Seguiré con el relato de lo sucedido en la semana siguiente, ya estábamos a finales de Septiembre. HabÃamos quedado para ir a la playa, mi amigo, su mujer, su hijo pequeño y yo. Aprovechamos los últimos dÃas buenos del verano para pasarlo en una playa todo el dÃa.
Estuvimos tomando el sol, lo que me dio de nuevo la oportunidad de contemplar las tetas de la mujer de mi amigo. Cada vez me parecÃan más espectaculares,
unas piernas torneadas y un cuerpo de escándalo, de madre, pero de escándalo. Yo no me quitaba las gafas de sol y aprovechaba para mirarla con detalle cada vez que se ponÃa crema por todo el cuerpo, se sentaba en la toalla y empezaba a embadurnarse los brazos, las piernas, y se daba sus buenos meneos en las tetas para que quedasen bien cubiertas de crema, eso sÃ, ya dije que no hacÃa topless, asà que ponÃa cuidado en que el bikini no se le bajara ni se desprendiera cuando se magreaba las tetas con la crema.
Aquello me ponÃa muy malo y tenÃa que irme al agua o ponerme bocabajo mientras seguÃa hablando con mi amigo sin perder detalle.
Mi amigo me contaba que en dos semanas estarÃa trabajando fuera, y que era una putada porque tendrÃa que pasar un mes al menos, o quizás más, fuera de casa. Aquella situación me daba más morbo aún, sólo por pensar que mi amigo no estarÃa en su casa y que sólo estarÃa su mujer con el hijo pequeño, sola, claro.
Lo que tengo que destacar de ese dÃa es un momento en la orilla, antes de meternos en el agua. En que estábamos todos juntos, la mujer de mi amigo con su hijo jugando, y mi amigo y yo alrededor, charlando. Cuando de repente el dijo:
- No veas la otra noche.
- Qué pasó? . pregunté
- Varias cosas, todas buenas - dijo él.
- Ah sÃ?
- No veas mi mujer como se puso...
- Como? . pregunté yo mirándola y riéndome.
Ella se rió mientras se agachaba en la orilla y me regalaba una vista del espectacular escote, con esas dos tetazas juntas formando un canalillo.
- Pues se puso como una moto - dijo mi amigo.
- Joder... cuenta, chica, cuentaaa... jajajaja.
- Nooo, no contaré nada - dijo ella un poco avergonzada-. Cariño no cuentes nada!!
- Mujer, si es nuestro amigo de hace unos años, no se va a escandalizar.
- Yo me voy - dijo, y cogió al pequeño y se metió en el agua a chapotear.
Entonces mi amigo me contó algunos detalles.
Que cuando yo me fui de su casa, subió, y su mujer lo estaba esperando viendo la tele a poco volumen, el se metió en la cama y ella se fue para el, estaba desnuda, empezó a rozarse y pasó lo que pasó... dice que esta vez su mujer estaba muy caliente, mas impetuosa que otras veces, y que al hacerle una mamada para finalizar casi apura hasta el ultimo momento, justo cuando estuvo a punto de echarlo todo apartó la polla y la dirigió a sus tetas. Él cree que se arrepintió en el ultimo instante, que querÃa al menos probar la leche, pero que no se atrevió.
- Al menos es un pequeño avance . dijo - y creo que te lo tengo que agradecer a ti, jajaja. Al final resulta que a mi mujer le pone escuchar lo que las otras te hacen.
- Pues nada . dije yo - si quieres os cuento mas cosas, asà la disfrutas, jaja.
- Pues si, entre tu y yo... serÃa una buena opción.
Me invitaron a cenar de nuevo la noche siguiente. Yo accedÃ, por supuesto. Le contarÃa otra historia más, esta vez con una jovencita que me follé, y que tuve la suerte de ser el primer tÃo que se corrÃa en su boca. Seguro que esa historia pondrÃa a tope a la mujer de mi amigo...
Al dÃa siguiente acudà a la casa de mi amigo y de su mujer sobre las 9 de la noche. Llevé una botella de vino y profiteroles de postre, jaja, que nos encantan a los tres.
Bueno, pues estuvimos jugando con el peque y cuando era la hora de acostarlo la mujer de mi amigo (a la que llamaremos Eva a partir de ahora) fue para el dormitorio y nos dijo que acabásemos de poner la mesa que comerÃamos en breve, que primero se darÃa una ducha rápida y se cambiarÃa.
Hicimos mi amigo (lo llamaremos Raúl de ahora en adelante) y yo lo que dijo y nos sentamos ante la mesa y comenzamos a beber el vino, ya que a ella no le gusta mucho. Al cabo de media hora o asà apareció Eva por el pasillo. En lugar de ponerse el pijama se habÃa puesto un vestido, sencillo, nada aparatoso o de esos de noche, pero era uno de esos que le resaltaba el pecho, aún más, :ESCOTE: y le dejaba un escote contundente, sus tetas se apretaban una contra la otra, aprisionadas. Y los tirantes finos se deslizaban por sus hombros de vez en cuando. Vamos, que estaba la tÃa para tumbarla sobre la mesa, o pedir que se arrodillase ante ti y te hiciera un trabajito. Y eso que siempre me habÃan atraÃdo sus tetas, cómo debÃa tenerlas
Se sentó frente a mÃ, al otro lado de la mesa, yo ocupaba uno de los lados y mi amigo el otro, mediaba entre los dos, dejando el cuarto lado de la mesa vacÃo, claro.
La cena resultó ser de lo más normal en cuanto a la charla, tampoco me voy a parar a contaros el menú. Raúl siguió hablando de trabajo, del verano, de lo bien que lo pasábamos en las playas y de las buenas tÃas que paseaban por ellas, tema normal entre nosotros, y que su mujer permitÃa porque confiaba con plenitud en su marido. Hasta que mi amigo, muy sutilmente, sacó el tema de mis aventurillas amorosas, lo hizo con vistas a que les contase otra historia y ver si su mujer se volvÃa a poner cachonda para llevarse luego el premio en la cama...
Asà que entré al trapo tras decirle por segunda vez a Eva que estaba deslumbrante esa noche, jejeje. Comencé a contar la historia con LucÃa, una chica con la que me acosté un par de veces hacÃa unos 6 o 7 años. Cómo nos conocimos, que ella tenÃa unos 22 años, unos diez menos que yo por entonces, y que no estaba muy experimentada. Conté que nos fuimos a un hotel y allà hicimos de todo.
- De todo cómo? - preguntó Eva.
- Pues ya sabes, follar básicamente, jajaja.
- Y qué tenÃa de especial la cita? a ver... - intervino mi amigo.
- Pues que para ella ocurrió un par de cosas a las que no estaba acostumbrada.
- Y qué fueron? - intervino Eva mientras traÃa de la cocina los profiteroles con nata.
- Le pregunté si le habÃa hecho una mamada alguna vez a un tÃo. Me dijo que sÃ, pero nada más. Y le pregunté que si qué le parecÃa que probásemos a terminar del todo, en su cara o en su boca.
Mi amigo sonrió y Eva me miró atentamente.
- Me dijo que estaba de acuerdo, que probarÃa, pero sólo un poco, es decir, que le avisase cuando me fuese a correr, para prepararse, y que solo le empapase con un par de chorros de semen el lado de la boca y nada más. Le dije que de acuerdo.
Cogà un profiterol y empecé a masticarlo, haciendo una pausa. TenÃa a Eva pendiente de lo que iba a decir.
- Y qué pasó? - preguntó la mujer de mi amigo inclinándose sobre la mesa, sus tetas apretadas parecÃan que iban a rebosar del vestido...
- Pues... - dije teniendo ya una erección- la tumbé en la cama del hotel y comenzamos a follar durante unos 10-15 minutos. Cuando ya estuvimos a punto la saqué, le dije que se sentará en el borde de la cama y se inclinase un poco hacia atrás. Y...
- Y qué? - preguntó mi amigo sonriendo - . Dilo, venga.
- Pues me empecé a pajear delante de ella, mirándola. Acercando mi polla a su cara, ella abrÃa la boca y sacaba la lengua y yo se la metÃa y sacaba mientras seguÃa pajeándome.
- Joder - exclamó Eva echándose un poco hacia atrás, como un poco avergonzada.
- Si quieres paro de contar - dije para no incomodarla.
- TonterÃas, sé explÃcito, tÃo - dijo mi amigo-. que mi mujer ya ha visto mundo, jajaja.
ReÃmos y seguÃ.
-Bueno, pues al cabo de un par de minutos ya estuve a punto, la avisé y ella me dijo que tuviera cuidado, que sólo en la cara. Le pedà echarle un chorro en la boca y dudó, y le dije que sólo en la lengua, que sacara la lengua y se lo echarÃa en ella. La chica me miró dudando y luego dijo: "bueno, está bien". Aquello me la puso más dura y estaba a punto de estallar. Ya veis, era la primera vez que me iba a correr en una chica novata de 22 años, su primera vez.
- Que bueno, tÃo . dijo mi amigo mirando a su mujer, a buen seguro que la tenÃa dura él también - Sigue contando.
Eva no decÃa nada, volvió a incorporarse sobre la mesa, atenta al final.
- Bien, pues llegó el momento de correrme y el primer chorro se lo tiré en las tetas,
 luego inmediatamente levanté mi polla y apunté a su cara, apretándola contra ella le lancé el segundo chorro diciéndole: "joder, que gusto, en tu cara ahora...".Â
Y el tercero, estrangulándome la polla con la mano para contenerlo, le dije que abriera la boca, cosa que hizo sin rechistar, y al sacar la lengüecita le dije mientras el chorro rebotaba en ella y se colaba en su boca: "Aaahh, dentro de tu boquita, zorra". Al contacto con el semen se echó un poco atrás y cerró la boca, movió la lengua dentro un poco y abrió la boca para echarlo, le resbaló por la barbilla y se quedó colgando.
 Mientras tanto yo seguÃa corriéndome a chorros menos abundante, en su cara y en el resto de su cuerpo.
- Joder, que bueno... - dijo Raúl.
Eva no dijo nada, sólo resopló. hubo un silencio y dije:
- Y esa es la historia.
- Y qué hizo o dijo ella luego? - preguntó Eva, la mujer de mi amigo.
- Pues se levantó y fue a enjuagarse al baño. Le pregunté qué le habÃa parecido y me dijo que era algo raro, no le habÃa disgustado, pero tampoco ilusionado mucho, aunque me dijo que seguirÃa probando y practicando.
- Qué bien ¿no? - dijo Raúl
- Volviste a hacerlo con ella? - preguntó Eva.
- SÃ, una vez más, y ocurrió lo mismo, pero esta vez me dejó correrme dentro de su boca con dos chorros, luego la sacó. Y escupió el semen, aunque me confesó luego que se habÃa tragado un poco casi sin darse cuenta y que estaba rico.
- Qué crack eres, cabrón - dijo mi amigo.
Yo ya estaba empalmado a más no poder, por la historia y por tener delante a la mujer de mi amigo, con esas tetas... y a buen seguro que estaba caliente y cachondÃsima, preparada para ser follada por mi amigo. Un cabrón con suerte después de todo.
No sabÃa si aquella noche la mujer de mi amigo le dejarÃa a él correrse por primera vez en su boquita... Yo estaba deseando de que pasara unos dÃas y él me contara...
Al acabar el postre y mi relato pasamos al sofá, como la primera noche. Allà ocupé mi asiento entre los dos y Raul, mi amigo, puso una peli de uno de los canales de la tele por cable. Nos sentamos y su mujer se sentó de nuevo a mi izquierda. Apagamos la luz y sólo nos iluminaba la luz de la pantalla de plasma.
Comentamos la pelÃcula y los momentos en que habÃa alguna escena subida de tono entre los actores, que bromeábamos con que igual hasta se ponÃan a hacerlo allà mismo. Entonces se me ocurrió preguntar:
- No habeis visto nunca una peli porno? Bueno, me refiero a los dos juntos, que sé que Raúl sà que se ha pajeado y visto muchas, jajajaja.
- Cabrón - dijo mi amigo.
- No - contestó ella.
- Joder, por que no?
- Ya sabes, tÃo - dijo mi amigo -. A mi mujercita no le va mucho ver eso.
- Jooodeeer, venga ya Eva, asà aprendes. Trae el mando - dije mientras aprovechaba para medio tumbarme encima suya y alcanzar el mando, que lo tenia en su lado del sofá.
- Que no que nooo - gritaba apartándolo.
Pero cuanto mas lo apartaba mas intentaba yo llegar, y mi costado rozaba del todo sus pechos y parte del cuerpo. Fue un momento de emoción total, mi polla comenzaba a inflarse, hubo un momento en que mi boca casi roza su cara y su cuello, toda estirada q estaba. Hizo un movimiento ultimo para tratar de apartarme pero me apretó aún mas sus tetas contra mÃ. Yo notaba su calor. Estaba cachondÃsima, sin duda...
Con un poco mas de esfuerzo le quité el mando y dicej:
- vamos a poner el canal guarro... jajajaja.
- Venga, sà - dijo mi amigo.
Ella se incorporó y se quedó sentada de nuevo, aunque bien pegada a mi...
Pulsé hasta encontrar uno.
SalÃan dos tÃas liándose, por ahora solo besos, una morena y una rubia, lo tÃpico. En lenceria.
- Toma ya - dijo mi amigo.
- Que bien, eh? - dije yo.
No tardó en salir un tÃo, ya en pelotas. Y las tias se fueron de rodillas para el y empezaron a lamerle la polla.
- Quitad esto - dijo Eva.
- No mujer, que es instructivo - dije yo-. jajajaa. Que os va a venir bien.
Seguimos viendo la escena y ella seguÃa en silencio y mirando de reojo a la pantalla mientras mi amigo y yo comentábamos la escena, en plan gracioso siempre, pero bien cachondo que nos estaba poniendo.
- La morena chupa mejor q la otra
- Si, si, mira que tragadas pega.
Y Eva, mientras cruzaba las piernas y los brazos, y metÃa sus manos entre sus piernas... en señal de nerviosismo, pero bien que las tenia cerca del coño, al menos eso vi. DebÃa de estar empapada.
Seguimos charlando y bromeando y al final de todo me atrevà a decir:
- Mira Eva, ahora el tÃo se va a correr, las tÃas se colocaran delante con las bocas abiertas y recogerán los chorros... verás...
Y asàpasó. Y ella lo vio.
- Vaya tela como las ha puesto... - dijo mi amigo al verlas llenas de semen de arriba abajo.
Luego la mujer de mi amigo se levantó y dijo:
- Bueno, yo me voy a la cama ya.
Se dirigió a mi amigo y le dio un beso en la cara. Luego se vino para mà y me dio dos besos en la cara, siempre se despide asà de mi.
- Ya nos vemos otro dÃa - dijo. Y desapareció con sus tetas por el pasillo, jajaja.
- Tú crees que se habrá molestado? - le pregunte a mi amigo mas tarde.
- No, creo que has estado muy bien, ahora intentaré ver si ya la convenzo para lo que tú y yo sabemos...
- Claro - dije sonriendo -. A ver si ya se deja, jeje.
La noche acabó como la anterior, vimos un poco más de pelÃcula y yo decidà irme. Me despedà de mi amigo y supuse que él
atacarÃa la delantera de su mujer, y su coño con unas buenas embestidas, nada más yo salir por la puerta.
Pasaron varios dÃas en los que no hablé con mi amigo, hasta que llegando un viernes, ya de principios de octubre, decidÃ
pasarme por su casa. Claro que era por la mañana, y él solÃa trabajar por las mañanas y su mujer llevar al hijo pequeño a la
guarderÃa. Como su casa cogÃa de paso a una tienda que yo iba a visitar me decidà a llamar a su puerta...
Abrió Eva.
- Holaaa, cómo tú por aquÃ? . preguntó consciente de que yo sabÃa que su marido trabajaba ese dÃa...
- Pues que pasaba cerca y me he decidido a llamar, más que nada por si Raúl estaba y hoy no habÃa ido a la empresa.
- Que va, hombre, ha tenido que ir, como casi todos los viernes, claro. Pero pasa, pasa - dijo abriendo del todo la puerta.
Entré y ella cerró.
- Estoy haciendo la comida, ven a la cocina. ¿Cómo va todo?
- Bien, ya sabes, harto de trabajar por las noches.
Yo trabajaba en turno de noche en el mes de octubre, librando 3 dias a la semana.
- Hoy estoy de descanso. Qué tal vosotros? - pregunte mientras la veia moverse de un lado a otro. Yo no despegaba la vista de
las tetas aprovechando que no me miraba.
- Bien, lo de siempre. El niño está en la guarderÃa, en una hora lo recojo. Y Raúl vendrá por la tarde.
- Cómo os fue la otra noche, eeeehhhh? - dije poniendo voz de pillo.
- Halaaa, eso no se pregunta!!!
- Lo sé, que eres por regla general muy vergonzosa, pero mujer... ya tenemos confianza, son varios años y tras trabajar con tu
marido y haber quedado juntos mucho tiempo... es como si los secretos de cama fuesen juegos al contárnoslo.
- Bueno... no estuvo mal.
- No estuvo mal? Eso que significa? Que al fin...
- Nooo.
- Jooodeeer, Evaaaa. Cómo es posible? Qué pasó esta vez como para que no ocurriera? - pregunté refiriéndome claramente a una
posible corrida de mi amigo en la boca de su mujer...
- Pues... ay, no sé - dijo apartando la vista de mÃ, dándose la vuelta y dirigiéndose a la sartén donde estaba preparando la
comida.
- Si no lo pruebas nunca no sabrás qué es eso. A la mayorÃa de las mujeres les gusta.
- Ya, ya, pero como es un cambio importante.
- Importante? - dije acercándome por detrás y poniéndole las manos en los hombros en señal de afecto.
Ella se estremeció un poco, yo no solÃa hacer eso. Desde allÃ, al ser yo más alto que ella, tenÃa una vista de su escote
increible. Estaba para cogerle las tetas desde atrás y apretarselas bien fuerte y comenzarle a morder el cuello.
- Verás - continué mientras ella se estaba quieta-. Es uno de los mayores placeres q le puedes dar a un tÃo-. Y dije muy lento
y a su oÃdo - que él se corra en tu boca mientras tú le sigues mirando a los ojos. De verdad.
Dije, y me aparté lentamente. Noté que ella respiró hondo y dejó escapar el aire poco a poco. Luego abrió la puerta del
frigorifico y sacó una lata de cerveza.
- Toma anda, por si quieres.
- Gracias - dije cogiendola y abriendola-. Tu no quieres?
- No, no.
- Te ha incomodado que te pregunte?
- No, para nada. Pero no sé... es que no sé cómo hacerlo.
Me quedé unos segundos callado, pensando. Hasta que me acordé del otro dÃa de playa.
-Oye, Eva. Donde tienes la pistola de agua del niño?
- En el tendedero, por que?
-Ahora verás - y sali para cogerla.
Cuando volvà ella me miraba extrañada.
- Yo te he visto jugar a veces en la playa con el niño. Cuando él te tira agua te cae por todos lados, cierto?
- Si, y que? no seas guarro!!!
- Joder, lo que te quiero explicar es eso - dije cargando la pistola de agua en el grifo-. Verás... lo que tienes que hacer es
justo lo mismo que cuando te cae agua en la cara, pero siendo consciente de que te va a caer, y no asustarte.
Ella dejó un momento la sartén y se dio la vuelta hacia mÃ. Me entraron ganas de dispararle con la pistolita en la cara y en
las tetas. Pero me contuve y me apunté yo.
- Mira.
Y disparé en un lateral. Ella se rió.
- Ves? - dije-. He soportado el disparo, jajaja. Cómo dispara mi amigo? igual de fuerte que la pistola o mas... lento?
- Raúl es más lento, no dispara asà ni de coña, prácticamente lo deja caer - dijo.
La situación ya empezaba a ponerme malo, me imaginaba la lefa de mi amigo cayendo a goterones en la cara y en la boca de su
mujer.
- Pues entonces más fácil para ti!!! Lo ves? Sólo tienes que poner la cara y abrir la boca. Yo soy distinto.
- Distinto?
- SÃ... yo... ya sabes.
- No, no sé, no te he visto, jajaja.
- Pues soy más como la pistola, jeje.
- Vaya, que pones perdidas a tus amigas, no? como la peli del otro dÃa... - dijo mirándome picarona.
- SÃ, sà - dije mirándola a los ojos.
- Bueno... pues mira que bien para ellas, no?
No dije nada y le disparé con la pistola en un lateral del cuello.
- Eeeeeehhh, jajajaja - rió.
- Toma!!!! - y disparé otra vez-. Pues oye, sà que recoge tu cara bien las corridas pistoleras, jajajaja.
- Ya basta!! . exclamó riendo.
- Vale, vale, ya... - le pegué un sorbo a la lata de cerveza y apreté con lentitud el gatillo de la pistola, el agua resbaló
poco a poco y cayó en lÃnea recta hasta la encimera... se me estaba ocurriendo una idea...
Continuará...
Estuvimos tomando el sol, lo que me dio de nuevo la oportunidad de contemplar las tetas de la mujer de mi amigo. Cada vez me parecÃan más espectaculares,
unas piernas torneadas y un cuerpo de escándalo, de madre, pero de escándalo. Yo no me quitaba las gafas de sol y aprovechaba para mirarla con detalle cada vez que se ponÃa crema por todo el cuerpo, se sentaba en la toalla y empezaba a embadurnarse los brazos, las piernas, y se daba sus buenos meneos en las tetas para que quedasen bien cubiertas de crema, eso sÃ, ya dije que no hacÃa topless, asà que ponÃa cuidado en que el bikini no se le bajara ni se desprendiera cuando se magreaba las tetas con la crema.
Aquello me ponÃa muy malo y tenÃa que irme al agua o ponerme bocabajo mientras seguÃa hablando con mi amigo sin perder detalle.
Mi amigo me contaba que en dos semanas estarÃa trabajando fuera, y que era una putada porque tendrÃa que pasar un mes al menos, o quizás más, fuera de casa. Aquella situación me daba más morbo aún, sólo por pensar que mi amigo no estarÃa en su casa y que sólo estarÃa su mujer con el hijo pequeño, sola, claro.
Lo que tengo que destacar de ese dÃa es un momento en la orilla, antes de meternos en el agua. En que estábamos todos juntos, la mujer de mi amigo con su hijo jugando, y mi amigo y yo alrededor, charlando. Cuando de repente el dijo:
- No veas la otra noche.
- Qué pasó? . pregunté
- Varias cosas, todas buenas - dijo él.
- Ah sÃ?
- No veas mi mujer como se puso...
- Como? . pregunté yo mirándola y riéndome.
Ella se rió mientras se agachaba en la orilla y me regalaba una vista del espectacular escote, con esas dos tetazas juntas formando un canalillo.
- Pues se puso como una moto - dijo mi amigo.
- Joder... cuenta, chica, cuentaaa... jajajaja.
- Nooo, no contaré nada - dijo ella un poco avergonzada-. Cariño no cuentes nada!!
- Mujer, si es nuestro amigo de hace unos años, no se va a escandalizar.
- Yo me voy - dijo, y cogió al pequeño y se metió en el agua a chapotear.
Entonces mi amigo me contó algunos detalles.
Que cuando yo me fui de su casa, subió, y su mujer lo estaba esperando viendo la tele a poco volumen, el se metió en la cama y ella se fue para el, estaba desnuda, empezó a rozarse y pasó lo que pasó... dice que esta vez su mujer estaba muy caliente, mas impetuosa que otras veces, y que al hacerle una mamada para finalizar casi apura hasta el ultimo momento, justo cuando estuvo a punto de echarlo todo apartó la polla y la dirigió a sus tetas. Él cree que se arrepintió en el ultimo instante, que querÃa al menos probar la leche, pero que no se atrevió.
- Al menos es un pequeño avance . dijo - y creo que te lo tengo que agradecer a ti, jajaja. Al final resulta que a mi mujer le pone escuchar lo que las otras te hacen.
- Pues nada . dije yo - si quieres os cuento mas cosas, asà la disfrutas, jaja.
- Pues si, entre tu y yo... serÃa una buena opción.
Me invitaron a cenar de nuevo la noche siguiente. Yo accedÃ, por supuesto. Le contarÃa otra historia más, esta vez con una jovencita que me follé, y que tuve la suerte de ser el primer tÃo que se corrÃa en su boca. Seguro que esa historia pondrÃa a tope a la mujer de mi amigo...
Al dÃa siguiente acudà a la casa de mi amigo y de su mujer sobre las 9 de la noche. Llevé una botella de vino y profiteroles de postre, jaja, que nos encantan a los tres.
Bueno, pues estuvimos jugando con el peque y cuando era la hora de acostarlo la mujer de mi amigo (a la que llamaremos Eva a partir de ahora) fue para el dormitorio y nos dijo que acabásemos de poner la mesa que comerÃamos en breve, que primero se darÃa una ducha rápida y se cambiarÃa.
Hicimos mi amigo (lo llamaremos Raúl de ahora en adelante) y yo lo que dijo y nos sentamos ante la mesa y comenzamos a beber el vino, ya que a ella no le gusta mucho. Al cabo de media hora o asà apareció Eva por el pasillo. En lugar de ponerse el pijama se habÃa puesto un vestido, sencillo, nada aparatoso o de esos de noche, pero era uno de esos que le resaltaba el pecho, aún más, :ESCOTE: y le dejaba un escote contundente, sus tetas se apretaban una contra la otra, aprisionadas. Y los tirantes finos se deslizaban por sus hombros de vez en cuando. Vamos, que estaba la tÃa para tumbarla sobre la mesa, o pedir que se arrodillase ante ti y te hiciera un trabajito. Y eso que siempre me habÃan atraÃdo sus tetas, cómo debÃa tenerlas
Se sentó frente a mÃ, al otro lado de la mesa, yo ocupaba uno de los lados y mi amigo el otro, mediaba entre los dos, dejando el cuarto lado de la mesa vacÃo, claro.
La cena resultó ser de lo más normal en cuanto a la charla, tampoco me voy a parar a contaros el menú. Raúl siguió hablando de trabajo, del verano, de lo bien que lo pasábamos en las playas y de las buenas tÃas que paseaban por ellas, tema normal entre nosotros, y que su mujer permitÃa porque confiaba con plenitud en su marido. Hasta que mi amigo, muy sutilmente, sacó el tema de mis aventurillas amorosas, lo hizo con vistas a que les contase otra historia y ver si su mujer se volvÃa a poner cachonda para llevarse luego el premio en la cama...
Asà que entré al trapo tras decirle por segunda vez a Eva que estaba deslumbrante esa noche, jejeje. Comencé a contar la historia con LucÃa, una chica con la que me acosté un par de veces hacÃa unos 6 o 7 años. Cómo nos conocimos, que ella tenÃa unos 22 años, unos diez menos que yo por entonces, y que no estaba muy experimentada. Conté que nos fuimos a un hotel y allà hicimos de todo.
- De todo cómo? - preguntó Eva.
- Pues ya sabes, follar básicamente, jajaja.
- Y qué tenÃa de especial la cita? a ver... - intervino mi amigo.
- Pues que para ella ocurrió un par de cosas a las que no estaba acostumbrada.
- Y qué fueron? - intervino Eva mientras traÃa de la cocina los profiteroles con nata.
- Le pregunté si le habÃa hecho una mamada alguna vez a un tÃo. Me dijo que sÃ, pero nada más. Y le pregunté que si qué le parecÃa que probásemos a terminar del todo, en su cara o en su boca.
Mi amigo sonrió y Eva me miró atentamente.
- Me dijo que estaba de acuerdo, que probarÃa, pero sólo un poco, es decir, que le avisase cuando me fuese a correr, para prepararse, y que solo le empapase con un par de chorros de semen el lado de la boca y nada más. Le dije que de acuerdo.
Cogà un profiterol y empecé a masticarlo, haciendo una pausa. TenÃa a Eva pendiente de lo que iba a decir.
- Y qué pasó? - preguntó la mujer de mi amigo inclinándose sobre la mesa, sus tetas apretadas parecÃan que iban a rebosar del vestido...
- Pues... - dije teniendo ya una erección- la tumbé en la cama del hotel y comenzamos a follar durante unos 10-15 minutos. Cuando ya estuvimos a punto la saqué, le dije que se sentará en el borde de la cama y se inclinase un poco hacia atrás. Y...
- Y qué? - preguntó mi amigo sonriendo - . Dilo, venga.
- Pues me empecé a pajear delante de ella, mirándola. Acercando mi polla a su cara, ella abrÃa la boca y sacaba la lengua y yo se la metÃa y sacaba mientras seguÃa pajeándome.
- Joder - exclamó Eva echándose un poco hacia atrás, como un poco avergonzada.
- Si quieres paro de contar - dije para no incomodarla.
- TonterÃas, sé explÃcito, tÃo - dijo mi amigo-. que mi mujer ya ha visto mundo, jajaja.
ReÃmos y seguÃ.
-Bueno, pues al cabo de un par de minutos ya estuve a punto, la avisé y ella me dijo que tuviera cuidado, que sólo en la cara. Le pedà echarle un chorro en la boca y dudó, y le dije que sólo en la lengua, que sacara la lengua y se lo echarÃa en ella. La chica me miró dudando y luego dijo: "bueno, está bien". Aquello me la puso más dura y estaba a punto de estallar. Ya veis, era la primera vez que me iba a correr en una chica novata de 22 años, su primera vez.
- Que bueno, tÃo . dijo mi amigo mirando a su mujer, a buen seguro que la tenÃa dura él también - Sigue contando.
Eva no decÃa nada, volvió a incorporarse sobre la mesa, atenta al final.
- Bien, pues llegó el momento de correrme y el primer chorro se lo tiré en las tetas,
 luego inmediatamente levanté mi polla y apunté a su cara, apretándola contra ella le lancé el segundo chorro diciéndole: "joder, que gusto, en tu cara ahora...".Â
Y el tercero, estrangulándome la polla con la mano para contenerlo, le dije que abriera la boca, cosa que hizo sin rechistar, y al sacar la lengüecita le dije mientras el chorro rebotaba en ella y se colaba en su boca: "Aaahh, dentro de tu boquita, zorra". Al contacto con el semen se echó un poco atrás y cerró la boca, movió la lengua dentro un poco y abrió la boca para echarlo, le resbaló por la barbilla y se quedó colgando.
 Mientras tanto yo seguÃa corriéndome a chorros menos abundante, en su cara y en el resto de su cuerpo.
- Joder, que bueno... - dijo Raúl.
Eva no dijo nada, sólo resopló. hubo un silencio y dije:
- Y esa es la historia.
- Y qué hizo o dijo ella luego? - preguntó Eva, la mujer de mi amigo.
- Pues se levantó y fue a enjuagarse al baño. Le pregunté qué le habÃa parecido y me dijo que era algo raro, no le habÃa disgustado, pero tampoco ilusionado mucho, aunque me dijo que seguirÃa probando y practicando.
- Qué bien ¿no? - dijo Raúl
- Volviste a hacerlo con ella? - preguntó Eva.
- SÃ, una vez más, y ocurrió lo mismo, pero esta vez me dejó correrme dentro de su boca con dos chorros, luego la sacó. Y escupió el semen, aunque me confesó luego que se habÃa tragado un poco casi sin darse cuenta y que estaba rico.
- Qué crack eres, cabrón - dijo mi amigo.
Yo ya estaba empalmado a más no poder, por la historia y por tener delante a la mujer de mi amigo, con esas tetas... y a buen seguro que estaba caliente y cachondÃsima, preparada para ser follada por mi amigo. Un cabrón con suerte después de todo.
No sabÃa si aquella noche la mujer de mi amigo le dejarÃa a él correrse por primera vez en su boquita... Yo estaba deseando de que pasara unos dÃas y él me contara...
Al acabar el postre y mi relato pasamos al sofá, como la primera noche. Allà ocupé mi asiento entre los dos y Raul, mi amigo, puso una peli de uno de los canales de la tele por cable. Nos sentamos y su mujer se sentó de nuevo a mi izquierda. Apagamos la luz y sólo nos iluminaba la luz de la pantalla de plasma.
Comentamos la pelÃcula y los momentos en que habÃa alguna escena subida de tono entre los actores, que bromeábamos con que igual hasta se ponÃan a hacerlo allà mismo. Entonces se me ocurrió preguntar:
- No habeis visto nunca una peli porno? Bueno, me refiero a los dos juntos, que sé que Raúl sà que se ha pajeado y visto muchas, jajajaja.
- Cabrón - dijo mi amigo.
- No - contestó ella.
- Joder, por que no?
- Ya sabes, tÃo - dijo mi amigo -. A mi mujercita no le va mucho ver eso.
- Jooodeeer, venga ya Eva, asà aprendes. Trae el mando - dije mientras aprovechaba para medio tumbarme encima suya y alcanzar el mando, que lo tenia en su lado del sofá.
- Que no que nooo - gritaba apartándolo.
Pero cuanto mas lo apartaba mas intentaba yo llegar, y mi costado rozaba del todo sus pechos y parte del cuerpo. Fue un momento de emoción total, mi polla comenzaba a inflarse, hubo un momento en que mi boca casi roza su cara y su cuello, toda estirada q estaba. Hizo un movimiento ultimo para tratar de apartarme pero me apretó aún mas sus tetas contra mÃ. Yo notaba su calor. Estaba cachondÃsima, sin duda...
Con un poco mas de esfuerzo le quité el mando y dicej:
- vamos a poner el canal guarro... jajajaja.
- Venga, sà - dijo mi amigo.
Ella se incorporó y se quedó sentada de nuevo, aunque bien pegada a mi...
Pulsé hasta encontrar uno.
SalÃan dos tÃas liándose, por ahora solo besos, una morena y una rubia, lo tÃpico. En lenceria.
- Toma ya - dijo mi amigo.
- Que bien, eh? - dije yo.
No tardó en salir un tÃo, ya en pelotas. Y las tias se fueron de rodillas para el y empezaron a lamerle la polla.
- Quitad esto - dijo Eva.
- No mujer, que es instructivo - dije yo-. jajajaa. Que os va a venir bien.
Seguimos viendo la escena y ella seguÃa en silencio y mirando de reojo a la pantalla mientras mi amigo y yo comentábamos la escena, en plan gracioso siempre, pero bien cachondo que nos estaba poniendo.
- La morena chupa mejor q la otra
- Si, si, mira que tragadas pega.
Y Eva, mientras cruzaba las piernas y los brazos, y metÃa sus manos entre sus piernas... en señal de nerviosismo, pero bien que las tenia cerca del coño, al menos eso vi. DebÃa de estar empapada.
Seguimos charlando y bromeando y al final de todo me atrevà a decir:
- Mira Eva, ahora el tÃo se va a correr, las tÃas se colocaran delante con las bocas abiertas y recogerán los chorros... verás...
Y asàpasó. Y ella lo vio.
- Vaya tela como las ha puesto... - dijo mi amigo al verlas llenas de semen de arriba abajo.
Luego la mujer de mi amigo se levantó y dijo:
- Bueno, yo me voy a la cama ya.
Se dirigió a mi amigo y le dio un beso en la cara. Luego se vino para mà y me dio dos besos en la cara, siempre se despide asà de mi.
- Ya nos vemos otro dÃa - dijo. Y desapareció con sus tetas por el pasillo, jajaja.
- Tú crees que se habrá molestado? - le pregunte a mi amigo mas tarde.
- No, creo que has estado muy bien, ahora intentaré ver si ya la convenzo para lo que tú y yo sabemos...
- Claro - dije sonriendo -. A ver si ya se deja, jeje.
La noche acabó como la anterior, vimos un poco más de pelÃcula y yo decidà irme. Me despedà de mi amigo y supuse que él
atacarÃa la delantera de su mujer, y su coño con unas buenas embestidas, nada más yo salir por la puerta.
Pasaron varios dÃas en los que no hablé con mi amigo, hasta que llegando un viernes, ya de principios de octubre, decidÃ
pasarme por su casa. Claro que era por la mañana, y él solÃa trabajar por las mañanas y su mujer llevar al hijo pequeño a la
guarderÃa. Como su casa cogÃa de paso a una tienda que yo iba a visitar me decidà a llamar a su puerta...
Abrió Eva.
- Holaaa, cómo tú por aquÃ? . preguntó consciente de que yo sabÃa que su marido trabajaba ese dÃa...
- Pues que pasaba cerca y me he decidido a llamar, más que nada por si Raúl estaba y hoy no habÃa ido a la empresa.
- Que va, hombre, ha tenido que ir, como casi todos los viernes, claro. Pero pasa, pasa - dijo abriendo del todo la puerta.
Entré y ella cerró.
- Estoy haciendo la comida, ven a la cocina. ¿Cómo va todo?
- Bien, ya sabes, harto de trabajar por las noches.
Yo trabajaba en turno de noche en el mes de octubre, librando 3 dias a la semana.
- Hoy estoy de descanso. Qué tal vosotros? - pregunte mientras la veia moverse de un lado a otro. Yo no despegaba la vista de
las tetas aprovechando que no me miraba.
- Bien, lo de siempre. El niño está en la guarderÃa, en una hora lo recojo. Y Raúl vendrá por la tarde.
- Cómo os fue la otra noche, eeeehhhh? - dije poniendo voz de pillo.
- Halaaa, eso no se pregunta!!!
- Lo sé, que eres por regla general muy vergonzosa, pero mujer... ya tenemos confianza, son varios años y tras trabajar con tu
marido y haber quedado juntos mucho tiempo... es como si los secretos de cama fuesen juegos al contárnoslo.
- Bueno... no estuvo mal.
- No estuvo mal? Eso que significa? Que al fin...
- Nooo.
- Jooodeeer, Evaaaa. Cómo es posible? Qué pasó esta vez como para que no ocurriera? - pregunté refiriéndome claramente a una
posible corrida de mi amigo en la boca de su mujer...
- Pues... ay, no sé - dijo apartando la vista de mÃ, dándose la vuelta y dirigiéndose a la sartén donde estaba preparando la
comida.
- Si no lo pruebas nunca no sabrás qué es eso. A la mayorÃa de las mujeres les gusta.
- Ya, ya, pero como es un cambio importante.
- Importante? - dije acercándome por detrás y poniéndole las manos en los hombros en señal de afecto.
Ella se estremeció un poco, yo no solÃa hacer eso. Desde allÃ, al ser yo más alto que ella, tenÃa una vista de su escote
increible. Estaba para cogerle las tetas desde atrás y apretarselas bien fuerte y comenzarle a morder el cuello.
- Verás - continué mientras ella se estaba quieta-. Es uno de los mayores placeres q le puedes dar a un tÃo-. Y dije muy lento
y a su oÃdo - que él se corra en tu boca mientras tú le sigues mirando a los ojos. De verdad.
Dije, y me aparté lentamente. Noté que ella respiró hondo y dejó escapar el aire poco a poco. Luego abrió la puerta del
frigorifico y sacó una lata de cerveza.
- Toma anda, por si quieres.
- Gracias - dije cogiendola y abriendola-. Tu no quieres?
- No, no.
- Te ha incomodado que te pregunte?
- No, para nada. Pero no sé... es que no sé cómo hacerlo.
Me quedé unos segundos callado, pensando. Hasta que me acordé del otro dÃa de playa.
-Oye, Eva. Donde tienes la pistola de agua del niño?
- En el tendedero, por que?
-Ahora verás - y sali para cogerla.
Cuando volvà ella me miraba extrañada.
- Yo te he visto jugar a veces en la playa con el niño. Cuando él te tira agua te cae por todos lados, cierto?
- Si, y que? no seas guarro!!!
- Joder, lo que te quiero explicar es eso - dije cargando la pistola de agua en el grifo-. Verás... lo que tienes que hacer es
justo lo mismo que cuando te cae agua en la cara, pero siendo consciente de que te va a caer, y no asustarte.
Ella dejó un momento la sartén y se dio la vuelta hacia mÃ. Me entraron ganas de dispararle con la pistolita en la cara y en
las tetas. Pero me contuve y me apunté yo.
- Mira.
Y disparé en un lateral. Ella se rió.
- Ves? - dije-. He soportado el disparo, jajaja. Cómo dispara mi amigo? igual de fuerte que la pistola o mas... lento?
- Raúl es más lento, no dispara asà ni de coña, prácticamente lo deja caer - dijo.
La situación ya empezaba a ponerme malo, me imaginaba la lefa de mi amigo cayendo a goterones en la cara y en la boca de su
mujer.
- Pues entonces más fácil para ti!!! Lo ves? Sólo tienes que poner la cara y abrir la boca. Yo soy distinto.
- Distinto?
- SÃ... yo... ya sabes.
- No, no sé, no te he visto, jajaja.
- Pues soy más como la pistola, jeje.
- Vaya, que pones perdidas a tus amigas, no? como la peli del otro dÃa... - dijo mirándome picarona.
- SÃ, sà - dije mirándola a los ojos.
- Bueno... pues mira que bien para ellas, no?
No dije nada y le disparé con la pistola en un lateral del cuello.
- Eeeeeehhh, jajajaja - rió.
- Toma!!!! - y disparé otra vez-. Pues oye, sà que recoge tu cara bien las corridas pistoleras, jajajaja.
- Ya basta!! . exclamó riendo.
- Vale, vale, ya... - le pegué un sorbo a la lata de cerveza y apreté con lentitud el gatillo de la pistola, el agua resbaló
poco a poco y cayó en lÃnea recta hasta la encimera... se me estaba ocurriendo una idea...
Continuará...
1 comentarios - La Tetona ( . )( . ) mujer de mi amigo😈2