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Exhibiendo a Barbara 1 (resubido)

Hola primero que nada me presento, mi nombre es Ruben, soy un hombre de 31 años, aficionado a los relatos eróticos, he hecho algunos relatos que no he llegado a publicar sin embargo creo que ha llegado la hora de compartir alguno de ellos. 



Me describo, mido 1.70, contextura normal, ojos y cabello color marrón oscuro (casi negro), un hombre normal y común nada fuera de lo normal, sin embargo, por alguna razón he vivido algunas situaciones impredecibles y morbosas que espero que vayan conociendo. 



Esto sucedió hace aproximadamente unos años, su nombre era Barbara, era compañera de trabajo, compañera de vida, de fiestas, de sexo, era compañera de todo sin embargo jamás nos propusimos una relación formal, era una amiga con derecho solo eso. 



Barbara y Yo habíamos tenido sexo muchas veces, nos habíamos contado nuestras fantasías y no perdíamos tiempo en cumplir las que dependieran de nosotros dos, sin embargo, aún quedaban muchas por realizar, Barbara sabía lo intenso que puedo ser en el sexo y siempre sabía que mis intenciones con ella iban en ese plan. 



Un día falté al trabajo, cosa que era rara en mí, ella me llamó preguntándome que había pasado, sin embargo solo le dije que estaba enfermo(no era cierto) y que nos veríamos al día siguiente, para ella el día continuo normal, para mí, fue el día en que haría con Barbara muchas cosas que aún no habíamos probado y que tanto deseaba; llevaba tiempo leyendo, buscando como someterla, en mi mente ya tenía varias ideas pero tenía que pulirlas, así fue como fui a un hotel de la capital, reserve  habitación temática, compre cuerdas, vibradores, lubricantes, velas, en fin, lo necesario para cumplir las fantasías pendientes. 



Barbara en algún momento me comentó que le llamaba la atención ser sometida y que hicieran con su cuerpo lo que quisieran, yo desde ese momento no deje de pensar en otra cosa que no fuese ver su piel marcada, verla gozar y sentir ese dolor que sé que le encantaba con cada nalgada que le daba cada vez que podía.
 

Pero en fin, llego la tarde, la esperé a la salida del trabajo, algo retirado para que no me vieran los compañeros del trabajo, le dije que ya me sentía mejor y quería que me acompañara a un lugar, no hacía más que reírse y decirme que sabía dónde la llevaría, se reía diciendo que si me quede en casa todo el día para descansar para la noche, nos montamos en el auto, al subir vio un traje de látex corto y descubierto en la parte de la espalda, su cara cambió y me miró con una sonrisa pícara, le pedí que se lo pusiera sin ropa interior, que se cambiara dentro del auto en la parte de atrás, al principio lo dudo pero su cara cambió cuando le dije, “los vidrios son ahumados, pero quizás le des el gusto a alguien de verte desde afuera”, sonrió y empezó a desnudarse, desde el asiento del piloto pude ver cómo iba quitando toda su ropa y quedando totalmente desnuda, sus pezones se notaban duros, la situación la excitaba y se notaba cada vez más, cuando termino de cambiarse le pedí que se pasara al asiento delantero, pero por afuera, tenía que salir del auto para poder cambiarse, su sonrisa fue aún más grande, se colocó los zapatos que tenía para el trabajo que generalmente eran tacones altos y salió del auto, el vestido era lo suficientemente corto como para alegrar la vista a quien estuviese pasando en ese momento por allí, las calles estaban llenas de gente por ser viernes y hora de salida por lo que mucha gente la vio, logro entrar al asiento delantero del auto, tenía la cara roja se notaba una mezcla de vergüenza y excitación, me vio con la cara más perversa que me había visto en todo el tiempo que llevábamos conociéndonos  hasta que me dijo:  

 

B:  Supongo que te diste cuenta que las personas que están alrededor se me quedaron viendo. 

R: Si, eso es lo que quería, y por tu cara puedo decir que te gusto. 

B: Me gustó desde el momento en que vi el traje en el asiento del auto, aunque me incomodó un poco salir. 

R: Acostúmbrate, esta noche vas a atraer muchas miradas. 

 

Arranque el auto y estuvimos dando vueltas por la ciudad por un rato, quería que oscureciera un poco, Barbara ya estaba inquieta por saber dónde iríamos. 



B: Pensé que sabía dónde me ibas a llevar, pero después de tantas vueltas ya realmente no lo se. 

R: Solo ten un poco de paciencia. 



Llegamos a un club Swinger de la ciudad (Ella no lo sabía), bajamos del auto, su cara fue de “no sé qué está pasando acá”, al entrar había unas cuantas parejas y música alta, nos sentamos en una mesa con sillas altas, y pedimos algo para beber y comer. 



B: Estas sillas son algo altas. 

R: Si, realmente son perfectas para ver tus piernas. 

B: En esta silla se podrá ver algo más que mis piernas. 

R: ¿En serio? Eso hay que comprobarlo. 



Descaradamente me pare frente a ella dirigiendo la mirada a su entrepierna, ella que sabía lo que yo quería, las abrió un poco para que pudiese ver que no llevaba nada abajo y el vestido era suficientemente corto, me acerque a su oído. 



R: No son las luces del local, estas excitada y cada vez más mojada, desde aquí puedo sentir tu olor, puedo sentir el deseo, tienes ganas de que te toque y que juegue con mis dedos excitándote cada vez más.


Decía esto mientras iba subiendo mis manos y apretando sus piernas. 



R: Pero ahora no... ahora solo quiero que te sigas mojando. 



Al retirarme la vi, estaba sonrojada, me veía con cara de deseo, tomé el trago y le dije “Salud”. 

Siguió pasando la noche y cada vez que podía rozaba su culo, me pegaba a ella, la tocaba sobre la ropa, sus pezones se eran visibles todo el tiempo. 



La pedi que me acompañara a otro lugar, llevábamos rato bebiendo y tocándonos, la levante y la lleve a otra área del local, en esta área había poca luz y solo se escuchaba gemidos, el sonido de los cuerpos, jadeos, ella entro primero, apenas entre me pegue a ella y comencé a recorrerla con mis manos de arriba abajo, me centraba en sus pechos, en sus pezones, le besaba el cuello sin dejar de tocarla, con deseo, con fuerza, tomaba su cabello entre mis dedos y movía su cabeza hacia atrás para tener acceso a su cuello  y morderlo un poco, subí su vestido hasta la cintura y toque su sexo, estaba tan húmeda que mis dedos resbalaban y comencé a escuchar sus gemidos en mi oido, saque mi pene para colocarlo en el medio de sus culo, ella se movía de un lado a otro, buscaba tocarme con sus manos pero no la dejaba. 



B: Métemelo aquí mismo, no aguanto más, me traes mojada desde que me hiciste cambiarme, me hiciste mojar mientras me exhibes a las demás personas, me haces mojar tocándome y dejándome sentirte en mi culo como te siento ahora. 

R: Lo hare, solo que no ahora, aun no estas como quiero tenerte. 

 
Continuara.... 

 

   

 

                 

 

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