Tras el intento fallido de paja delante de Eva decidí no enviarle nada al móvil y contactar el viernes con mi amigo Raúl, de ese modo podría proponerle una nueva invitación a su casa y ver cómo seguía Eva. Gloria, mi amiga, me llamó para quedar el fin de semana (Ya día 1 y 2 de dic.) pero yo rehusé alegando que no me encontraba muy bien y que tenía compromisos familiares además.
Podría haber quedado con ella y desahogarme, jejeje. Pero preferí reservarme por si podía finiquitar todo con Eva de la manera en que debería haber sido en su casa...
Pasaron varios días y llegó el viernes, último día de noviembre. Para mi sorpresa recibí un w hats app de Eva por la mañana, antes de llamar yo a Raúl.
"Hola" - escribió.
"Hola, que tal te encuentras?" escribí.
"Bien. Siento lo del otro dia"
"Ya, bueno, no pasa nada. Igual necesitabas tranquilizarte"
"Si, supongo. lo siento"
No escribí y ella siguió:
"Has hablado con Raúl?"
"No, por que" - contesté
"Decía que quería ir contigo a no se donde"
"Hablaré con el" - contesté.
Dejé el telefono y al cabo de una hora volvió a escribirme.
"Siento haberte echado asi, espero que hubieras terminado en tu casa"
esperé y pensé lo que contestar...
"No, no acabé. No me he tocado desde que lo hice el fin de semana pasado. Ya sabes que me debes una"
"... bueno... esta bien"
Sonreí.
"hablaremos" escribí.
Y lo dejé ahí. Sonreí de nuevo, al menos una paja delante de Eva iba a caer. Ahora tenía que pensar cómo y cuando hacerlo... e intentar sacar algo más. Mi mente funcionaba rápido. Iba de todo lo acontecido con Eva, con Gloria, e incluso lo que pasaba en la oficina de mi amigo con esa tal Susana. Cogí de nuevo el móvil y escribí a Eva:
"Oye, este finde sales con las niñas?"
"No lo creo, por que?" - contestó casi al momento, estaba siempre en línea, hablando con alguna de sus amigas, seguro.
"Porque tengo una propuesta"
"Y tienen que ver con mis amigas? jeje"
"No, pero sabes que es una buena coartada para q vuelvas a mi casa el sábado"
"Entiendo, quieres acabar allí y así será más comodo para ti, sin interrupciones ni sin q pueda echarte"
Entonces escribí:
"Quiero que te unas a Gloria"
"Que diiiceeees!!!"
"No te preocupes, ella irá vendada, no vera nada"
"No no no"
"Eva"
"Qué?"
"Me lo debes"
"No no, te debo que te corras delante mía, justo lo que yo hice"
"Ella no te verá, será un juego. Estará de acuerdo. Ha hecho cosas así"
"Yo no, Rober, si me viera por casualidad se me cae la cara de verguenza y en este pueblo se sabe todo"
"No tienes nada q temer"
"Una paja si, solo eso"
Me quedé pensando. Quizás me habia precipitado, pero lo tenia que intentar. La paja no podria estar mal, al fin y al cabo era algo, entre eso y nada... mejor acatarlo así.
"Bueno, comenzaremos por la paja entonces"
"Bien" contestó ella y siguio: "mañana por la tarde podré escaparme una media hora. te vale?"
"Me parece bien. avisame antes"
"ok, borro esta conversacion"
Dejé el movil. Y esperé a que llegase el dia siguiente. Hablé con Raúl por la mañana, el sabado, y me propuso ir a cenar el domingo. Acepté. Me adelantó que en la oficina estaban barajando la posiblidad de enviarle a trabajar fuera un tiempo. Me dijo que me contaría mas el domingo.
Por fin despues de comer recibí un mensaje de Eva.
"estas?"
"Si" - contesté
"A las siete?"
"Me parece bien" contesté.
"OK" dijo.
Quedaban 3 horas. Esperaba que esta vez saliera bien y no le entrase complejo de culpabilidad, ni sentimiento alguno. Cuando quedaba media hora me duché, empecé a tocarme un poco la polla, tenía unas ganas inmensas de correrme. El calentón de la semana aún duraba, me puse algo cómodo, pantalon de pijama y una camiseta de manga larga, encendí la calefaccion y preparé algo de picar.
Eva llamó a la puerta a las siete en punto. Abrí. Se había puesto un vestido de flores que le tapaba todo, hasta parte del cuello, debajo unas mallas negras y unas botas altas sin tacón. Llevaba el pelo recogido en una coleta alta. Me saludó sin darme dos besos y se quitó el abrigo. Lo cogí y lo colgué en la percha de la entrada.
- Debo irme pronto, le he dicho a Raúl que iba a ver si veía algún regalo para él, para las navidades.
- Vale, no te preocupes. Pasa.
Entramos y nos sentamos en el sofá.
- Estoy un poco nerviosa - dijo.
- Toma, bebe esto - y le eché un refresco en un vaso-. Toma algo de picar - y le acerqué un plato de frutos secos -. Ya estas mejor, no?
- Sí, lo siento Rober, lo del otro día.
- No te preocupes - le sonreí-. Estás muy guapa con ese vestido.
- Gracias - dijo despues de dar un sorbo.
Me incliné sin dejar de sonreir y le dije al oido:
- Tu estas muy guapa y yo estoy muy cachondo, desde el otro día en que vi cómo te corrías en el sofá, aunque ya llevas poniendome cachondo desde mucho tiempo atrás.
Ella sonrió y se echó en el sofá.
- Voy a comenzar, de acuerdo? - dije
- Bien - dijo ella reclinandose en el brazo del sofá, como en su casa, alejada un metro de mí para tener mejor vision.
Yo me llevé una mano al paquete, que ya estaba abultado, y empecé a acariciarme. Noté que habia venido de mera espectadora, quizás se habia concienciado de eso para evitar sentimiento de culpabilidad, que por lo visto solia aparecer si se tocaba delante de mi, o me mostraba algo. Mientras me tocaba seguía hablando.
- Ya sabes que no puedes tocarte, porque me debes una - dije sonriendo.
- Y si me pongo cachonda? - dijo sonriendo.
- Pues... te aguantas. O luego por la noche te follas a Raúl.
Ella apartó la vista un momento.
- Al fin y al cabo creo que es lo que harás esta noche o mañana, y no me equivoco diciendo que pensarás mientras tanto en la corrida que vas a ver.
Dicho esto metí una mano en el pantalón de mi pijama y me saqué la polla y los huevos, me tumbé en el sofá, a lo largo. De modo que mi cabeza estaba recostada en el brazo del sofá y el resto apuntaba a Eva, que estaba al otro lado. Subí las piernas y ella se apartó un poco. Incómoda.
- No te apartes, anda - le dije-. ¿Puedo poner los pies a tu lado?
Y sin darle lugar a contestar los subí y los encasqueté a ambos lados de ella, rozándole las piernas.
- Haz tú lo mismo, anda. Ponte cómoda. Aunque no te vaya a dejar tocarte. Puedes enseñarme algo y acabaremos antes.
- No sé...
- Vamooos, Evaaa - dije mientras me meneaba la polla arriba y abajo, ya dura como una piedra.
Entonces ella se quitó las botas y las dejó a un lado. Subió las piernas al sofá y las estiró hacia mí, abiertas. De modo que estábamos frente a frente. Sus pies llegaban a la altura de mi costado, y los míos a los suyos, rozando los bultos de sus tetas, así nos rozábamos constantemente. Mi polla estaba a medio metro de su entrepierna. Y desde esa posición, con su vestido subido, podía ver el trozo de las mallas a la altura de su coño, y las tetas bien apretadas dentro del vestido.
- Podías haberte traido un vestido más escotado, porque no veas, jaja.
- No quería que Raúl me dijera algo, o sospechara, no sé.
- Ya, ya, vale.
Seguí meneándomela y hablando. Ella empezó a ponerse nerviosa, tenía ganas de tocarse, eso un hombre de mi experiencia... lo huele, jeje.
- Uy, creo que tienes ganas de tocarte.
- Sí - dijo ella llevándose las manos a las mallas.
- Eeehh, no puedes, no te voy a dejar.
- Así te correrás antes, no?
- Sólo dejaré que te toques por encima de las mallas.
- Así? - dijo ella pasando su mano por el coño y buscando su clitoris por encima de las mallas.
- Sí - dije mientras me seguía tocando suavemente.
- Jooo, déjame un poco más.
- Para qué? para que te corras? y te vayas? jeje. No te dejaré.
- vaaamooos.
- Con una condición - dije.
- Cual?
...
- Tienes que quitarte las mallas.
- Ni hablar - dijo ella.
- Venga, Eva, quítatelas, y será más fácil, las mallas ajustadas te impedirán meter la mano bien dentro. Además, así podré ver tu coño, sé que lo estás deseando, y olerlo de cerca, sabes que me dejaste todo tu olor y el de la corrida la semana pasada cuando viniste a verme con Gloria?
Ella se ruborizó un momento y continuó:
- Rober, tengo ganas de masturbarme contigo pero... no me voy a quitar las mallas.
- Pues dime un precio que pagar para que te corras aquí, ahora, en mi casa.
Yo no quería forzar... Ella pensaba...
- No lo sé, no quiero proponer nada.
- Pues propongo yo. Quítate el vestido. En tu casa me enseñabas las tetas, quiero verlas mientras me corro.
- Está bien - dijo.
Se incorporó un poco, se arremangó el vestido y se lo sacó por arriba. Dejó ver su torso y el sujetador. Se volvió a recostar y sin yo decirle nada se sacó las dos tetazas. Yo estaba en la gloria. Con mi polla dura y a punto de correrme a medio metro de las tetas de Eva. Se las cogió con las manos y las sobó un poco.
- Me encantan tus tetas, ya lo sabes - le dije.
- Si - y rió.
- Será mejor que me siga masturbando hasta correrme.
- Aquí?
- Sí, en el sofá.
- Joder, pero así me vas a salpicar...
- Ya veremos.
- No no no - decía ella.
- Tú concéntrate en masturbarte por encima de las mallas, y en mirarme con esa cara de guarra que pones, como en el pub aquel.
Ella me miró y se llevó la mano adentro de las mallas para tocarse el coño.
- No me manches la ropa, Roberto. O a ver como llego a casa luego.
- Tú no te la has querido quitar... - dije meneandomela a más velocidad-. Escupeme en la polla.
- Que?
- Escupeme en la polla, Eva.
Ella me miró como sin saber qué hacer.
- Acércate y deja caer tu saliva en mi polla - dije muy serio.
Ella recogió sus piernas un poco y se inclinó tanto que yo llegué a pensar que se iba a caer de boca sobre mi polla. Tenía su boca a un palmo por encima de mi entrepierna. Hizo varios movimientos de mandíbula y abrió la boca. Un escupitajo de saliva cayó entre la cabeza de mi polla y mi mano. Lo recogí rápidamente con la palma y gemí un poco mientras me lo restregaba por toda la polla, pajeándome lentamente.
- Joder, qué bien, así me gusta - dije.
Quise pedirle q ya que estaba podía continuar ella con la paja, con la mano o con la boca... jejeje, pero ya lo que había conseguido era un avance. Y lo hizo sin rechistar... Inmediatamente volvió a su sitio y siguió tocándose el coño, metía una mano dentro de sus mallas.
- No te dije que te tocaras el coño directamente, Eva. Dije que podías pajearte por fuera. O que te quitases las mallas para hacerlo - yo no despegaba la vista de sus tetas, de cómo se movían y bamboleaban de un lado a otro mientras ella seguía tocándose, lentamente.
- Ya, ya - dijo entre gemiditos-. Pero demasiado que estoy aquí, y que te he salivado la polla sin decir nada, no me he negado. Así que como no queda mucho tiempo... córrete, anda. O me correré yo primero otra vez.
- Tan cachonda estás?
- No preguntes - dijo.
- Pues déjame correrme en tus tetas.
- Ni hablar... todavía no estoy segura de lo que estoy haciendo, me siento...
- No te sientas culpable - le interrumpí mientras seguía mirándole las tetas y la boca... no me iba a quedar mucho para correrme.
- Esto es nuevo para mí, ya sabes - y soltó un gemido-. Con esto que estamos haciendo... ya es suficiente.
Como movía cada vez más la mano dentro de sus mallas, las apartó un poco y yo pude ver el arranque de su coño, con un poco de vello en el monte de venus. Debía tenerlo ardiendo.
- Cariño, nunca es suficiente - le dije-. Creo que voy a correrme en nada.
Y aceleré un poco el ritmo. Ella paró un momento de tocarse, alarmada por ver cómo me iba a correr y donde iba a caer mi corrida.
- No me manches la ropa - dijo.
Yo seguí mirándola. Si apuntaba con mi polla adelante sin duda le llegaría mi lefa desde las tetas hasta las mallas, toda pringada. Si apuntaba a un lado caería por el sofá hasta el suelo, hacia el otro lado en el respaldo, también tenía la opción de correrme hacia arriba y que me volviera a caer encima.
- Donde quieres que me corra.
- Donde sea, pero no me manches, Rober. Ni la ropa ni a mí. O me enfadaré.
- Está bien, pero sigue tocándote, vamos, que me pone verte.. me queda nada.
Ella recogió un poco las piernas, las mantenía abiertas, y siguió tocándose abase de bien. Yo no hacía más que mirarla y pajearme más rápido, cuando noté que me venía aminoré y apreté en la cabeza de mi polla, embadurnada con la saliva de Eva todavía. Estaba a punto de correrme. Apunté hacia arriba para q los chorros se alzaran y volvieran a caer, sobre mi polla y mi torso.
- Me voy a correr, Eva.
Ella abrió los ojos, los había cerrado mientras se tocaba para concentrarse y llegar tmb al orgasmo.
- Mírame, mírame cómo me corro.
- Córrete, vamos - dijo entre gemidos.
Y entre espasmos y caricias lentas a mi polla empecé a correrme. Pegué un grito y el primer chorro fue abundante, se alzó unos centímetros y cayó en mi tripa. Desde mi posición yo veía mi polla sacando ese primer chorro y de fondo a EVa con las tetas fuera, al otro lado del sofá.
Ella miraba mientras se dejaba de tocar por un momento y apretaba sus tetas delante de mí.
Los siguientes chorros, hubo al menos 4 más, fueron un poco menos abundantes y me mancharon la polla y el torso, me llegó hasta el pecho.
- Joder, cuánta leche - dijo.
- Ahhh, joder... la tenía acumulada desde la semana pasada...
Pasaron unos segundos y ella, por inercia, seguía tocándose el coño.
- No has acabado - dije.
- No - dijo ella.
Me incorporé, me limpié con una servilleta que había en la mesa baja y dije poniéndome de pie:
- Vamos a acabarte...
¿Qué? - dijo ella sacando la mano de las mallas...
Continuará...
Podría haber quedado con ella y desahogarme, jejeje. Pero preferí reservarme por si podía finiquitar todo con Eva de la manera en que debería haber sido en su casa...
Pasaron varios días y llegó el viernes, último día de noviembre. Para mi sorpresa recibí un w hats app de Eva por la mañana, antes de llamar yo a Raúl.
"Hola" - escribió.
"Hola, que tal te encuentras?" escribí.
"Bien. Siento lo del otro dia"
"Ya, bueno, no pasa nada. Igual necesitabas tranquilizarte"
"Si, supongo. lo siento"
No escribí y ella siguió:
"Has hablado con Raúl?"
"No, por que" - contesté
"Decía que quería ir contigo a no se donde"
"Hablaré con el" - contesté.
Dejé el telefono y al cabo de una hora volvió a escribirme.
"Siento haberte echado asi, espero que hubieras terminado en tu casa"
esperé y pensé lo que contestar...
"No, no acabé. No me he tocado desde que lo hice el fin de semana pasado. Ya sabes que me debes una"
"... bueno... esta bien"
Sonreí.
"hablaremos" escribí.
Y lo dejé ahí. Sonreí de nuevo, al menos una paja delante de Eva iba a caer. Ahora tenía que pensar cómo y cuando hacerlo... e intentar sacar algo más. Mi mente funcionaba rápido. Iba de todo lo acontecido con Eva, con Gloria, e incluso lo que pasaba en la oficina de mi amigo con esa tal Susana. Cogí de nuevo el móvil y escribí a Eva:
"Oye, este finde sales con las niñas?"
"No lo creo, por que?" - contestó casi al momento, estaba siempre en línea, hablando con alguna de sus amigas, seguro.
"Porque tengo una propuesta"
"Y tienen que ver con mis amigas? jeje"
"No, pero sabes que es una buena coartada para q vuelvas a mi casa el sábado"
"Entiendo, quieres acabar allí y así será más comodo para ti, sin interrupciones ni sin q pueda echarte"
Entonces escribí:
"Quiero que te unas a Gloria"
"Que diiiceeees!!!"
"No te preocupes, ella irá vendada, no vera nada"
"No no no"
"Eva"
"Qué?"
"Me lo debes"
"No no, te debo que te corras delante mía, justo lo que yo hice"
"Ella no te verá, será un juego. Estará de acuerdo. Ha hecho cosas así"
"Yo no, Rober, si me viera por casualidad se me cae la cara de verguenza y en este pueblo se sabe todo"
"No tienes nada q temer"
"Una paja si, solo eso"
Me quedé pensando. Quizás me habia precipitado, pero lo tenia que intentar. La paja no podria estar mal, al fin y al cabo era algo, entre eso y nada... mejor acatarlo así.
"Bueno, comenzaremos por la paja entonces"
"Bien" contestó ella y siguio: "mañana por la tarde podré escaparme una media hora. te vale?"
"Me parece bien. avisame antes"
"ok, borro esta conversacion"
Dejé el movil. Y esperé a que llegase el dia siguiente. Hablé con Raúl por la mañana, el sabado, y me propuso ir a cenar el domingo. Acepté. Me adelantó que en la oficina estaban barajando la posiblidad de enviarle a trabajar fuera un tiempo. Me dijo que me contaría mas el domingo.
Por fin despues de comer recibí un mensaje de Eva.
"estas?"
"Si" - contesté
"A las siete?"
"Me parece bien" contesté.
"OK" dijo.
Quedaban 3 horas. Esperaba que esta vez saliera bien y no le entrase complejo de culpabilidad, ni sentimiento alguno. Cuando quedaba media hora me duché, empecé a tocarme un poco la polla, tenía unas ganas inmensas de correrme. El calentón de la semana aún duraba, me puse algo cómodo, pantalon de pijama y una camiseta de manga larga, encendí la calefaccion y preparé algo de picar.
Eva llamó a la puerta a las siete en punto. Abrí. Se había puesto un vestido de flores que le tapaba todo, hasta parte del cuello, debajo unas mallas negras y unas botas altas sin tacón. Llevaba el pelo recogido en una coleta alta. Me saludó sin darme dos besos y se quitó el abrigo. Lo cogí y lo colgué en la percha de la entrada.
- Debo irme pronto, le he dicho a Raúl que iba a ver si veía algún regalo para él, para las navidades.
- Vale, no te preocupes. Pasa.
Entramos y nos sentamos en el sofá.
- Estoy un poco nerviosa - dijo.
- Toma, bebe esto - y le eché un refresco en un vaso-. Toma algo de picar - y le acerqué un plato de frutos secos -. Ya estas mejor, no?
- Sí, lo siento Rober, lo del otro día.
- No te preocupes - le sonreí-. Estás muy guapa con ese vestido.
- Gracias - dijo despues de dar un sorbo.
Me incliné sin dejar de sonreir y le dije al oido:
- Tu estas muy guapa y yo estoy muy cachondo, desde el otro día en que vi cómo te corrías en el sofá, aunque ya llevas poniendome cachondo desde mucho tiempo atrás.
Ella sonrió y se echó en el sofá.
- Voy a comenzar, de acuerdo? - dije
- Bien - dijo ella reclinandose en el brazo del sofá, como en su casa, alejada un metro de mí para tener mejor vision.
Yo me llevé una mano al paquete, que ya estaba abultado, y empecé a acariciarme. Noté que habia venido de mera espectadora, quizás se habia concienciado de eso para evitar sentimiento de culpabilidad, que por lo visto solia aparecer si se tocaba delante de mi, o me mostraba algo. Mientras me tocaba seguía hablando.
- Ya sabes que no puedes tocarte, porque me debes una - dije sonriendo.
- Y si me pongo cachonda? - dijo sonriendo.
- Pues... te aguantas. O luego por la noche te follas a Raúl.
Ella apartó la vista un momento.
- Al fin y al cabo creo que es lo que harás esta noche o mañana, y no me equivoco diciendo que pensarás mientras tanto en la corrida que vas a ver.
Dicho esto metí una mano en el pantalón de mi pijama y me saqué la polla y los huevos, me tumbé en el sofá, a lo largo. De modo que mi cabeza estaba recostada en el brazo del sofá y el resto apuntaba a Eva, que estaba al otro lado. Subí las piernas y ella se apartó un poco. Incómoda.
- No te apartes, anda - le dije-. ¿Puedo poner los pies a tu lado?
Y sin darle lugar a contestar los subí y los encasqueté a ambos lados de ella, rozándole las piernas.
- Haz tú lo mismo, anda. Ponte cómoda. Aunque no te vaya a dejar tocarte. Puedes enseñarme algo y acabaremos antes.
- No sé...
- Vamooos, Evaaa - dije mientras me meneaba la polla arriba y abajo, ya dura como una piedra.
Entonces ella se quitó las botas y las dejó a un lado. Subió las piernas al sofá y las estiró hacia mí, abiertas. De modo que estábamos frente a frente. Sus pies llegaban a la altura de mi costado, y los míos a los suyos, rozando los bultos de sus tetas, así nos rozábamos constantemente. Mi polla estaba a medio metro de su entrepierna. Y desde esa posición, con su vestido subido, podía ver el trozo de las mallas a la altura de su coño, y las tetas bien apretadas dentro del vestido.
- Podías haberte traido un vestido más escotado, porque no veas, jaja.
- No quería que Raúl me dijera algo, o sospechara, no sé.
- Ya, ya, vale.
Seguí meneándomela y hablando. Ella empezó a ponerse nerviosa, tenía ganas de tocarse, eso un hombre de mi experiencia... lo huele, jeje.
- Uy, creo que tienes ganas de tocarte.
- Sí - dijo ella llevándose las manos a las mallas.
- Eeehh, no puedes, no te voy a dejar.
- Así te correrás antes, no?
- Sólo dejaré que te toques por encima de las mallas.
- Así? - dijo ella pasando su mano por el coño y buscando su clitoris por encima de las mallas.
- Sí - dije mientras me seguía tocando suavemente.
- Jooo, déjame un poco más.
- Para qué? para que te corras? y te vayas? jeje. No te dejaré.
- vaaamooos.
- Con una condición - dije.
- Cual?
...
- Tienes que quitarte las mallas.
- Ni hablar - dijo ella.
- Venga, Eva, quítatelas, y será más fácil, las mallas ajustadas te impedirán meter la mano bien dentro. Además, así podré ver tu coño, sé que lo estás deseando, y olerlo de cerca, sabes que me dejaste todo tu olor y el de la corrida la semana pasada cuando viniste a verme con Gloria?
Ella se ruborizó un momento y continuó:
- Rober, tengo ganas de masturbarme contigo pero... no me voy a quitar las mallas.
- Pues dime un precio que pagar para que te corras aquí, ahora, en mi casa.
Yo no quería forzar... Ella pensaba...
- No lo sé, no quiero proponer nada.
- Pues propongo yo. Quítate el vestido. En tu casa me enseñabas las tetas, quiero verlas mientras me corro.
- Está bien - dijo.
Se incorporó un poco, se arremangó el vestido y se lo sacó por arriba. Dejó ver su torso y el sujetador. Se volvió a recostar y sin yo decirle nada se sacó las dos tetazas. Yo estaba en la gloria. Con mi polla dura y a punto de correrme a medio metro de las tetas de Eva. Se las cogió con las manos y las sobó un poco.
- Me encantan tus tetas, ya lo sabes - le dije.
- Si - y rió.
- Será mejor que me siga masturbando hasta correrme.
- Aquí?
- Sí, en el sofá.
- Joder, pero así me vas a salpicar...
- Ya veremos.
- No no no - decía ella.
- Tú concéntrate en masturbarte por encima de las mallas, y en mirarme con esa cara de guarra que pones, como en el pub aquel.
Ella me miró y se llevó la mano adentro de las mallas para tocarse el coño.
- No me manches la ropa, Roberto. O a ver como llego a casa luego.
- Tú no te la has querido quitar... - dije meneandomela a más velocidad-. Escupeme en la polla.
- Que?
- Escupeme en la polla, Eva.
Ella me miró como sin saber qué hacer.
- Acércate y deja caer tu saliva en mi polla - dije muy serio.
Ella recogió sus piernas un poco y se inclinó tanto que yo llegué a pensar que se iba a caer de boca sobre mi polla. Tenía su boca a un palmo por encima de mi entrepierna. Hizo varios movimientos de mandíbula y abrió la boca. Un escupitajo de saliva cayó entre la cabeza de mi polla y mi mano. Lo recogí rápidamente con la palma y gemí un poco mientras me lo restregaba por toda la polla, pajeándome lentamente.
- Joder, qué bien, así me gusta - dije.
Quise pedirle q ya que estaba podía continuar ella con la paja, con la mano o con la boca... jejeje, pero ya lo que había conseguido era un avance. Y lo hizo sin rechistar... Inmediatamente volvió a su sitio y siguió tocándose el coño, metía una mano dentro de sus mallas.
- No te dije que te tocaras el coño directamente, Eva. Dije que podías pajearte por fuera. O que te quitases las mallas para hacerlo - yo no despegaba la vista de sus tetas, de cómo se movían y bamboleaban de un lado a otro mientras ella seguía tocándose, lentamente.
- Ya, ya - dijo entre gemiditos-. Pero demasiado que estoy aquí, y que te he salivado la polla sin decir nada, no me he negado. Así que como no queda mucho tiempo... córrete, anda. O me correré yo primero otra vez.
- Tan cachonda estás?
- No preguntes - dijo.
- Pues déjame correrme en tus tetas.
- Ni hablar... todavía no estoy segura de lo que estoy haciendo, me siento...
- No te sientas culpable - le interrumpí mientras seguía mirándole las tetas y la boca... no me iba a quedar mucho para correrme.
- Esto es nuevo para mí, ya sabes - y soltó un gemido-. Con esto que estamos haciendo... ya es suficiente.
Como movía cada vez más la mano dentro de sus mallas, las apartó un poco y yo pude ver el arranque de su coño, con un poco de vello en el monte de venus. Debía tenerlo ardiendo.
- Cariño, nunca es suficiente - le dije-. Creo que voy a correrme en nada.
Y aceleré un poco el ritmo. Ella paró un momento de tocarse, alarmada por ver cómo me iba a correr y donde iba a caer mi corrida.
- No me manches la ropa - dijo.
Yo seguí mirándola. Si apuntaba con mi polla adelante sin duda le llegaría mi lefa desde las tetas hasta las mallas, toda pringada. Si apuntaba a un lado caería por el sofá hasta el suelo, hacia el otro lado en el respaldo, también tenía la opción de correrme hacia arriba y que me volviera a caer encima.
- Donde quieres que me corra.
- Donde sea, pero no me manches, Rober. Ni la ropa ni a mí. O me enfadaré.
- Está bien, pero sigue tocándote, vamos, que me pone verte.. me queda nada.
Ella recogió un poco las piernas, las mantenía abiertas, y siguió tocándose abase de bien. Yo no hacía más que mirarla y pajearme más rápido, cuando noté que me venía aminoré y apreté en la cabeza de mi polla, embadurnada con la saliva de Eva todavía. Estaba a punto de correrme. Apunté hacia arriba para q los chorros se alzaran y volvieran a caer, sobre mi polla y mi torso.
- Me voy a correr, Eva.
Ella abrió los ojos, los había cerrado mientras se tocaba para concentrarse y llegar tmb al orgasmo.
- Mírame, mírame cómo me corro.
- Córrete, vamos - dijo entre gemidos.
Y entre espasmos y caricias lentas a mi polla empecé a correrme. Pegué un grito y el primer chorro fue abundante, se alzó unos centímetros y cayó en mi tripa. Desde mi posición yo veía mi polla sacando ese primer chorro y de fondo a EVa con las tetas fuera, al otro lado del sofá.
Ella miraba mientras se dejaba de tocar por un momento y apretaba sus tetas delante de mí.
Los siguientes chorros, hubo al menos 4 más, fueron un poco menos abundantes y me mancharon la polla y el torso, me llegó hasta el pecho.
- Joder, cuánta leche - dijo.
- Ahhh, joder... la tenía acumulada desde la semana pasada...
Pasaron unos segundos y ella, por inercia, seguía tocándose el coño.
- No has acabado - dije.
- No - dijo ella.
Me incorporé, me limpié con una servilleta que había en la mesa baja y dije poniéndome de pie:
- Vamos a acabarte...
¿Qué? - dijo ella sacando la mano de las mallas...
Continuará...
4 comentarios - La Tetona ( . )( . ) mujer de mi amigo😈7