Su cuerpo es de impacto, me enamoré de todas sus perfectas y atractivas curvas que matan a cualquiera. Su maravilloso trasero me dejo con la boca babeando. Una colita perfectamente redondita, bien paradita y del tamaño perfecto, es decir, un culito muy estético con el que todos soñamos.
Su busto es igual de perfecto como todo su cuerpo. Un tamaño ideal que me fascinó, ósea, unos senos ni muy grandes ni muy pequeños, como a mí me gustan. Sus piernas son extremadamente sexis y cuando se pone falda, tacones o medias prácticamente caigo rendido a sus pies. En conclusión, ella es una diosa.
Yo soy heterosexual y aun siendo hetero y sabiendo que es trans, me había logrado conquistar.
Yo iba a “visitarla” y cuando llegué me dijo que pasáramos a su habitación. Nos estábamos besando y acariciando, la cosa se estaba poniendo cada vez más caliente y nos estábamos excitando muchísimo. Ya sabía lo que iba a pasar en los próximos minutos.
Ella estaba sentada sobre mis piernas en una pose que me prendía, sus sexis piernas abiertas rodeaban mi cintura y sus suaves y delicadas manos acercaban mi cara a la suya. Sus provocativos y rojizos labios eran lo mejor que había probado en toda la vida.
Besa muy pero que muy bien, de una forma en la que me dejo con un sabor encantador en la boca y con una increíble erección de tan solo rozarme sus suaves labios con los míos y de escuchar como nuestros labios se besaban.
Mientras mordía su exquisita boca la abrazaba como aquel que encuentra lo que toda su vida había buscado y cuando lo encuentra no quiere soltarlo nunca. Le tocaba su hermosa y delicada piel, muy bien cuidada, tan blanca y tan suave como la porcelana, el tacto de su piel con la mía me daba un placer inexplicable.
La sensual fragancia de su perfume de mujer me seducía y me impulsaba a recorrer su cuello a besos. Ella inclinó su cabeza hacia atrás para dejar que yo comiera a besos su cuello, su aroma y sus pequeños gemidos me estimulaban excesivamente.
Acto seguido le quite su blusa y ella me quito mi camisa, ambos nos empezamos a acariciar mientras nos seguíamos besando. Ella rodeaba y recorría con sus manos mi cuerpo, mi pecho, mi espalda, mis brazos… Mientras tanto yo le quitaba su sexi sostén para acceder a sus preciosos senos.
Cuando retiré el brasier que ocultaba aquellas hermosuras fue como haber hallado oro, me encontré con unos senos perfectos, unos duraznos bien redonditos y con unos pezones sobresalientes y rosaditos como si estuvieran listos para amamantar a un bebe.
Al ver esto me explotó la cabeza y empecé a saborearlos de arriba abajo, lamía sus deliciosos pezones como si se tratara de dos helados, como si tratara de sacarle leche. No podía parar de saborear la dulzura de la piel de sus pechos.
Después de haber degustado sus sublimes pechos ella se levantó y se empezó a bajar sus pantalones lentamente, se comenzaba a asomar una ropa interior sexi de color negro, concretamente era una tanga brasilera, al parecer la chica con apariencia de niña inocente no era tan inocente…
Ella se subió devuelta en la cama y ahí pude admirar la majestuosidad de su trasero. Una colita de un tamaño muy generoso, perfectamente redondita y que además con la tanguita negra que hacía contraste con su piel se veía exageradamente sexi.
Se abalanzó sobre mí y me besó poniendo sus manos en mis mejillas nuevamente. Con esto desató una explosión de lujuria. Estallé sin poderme controlar y me quité mis pantalones y mi boxer como si estos estuvieran prendidos en llamas. Me puse instantáneamente el condon que había llevado y ella se quedó viendo a mi gran verga con una expresión que lo decía todo. Al parecer le había encantado y estaba emocionada al ver lo que estaba por entrarle. Yo la miré y le sonreí, ella me devolvió la mirada y la sonrisa y me dijo:
- Acuéstate boca arriba amor.
Le obedecí inmediatamente. Procedí a acostarme boca arriba ubicando mi cabeza sobre las almohadas, entonces ella se acomodó lo que tenía bajo la ropa interior metiendo sus manos sin enseñar ni un poco, esto para abrir paso a su agujerito y que yo pudiera entrar.
Ella se sentó sobre mi viéndome de frente y sus hermosos ojos me hacían recordar lo afortunado que era de tenerla. Apoyó sus manos sobre mis piernas y agarró mi pene para introducirlo en su anito. La sensación era impresionante e iba escalando a medida que mi verga entraba, su hoyito era muy apretado y calientito.
Empezó a saltar sobre mi pene mientras daba unos gemidos muy placenteros para mi oído, se notaba que ella estaba disfrutando mucho dándome los sentones.
Inclinó su cuerpo hacia mi poniéndome sus senos en mi pecho y su cara frente a la mía. Una vez más ella me tomaba de las mejillas y acercaba mi cara con la suya. Empecé a besarla y a morder sus labios descontroladamente. Mientras ella tenía sus labios unidos a los míos daba unos pequeños gemidos del gran placer del momento.
Yo tenía mis manos sobre su fantástico culito, lo tocaba de arriba abajo como si se tratara de un masaje, podía sentir la suavidad de su piel y lo excitante de su tanga. También la nalgueaba y eso le encantaba.
Después ella separó su boca de la mía y puso sus senos sobre mi cara sin parar de saltar en mi pene. Ohh dios, era impresionante lo deliciosos que estaban sus duraznos con esos dulces pezones.
Cuando me corrí fue tremendamente increíble, sentí como salió con fuerza todo mi semen y como después se escurría en el condon dentro del hermoso culo de mi chica.
Cuando ella se levantó y vi que el condon estaba completamente limpio me admiré mucho y me di cuenta de que podía haberla penetrado sin preservativo sin ningún problema, ya que así hubiera sido incluso más placentero para ambos.
Yo ya me había corrido, pero ella aun no, entonces lo que hice fue ponerla en cuatro y volverla a penetrar, esta vez sin condon para que sea más placentero e intentando durar hasta que ella se corriera y talvez con algo de suerte lograríamos eyacular al mismo tiempo.
Cuando ella estaba en cuatro podía admirar con mucho detalle su delicioso y suave culito. Aparté hacia un lado la tanga y fui introduciendo mi pene poco a poco, esta sensación fue aun mejor que la anterior por la ausencia del preservativo.
Ella con sus gemidos hacía que me enloqueciera y le diera nalgadas para oírla gemir aun mas fuerte. La tomé del trasero y la empecé a juntar con mi verga y cada vez más duro la penetraba y más duro ella gimoteaba.
Yo le pedido que me avisara cuando se corriera y así lo hizo.
- Ummm, ya me corrí mi amor.
Me sentí satisfecho al saber que había complacido a mi chica, seguí penetrándola para poder correrme en su colita. Cuando lo hice fue impresionante lo placentero que es y al sacar mi verga salió llena de leche, mientras esta se escurría por su culito.
Ella me dijo:
- Estuvo fantástico cariño.
Seguidamente me besó y se metió al baño de su habitación. Yo quedé rendido y me recosté en su cama, cuando salió del baño se acostó conmigo y nos dormimos abrazados, fue muy bonito dormir con ella en mis brazos y sintiendo el calor y suavidad de su cuerpo con el mío.
Al siguiente día volví a ir a su casa, y tal como el día anterior estábamos besándonos y acariciándonos hasta que nos desvestimos para hacer el amor.
Ella quedo solamente con una tanguita de encaje morada le dije que se recostara en la cama y apoyara su cabeza sobre las almohadas. Empecé a recorrer su cuerpo a besos y seguidamente me comí sus ricos senitos, ella soltaba unos gemidos muy placenteros. Después con besos fui bajando mi cara hasta su tanguita y con ambas manos se la fui quitando.
Se puso de perrito. Uff cuando vi su bello culito esperando mi verga y su delicioso anito mojado, y por si fuera poco tenía un color rosado muy provocativo, además, también se veían sus pequeños huevitos colgando. Inmediatamente puse mi cara entre sus nalgas y comencé a lamer su hoyito.
Ummm: es lo único que podía decir, no había palabras para describir aquello, ella gemía y me hacía saber que le estaba encantando lo que yo hacía con mi lengua.
- Sigue por favor, me encanta…
Una vez su culito ya estaba lubricado con mi saliva empecé a meter mi pene, ella iba gimiendo a medida que la verga entraba. La tomé de la cintura y la fui pegando y separando de mí, ella también se balanceaba de adelante hacia atrás y movía sus nalguitas de una forma exquisita. Después comencé a tocar sus deliciosos duraznos mientras la seguía penetrando y sus nalguitas rebotaban y chocaban con mi pene, mis bolas y mi vientre.
Después de que ella se corrió se sacó mi pene de su culito y me tumbo hacia atrás para que me acostara boca arriba. Se echo su pelo hacía atrás y se agacho para chupar mi pene.
Primero empezó a tocar mi pene masturbándome, después chupó mis testículos lo cual hizo que sintiera un gran placer y seguidamente se metió el pene a la boca.
Movía su cabeza de arriba abajo mientras se apoyaba con sus manos en mis piernas e iba acomodando su pelo hacía atrás constantemente. Me encantaban los sonidos que hacía al chupar y los gemidos que demostraban que le estaba fascinando lo que estaba haciendo.
Yo le peinaba su cabello hacia atrás y le hacia saber que era muy buena en lo que estaba haciendo. De verdad que es muy hábil con su boca y su lengua, es exageradamente buena para aquello. Me estaba encantando su mamada, lo bien que lo hacía, su lengua moviéndose, el calor y la saliva de su boca eran fenomenales.
Cuando me corrí ella se trago mi leche y se acercó a mí aun con semen en la boca para besarme. Su lengua dentro de mi boca y además con ese sabor a leche me prendió otra vez. Era como si después de haberme corrido, ella con un simple pero encantador beso lograba que mi verga estuviera erecta inmediatamente otra vez.
La tomé de la cintura y la acosté boca arriba para penetrarla en la postura de misionero. Una vez más comencé a meter mi pene en su espectacular culito y al empezar a penetrarla.
Después me incliné hacia delante para seguir degustando sus labios mientras ella ponía sus manos en mis mejillas. Cuando la penetraba en esta posición podía sentir su pene rozando con mi estomago entonces lo tomé y comencé a masturbarlo. Ella se estaba poniendo más y más cachonda, empezó a acariciarme y a abrazarme juntándome mas a ella sin dejar de penetrarla. Después de haberme corrido en su culito y de haberla estado masturbado mientras la cogía ella se corrió.
Ya para concluir quiero decir que yo estoy fascinado con mi chica, osea, el hecho de que sea trans no es absolutamente ningun obstaculo para tener buen sexo.
Saludos
9 comentarios - Mi trans