Hola!
Somos una pareja de CABA que tenemos ganas de jugar un poquito.
Este relato es 100% real y lo escribí para compartirlo con ustedes y para que mi novio se entere de lo que hice hace algunos años.
Estaba en la costa pasando la temporada de verano con unas amigas. Tenía 22 años y había conocido a un chico (Gonzalo) que trabaja en uno de los boliches de ese momento. Él me encantó y como yo solía ir a ese boliche, empezamos a frecuentarnos.
Era un pibe hermoso de 1,75 aproximadamente, una cara divina super masculina y tenía un lomazo, todo marcado y bronceado. No había chica que no quisiera estar con él.
Al principio nos veíamos en el boliche o la playa y nos dábamos algunos besos, mientras yo sentía como le paraba la pija. Pero en pocos días, la calentura se intensificó, yo vivía mojada, y, cada vez que nos besábamos, me lamía mi mano, se la metía en el pantalón y lo pajeaba, mientras él me metía algunos dedos en mi conchita. Después ya no podía contener mis ganas, me arrodillaba y me metía toda su pija hermosa en mi boca y le sacaba toda la leche.
Empezamos a coger y fue espectacular porque su pija era increíble y él sabía lo que hacía. Lograba hacerme acabar de a chorros reiteradas veces. Pero esta no es la finalidad del post.
Un día me comenta que al otro día llegaba su hermano para visitarlo y pasar unos días de playa. Eso ya me dejó pensando.
Llegó su hermano (Juan) y era un calco de él, por lo que se entiende que estaba igual de bueno. No sabías con cuál quedarte.
En breve pegamos buena onda con mis amigas y nos quedábamos juntos en el boliche tomando, hablando y bailando.
Una noche se me acercó Juan, medio tomado, me agarró de la cintura y empezamos a bailar. Él me apoyaba y yo podía sentir su pija dura en mi cola. Después me dio vuelta y, frente a frente, me empezó a besar. Al principio sentí que estaba mal porque era el hermano de "mi chico", pero ne calentó tanto que ya no pude parar. Al rato, apareció Gonzalo y nos vio en esa secuencia. Pero estaba completamente relajado. Lejos de enojarse, se acercó y empezamos a bailar los tres, a besarnos y a tocarnos. Toda la situación era muy caliente y yo, que soy muy putita, tenía muchas ganas de cogerlos. Entonces les propuse irnos los tres. Ellos estuvieron de acuerdo y fuimos para la casa en donde se alojaban.
En el camino a la casa ya me iba mojando pensado en lo que íbamos a disfrutar. Llegamos y, con Gonzalo, seguimos basándonos mientras Juan iba al baño. Empecé a desvestirlo y él a mi hasta que me dejó en tanguita y corpiño. Él ya estaba al palo y yo empecé a chupársela como solía hacer cuando veo que se acerca Juan. Le pedí que se saque la ropa mientras seguía ocupándome de la pija de Gonzalo. Cuando terminó, veo que también estaba re al palo, le dije que se acerque y Juan empezó a acariciarme y a chuparme las tetas. Lo dejé a Gonzalo pero lo seguía tocando mientras agarraba la pija de Juan para chuparla también. Necesitaba probarla. No podía creer estar con esos dos bebotes comiėndome sus pijas.
Pero después de un rato, Gonzalo decidió acostarme, correrme la tanga y empezar a chuparme la conchita como él bien sabía que me gustaba, mientras yo seguía con la pija de su hermano en la boca.
Necesitaba que alguno me cogiera, así que Juan se puso un forro, corrió a Gonzalo y me metió su tremenda pija. Empezó a bombear mientras yo besaba a Gonzalo y él me tocaba. No podía parar de gemir y muy rápido acabé. Juan, al igual que Gonza, sabía lo que hacía y me cogía increíble. Se ve que era un don familiar. Al rato les pedí de cambiar, pero primero Juan salió de adentro mío y me dijo " yo también quiero probar tu conchita con el gusto de mi pija" y me la empezó a chupar.
Juan me comió toda la conchita, me hizo acabar otra vez y cuando terminó, me senté arriba de Gonza, me metí su pija y empecé a montarlo mientras Juan me besaba y se pajeaba. Volví a acabar una y otra vez. Toda la situación, que más de una vez había tenido en mi cabeza, se hacía realidad.
Quería volver a sentir a Juan, así dejé a Gonza acostado, retrocedí un poco para ponerme bien en cuatro y le pedí a Juan que viniera a cogerme mientras yo se la chupaba a su hermano nuevamente. Y Juan me agarró de la cintura y empezó a darme pija muy fuerte mientras me metía algunos dedos en mi colita. Yo sentía como me mojaba más y más.
En un momento, me di cuenta de que ellos estaban cerca de acabar. Gonzalo se estremecía con cada chupada y con Juan notaba por su ritmo que estaba conteniendo su orgasmo. Entonces les pedí que me dejaran cumplir la fantasía de putita de que ambos acabaran en mi boca porque quería tomarme la lechita de los dos hermanitos.
Les copó la idea, así que Juan salió de mi conchita para darme pija en la boca. Ambos se pararon, yo me arrodillé y empecé a pajeralos y chuparlos sin parar hasta que no aguantaron más. Era un montón de leche que empezó a salir y yo trataba de comerla toda aunque no podía porque era un montón.
Terminamos, nos volvimos a besar, y acordamos repetirlo alguna vez.
Con Gonzalo seguí un tiempo más y siempre nos calentamos mucho recordando los momentos de ese encuentro.
Fue una experiencia increíble que siempre que la recuerdo me dan muchas ganas de coger y quería compartirla con ustedes.
Espero que les guste, así sigo contándoles más.
Somos una pareja de CABA que tenemos ganas de jugar un poquito.
Este relato es 100% real y lo escribí para compartirlo con ustedes y para que mi novio se entere de lo que hice hace algunos años.
Estaba en la costa pasando la temporada de verano con unas amigas. Tenía 22 años y había conocido a un chico (Gonzalo) que trabaja en uno de los boliches de ese momento. Él me encantó y como yo solía ir a ese boliche, empezamos a frecuentarnos.
Era un pibe hermoso de 1,75 aproximadamente, una cara divina super masculina y tenía un lomazo, todo marcado y bronceado. No había chica que no quisiera estar con él.
Al principio nos veíamos en el boliche o la playa y nos dábamos algunos besos, mientras yo sentía como le paraba la pija. Pero en pocos días, la calentura se intensificó, yo vivía mojada, y, cada vez que nos besábamos, me lamía mi mano, se la metía en el pantalón y lo pajeaba, mientras él me metía algunos dedos en mi conchita. Después ya no podía contener mis ganas, me arrodillaba y me metía toda su pija hermosa en mi boca y le sacaba toda la leche.
Empezamos a coger y fue espectacular porque su pija era increíble y él sabía lo que hacía. Lograba hacerme acabar de a chorros reiteradas veces. Pero esta no es la finalidad del post.
Un día me comenta que al otro día llegaba su hermano para visitarlo y pasar unos días de playa. Eso ya me dejó pensando.
Llegó su hermano (Juan) y era un calco de él, por lo que se entiende que estaba igual de bueno. No sabías con cuál quedarte.
En breve pegamos buena onda con mis amigas y nos quedábamos juntos en el boliche tomando, hablando y bailando.
Una noche se me acercó Juan, medio tomado, me agarró de la cintura y empezamos a bailar. Él me apoyaba y yo podía sentir su pija dura en mi cola. Después me dio vuelta y, frente a frente, me empezó a besar. Al principio sentí que estaba mal porque era el hermano de "mi chico", pero ne calentó tanto que ya no pude parar. Al rato, apareció Gonzalo y nos vio en esa secuencia. Pero estaba completamente relajado. Lejos de enojarse, se acercó y empezamos a bailar los tres, a besarnos y a tocarnos. Toda la situación era muy caliente y yo, que soy muy putita, tenía muchas ganas de cogerlos. Entonces les propuse irnos los tres. Ellos estuvieron de acuerdo y fuimos para la casa en donde se alojaban.
En el camino a la casa ya me iba mojando pensado en lo que íbamos a disfrutar. Llegamos y, con Gonzalo, seguimos basándonos mientras Juan iba al baño. Empecé a desvestirlo y él a mi hasta que me dejó en tanguita y corpiño. Él ya estaba al palo y yo empecé a chupársela como solía hacer cuando veo que se acerca Juan. Le pedí que se saque la ropa mientras seguía ocupándome de la pija de Gonzalo. Cuando terminó, veo que también estaba re al palo, le dije que se acerque y Juan empezó a acariciarme y a chuparme las tetas. Lo dejé a Gonzalo pero lo seguía tocando mientras agarraba la pija de Juan para chuparla también. Necesitaba probarla. No podía creer estar con esos dos bebotes comiėndome sus pijas.
Pero después de un rato, Gonzalo decidió acostarme, correrme la tanga y empezar a chuparme la conchita como él bien sabía que me gustaba, mientras yo seguía con la pija de su hermano en la boca.
Necesitaba que alguno me cogiera, así que Juan se puso un forro, corrió a Gonzalo y me metió su tremenda pija. Empezó a bombear mientras yo besaba a Gonzalo y él me tocaba. No podía parar de gemir y muy rápido acabé. Juan, al igual que Gonza, sabía lo que hacía y me cogía increíble. Se ve que era un don familiar. Al rato les pedí de cambiar, pero primero Juan salió de adentro mío y me dijo " yo también quiero probar tu conchita con el gusto de mi pija" y me la empezó a chupar.
Juan me comió toda la conchita, me hizo acabar otra vez y cuando terminó, me senté arriba de Gonza, me metí su pija y empecé a montarlo mientras Juan me besaba y se pajeaba. Volví a acabar una y otra vez. Toda la situación, que más de una vez había tenido en mi cabeza, se hacía realidad.
Quería volver a sentir a Juan, así dejé a Gonza acostado, retrocedí un poco para ponerme bien en cuatro y le pedí a Juan que viniera a cogerme mientras yo se la chupaba a su hermano nuevamente. Y Juan me agarró de la cintura y empezó a darme pija muy fuerte mientras me metía algunos dedos en mi colita. Yo sentía como me mojaba más y más.
En un momento, me di cuenta de que ellos estaban cerca de acabar. Gonzalo se estremecía con cada chupada y con Juan notaba por su ritmo que estaba conteniendo su orgasmo. Entonces les pedí que me dejaran cumplir la fantasía de putita de que ambos acabaran en mi boca porque quería tomarme la lechita de los dos hermanitos.
Les copó la idea, así que Juan salió de mi conchita para darme pija en la boca. Ambos se pararon, yo me arrodillé y empecé a pajeralos y chuparlos sin parar hasta que no aguantaron más. Era un montón de leche que empezó a salir y yo trataba de comerla toda aunque no podía porque era un montón.
Terminamos, nos volvimos a besar, y acordamos repetirlo alguna vez.
Con Gonzalo seguí un tiempo más y siempre nos calentamos mucho recordando los momentos de ese encuentro.
Fue una experiencia increíble que siempre que la recuerdo me dan muchas ganas de coger y quería compartirla con ustedes.
Espero que les guste, así sigo contándoles más.
2 comentarios - Los hermanitos