Esta es la historia de Juan Manuel, un hombre que descubre que la vida sexual de sus vecinas es sumamente activa y disfruta viéndolas mientras ellas viven excitantes momentos junto a diferentes compañeros. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…
CAPITULO 1
ANTERIOR
Capítulo 12: Transmisión ardiente
No hizo falta contarle a Antonella lo sucedido con Patricio y Guillermina pues ella tenía bien en claro lo que había pasado esa noche. Ella se juntó al día siguiente con su amiga quien le hizo un resumen de lo ocurrido y le confesó que la había pasado muy bien conmigo. Cuando mi novia me comentó de esa charla, no pude evitar sentirme orgulloso y excitado, lo que llevó a que nos matáramos en la cama con Anto de una manera increíble. Luego de casi un mes de no sentirme atraído por el sexo y de no estar estimulado, volví a disfrutar de los besos de mi novia, de sus dedos tocando mi cuerpo y de su calor por encima del mío. Sin lugar a dudas, la experiencia con mi vecina me había cambiado.
Patricio y Guillermina también se sentían muy contentos con cómo había salido todo esa noche y al parecer estaban interesados en repetirlo. Cuando nos juntamos a comer la semana siguiente Guille no pudo evitar hacer un comentario al respecto llevando a que Anto se sintiera curiosa sobre lo que habíamos hecho y entró a preguntar por más detalles. A pesar de que al principio me sentí algo incómodo con nuestra vecina relatando lo sucedido, al ver lo tentada que estaba mi novia mientras escuchaba, hizo que me relajara. “La verdad que te envidio lo mucho que debés disfrutar a diario” dijo Guillermina luego de hacer un resumen sobre lo que habíamos hecho.
- Ah pero vos no te debés quedar atrás.- Le contestó mi novia.- No te olvides que yo vi como disfrutabas con Pato. De seguro que te tiene muy bien atendida.
- ¿Querés probar?- Le preguntó nuestra vecina y mi novia enseguida me miró a mí.
Yo levanté mis hombros en señal de aprobación y los cuatro entramos a reír. A pesar de que me hacía ruido la idea de compartir a mi novia con otro hombre, por otro lado me llamaba muchísimo la atención lo que se estaba gestando en ese grupo y presentía que si dejaba avanzar las cosas todo podía volverse más placentero. Por unos segundos me imaginé una especie de orgía en la que Patricio y yo disfrutábamos de como Antonella y Guillermina se desnudaban para nosotros y después nos hacían sus prisioneros para darse placer con nuestros cuerpos. Aparte yo ya había gozado con mi vecina en dos oportunidades, por lo que creía que era justo que Anto pudiera probar el cuerpo de otro hombre.
- ¡Dale!- Le respondió mi novia a su amiga y después miró a nuestro vecino que le levantó las cejas y ella volvió a reír.
Cuando comenzó Diciembre empecé a planear el regalo de Antonella y varias ideas se me vinieron a la cabeza. Obviamente lo primero que pensé fue el hecho de llamar a Patricio y regalarle un trío como ella había hecho conmigo, pero me parecía que no estaba bien copiar su regalo. Pensé en directamente dejar que ella se fuera con él esa noche, aunque la idea de no ser yo quien participara del regalo tampoco me gustaba. “Me parece que lo mejor va a ser que me la coja como a ella más le gusta y listo” pensé tras ver que no tenía muchas ideas. Obviamente había pensado en algunos elementos extras que iban a sumar al encuentro y que iba a ser una grata sorpresa para mi novia.
La mañana del cumpleaños de ella me levanté y luego de darme un beso bien apasionado, desearle feliz cumpleaños y darle el regalo físico, fui hasta el baño y me llevé una sorpresa al ver mi celular. Después de varias semanas sin recibir noticias de ella más que alguna que otra foto que compartía en las redes, descubrí que tenía un mensaje de Yanela. “Extraño que me hagas tu putita” decían las palabras y abajo había una foto suya completamente desnuda en la cual se estaba colando dos dedos. Me deleité por unos segundos con la imagen de su cuerpo bronceado y brilloso y cuando sentí que se me empezaba a poner dura la pija dejé el celular y me metí en la ducha.
Estuve toda la mañana pensando en Yanela y en que responderle a esa confesión bien caliente. Pero no se me ocurría nada, sentía que cualquier cosa que le dijera podía llevar a un chat caliente que iba a terminar en más fotos y más confesiones que a esa altura, no tenían valor. Es por eso que decidí no contestarle e ignorar su mensaje. La chica brasileña había quedado en el pasado, uno muy caliente y placentero, pero al cual no podía volver a caer dado que ella ahora vivía de nuevo en su país. Antes de bloquearle y de eliminarla de las redes decidí deleitarme unos segundos más con su foto, decidí admirar su cuerpo hermoso, recordar sus tetas preciosas e imaginar la humedad de su conchita.
Cuando volví al mediodía a mi casa para almorzar comencé a preparar las cosas para esa noche. Dado que era día de semana en esa ocasión simplemente nos íbamos a juntar con algunos amigos y amigas de Anto y el festejo grande iba a ser el fin de semana. Patricio y Guillermina estaban invitados, así como también sus mejores amigas Vanina y Bárbara. Esa noche también iban a ir los padres de Anto, mis suegros y unos tíos de ella con los que solíamos juntarnos muy seguido. Era más bien una noche tranquila y que seguramente iba a terminar muy temprano, era por esa razón que le había advertido a mi novia que ni bien se fueran los invitados iba a recibir su segundo regalo de cumpleaños y que este iba a ser muy placentero.
Cerca de las siete de la tarde bajé para comprar algunas gaseosas y cuando el ascensor llegó a planta baja me crucé con Clara, la vecina del séptimo. “Hola” me saludó ella con una sonrisa y yo me frené en seco para saludarla. Nos miramos por unos segundos y ella no pudo aguantarse las ganas y con alegría me contó que había terminado su relación con Nicolás y que ahora estaba saliendo con Rodrigo. Yo la miré sorprendido pero al recordar como su amante le había dicho que quería algo serio con ella imaginé que debía haber algo más que solo sexo entre ellos dos.
- Con Nicolás las cosas no venían bien más allá de lo sexual y me di cuenta que no estaba enamorada de él.- Me dijo sin dejar de sonreír y por primera vez desde que nos conocíamos me sentí feliz por ella.
Era evidente que Rodrigo le atraía mucho más tanto física como sexualmente. Lo que yo no sabía y me estaba enterando en ese momento era que este chico también le gustaba en su forma de ser y que vivía muchas más experiencias con él de las que yo había llegado a apreciar. Era un compañero suyo de la facultad y alguien con quien compartían muchos buenos momentos, me hizo saber. El tono de su voz me dio a entender que esa decisión había sido difícil de tomar, pero su sonrisa delató que estaba muy feliz de haberla hecho.
- Se nota que estás contenta.- Le dije y me despedí de ella para ir a comprar la bebida.
- Estaría mucho más contenta si vos cumplís con tu parte del trato.- Dijo de golpe y me frené en seco.
- Yo no te prometí nada.- Le dije dándome vuelta y sonriendo.
- Es verdad. Pero si querés volver a ser espectador de mis aventuras vas a tener que hacerlo.- Me desafió ella.- Y mirá que con Rodri estamos haciendo algunas cositas nuevas que seguramente te van a encantar.- Dijo y abrió la puerta del ascensor para subir a su casa.
- ¡Esta noche!- Le grité ni bien se cerró la puerta.- ¡No te duermas temprano!- Agregué antes de que el ascensor comenzara a subir.
Ni bien volví al departamento prendí la computadora y me hice una cuenta en la misma página que ella me había enviado. Comencé a transmitir un video y creé una clave de acceso la cual enseguida le envié a Clara. “Me ves?” le pregunté por WhatsApp y ella me respondió que sí. “Esta noche estate atenta que es el cumple de Anto y tengo preparado un regalo especial” le escribí después y apagué la notebook. Después de eso me las ingenié para colocar la cámara en el mueble de la habitación medio escondida entre algunas cosas y guardé la notebook en el ropero para que mi novia no se enterara.
La noche se me hizo interminable. Quería que las amigas y los familiares de mi novia se fueran cuanto antes para poder llevarla a la pieza y volverme loco con ella. Patricio y Guillermina se dieron cuenta de ello y fueron los primeros en irse y fue ahí cuando por mi cabeza se cruzó otra idea. “Esta noche hay show y si quieren lo pueden ver por streaming. Eso sí, Anto no sabe nada de esto” les dije y ellos dos me miraron con una sonrisa cómplice. Les di la página y la clave de acceso y acordaron no contarle nada a mi novia. El hecho de saber que ahora iban a ser tres las personas que nos vieran me calentó muchísimo más e hizo que mi pija empezar a latir adentro de mis pantalones. Fue por eso que decidí invitar a una persona más a ver el espectáculo y esa idea macabra me prendió al máximo.
“Me la voy a coger pensando en vos y le voy a hacer todo lo que tengo ganas de hacerte si estuvieras acá conmigo” le escribí a Yanela luego de comentarle lo que iba a hacer con mi novia. Ella tardó unos minutos en responderme pero cuando lo hizo me dijo que con gusto iba a mirar el espectáculo y se iba a tocar mientras lo hacía. “Voy a imaginarme que soy yo la que está ahí contigo” me respondió y leí el mensaje con su voz y su acento. Lo que duró el resto del encuentro con la familia de mi novia y sus amigas se me pasó mucho más rápido pues no paraba de imaginarme a la chica brasileña colándose los dedos mientras esperaba expectante que comience el espectáculo.
Antonella bajó a abrirle a sus dos amigas y cuando volvió se encontró con un camino de ropa mía que conducía hacia la pieza. La computadora estaba encendida adentro del placard y la cámara transmitía escondida desde el mueble. A un costado de la cama había algunos juguetes que tenía pensado usar esa noche y tirado en medio del colchón me encontraba yo, totalmente desnudo y con la pija bien dura. “¿Vas a venir a apagar la velita?” le pregunté a mi novia cuando entró a la pieza. Ella se sacó el pantalón y la remera la más rápido que pudo y quedándose en ropa interior se subió a la cama y vino gateando hasta arriba mío.
Comenzamos a besarnos de manera muy apasionada mientras que yo llevaba mis manos a su cola, la cual había quedado en primer plano para nuestros espectadores. Pensé en Patricio y lo mucho que debía de estar deseando ser yo para poder manosearle el culo a mi novia de la forma que lo estaba haciendo yo en ese momento. Nosotros nos seguimos besando cada vez de manera más calienta y ella enseguida comenzó a bajar con su boca por todo mi cuerpo. Sus labios húmedos recorrían mi cuello, mis hombros y mi pecho y sentía como su piel iba rozando mi verga que no daba más de lo dura que estaba.
Ella siguió bajando y se acostó sobre mis piernas y tomó mi pija con su mano para tocarla delicadamente. “Qué lindo encontrarte así mi amor” me dijo y le dio un besito a mi cabeza. Por suerte había colocado la cámara a un costado de la cama y todo lo que estaba sucediendo quedaba registrado a la perfección. Los espectadores debían de estar viendo los besos que en ese momento mi novia me daba en la punta de la pija y como yo la admiraba recostado relajadamente. Ella pasó su lengua desde la base hasta la punta haciéndome temblar y luego comenzó a chupármela.
Lo hacía de una manera increíble, como sola ella sabía hacerlo. Con sus labios llenos de saliva me humedecía la pija para luego comérsela entera y chupármela como loca de arriba hacia abajo. Jugaba con su lengüita sobre mi cabecita bien roja y después bajaba hasta mis huevos y se los metía en la boca succionándolos de una forma única. Yo cerré los ojos y me dediqué a gozar de lo que mi novia me estaba haciendo y lo primero que pensé fue en como Clara debía de estar apreciando ese show y calentándose con lo que veía en su pantalla. “¡Me encanta mi amor! ¡Qué rico como la chupás!” le dije pensando en nuestra vecina y en que debía darle un show digno de admirar.
Tras varios minutos de gozar con la boquita de Antonella le dije que se recostara ella pues quería devolverle el favor. Pero antes de eso me levanté y fui a buscar en la caja que estaba al lado de la cama un antifaz para cubrirle los ojos. Ni bien se lo coloqué volví a la caja y tomé un consolador que Anto no llegó a ver y lo dejé por unos segundos al lado mío. Primero le abrí las piernas y pasé mi lengua de arriba hacia abajo por su conchita empapada de manera muy lenta. Miré a la cámara y sonreí para volver a pasar mi lengua por su conchita pero esta vez me detuve en su clítoris y me dediqué a dibujar pequeños círculos sobre este. Mi novia empezó a retorcerse de placer y lanzar suaves suspiros que indicaban lo mucho que le gustaba lo que estaba haciendo sobre ella.
Fue luego de unos minutos de usar mi lengua que tomé el consolador y dejé caer sobre él un hilo de saliva. “Te tengo otra sorpresita mi vida” le dije y apoyé la punta del consolador sobre su cuerpo y empecé a hacer presión. Mientras se lo iba introduciendo en el cuerpo volví a mirar a la cámara y le regalé una sonrisa a nuestros espectadores. Antonella gemía a medida que el nuevo juguete iba entrando en su cuerpo y ver como se retorcía de placer me encantaba. Una vez que el consolador entró casi a fondo de su cuerpo comencé a jugar con este, haciéndolo entrar y salir de la conchita de mi novia. Volví a posar mi lengua sobre su clítoris y ese combo llevó a que Antonella no pudiera contener sus gemidos y sus gritos de placer.
- ¡Cogeme mi amor! ¡Por favor cógeme!- Me gritó luego de varios minutos de gozar con mi lengua sobre su clítoris y el consolador adentro de su cuerpo.
Entonces tiré el juguete al costado de la cama y me arrodillé entre sus piernas para metérsela con violencia. Ella volvió a gritar cuando hice esto pero dejó que me la siguiera cogiendo como loco. Empecé a mover mi cuerpo hacia adelante y hacia atrás cogiéndomela a lo bestia y ella gritaba y se retorcía de placer mientras mi pija entraba y salía de su cuerpo. Intentó sacarse el antifaz pero le dije que se lo dejara que me calentaba mucho que lo tuviera puesto y ella sonrió y volvió a agarrarse con fuerza de las sábanas.
Me acosté sobre el cuerpo de mi novia y ella me envolvió con sus piernas. La besé de manera apasionada y sentí la humedad de sus labios. Mientras me la seguía cogiendo bien fuerte y ella seguía gritando sobre mi oído pensé en Guillermina y en lo que ella debía de estar disfrutando de ese momento. Nuestra vecina seguramente debía de sentir envidia de Antonella pues había quedado bien en claro que había disfrutado muchísimo conmigo aquella noche. Entonces elevé mi cabeza y miré de nueva a la cámara para terminar volviendo a acostarme sobre el cuerpo de mi novia y besarla bien caliente.
- Date vuelta.- Le ordené a Anto y el me levanté una vez más de la cama.
Ella se acostó boca abajo y mientras yo buscaba adentro de la caja le dije que se pusiera en cuatro. Saqué unas esposas y le até las manos mientras que ella sonreía y me decía que estaba muy sorprendida con los juguetes que había adquirido. “No me esperaba estos regalitos” me confesó mientras me acomodaba detrás de su cuerpo. Me agaché y le abrí las nalgas para dedicarme nuevamente a lamerle la conchita pero esta estaba tan empapada que no hizo falta. Entonces subí con mi lengua hasta su cola y apenas comencé a lamerle el culito, Antonella comenzó a gemir. Le encantaba que lo hiciera y disfrutaba muchísimo sentir mi lengua por allí, pero lo que no se esperaba era que luego de llenársela de saliva le iba a introducir un plug anal que había comprado para disfrutar juntos.
- ¿Te gusta? ¿Te gusta cómo te cojo mientras se te abre el culito?- Le pregunté y después giré mirando a la cámara.
- ¡Me encanta mi amor! ¡Cogeme bien duro!- Me respondió ella jadeando.
Sus deseos fueron órdenes y tras decir estas palabras empecé a mover mi cuerpo hacia adelante y hacia atrás a toda velocidad. Antonella gritaba como loca y estaba seguro de que Clara podía escuchar sus gemidos sin la necesidad de usar auriculares. Volví a pensar en nuestra vecina y me imaginé la cantidad de locuras que ella y Rodrigo debían de estar haciendo ahora que lo suyo era oficial. Recordé como ella se lo había montado sobre el sillón la primera noche que los vi teniendo sexo y eso me calentó muchísimo. Por mi cabeza pasó el recuerdo de estar viendo un video de Anabella para luego mirarla a ella en vivo a través de mi ventana. Pero en esa oportunidad era todo al revés, yo era una especie de Anabella que la calentaba a ella y complacía sus fantasías sexuales.
Luego de varios minutos de cogerme bien duro a mi novia en esa posición le saqué con cuidado el plug anal y comprobé que su culito estaba bien abierto. Entonces me levanté y apoyé mi pija sobre su cola y comencé a metérsela lentamente mientras que Antonella se sujetaba con fuerza de la sábana. “¡Ay si mi amor! ¡Me vas a hacer acabar enseguida!” me dijo ella ni bien la tuvo toda adentro y entonces me empecé a mover lentamente. Los gritos y gemidos de placer de mi novia llegaron enseguida, haciéndome saber que la volvía loca que me la cogiera por allí y que eso le daba mucha satisfacción.
Cuando me empecé a mover aún más rápido no se pudo aguantar las ganas y sus gritos se volvieron aún más fuertes. “¡Me encanta! ¡Seguí! ¡Cogeme bien duro!” me decía mientras que yo me movía a mayor velocidad y mi verga entraba y salía por completo de su culito. Ver esa escena me recordó la tarde en la que le hice por primera vez la cola a Yanela y en como ella había gritado de placer. Pensé en nuestra ex vecina y en lo mucho que había disfrutado con ella. “Seguro que ahora tenés otro macho que te coja. Pero nunca vas a disfrutar como lo hiciste conmigo” pensé y miré a la cámara con una sonrisa pues ella debía de saber que en ese momento su rostro se cruzaba por mi mente.
- ¡Si mi amor! ¡Cogeme!- Gritó Antonella y sentí como acababa de una manera increíble.
Yo me seguí moviendo con todas mis fuerzas y seguí metiendo y sacando mi pija de su culito. Ella no paraba de gritar y escucharla gemir de esa manera me volvía aún más loco. Tenía las manos atadas frente a su cuerpo y los ojos tapados por lo que todos sus sentidos se concentraban en su cuerpo. Mi mano subió por su espalda y llegó hasta su pelo el cual agarré con fuerza y tiré hacia atrás. Sin dejar de cogérmela me acerqué a su oído y le empecé a decir en voz baja lo mucho que me calentaba estar cogiéndomela de aquella manera. “Me encanta que seas mi putita. Me vuelve loco que te guste tanto mi pija en tu culo” le dije en un susurro pero estaba seguro de que nuestros espectadores debían de estar escuchando en ese momento.
No pude aguantar mucho más la calentura y cuando supe que iba a acabar quise darle un gran final al show. Me levanté y llevé de la mano a mi novia a bien al frente de la cámara. Como ella no podía ver dado que aún tenía el antifaz tomé está con la mano y comencé a filmar la situación. Antonella se arrodilló arriba mío y volvió a chuparme la pija con la idea de sacarme toda la leche mientras que yo sostenía la cámara encima de su cabeza y enfocaba sus labios saboreando mi cuerpo.
Acabé una gran cantidad de semen que fue a parar a su boca, a su cara y obviamente al antifaz que aún tenía puesto. La cámara captó todo el momento y la imagen de mi novia encastrada en mi leche y sonriendo como puta satisfecha fue lo mejor que me pasó esa noche. Entonces me enfoqué a mí con la cámara y saludé para luego apagarla y volverla a esconder entre la ropa. Le saqué las esposas y el antifaz a Antonella y la besé sin importar que sus labios sabían a mi semen. Ella se fue al baño a limpiar y cuando volvió nos recostamos en la cama y nos dimos un abrazo bien caluroso a pesar del calor de Diciembre.
Poco a poco ella se fue durmiendo con una sonrisa en el rostro y yo pensaba en todo lo que habíamos vivido durante ese último año. Las escenas calientes que había observado a través de la ventana gracias a Clara, su ex novio y su amante. El pete delicioso de Yanela en la terraza y las cogidas que le había dado durante muchísimos meses. El recuerdo de Guillermina y Patricio cogiendo frente a nosotros para luego comenzar una relación que seguramente iba a terminar en una orgía de mucho placer. Mis vecinas sin lugar a dudas habían logrado revivir el deseo sexual en mí y ahora disfrutaba de ello de una manera increíble. Pero lo que yo no sabía y no me imaginaba era que al día siguiente una nueva persona se iba a mudar al tercero, al ex departamento de Yanela. Lo que menos sabía y nunca me iba a esperar era que esa chica bisexual iba a terminar provocando a Antonella y se la iba a coger frente a mis ojos en tan solo unas semanas.
FIN
OTRAS HISTORIAS:
LA TURRITA DEL SUPER (FANTASÍA)
VACACIONES EN LA PLAYA II. CAPÍTULO 1
UNA DIOSA. CAPÍTULO 1
4 comentarios - Mis vecinas. Capítulo 12
Gracias por pasar!