora masturbate el clítoris como lo hago yo... sigue... Gemí -Aguuss... -Eso es cariño, tócate para mi... Podía oírle mientras me tocaba y disfrutaba del olor que había dejado en las sábanas. -Quiero tu erección cariño... Le dije con desesperacion. -Lo siento cariño, no es posible, me tienes aquí y quiero oírte tener él orgasmo, sigue. Seguí como me ordenó y me metí los dedos en la vagina ya húmeda. Gemí aún más alto y repetido. Me temblaban las piernas. -Muy bien cariño... eso es... sigue... Mis piernas se estremecían y mientras me agarraba un pecho mojaba mis dedos de saliva para lubricarme la zona. -Quiero oírte cariño... -Aguuuuusss... sigue... -Yo sigo cariño... Me sentí al borde del orgasmo y me corrí, grité tanto que sentía romperme en mil pedazos. -Aguuuuuuuuuuuuusss..Ahhhh... -Eso es cariño, Dios mío, que ganas te tengo y que no estes aquí, voy a masturbarme cuando tenga 10 minutos solo, con la llamada que guardaré ahora... voy a hacer que el personal de limpieza se queje de la corrida que voy a dejarles en la pared del baño... Se rió ronco y yo jadeaba del placer. -Te quiero cariño... vuelve pronto... no quiero estar sin ti.. -No temas, en dos días estaré de vuelta. No estes triste y disfruta a solas. Guardo sorpresas para ti. Hablamos pronto, y límpiate... no quiero que vayas chorreando.. que luego te me pones enferma. -Sonreí cuando colgó, que feliz era.
Me levanté y cambié las sábanas llevándolas a lavar, me hice el desayuno y pensé en cómo hacer mi día sin mi marido. Era difícil pero algo se podrá hacer. Puse comida a los perros y me desayuné mis tostadas con mi té verde. Cuando acabé me di una ducha rápida, con un orgasmo nuevo con el agua entre mis piernas, -maldita sea cuanto sabe provocarme este hombre, pensé- Me dispuse a hacer algo de ejercicio y me vestí de deporte con unos leggins y un top, saqué conmigo a los perros y con sus correas y salí de casa a hacer footing. Hacia un día espléndido, mientras corría pensé en que más cosas podría hacer a lo largo del día. Cuando acabé de correr me dirijí a una zona más tranquila con más mujeres que estaban haciendo una clase de Tai-Chi. Pareció algo curioso y me apunté. Deje a mis perros atados en un árbol y conseguí integrarme, mientras intentaba hacer las posturas que el maestro hacía percibí las miradas que me echaba una mujer esbelta y muy trabajada del cuerpo, bastante alta y ojos verdes, con un cabello rojizo no muy brillante pero seductor. Intentaba no mirarla por temor y seguir con las posturas. A la hora de acabar la chica de pelo rojizo se me acercó y me ofreció ir a tomar algo a una terraza del parque. Le acepte amablemente y cogí a los perros y fui con ella. Al sentarnos me di cuenta que sus ojos veían algo que yo no podía ver, interés en mi, pensé que sería lesbiana al tener tanto atractivo por mi. Me pedí un Capuccino con hielo y ella una Coca Cola. Cuando esperamos se lanzó y preguntó: -Bueno rubia ¿y como te llamas? Todavía no me has dicho tu nombre. -Ah si, me llamo Sofía, encantada. Me reí con nerviosismo, todo esto era un poco presionado para mi. Cuando nos trajeron lo pedido ella se llevó el vaso de Cola a los labios y se los relamió al acabar de forma seductora tratando de no fijarme mucho en el detalle. -Que bonito nombre para una rubia, eres simpática o eso parece, yo me llamo Kyla. -Oh vaya, que original. Le dije y me lleve el Capuccino a la boca para probarlo, noté como la espuma de este se me quedo encima del labio, rápidamente ella pasó su dedo por encima y se lo llevó a la boca mirándome como un felino. Esto no tenía que estar pasando... Tengo un marido.. Me bebí cuánto rápido pude el Capuccino y le puse una excusa para irme rápido de ahí.
Cuando me fui me sentía mal, nerviosa y sin saber que hacer, llegue a casa y me metí a la cama para tranquilizarme. -Respira Sofia, respira, no ha pasado nada, pensé en mi- Cogí mi libro erótico que me estaba leyendo en esos momentos y lo retomé para olvidar lo sucedido. Leyendo poco a poco empecé a sentir muchas ganas de saciar mi deseo, me desnudé poco a poco y me metí mano, echaba de menos esa erección entre las piernas, pero a la vez sentía algo ahí por aquella mujer de esta mañana, quería quitármela de la cabeza y me centre en la imagen de mi marido. Cuando me leí el capítulo me quedé desnuda encima de la cama y con dos orgasmos encima, no quería darle más vueltas al tema de esta mañana, cerré los ojos y descansé hasta media tarde.
A la mañana siguiente alguien llamaba a mi puerta, fui en bragas y miré la mirilla, no podía ser. La chica de ayer. Venia vestida en un vestido muy ceñido que le resaltaba todas las curvas y el pelo liso sobre la espalda. Abrí y me asomé para ver qué quería. -Sofi, ayer te fuiste y me dejaste con el calentón. -No... yo... no soy ese tipo de... Antes de que me diera cuenta había entrado y puesto sus labios encima mío comiéndome la boca, no pude evitar besarla, algo me impedía desear esa experiencia, me llevó a la cama despacio saboreandome y le miré como si supiera todos sus secretos. Me tumbó en la cama y me besó poco a poco los pechos, el vientre, y un gran bocado a mi entrepierna sobre mis braguitas. Me las bajó y vio que estaba totalmente excitada y me besó de nuevo. -¿A que me decías que no... rubia...? -A... nada... Gemí de placer y ella se esforzó en darme un oral lento y cuidadoso, hasta que me metió los dedos y dio caña a mi punto G hasta que tuve un intenso squirt que le salpicó la cara. Ella estaba segura de lo que hacía, yo solo disfrutaba de ella, en el fondo algo esa mañana me tocó por dentro. Ella. Se quitó el vestido y se colocó encima mío para seguir besándome y masturbarme, se quitó el tanga y me lo hizo oler para luego tirarlo al suelo. Su entrepierna se frotó contra la mía y nos enlazamos como dos cisnes en un lago, disfruté tanto su estancia... hasta que caimos dormidas y abrazadas sin darnos cuenta...


Una caricia me despertó, era Kyla, se había despertado y me estaba acariciando con las yemas de sus dedos toda la desnudez del cuerpo. -¿Como has dormido... ángel...? -Buenos... días... eh.. bien... gracias... Respondí sin saber que decir, mi marido podría llegar en cualquier momento, fue entonces cuando mi móvil empezó a sonar, mi marido, mierda. Cogí el móvil y contesté mientras Kyla se metía entre mis sábanas y me besaba el cuerpo. Yo intentaba disimular. -Buenos días cariño ¿Como va todo por ahí...? -Buenos días Sofi, vuelvo en 8h, me han adelantado el vuelo de vuelta, la reunión será dentro de 1h y será larga, un nuevo proyecto con dos expresas multinacionales de software y la oferta de un puesto nuevo de actualización en Estados Unidos que necesita una nueva cooperativa... cosas muy complicadas cariño, no quiero liarte, espero que todo vaya bien por ahí y estés bien tú. -Así es cariño, todo está bien por aquí, quiero que vuelvas pronto, echo de menos tenerte... aquí y en la cama... tu olor se va... Noté como su cara se estiraba y sonreía, lo pude sentir, sexto sentido femenino lo llaman. -Lo se cariño, yo también, pronto estaré ahí contigo, te quiero, no lo olvides... por cierto, han despedido al personal de limpieza, les deje el baño hecho unos zorros, la llamada de ayer me hizo vaciarme... pero esta noche me vaciarás tu.... y esa boquita... luego nos vemos cariño... -Adiós cariño....
Cuando colgué Kyla estaba aún jugueteando entre mis piernas -¿Quién te ha llamado, tú follamigo? -No, que va... es mi marido... Esta no se asustó y me siguió besando y jugando con mi clítoris. -Deja que te de yo el "Buenos días..." mientras él no está. Siguió con su perfecto y delicado oral y me hizo gemir, no cabe duda que esa mujer sabia como tocar y lamer una vagina... sus puntos débiles... -¿Alguna vez te has comido un coño...? Me preguntó y me quedé sin saber que decir -Am... no, soy heterosexual... Ella sonrió y me comió la entrepierna con hambre -No lo creo, después de haber estado esta noche contigo... tus gemidos de hererosexual no eran... Me hizo ruborizar. Tenía razón, cada vez me inquietaba más tener una mujer conmigo y que además me hiciera disfrutar. Siguió metiendo sus dedos dentro de mí y mi vagina los aceptó, torturó con maestría mi punto G hasta tensarse su brazo de la rapidez provocándome el squirt que se bebió con gusto. -Me encanta cuando una mujer se corre con estos deditos.. Se relamió los dedos y se colocó encima mío como el 69, ella se abrió de piernas y me invitó a probar su exquisito desayuno. Puse mis manos en sus perfectas nalgas y metí mi lengua en sus labios y le lamí, sabía algo salada, seguí probándole y succione su clítoris que salía ligeramente de su capuchón. Oí su gemido, parecía que estaba haciendo lo bien. Su lengua me lamia de arriba abajo y jugando con mi clítoris. -Sigue.. Me dijo. Y así hice. Me comí sus labios depilados y le saboreé con ansia, quería disfrutar de ella y de su cuerpo, le lamia con grandes lametazos, le saboreaba toda y me encantaba. Su lengua me lamia toda entera y con uno de sus dedos me penetró en el ano, lo lubricó y siguió mientras yo me estremecía, sentía un placer inmenso cuando jugó con su dedo en mi ano, quise hacer lo mismo pero por si acaso no lo hice. Unos minutos después de su oral ella se corrió con un espeso flujo que chupé y me tragué y yo con un squirt mojando la cama. Nuestros orgasmos fueron al unísono como las notas de un coro. El coro del placer. Del sexo. Tras el orgasmo ella cogió el vibrador que mi marido me había regalado para cuando estaba sola y se lo metió a la boca para que viera cuanto podía tragar, impresionándome de caberle hasta el rotor donde se encendía. Gemí de verle y al sacárselo lo introdujo en mi hendidura. Subió a mi y se comió mis pechos mientras ma masturbaba y penetraba con mi juguetito. Mientras el placer descendía in crescendo yo acariciaba su pelo y le pedía algún beso que otro. -Tus pechos son preciosos, me llenan la boca entera.... los quiero... jugaba con mis pezones y los deseaba retorcer. Se mojó los dedos para lubricarme y masturbarme mucho más suave con ayuda de su saliva, gemí, me gustaba como lo hacía. Sabia como dar placer. Yo le miraba como si no supiera que estaba pasando, todo era una armoniosa melodía de placer que no paraba de sonar en mi cuerpo, estaba de nuevo al borde del orgasmo y me corri de nuevo encerrando el juguete que vibraba intensamente dentro de mi. Lo deseaba tanto... gemí y se me escapó el nombre de mi marido entre los labios. Kyla sonrío como si supiera por que y me mordí el labio acariciando su sedoso pelo. Solo quería disfrutar de ella en ese preciso instante. Y nada más. Solo ella. Solo yo. Nosotras.
Paso el tiempo y durmiendo abrazadas sonó las llaves en la puerta, estaba atardeciendo ya, sin darme cuenta mi marido entró en la habitación con sigilo y nos vio durmiendo. Vio la situación y se quitó la americana, se sentó en su sillón y se cogió su vaso de Whisky para disfrutar de su mujer y su amiga en su cama durmiendo desnudas. Mi marido respeto la escena y únicamente bebió mientras nos miraba cada detalle, deleitando su salvaje mirada con una ereccion que sobrepasaba los límites. Pero con absoluto respeto hacia nosotras.
Me desperecé y Kyla dormía plácidamente. Vi a mi marido y me tapé con la sabana rápidamente saliendo de la cama. -No, no, no es lo que parece, te lo juro, de verdad, no... Agus... por favor, no... Mi marido me miro tranquilo y me dijo que me sentara encima suyo. Así hice y me miro acariciandome la barbilla y la cara. -Te quiero. Me dijo mirándole con una sonrisa y me besó largo y tendido agarrándome las nalgas con absoluta delicadeza. Y te he echado tanto de menos... No me tienes que dar ninguna explicación. Ella era mi sorpresa para ti, yo contacté con ella, ella está pagada para pasar una temporada con nosotros, respetando unos días para nosotros también, pero es parte de nuestro juego... así que no te preocupes, pene no entra en ti que no sea el mío. Y ahora quiero que entre en ti mientras ella duerme... aquí en mi sillón. Le miré atónita sin saber que decir y tragué saliva para pasar el nudo que se tenía en la garganta. Tuve que hacer acopio de valor para hacer lo que me pedía y comprender que no le estaba siendo infiel, que él lo hizo para tener un juego sexual conmigo. Un par de minutos me tome para asimilarlo y me quite las braguitas para satisfacer a mi marido, se dejo el miembro al aire aún con el traje puesto y admiré el poder que tenía con la ereccion al aire y aún vestido de traje, me dieron ganas de follarmelo ahí mismo, pero no iba a hacer eso, iba a hacerle el amor en su sillón. Con su mano me hizo una señal para que me sentara sobre el y así hice, me senté y me hundí todo su masculino y duro miembro en mi. Gemí del placer de volver a tener su cálido miembro en mi interior. -Agus.... Él me miro y me acerco a si, me comió la boca y gimió en esta. -Deseaba tenerte así para mi... pero me da mucho morbo tener a una mujer en nuestra cama que será nuestro pequeño juego... para que la llama de nuestro sexo no se apague... Yo le miré con cara de intentar comprender que todo lo estaba haciendo por mi. Por mi. -Hazme el amor cariño... Me respondió, y así hice, le cabalgue con cariño media hora en su sillón mientras me abrazaba, me besaba y acariciaba, hasta que mi orgasmo me tiró sobre él y me dejo dormir ahí. Acariciandome toda... su eyaculación me llenó a los 15 minutos y sentía su calidez en mi interior hasta que caí en un profundo sueño. No era consciente de lo que estaba pasando. No sabia... lo que estaba cambiando todo de repente.


Tras aquella noche de polvos fortuitos, la mañana siguiente amanecí encima de mi marido y con su ereccion matutina encima de mi, me levanté sin despertarle. La cama estaba vacía, Kyla ya se había ido. Me fui directa a la ducha y me limpié bien la entrepierna, tras una noche de tocamientos y sexo con mi marido y mi... “amiga”. Tras la ducha mi marido ya se despertó y entró la baño desnudo con solo la camisa, me vió en la toalla envuelta como un rollito. Apareció por detrás y me besó en a mejilla abrazándome y pegando su ereccion a mis nalgas. Me apartó los brazos de la toalla y con sus manos me quitó la toalla que acabó en el suelo. Me volvió a besar y me giró un poco para encajar sus labios con los míos, -Eres preciosa, adoro tu cuerpo, y voy a hacerte mia otra vez... Fue entonces cuando me separo las piernas y me apoyó en el lavabo. Estaba abierta y un poco mojada aún, se lamió los dedos para lubricarme y no hacerme daño, así pues repasó con sus dedos mi entrepierna, abrió mis nalgas para penetrarme mejor y con una dura estocada, reboté soltando un gemido del placer, su mano fue a mi hombro para contrarrestar las embestidas, y empañé el espejo del vaho de mi boca, lo estaba disfrutando mientras con mis manos me agarraba y su mirada se clavaba en la mía con el espejo que había delante. -Agus... Le dije entre cortadamente mientras su miembro duro como el cemento entraba y salía de mi. -Lo se cariño, déjame hacerte el amor aquí, adoro mirarte, y el espejo me ayuda... este culo me vuelve loco.. Así fue cuando me azotó la nalga y gemí de nuevo. -¡Ah! Siguió azotándome más y agarrándome de las nalgas con la otra mano para hundirse en mi, me corri mirándole al espejo y mi cara se tensó del placer, su eyaculación me reventó la vagina tanto que chorreé de ello. -Dios Sofia mi amor, esque me follaria este culo a cada hora del día... mi pene se vuelve loco cuando ve estas nalgas tan blancas moverse por ahí... Al acabar, nos duchamos y volvimos a la carga una vez más, esta vez se corrió en mi boca y fue la delicia del octavo paraíso saborearla.
En la consulta las horas pasaban rápido, acudían todo tipo de animales con muchas dolencias particulares, incluso tuve que realizar varias operaciones para salvar vidas, un caso fue el de un Husky Siberiano que venía de un atropello y tenía las patas sin respuesta motriz, había recibido un choque en la médula donde afectó el golpe, dejándole incapacitado de las patas traseras. Su dueño estaba muy preocupo, Clark lo era todo para el, le hice una intervención de 4h y pude hacer que el Husky volviera a andar con varios meses de rehabilitación. Me puso muy contenta saber que había vuelto a caminar, o ser el perro que era, gracias a mi. Me sentía muy orgullosa de trabajar con animales y salvarles del peligro de una muerte segura. O un sacrificio.
Mi marido me llamó en la hora de descanso, me contó su día y me dio órdenes nuevas para esta noche, comprar un vestido sugerente, medias con liga de encaje, un conjunto de ropa interior negro y el recogido que me hice la última vez, ah y no olvidemos el último punto. Esperar arrodillada en el cuarto de juegos, fuera eso si. Seguí trabajando y atendiendo a más pacientes que venían, hasta las 20:30 no paré cuando cerramos la consulta. Estaba realmente agotada. Cuando llegue a la puerta de casa mi marido me abrió la puerta. -¿Donde estabas? Llevo esperando una hora, todavía no llevas nada... de lo que te dije esta mañana. -Ahora voy cariño, dame 5 minutos. Me dio un beso de bienvenida y un azote con agarrón, viendo su tremenda sonrisa en la boca, venía muy cachondo de toda la jornada sin mi, su erección le delataba. Mientras esperaba se sentó en su butaca del salón al rato que yo cogí un vestido ceñido de color negro que me llegaba a media pierna lo suficiente para tapar la liga y un tacón bastante sugerente pero no muy alto para evitar un accidente, no solía llevar esas agujas. Me hice el recogido que le gustaba y me puse un conjunto de encaje de Agent Provocateur. Que tenía de un regalo suyo, con transparencias en los pechos y el tanga, básicamente iba desnuda, no había sitio para la imaginación. 10 minutos después estaba lista y arrodillada para él en la puerta de juegos. Oí sus pasos y llegó con la fusta en la mano, sentí su intimidación, sus ojos caían sobre mi como dos cadenas de hierro cuales a un preso encarcelado sujetan para que no escape. Sabia que iba a pasar ahora. Por detrás me colocó el collar y me lo apretó un poco para que se le sujetase y no lo moviera, el corazón de metal me molestaba al tragar, pero me excitaba a la vez. El juego estaba a punto de empezar. De repente Kyla entró a casa vestida parecida a mi, y se entregó a mi marido igual que yo, sin decir nada estábamos las dos sometidas a su merced, saber que ella estaba aquí, me hizo mojar las bragas, bueno el tanga, o como pudiera llamársele a un hilillo entre mis nalgas. -Entrad a gatas. Dijo nuestro amo. Yo miré a Kyla y ella a mi, entró delante de mí a gatas mientras yo le miraba de refilón las nalgas. Ciertamente no tenía mal trasero. Eran una nalgas preciosas. Y redondas. Y muy suaves al tacto. El recuerdo me vino de ayer noche cuando estaba conmigo en la cama. Le adoré. El amo nos dio con la fusta en el culo a cada una suavemente pero con leve sensación de que nos había azotado. -Subid a la cama y miradme, abridme las piernas que yo os vea. Kyla me miro sonrojada y me abrió las piernas metiendo su mano entre ellas acariciandome todo mi sexo excitado y mojado. Yo le hice lo mismo, su clítoris estaba hinchado, deseaba volver a oírle gemir, mi amo se relamió de gusto y le miramos mientras nos tocábamos. -Seguid... quiero que os beséis... quiero ver pasión en vuestros cuerpos... dos mujeres así tienen que unirse ante mi en esta cama... Le obedecimos y Kyla se acercó a mis labios y me los besó como si se acabase el mundo, sentí ese sentimiento de desesperación, mi amo quería que sintiera placer, y así lo sentí, le amaba mas que a nada en este mundo, él era mi amo, mi amante y marido. Las tres emes del amor. Seguí besándole y frotando su entrepierna mojada hasta que las dos gemíamos para él. Le gustaba ver como disfrutábamos la una de la otra. Quería más. Ahí fue cuando se acomodó y se sacó la enorme erección que tenía del pantalón y una sota de su preseminal hizo brillar el glande, cuando lo reconocí. Amaba cuando le pasaba eso. Lo amaba. -Bajad a gatas y venid aquí, quiero daros de comer... Kyla me dio la mano y bajé con ella, nos fuimos juntas a sus rodillas se acomodó para que su miembro quedara junto para que le hiciéramos un oral. -Las dos a la vez, de abajo a arriba y cada una a un testiculo... Obedecimos a la vez y nuestras bocas se juntaron rodeando su tronco endurecido y empezamos desde abajo hasta arriba y en glande nuestros labios se besaron, mi amo, se se excitó de vernos entregadas y con una señal del dedo nos hizo bajar a succionar y masajear sus testiculos.Kyla me acariciaba el muslo mientras le mirábamos las dos con las bocas llenas de él. -Seguid... perfecto... Nosotras nos mirábamos y acariciábamos para complacerle. La mano de mi amo apareció por detrás y me empujó suavemente para tragarme su erección, Kyla me miraba excitada de cómo engullía toda su ereccion y ella se comió sus testiculos con hambre. Mi amo gimió. -Eso es... seguid. Mi amo me empujaba para masturbarle con mi boca y llevé mis manos para masturbarle y se la entregué a Kyla que sacó la lengua para engullirla hasta la base, gemi de verla llena y acaricie su garganta abultada y lami los testiculos saboreando la saliva de Kyla y los de mi marido. -Ah... Amo... -Sigue Kyla sigue... Sofi... no te preocupes mi vida... tú boquita es mía... y solo la quiero a ella, adoro como esa pequeña boca intenta tragársela toda... y no le cabe a mi rubia pequeña... Gimió excitado mientras le masturbaba yo y la boca de Kyla se tragaba toda sin ningún problema. -Amo... -Levantaos y desnudaos delante de mi. Nos levantamos limpiándonos la boca un poco con las manos y nuestras manos empezaron a acariciarse y las mias fueron a quitarle el vestido despacio hasta que nos quedamos en ropa interior y nos besábamos lento y deje caer mi saliva en su escote para luego chuparle los pechos y bajarle el sujetador de Intimissimi que llevaba color negro, sus pezones estaban endurecidos y los míos también querían salir, así hizo que me quito el sujetador y nos quedamos rozando nuestros pechos mientras nos besábamos. Oía como mi amo gemía y no se tocaba pero nos deleitaba muy excitado. Mi mano le metió mano en su tanga y le acaricié el clítoris, oí como gemía en mi boca cuando me besaba. -Poneos a 4 en la cama, ahora. Le obedecimos y sonreímos colocándonos a 4 con los culos bien abiertos de piernas y este se levantó soltando un resoplido. Nos azotó y miré a Kyla divertida. -Ahora voy a repartirme... Nos puso las manos encima del culo y con la mano nos arrancó los tangas, gemimos mirándole y nos acarició las entrepiernas húmedas metiéndonos los dedos y masturbandonos mientras nos alternaba para comernos los sexos, al tanto nos besábamos, gemíamos del placer y él se ocupaba de nosotras sin parar, no nos dejaba descanso. Nuestros puntos G nos rompieron en un orgasmo mutuo y nos corrimos juntas mientras mi amo, gemía y siseaba de placer. -Eso es chicas.... me encantáis. Sofi, colócate encima de Kyla. Así lo hice y me froté contra ella mientras nuestros cuerpos se rozaban y besaban. Ella me acariciaba el pelo y la espalda. -No le toques el culo Kyla, o te fustigaré el culo a ti. Sus manos me tocaron el culo y me acariciaron dándome un duro azote y su enorme pollón entró en mi húmeda vagina. Grité. Pero le amaba cuando su duro miembro me hacía suya. Me folló duramente y se corrió dentro de mí desbordándome. -Sofi, adoro tu hendidura... rebosarla de mi... Kyla, coje las esposas de cuero. Kyla obedeció y las trajo. Me las puso en las manos y mi amo volvió a poner orden. -Kyla, sal de abajo y deja que Sofi te haga el oral... mientras yo sigo pentrandole... Kyla obedeció y sin manos me comi todo su coño abierto y mojado de la excitacion, hasta que se corrió, me empapó la cara pero pude saborear su exótico sabor. Estaba riquísima, pero no había nada más bueno que el semen de mi amo. Lo admiti. -Quiero acabar a lo grande, quiero que me cabalgeis, Kyla trae otras esposas. Ella lo hizo sin rechistar. Mi amo se las colócó y se tumbó en la cama con la ereccion dura y mojada. Subid conmigo y cabalgadme juntas... quiero el culo de Sofia delante mío... El tuyo detrás, Kyla. Le ató las muñecas y con las manos detrás nos colocamos en posición, mi culo blanco delante suyo y detrás el de Kyla, nos besamos y nuestros pechos se volvieron a rozar. Mientras nuestros cuerpos bajanban nuestros sexos le cabalgaban pegados notando el clítoris duro y haciéndome estremecer. Me encantaba, amaba estar con mi amo y con ella juntos, jugando, divirtiéndome... Mi amo me dio un azote y me hizo la señal de que le cabalgase mientras me besaba con mi compañera de juegos, sentía toda su dura carne abrirme toda y me ponía más y más, hasta que mi orgasmo cayó y alcé el rostro para gemir mientras me corria. -Aguuuuuuuusss...dios... -No tienes permiso a llamarme por mi nombre. A 4 patas ¡Ya! Su postura cambió radicalmente y me tumbó a 4 cogiendo la fusta y dándome 4 azotes con la fusta y dos en cada nalga con la mano mientras gemía. No pude contenerme, adoraba sus castigos, era mi amo. Las horas pasaban y caímos los tres rendidos hasta yo caer sobre mi marido y Kyla a un lado para no interrumpir nuestro vínculo. Había sido un día duro... pero y no dejaba de quererle más y más... Cada vez le quería más... estaba complacida y él lo sabía.

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