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Después de que Lucy visitara mi departamento, los siguientes días apenas la vi por los pasillos del trabajo, no sé si estaba avergonzada o procurando mantener su distancia, quizás con el ano resentido por la golpiza anal que le di… o tal vez esperando alguna reacción mía.
A su vez, yo en parte me sentía mal por Sergio, parecía un buen tipo (tranquilo, amable, medio nerd, etc.), y yo me estaba clavando a su novia salvajemente por el agujero que me antojase, ya tenía pase libre para deleitarme con algo que parecía que Sergio no se había atrevido o no le antojaba pedir aún.
Hasta que un par de días después, de sorpresa vi a Lucy al lado mío… en mi escritorio…
- ¿Puedes ayudarme con esto?, me dicen que tu puedes tener esta info… dijo nerviosa.
- Si, si claro… respondí procurando actuar de lo más normal.
Lucy traía una falda algo ceñida y floreada, apenas por encima de la rodilla y una blusa blanca suelta, así como su ensortijado cabello. Quizás no era tanto su apariencia sino el morbo saber lo que se escondía tras esa ropa y esa actitud modosita.
Ella se daba cuenta lo que me venia a la mente al verla, y comenzó a sonrojarse y abrir los ojos expresivamente como recriminándome por ponerla nerviosa, a su vez, ella de cuando en cuando lanzaba miradas poco sanas a mi entrepierna, viendo que se formaba un bulto propio de mi excitación por los recuerdos de lo sucedido la última vez.
Por ahí se nos escapo un par de sonrisas, intentando disimular, volvíamos a hacer comentarios de la información que le iba buscando y enviando por correo. Hasta que se despidió, esta vez con un beso que me roso los labios y se fue presurosa para evitar caer en otro tipo de actitudes que delataran nuestra cercanía, mas aun con gente cerca, aunque trabajando, seguro atentos a ver que comentar.
Bueno, ya que ella se acercó, si bien por necesidad de trabajo, ahora me toca dar el siguiente paso, pensé.
- Me dejaste acalorado y tieso… le envié un mensaje en referencia a mi verga endurecida.
- Siii me di cuenta… tenia unas ganas de mamártela… me respondió también acalorada en otro mensaje a los pocos segundos, también estaba pendiente de lo que yo haría.
- ¿Puedes hoy?... le escribí directamente, sin más preámbulos, era obvio que ambos queríamos lo mismo.
- No… tengo que hacer una exposición en clase… se excusó, luego agrego: quizás puedas llevarme a mi clase hoy y coordinamos cuando…
Me pareció todo bien, Lucy deseaba continuar con nuestros encuentros, sonreía por la travesura que planeaba hacer.
Al final del día, recogí a Lucy a una cuadra del trabajo, para evitar justamente ser vistos por compañeros…
- Eso que vi me dejo perturbada… me confeso en el auto, respecto a mi verga endurecida mientras estaba sentado dándole información.
- Entonces cuando nos vemos… le dije apurando un próximo encuentro.
- Tengo unos minutos aun… me dijo acalorada.
- ¿Cómo?... replique sorprendido.
- Estaciónate por ahí… detrás… me señalo a una zona poco oscura.
Cerca a nuestro centro de trabajo había una zona industrial un tanto abandonada, que lucía fantasmalmente vacía y con poca iluminación en horas de la noche, pero aun no oscurecía del todo.
En esas condiciones era un poco arriesgada la apuesta de Lucy, al menos para lo que yo quería hacer. Pensé que, si alguna vez me atreví a hacerlo en un auto, en esa camioneta, con el asiento posterior bajado por estar mas cómodo… sin embargo, las intenciones de ella eran diferentes.
Ni bien me estacione detrás de lo que parecía un camión malogrado, en un lugar oscuro, Lucy se abalanzo sobre mí, llenándome de besos apasionados, mientras su mano hurgaba rápidamente dentro de mi pantalón. No me daba tiempo de reaccionar, me imaginaba que era por la excitación y por el poco tiempo que le quedaba.
- Ahora se me antoja esto… me dijo, agarrando mi verga y pajeándola.
- Claro, claro… como gustes… le dije ansioso sintiendo sus caricias.
Al poco tiempo, Lucy se inclino y engullo mi verga de manera desesperada. Afuera ya había oscurecido y a pesar que la zona era desolada, de cuando en cuando pasaba algún taxi o vehículo de provisiones que usaba aquella vía como atajo.
- Espera… espera… que viene alguien… le decía para advertirle.
Las primeras veces me hizo caso y se despegó, disimulando, al pasar rápidamente los autos, ella volvía rápidamente a succionar mi verga con pasión. Las siguientes veces, mas bien se negaba a soltar mi verga…
- No… no… esta rico… déjame así… se quejaba entre ahogados jadeos.
Solo atine a buscar mi saco en el asiento de atrás, estirándome logre jalarlo, para cubrirla parcialmente. Tapar su cabeza y parte de su cuerpo inclinado hacia mi entrepierna. Sentía ahogar su sonrisa de felicidad por mi iniciativa y por dejarla engullir en paz mi verga que se había vuelto su fijación desde que horas antes nos vimos.
Cada cierto tiempo, Lucy emergía de debajo del saco, con las mejillas coloradas, casi sofocada por el calor que le producía estar cubierta… respiraba unos instantes, con los ojos cerrados como en trance, por momentos abría los ojos, con expresión sonriente al ver como sus labios me habían excitado.
Lucy ya mostraba sus labios enrojecidos y melosos por las gotas de leche que me iba sacando preliminarmente, mientras yo acariciaba sus crespos cabellos. No hacia falta hacerle ninguna seña ni nada… ella misma, sabia que debía retornar a sus labores, se escondía nuevamente bajo el saco y volvía succionar mi verga.
Se le había hecho una obsesión, aquello de mamármela… era su objetivo y no se detenía, ni siquiera para ver la hora… la succión que me hacía iba haciendo efecto, no sabía cómo hacer para avisarle cuando se me viniera, porque parecía sanguijuela aferrada.
- Damelo ya… vamosss… déjalo salir… le rogaba prácticamente a mi verga, era obvio que Lucy no me dejaría hasta sacarme toda mi leche.
Simplemente deje de estar alerta respecto a lo que sucedía en el exterior, me aboque a acariciar sus cabellos, anule uno de mis sentidos al cerrar los ojos y solamente me dedique a disfrutar de sus cálidos labios, jugosa lengua y sus suaves manos que de cuando en cuando me pajeaban.
Ufff… era una delicia, lo que muchos ignoraban de esta chica, sin embargo, era una experta mamándola, lo hacía con una pasión y devoción, que pocas veces había experimentado.
- Ayyy… Lucyyy…. Cuidadooo… le advertí sintiendo que se venía.
Creí que no me había escuchado, quite el saco quela cubría, tire un poco de sus cabellos, pero Lucy se empecino en seguir en su ubicación… lista para todo… hasta que no pude más…
- Ufff… mierd… ufff…. exclame complacido.
Mi verga erupciono como volcán, con chorros y chorros de leche, a esas alturas ya no me importaba si el interior del vehículo se manchaba… pero esa preocupación fue vana… ya que en ningún momento Lucy se aparto de mi verga… succionando cada chorro de semen.
Sentía como su garganta se contraía en mi verga, engullendo cada gota de leche, respirando forzadamente… ya había dejado de botar líquidos, sin embargo, Lucy seguía, como limpiando mi verga, lamiendo y relamiendo, succionando… a los pocos segundos…
- Ayyy… mierdd… nooo… ufff… volví a contraerme.
Sentí que me estaba orinando, mientras escuchaba jadeos complacidos en mi verga, no sabia de donde Lucy había conseguido sacarme una descarga adicional y copiosa de leche. De repente mi pierna y espalda se sintieron terriblemente relajados y hasta adormecidos diría yo.
- Siii… sabía que me lo darías todo… buen chico… dijo triunfal Lucy, dándole un beso a la cabeza de mi pene.
- Diablosss… me has dejado casi paralitico… dije aun sin recuperar la sensibilidad de la cintura para abajo.
Ella sonrió gratamente por aquello que consideraba un halago a su esforzada labor.
- Ufff… siii… me la debías desde la tarde… dijo satisfecha, recostándose en mi entrepierna.
Lucy también parecía exhausta, estuvo unos segundos así, sentía su respiración en mi verga, desde mi posición solo podía ver su maraña de cabellos, no sabia si estaba con los ojos cerrados o si estaba contemplando mi verga que se había rendido ante sus labios.
Entre sus cabellos apenas divisaba sus coloradas mejillas y rastros de sus rojos labios melosos por la presencia de mi semen. Decidí, mientras acariciaba sus cabellos, retirar parte de ellos y apreciar su rostro… animada por esto, solo atino a sonreír y pasarse la lengua por los labios melosos y algo hinchados por la continúan succión.
- Estuvo rico… sentencio satisfecha, ya más repuesta.
- Siii… estuvo genial… suspire.
- ¿Crees que este mal lo que hacemos?... me pregunto reflexiva.
- No se… solo se que lo haces bien…dije casi felicitándola.
- Jajaja… gracias… tienes la herramienta adecuada, facilita las cosas… me dijo en referencia a mi verga.
Luego la vi un poco reflexiva, quizás al igual que a mi me dieron algunas dudas, supongo que a ella también…
- No se… ¿el no te pide estas cosas?... me atreví a preguntarle.
- Es buen chico, pero no tiene malicia o la reprime, una vez lo intente, pero se avergonzó… me dijo que prefería ser el quien tomara la iniciativa… me reclamo que fuera un poco más romántica… pero…
- Pero ¿qué?... replique.
- Pero… yo también tengo mis necesidades… dijo abrumada.
En ese momento entendí que, a pesar de todo, de darse sus licencias, Lucy quería darme a entender porque lo hacía, quizás para que la entendiera y no la juzgara, como seguramente ya le habría pasado.
En el camino Lucy se acicalo en el espejo del auto, cubriendo con labial los rezagos de semen en sus labios y con perfume el aroma que deja el mismo.
La deje cerca de su universidad, me dejo con la promesa que la próxima vez se haría mas tiempo para disfrutar mejor de los placeres que ya habíamos experimentado. Ya avisoraba que con Lucy podía explorar nuevas cosas sin temores ni verguenzas.
Continuara…
Después de que Lucy visitara mi departamento, los siguientes días apenas la vi por los pasillos del trabajo, no sé si estaba avergonzada o procurando mantener su distancia, quizás con el ano resentido por la golpiza anal que le di… o tal vez esperando alguna reacción mía.
A su vez, yo en parte me sentía mal por Sergio, parecía un buen tipo (tranquilo, amable, medio nerd, etc.), y yo me estaba clavando a su novia salvajemente por el agujero que me antojase, ya tenía pase libre para deleitarme con algo que parecía que Sergio no se había atrevido o no le antojaba pedir aún.
Hasta que un par de días después, de sorpresa vi a Lucy al lado mío… en mi escritorio…
- ¿Puedes ayudarme con esto?, me dicen que tu puedes tener esta info… dijo nerviosa.
- Si, si claro… respondí procurando actuar de lo más normal.
Lucy traía una falda algo ceñida y floreada, apenas por encima de la rodilla y una blusa blanca suelta, así como su ensortijado cabello. Quizás no era tanto su apariencia sino el morbo saber lo que se escondía tras esa ropa y esa actitud modosita.
Ella se daba cuenta lo que me venia a la mente al verla, y comenzó a sonrojarse y abrir los ojos expresivamente como recriminándome por ponerla nerviosa, a su vez, ella de cuando en cuando lanzaba miradas poco sanas a mi entrepierna, viendo que se formaba un bulto propio de mi excitación por los recuerdos de lo sucedido la última vez.
Por ahí se nos escapo un par de sonrisas, intentando disimular, volvíamos a hacer comentarios de la información que le iba buscando y enviando por correo. Hasta que se despidió, esta vez con un beso que me roso los labios y se fue presurosa para evitar caer en otro tipo de actitudes que delataran nuestra cercanía, mas aun con gente cerca, aunque trabajando, seguro atentos a ver que comentar.
Bueno, ya que ella se acercó, si bien por necesidad de trabajo, ahora me toca dar el siguiente paso, pensé.
- Me dejaste acalorado y tieso… le envié un mensaje en referencia a mi verga endurecida.
- Siii me di cuenta… tenia unas ganas de mamártela… me respondió también acalorada en otro mensaje a los pocos segundos, también estaba pendiente de lo que yo haría.
- ¿Puedes hoy?... le escribí directamente, sin más preámbulos, era obvio que ambos queríamos lo mismo.
- No… tengo que hacer una exposición en clase… se excusó, luego agrego: quizás puedas llevarme a mi clase hoy y coordinamos cuando…
Me pareció todo bien, Lucy deseaba continuar con nuestros encuentros, sonreía por la travesura que planeaba hacer.
Al final del día, recogí a Lucy a una cuadra del trabajo, para evitar justamente ser vistos por compañeros…
- Eso que vi me dejo perturbada… me confeso en el auto, respecto a mi verga endurecida mientras estaba sentado dándole información.
- Entonces cuando nos vemos… le dije apurando un próximo encuentro.
- Tengo unos minutos aun… me dijo acalorada.
- ¿Cómo?... replique sorprendido.
- Estaciónate por ahí… detrás… me señalo a una zona poco oscura.
Cerca a nuestro centro de trabajo había una zona industrial un tanto abandonada, que lucía fantasmalmente vacía y con poca iluminación en horas de la noche, pero aun no oscurecía del todo.
En esas condiciones era un poco arriesgada la apuesta de Lucy, al menos para lo que yo quería hacer. Pensé que, si alguna vez me atreví a hacerlo en un auto, en esa camioneta, con el asiento posterior bajado por estar mas cómodo… sin embargo, las intenciones de ella eran diferentes.
Ni bien me estacione detrás de lo que parecía un camión malogrado, en un lugar oscuro, Lucy se abalanzo sobre mí, llenándome de besos apasionados, mientras su mano hurgaba rápidamente dentro de mi pantalón. No me daba tiempo de reaccionar, me imaginaba que era por la excitación y por el poco tiempo que le quedaba.
- Ahora se me antoja esto… me dijo, agarrando mi verga y pajeándola.
- Claro, claro… como gustes… le dije ansioso sintiendo sus caricias.
Al poco tiempo, Lucy se inclino y engullo mi verga de manera desesperada. Afuera ya había oscurecido y a pesar que la zona era desolada, de cuando en cuando pasaba algún taxi o vehículo de provisiones que usaba aquella vía como atajo.
- Espera… espera… que viene alguien… le decía para advertirle.
Las primeras veces me hizo caso y se despegó, disimulando, al pasar rápidamente los autos, ella volvía rápidamente a succionar mi verga con pasión. Las siguientes veces, mas bien se negaba a soltar mi verga…
- No… no… esta rico… déjame así… se quejaba entre ahogados jadeos.
Solo atine a buscar mi saco en el asiento de atrás, estirándome logre jalarlo, para cubrirla parcialmente. Tapar su cabeza y parte de su cuerpo inclinado hacia mi entrepierna. Sentía ahogar su sonrisa de felicidad por mi iniciativa y por dejarla engullir en paz mi verga que se había vuelto su fijación desde que horas antes nos vimos.
Cada cierto tiempo, Lucy emergía de debajo del saco, con las mejillas coloradas, casi sofocada por el calor que le producía estar cubierta… respiraba unos instantes, con los ojos cerrados como en trance, por momentos abría los ojos, con expresión sonriente al ver como sus labios me habían excitado.
Lucy ya mostraba sus labios enrojecidos y melosos por las gotas de leche que me iba sacando preliminarmente, mientras yo acariciaba sus crespos cabellos. No hacia falta hacerle ninguna seña ni nada… ella misma, sabia que debía retornar a sus labores, se escondía nuevamente bajo el saco y volvía succionar mi verga.
Se le había hecho una obsesión, aquello de mamármela… era su objetivo y no se detenía, ni siquiera para ver la hora… la succión que me hacía iba haciendo efecto, no sabía cómo hacer para avisarle cuando se me viniera, porque parecía sanguijuela aferrada.
- Damelo ya… vamosss… déjalo salir… le rogaba prácticamente a mi verga, era obvio que Lucy no me dejaría hasta sacarme toda mi leche.
Simplemente deje de estar alerta respecto a lo que sucedía en el exterior, me aboque a acariciar sus cabellos, anule uno de mis sentidos al cerrar los ojos y solamente me dedique a disfrutar de sus cálidos labios, jugosa lengua y sus suaves manos que de cuando en cuando me pajeaban.
Ufff… era una delicia, lo que muchos ignoraban de esta chica, sin embargo, era una experta mamándola, lo hacía con una pasión y devoción, que pocas veces había experimentado.
- Ayyy… Lucyyy…. Cuidadooo… le advertí sintiendo que se venía.
Creí que no me había escuchado, quite el saco quela cubría, tire un poco de sus cabellos, pero Lucy se empecino en seguir en su ubicación… lista para todo… hasta que no pude más…
- Ufff… mierd… ufff…. exclame complacido.
Mi verga erupciono como volcán, con chorros y chorros de leche, a esas alturas ya no me importaba si el interior del vehículo se manchaba… pero esa preocupación fue vana… ya que en ningún momento Lucy se aparto de mi verga… succionando cada chorro de semen.
Sentía como su garganta se contraía en mi verga, engullendo cada gota de leche, respirando forzadamente… ya había dejado de botar líquidos, sin embargo, Lucy seguía, como limpiando mi verga, lamiendo y relamiendo, succionando… a los pocos segundos…
- Ayyy… mierdd… nooo… ufff… volví a contraerme.
Sentí que me estaba orinando, mientras escuchaba jadeos complacidos en mi verga, no sabia de donde Lucy había conseguido sacarme una descarga adicional y copiosa de leche. De repente mi pierna y espalda se sintieron terriblemente relajados y hasta adormecidos diría yo.
- Siii… sabía que me lo darías todo… buen chico… dijo triunfal Lucy, dándole un beso a la cabeza de mi pene.
- Diablosss… me has dejado casi paralitico… dije aun sin recuperar la sensibilidad de la cintura para abajo.
Ella sonrió gratamente por aquello que consideraba un halago a su esforzada labor.
- Ufff… siii… me la debías desde la tarde… dijo satisfecha, recostándose en mi entrepierna.
Lucy también parecía exhausta, estuvo unos segundos así, sentía su respiración en mi verga, desde mi posición solo podía ver su maraña de cabellos, no sabia si estaba con los ojos cerrados o si estaba contemplando mi verga que se había rendido ante sus labios.
Entre sus cabellos apenas divisaba sus coloradas mejillas y rastros de sus rojos labios melosos por la presencia de mi semen. Decidí, mientras acariciaba sus cabellos, retirar parte de ellos y apreciar su rostro… animada por esto, solo atino a sonreír y pasarse la lengua por los labios melosos y algo hinchados por la continúan succión.
- Estuvo rico… sentencio satisfecha, ya más repuesta.
- Siii… estuvo genial… suspire.
- ¿Crees que este mal lo que hacemos?... me pregunto reflexiva.
- No se… solo se que lo haces bien…dije casi felicitándola.
- Jajaja… gracias… tienes la herramienta adecuada, facilita las cosas… me dijo en referencia a mi verga.
Luego la vi un poco reflexiva, quizás al igual que a mi me dieron algunas dudas, supongo que a ella también…
- No se… ¿el no te pide estas cosas?... me atreví a preguntarle.
- Es buen chico, pero no tiene malicia o la reprime, una vez lo intente, pero se avergonzó… me dijo que prefería ser el quien tomara la iniciativa… me reclamo que fuera un poco más romántica… pero…
- Pero ¿qué?... replique.
- Pero… yo también tengo mis necesidades… dijo abrumada.
En ese momento entendí que, a pesar de todo, de darse sus licencias, Lucy quería darme a entender porque lo hacía, quizás para que la entendiera y no la juzgara, como seguramente ya le habría pasado.
En el camino Lucy se acicalo en el espejo del auto, cubriendo con labial los rezagos de semen en sus labios y con perfume el aroma que deja el mismo.
La deje cerca de su universidad, me dejo con la promesa que la próxima vez se haría mas tiempo para disfrutar mejor de los placeres que ya habíamos experimentado. Ya avisoraba que con Lucy podía explorar nuevas cosas sin temores ni verguenzas.
Continuara…
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