Lo que voy a contar es algo muy personal que nadie sabe en mi círculo social, disculpen si es un poco largo. Sucedió hace 6 años, cuando yo tenía 18, había salido de la preparatoria y decidí tomarme un año sabático (libre) para pensar bien qué quería estudiar.
Yo era un chico delgado, de piel clara, 1.70m, cabello castaño un poco largo, aún era virgen lo cual me molestaba bastante, quizás se debía a mi timidez y a que tenía un cuerpo poco varonil. Tampoco tenía novia, me sentía confundido, era hijo único, vivía solo con mi madre, quien trabajaba todo el día y el dinero no sobraba en la casa, así que me puse a trabajar de mesero en un restaurante localizado a 30 minutos (caminando) de mi casa. El trabajo me gustaba, me iba bien, entraba a trabajar en la tarde, salía pasada la media noche y me iba caminando a mi casa para ahorrar lo de los taxis, siempre me iba solo.
Uno de tantos días que iba de noche de regreso a casa, pasó un coche a baja velocidad y se detuvo a mi lado, el conductor me pidió ayuda para encontrar una dirección; lo orienté y reanudó la marcha. Sólo avanzó unos metros y se echó de reversa, se detuvo de nueva cuenta y me dijo:
-Perdona mis modales, no te ofrecí aventón (rai), si quieres te puedo acercar a donde vayas.
-Voy a mi casa, está aquí adelante como a 15 minutos. -Le dije-
-Muy bien, me queda de paso, sube con confianza.
No negaré que lo dudé un poco, pero el tipo se veía muy agradable, con buen porte y venía en un coche del año, así que accedí. Comenzamos a platicar, nos presentamos, yo Julián, él Alonso, me preguntó porque iba caminando tan sólo y de noche. Le dije que acababa de salir de trabajar, que era una zona segura y le conté un poco las razones. Me miraba fijamente y sonreía mucho, lo que me ponía un poco nervioso y me ruborizaba. Preguntó que porqué trabajaba en lugar de estudiar y le di un breve resumen de mi vida y que quería tomarme un tiempo para pensar. Llegó a la entrada de mi fraccionamiento, le di las gracias y se fue. Era un tipo muy agradable.
A los dos días de eso pasó lo impensable para mí, salí del trabajo y no había caminado ni 3 calles cuando pasó de nuevo ese coche azul oscuro. Se paró junto a mí y me dijo:
-¡Vaya, que agradable sorpresa, que gusto encontrarte de nuevo Julián! Ven, sube, te llevo.
Yo estaba muy consternado, pero había sido un día muy estresante y lo que menos quería era caminar, así que acepté.
Ya en el camino me dijo que venía de una fiesta la cual había terminado temprano y se quedó con ganas de beber más, que si tenía tiempo, lo acompañara a su casa a tomar unas cervezas y luego me iba a dejar a mi casa. Lo pensé un poco, pero al final le dije que sí, nadie rechaza una cerveza. Así que pasamos a una tienda que abre las 24 horas, compró cervezas, botanas y nos dirigimos a su casa.
Llegamos a un edificio de departamentos moderno, entramos a su depa y era un lugar muy agradable, se veía que le iba muy bien económicamente. Me dijo “ponte cómodo”, mientras reproducía música que para mi sorpresa era rock alternativo, la misma que me gustaba a mí y se lo comenté entusiasmado, a él le dio mucho gusto saberlo, dijo: ‘-Que bien, ya tenemos otra cosa en común, aparte del gusto por la cerveza!’
Nos sentamos en la sala, abrimos un par de cervezas y comenzamos a platicar, me dijo su edad (35 años), que era soltero, sin hijos y dirigía un negocio familiar el cual le dejaba mucho tiempo libre (y dinero). Estuvimos platicando un buen rato, conociéndonos, él muy tranquilo y relajado, aunque me sonreía mucho y no dejaba de mirarme, yo todavía un tanto reservado y tímido. No sé si se me notaba tanto que yo no era lo más masculino que se podría decir, porque de momento me preguntó:
-Oye y ya que estamos entrando en confianza, dime, ¿Te gustan los hombres o las mujeres?
+Pueees, es complicado, se supone que me gustan las mujeres, pero soy un fracaso con ellas, soy virgen y no tengo novia.
-Jejeje, no digas eso, si estás muy bonito, yo creo que sólo te falta tener más seguridad, porque te noto muy tímido.
+Jaja, puede ser. ¿Y bien, a ti qué te gusta? <Le pregunté con algo de temor a lo que fuera a responder, pero a la vez ansias por saber>
-Pues también es complicado, aunque no lo parezca, me gustan los hombres.
<Uy no, se me agitó el corazón y me puse muy nerviosísimo, pero a la vez moría por seguir la plática, así que proseguí con algo que lo consternó>
+Oh vaya, sí no se te nota, me imagino que eres activo, ¿cierto?
-¡Wow! Sí, es cierto, soy activo 100%, pero dime ¿Cómo es que sabes esa clasificación? <Me preguntó sorprendido y sonriente>
+Mmm, me da un poco de pena, pero te cuento sólo porque estamos en confianza y bueno, no conoces a nadie que me conozca, ja. Bien, hace un par de años, no sé porqué, pero comencé a fantasear con tener relaciones con hombres, tanto que llegué a masturbarme pensando en eso, aunque en realidad nunca sentí atracción por un hombre, era raro. <En este momento se le iluminó el rostro y parecía super interesado en mí> Tiempo después supe de los chats, me dio más curiosidad y comencé a meterme a chats gays y platiqué con algunos tipos los cuales me fueron instruyendo en el mundo. Uno me preguntó en privado que “yo qué era?”, a lo cual no supe responder y me dijo: “-Sí, mira, hay activos a los cuales les gusta penetrar y que les mamen el pene, a los pasivos les gusta ser penetrados y chuparlo y a los inter les gusta de todo.” Ya sabiendo esto le dije: “-Ah, vaya, no sabía. Entonces definitivamente yo soy pasivo.” Así es, fantaseaba en ser penetrado por un hombre. <Alonso se quedó helado y con una sonrisota al oír eso >
-¡No puedo creerlo, me encanta saber eso! Y dime, ¿Alguna vez tuviste relaciones con un hombre?
+No, nunca. Sólo chats y fantasear. Nunca me agradaron los tipos con los que platicaba como para entregarme a ellos y tampoco reuní el valor para animarme a hacerlo.
-Ya veo… Sí, ahí por lo general son muy perversos y están feos. Y dime… ¿Yo te agrado?
+Pueees…<Vamos, era un hombre guapo, solvente, independiente, alto, como de 1.80, cuerpo atlético, con buen gusto, pfff!> …la verdad sí, tienes muy buen porte, eres guapo, relajado, muy buena onda conmigo y te gusta el rock! Ja!
-Gracias, es que me inspiras a tratarte bien.
+Y dime… ¿Yo te gusto?
-Siendo sinceros y te lo digo en buena onda… me gustas bastante y desde que te vi me sentí atraído por ti, eres 100% mi tipo, tienes un cuerpo muy bonito y, lo digo con todo respeto: tienes unas nalgotas, que te las pude ver desde lejos, si por eso te di rai.
+Jajaja, en serio? Vaya, que fuertes declaraciones… Pues ya que lo mencionas, mi mamá siempre me dice que estoy bien nalgón y piernudo. De hecho cuando tenía como 16 años iba seguido a nadar a una alberca olímpica y en las regaderas me excitaba mucho que otros hombres me vieran las nalgas, hasta me tardaba en vestirme a propósito.
-Wow, que envidia me dan esos que te vieron las nalguitas, seguro se les antojó mucho.
+Jaja, pues yo creo que sí, pero no les tengas envidia, quien sabe a lo mejor un día te dejo que mes las veas, jeje. <Sin darme cuenta yo ya estaba súper excitado>
-Eso me encantaría mucho! ¿Yyy qué tal hoy?
+No ¿cómo crees? Si apenas nos estamos conociendo, vas a pensar mal de mí.
-Claro que no, anda, déjame verlas sólo unos segundos, prometo no tocar ni intentar nada raro, piensa que estás en los vestidores de la alberca y soy un extraño
+Ay me da mucha pena… mmm, bueno está bien, solo porque insistes y porque me agradas mucho, ok? <Entonces me paré, le di la espalda y comencé a bajarme lentamente la ropa, lo hice al ritmo de la música, pero no quise voltear a verlo, me comían los nervios. Me bajé todo, primero los jeans y luego el boxer pegadito que traía, quedé inclinado y desnudo de la cintura para abajo frente a él. Estaba temblando y a la vez excitadísimo. Él no dijo nada, me subí la ropa y me volví a sentar sin verlo, agarré mi cerveza y di un sorbo grande para matar los nervios. Por fin lo vi a la cara y tenía una sonrisa de oreja a oreja>
+Ejem… y bien, ¿qué te pareció?
-¡Eso-fue-increíble! Wow, es el culito más hermoso que he visto! Eres lampiño, tus piernas tan torneadas y tus nalgotas, wow! ¡Simplemente wow! Oye, como que andas coqueteando mucho conmigo, ¿No te parece?
+Jajaja! Vaya! Esa reacción hizo que valiera la pena, gracias, que lindo eres! Y creo que sí, te estoy coqueteando un poco, aunque estoy que me muero de nervios. Oye, no te incomoda que sea tan joven?
-Gracias a ti, me encantas… Y no para nada, me fascina tu edad… <Se acercó a mí> Y pues si los dos nos gustamos, ¿Crees que podrías intentar cumplir tus fantasías conmigo? En serio me gustas mucho. <Me dijo mientras comenzaba a acariciarme la pierna cerca de mi glúteo y yo estaba que no cabía de nervios y excitación>
+Sí, creo que contigo sí podría, pero no sé hacer nada, no quiero decepcionarte, voy a estar muy nervioso y…
Ni me dejo terminar cuando tomó mi mano y la pasó por encima de su pantalón. Lo tenía duro como roca y de muy buen tamaño por lo que alcancé a sentir.
-Creo que es justo que ahora yo te enseñé mis atributos, ¿No crees?
Se bajó el pantalón y después el bóxer, dejo al aire un pene riquísimo!!! Cabezón, grueso y largo, como de 20 cm. Yo estaba en shock, quedé impresionado al ver tremendo pene! Así que no pude ni oponer resistencia, se paró frente a mí, tomó mi mano y la puso sobre su pene, ni lo pensé dos veces y comencé a frotarlo, lo tomé con ambas manos, me encantó la sensación de tenerlo en mis manos y sentir su dureza.
-¿No te gustaría probarlo con tu boquita? <Me preguntó>
A lo que solo asentí con la cabeza, yo ya no tenía control de mí mismo, me abalancé sobre su vientre, miré su pene tan cerca y sin pensarlo más lo introduje en mi boca, sentí mi corazón latir a mil por hora, comencé a chuparlo con mucha intensidad, pasaba mi lengua por el glande, así como veía que lo hacían en las porno. Lo fui chupando más y más, hasta que llegué al punto de desear devorarlo. Alonso estaba encantado, me pedía que no parara. Mientras él metía la mano dentro de mi pantalón, me acariciaba y apretaba las nalgas, ese falo se cogía mi boca a placer, lo sacaba y le daba de besos, seguí chupándolo intensamente, trataba de meterlo todo pero era imposible, lo frotaba con mi lengua cual manjar, quería sacar todas las ganas que había reprimido, era increíble tener ese delicioso pene duro como roca dentro de mi boca suavecita. En eso Alonso me toma de la parte posterior de mi cabeza para que no me fuera a quitar, de todos modos yo no quería sacar su pene, no quería dejar de chuparlo, entonces comenzó a follarme la boca con locura, yo sentía arcadas leves pero lo dejé continuar, de pronto aumentó la intensidad y fue cuando sentí los chorros de semen inundando mi boquita y mi garganta, ¡Un hombre se estaba viniendo en mi boca! Me supo delicioso, a lujuria, lo intenté beber todo, pero era mucho y se derramó un poco por mis labios y mi rostro. Le limpié hasta la última gota, quedó temblando de placer. ¡No lo podía creer, por primera vez le había hecho sexo oral a un hombre y que hombre!
-¡Uff, eso fue increíble, estuvo delicioso! ¿Cómo le hiciste para hacerlo tan rico? Disculpa que haya terminado tan pronto pero ya tenía mucho tiempo sin tener relaciones y no pude aguantar de lo rico que sentía, pero para la segunda vez sí aguantaré mucho… Ahora déjame devolverte el favor, ven aquí!
Apenas me estaba limpiando su semen cuando me jaló hacía él y sin dejarme decir nada, me quitó toda la ropa, me puso de rodillas sobre el sillón con la colita paradita, me bajó el boxer lentamente y luego se quedó viendo mi trasero por un momento mientras me acariciaba las nalgas, -“Wow, que rico se ve esto...”-,me las comenzó a besar mucho, dándoles pequeños mordiscos que me encendían como loco mientras se acercaba lentamente a la parte de en medio de mis nalgas, las cuales tomó con sus manos y las separó, dejándome totalmente a su merced y de repente... siento su lengua en mi hoyito… "Aaaay, qué estás haciendo? Mmmm, que ricooo bebé!" -Le dije. ¡Vaya! Que sensación tan deliciosa tener su boca chupándome ahí, rodeaba mi ano con su lengua, me mojaba con su saliva, metía la lengua como lambiendo un helado, yo sentía un placer único, nunca había sentido algo así, me excitó tanto que lo tomé de la cabeza con mi mano y lo empujé en medio de mis nalgas, quería que me devorará, lo hacía increíble. Noté cómo su pene iba recobrando fuerzas después de unos minutos, pero no quería que dejara de comerme la colita, quería sentir su lengua dentro de mí por más tiempo. Fue el mejor beso negro que me han dado hasta la fecha. Yo creo que le excitó mucho saber que ningún pene había pasado aún por mi culito. Fue algo irrepetible. Luego de un rato me dio un par de nalgadas, me las apretó fuerte y me dijo:
-Oh cielos! Es la cola más rica que me he comido, la tienes deliciosa, muero de ganas de hacerte el amor bebé.
Solo alcancé a responder a medio aliento: +Pues qué esperas… cumple mi fantasía, por favor!!
De inmediato se paró, abrió un cajón, tomó un tubo transparente y regresó a mí.
+¿Para qué es eso?
-Ahora verás chiquito.
Puso un poco de ese gel en mi colita, lo esparció en mi ano y luego comenzó a introducirlo poco a poco con un dedo, se sentía muy frío pero no me importó, aplicó mucho más de ese gel, agregó un poco de saliva y metió hasta el tope su dedo, ¡Ay que rico! Jugueteaba con su dedo dentro de mí. Lo sacó y ahora comenzó a meter dos dedos poco a poco, no creí que fueran a entrar, pero con el gel que me puso, que ahora estaba muy líquido, resbalaron muy bien dentro de mí y mi colita oponía poca resistencia, se sentía muy rico, ¡Ya quería que me cogiera!
-Se siente genial, muy apretadito y suave, se nota que es una colita joven y virgen, pero ya es hora de que sea mía!
No dije nada, sólo alcancé a decir que sí entre gemidos. Sacó los dedos, se puso de pie, se desnudó, tomó su pene y lo frotó entre mis nalgas, tomándolas con sus manos y acercándome a él.
En eso le dije: +¡Ya hazme el amor por favor, ya no aguanto, desvírgame yaaa!
Puso su pene en la entrada de mi colita y comenzó a empujarlo hacia adentro. Tomé un cojín entre mis manos y lo apreté muy fuerte, pensé que me iba a doler mucho por lo que sabía, pero fue muy gentil, sí le costó un poco abrirse paso con tremendo pene, pero empujó un poco más y logró entrar todo su glande, yo veía estrellitas, mi respiración se exaltó mucho, volteé a verlo y él no dejaba de ver cómo me estaba desvirgando. Siguió entrando en mí poco a poco, hasta que por fin entró casi todo. Nos quedamos quietos, la cabeza me daba vueltas, por primera vez tenía a un hombre dentro de mí, mi corazón me estallaba, era una sensación increíble, mi colita me punzaba, acostumbrándose a tener ese pene adentro. Cuando por fin me estabilicé, le dije: ¡Ya, haz tuya mi colita!!!
Y comenzó algo que jamás olvidaré; me tomó de la cintura y metió lo que faltaba hasta el fondo, mi cuerpo se estremeció y así comenzó a cogerme, ¡Adiós a mi virginidad! Los primeros minutos me lo hizo suavemente, dándome tiempo para que me acostumbrara a la sensación de ser penetrado, pero ya después de un rato comenzó a cogerme riquísimo, sacaba y metía su pene en mi colita a su antojo, cada vez con más fuerza y más rapidez, yo comencé a gemir como toda una putita, era inexplicable lo que sentía, un placer sin igual, sentir como ese pene me abría, me recorría por dentro y llegaba a lo más profundo de mi ser, lo metía todo, sin contemplaciones y a mí me encantaba.
-¡Tu culito está riquísimo, super apretadito! ¡Desde esta vista te ves como toda una zorrita, tienes un cuerpo delicioso, me encantas mi amor!
+Sí amor, hazme tuya, hazme tu putita, sólo de tiiii!!!
En ese momento comenzó a darme durísimo y los ojos se me pusieron en blanco, que escándalo le hicimos a los vecinos con tanta gemidera! (Mucho más yo, claro) Sacó su pene de mi colita y si ya me quería, ahora me quería más:
-No puedo creerlo, salió limpiecito, wow!
+¿En serio?¿Eso es especial?
-Uff, vaya que sí. No te voy a dejar ir nunca.
Ahora me puso de pie y él se sentó sobre el sillón, separó las piernas, me puso de espaldas hacía él y me sentó en su pene con mis piernas juntas (todo me lo iba indicando), fue introduciéndolo lentamente ya que así apretaba más mi colita, cuando ya estuvo bien dentro de mí, me tomó de la cintura y comenzó a hacerme para arriba y para abajo, ya que entendí lo que quería lo comencé a hacer solo…le estaba dando unos sentones riquísimos, los dos gritábamos de placer,sentíamos increíble. Me encantaba comérmelo con mi culito, él me decía que sentía demasiado rico, que lo iba a hacer venir muy pronto, pero no me importó y seguí congiéndomelo así, cuando entraba todo sentía que la punta me llegaba a la garganta. Aún recuerdo el sonido que hacían mis nalgas cuando rebotaban en sus piernas, que rico!
Cada que llegaba al fondo de mi ser me estremecía de sobremanera, les juro me hacía gemir como toda una nena, pero no podía evitar hacer esos sonidos. ¡De repente nuestros movimientos y respiración se aceleraron al mismo tiempo, parecía que estábamos sincronizados, yo no sabía lo que estaba por pasar… los gemidos se cambiaron por gritos y yo me cogía ese pene cada vez con mayor intensidad, me daban ganas de llorar de tanto placer que sentía, en eso comencé a sentir como punzaba su pene y enseguida como el semen salía con fuerza de su pene inundando mi colita por dentro, se sentía muy calientito y justo en ese momento yo también me comencé a venir! Fue increíble! Terminamos al mismo tiempo! Fue un orgasmo como ningún otro, no hay palabras para describirlo, Alonso me hizo sentir algo incomparable!
Nos quedamos ahí tendidos en el sillón, desfallecidos, tratando de asimilar lo que acababa de suceder… la colita me punzaba, con su pene, aún erecto, dentro de mí. En eso me comenzó a dar de besos en el cuello y me dijo:
-Nunca había tenido sexo como lo tuve contigo… ¿Quieres ser mi amante?
Yo sabía que había encontrado una conexión muy fuerte con él y no me importaba nada, sólo quería quedarme a su lado. Así que le respondí: “+¡Claro que sí mi amor, me encantaría ser tu amante!”.
Y así fue como comenzamos una relación inolvidable que duró más de 2 años.
A partir de ahí todos los días me recogía en mi trabajo para después cogerme en su casa. Y tan sólo un par de meses después me mudé a su departamento ya que ambos no queríamos dejarnos de ver (ni de follar) ni un solo día, me lo hacía todos los días, no sé de dónde sacaba tantas energías, pero me encantaba que fuera tan caliente conmigo y me follara tantas veces, porque yo también lo deseaba muchísimo, y era algo mutuo, yo creo que lo hicimos más de mil veces, mi colita vaya que aguantó todas las embestidas que me dio, parecía que nací con un don para el sexo anal. Vivimos momentos inolvidables y muchas aventuras muy intensas. Solo las pocas personas que frecuentábamos en esos tiempos se enteraron de lo nuestro.
Fue una lástima que por motivos laborales se tuvo que ir lejos (hubo otra razón, pero eso ya lo contaré en otro relato). Él ha sido mi más grande amor hasta ahora. Después de él solo lo he hecho con un par de hombres más pero nadie como él. Ojalá algún día vuelva a estar con él.
Espero les haya gustado y disculpen que me haya extendido tanto en mi relato.
Si quieren que les cuente más manden un mensaje.
Saludos y gracias por su tiempo.
Yo era un chico delgado, de piel clara, 1.70m, cabello castaño un poco largo, aún era virgen lo cual me molestaba bastante, quizás se debía a mi timidez y a que tenía un cuerpo poco varonil. Tampoco tenía novia, me sentía confundido, era hijo único, vivía solo con mi madre, quien trabajaba todo el día y el dinero no sobraba en la casa, así que me puse a trabajar de mesero en un restaurante localizado a 30 minutos (caminando) de mi casa. El trabajo me gustaba, me iba bien, entraba a trabajar en la tarde, salía pasada la media noche y me iba caminando a mi casa para ahorrar lo de los taxis, siempre me iba solo.
Uno de tantos días que iba de noche de regreso a casa, pasó un coche a baja velocidad y se detuvo a mi lado, el conductor me pidió ayuda para encontrar una dirección; lo orienté y reanudó la marcha. Sólo avanzó unos metros y se echó de reversa, se detuvo de nueva cuenta y me dijo:
-Perdona mis modales, no te ofrecí aventón (rai), si quieres te puedo acercar a donde vayas.
-Voy a mi casa, está aquí adelante como a 15 minutos. -Le dije-
-Muy bien, me queda de paso, sube con confianza.
No negaré que lo dudé un poco, pero el tipo se veía muy agradable, con buen porte y venía en un coche del año, así que accedí. Comenzamos a platicar, nos presentamos, yo Julián, él Alonso, me preguntó porque iba caminando tan sólo y de noche. Le dije que acababa de salir de trabajar, que era una zona segura y le conté un poco las razones. Me miraba fijamente y sonreía mucho, lo que me ponía un poco nervioso y me ruborizaba. Preguntó que porqué trabajaba en lugar de estudiar y le di un breve resumen de mi vida y que quería tomarme un tiempo para pensar. Llegó a la entrada de mi fraccionamiento, le di las gracias y se fue. Era un tipo muy agradable.
A los dos días de eso pasó lo impensable para mí, salí del trabajo y no había caminado ni 3 calles cuando pasó de nuevo ese coche azul oscuro. Se paró junto a mí y me dijo:
-¡Vaya, que agradable sorpresa, que gusto encontrarte de nuevo Julián! Ven, sube, te llevo.
Yo estaba muy consternado, pero había sido un día muy estresante y lo que menos quería era caminar, así que acepté.
Ya en el camino me dijo que venía de una fiesta la cual había terminado temprano y se quedó con ganas de beber más, que si tenía tiempo, lo acompañara a su casa a tomar unas cervezas y luego me iba a dejar a mi casa. Lo pensé un poco, pero al final le dije que sí, nadie rechaza una cerveza. Así que pasamos a una tienda que abre las 24 horas, compró cervezas, botanas y nos dirigimos a su casa.
Llegamos a un edificio de departamentos moderno, entramos a su depa y era un lugar muy agradable, se veía que le iba muy bien económicamente. Me dijo “ponte cómodo”, mientras reproducía música que para mi sorpresa era rock alternativo, la misma que me gustaba a mí y se lo comenté entusiasmado, a él le dio mucho gusto saberlo, dijo: ‘-Que bien, ya tenemos otra cosa en común, aparte del gusto por la cerveza!’
Nos sentamos en la sala, abrimos un par de cervezas y comenzamos a platicar, me dijo su edad (35 años), que era soltero, sin hijos y dirigía un negocio familiar el cual le dejaba mucho tiempo libre (y dinero). Estuvimos platicando un buen rato, conociéndonos, él muy tranquilo y relajado, aunque me sonreía mucho y no dejaba de mirarme, yo todavía un tanto reservado y tímido. No sé si se me notaba tanto que yo no era lo más masculino que se podría decir, porque de momento me preguntó:
-Oye y ya que estamos entrando en confianza, dime, ¿Te gustan los hombres o las mujeres?
+Pueees, es complicado, se supone que me gustan las mujeres, pero soy un fracaso con ellas, soy virgen y no tengo novia.
-Jejeje, no digas eso, si estás muy bonito, yo creo que sólo te falta tener más seguridad, porque te noto muy tímido.
+Jaja, puede ser. ¿Y bien, a ti qué te gusta? <Le pregunté con algo de temor a lo que fuera a responder, pero a la vez ansias por saber>
-Pues también es complicado, aunque no lo parezca, me gustan los hombres.
<Uy no, se me agitó el corazón y me puse muy nerviosísimo, pero a la vez moría por seguir la plática, así que proseguí con algo que lo consternó>
+Oh vaya, sí no se te nota, me imagino que eres activo, ¿cierto?
-¡Wow! Sí, es cierto, soy activo 100%, pero dime ¿Cómo es que sabes esa clasificación? <Me preguntó sorprendido y sonriente>
+Mmm, me da un poco de pena, pero te cuento sólo porque estamos en confianza y bueno, no conoces a nadie que me conozca, ja. Bien, hace un par de años, no sé porqué, pero comencé a fantasear con tener relaciones con hombres, tanto que llegué a masturbarme pensando en eso, aunque en realidad nunca sentí atracción por un hombre, era raro. <En este momento se le iluminó el rostro y parecía super interesado en mí> Tiempo después supe de los chats, me dio más curiosidad y comencé a meterme a chats gays y platiqué con algunos tipos los cuales me fueron instruyendo en el mundo. Uno me preguntó en privado que “yo qué era?”, a lo cual no supe responder y me dijo: “-Sí, mira, hay activos a los cuales les gusta penetrar y que les mamen el pene, a los pasivos les gusta ser penetrados y chuparlo y a los inter les gusta de todo.” Ya sabiendo esto le dije: “-Ah, vaya, no sabía. Entonces definitivamente yo soy pasivo.” Así es, fantaseaba en ser penetrado por un hombre. <Alonso se quedó helado y con una sonrisota al oír eso >
-¡No puedo creerlo, me encanta saber eso! Y dime, ¿Alguna vez tuviste relaciones con un hombre?
+No, nunca. Sólo chats y fantasear. Nunca me agradaron los tipos con los que platicaba como para entregarme a ellos y tampoco reuní el valor para animarme a hacerlo.
-Ya veo… Sí, ahí por lo general son muy perversos y están feos. Y dime… ¿Yo te agrado?
+Pueees…<Vamos, era un hombre guapo, solvente, independiente, alto, como de 1.80, cuerpo atlético, con buen gusto, pfff!> …la verdad sí, tienes muy buen porte, eres guapo, relajado, muy buena onda conmigo y te gusta el rock! Ja!
-Gracias, es que me inspiras a tratarte bien.
+Y dime… ¿Yo te gusto?
-Siendo sinceros y te lo digo en buena onda… me gustas bastante y desde que te vi me sentí atraído por ti, eres 100% mi tipo, tienes un cuerpo muy bonito y, lo digo con todo respeto: tienes unas nalgotas, que te las pude ver desde lejos, si por eso te di rai.
+Jajaja, en serio? Vaya, que fuertes declaraciones… Pues ya que lo mencionas, mi mamá siempre me dice que estoy bien nalgón y piernudo. De hecho cuando tenía como 16 años iba seguido a nadar a una alberca olímpica y en las regaderas me excitaba mucho que otros hombres me vieran las nalgas, hasta me tardaba en vestirme a propósito.
-Wow, que envidia me dan esos que te vieron las nalguitas, seguro se les antojó mucho.
+Jaja, pues yo creo que sí, pero no les tengas envidia, quien sabe a lo mejor un día te dejo que mes las veas, jeje. <Sin darme cuenta yo ya estaba súper excitado>
-Eso me encantaría mucho! ¿Yyy qué tal hoy?
+No ¿cómo crees? Si apenas nos estamos conociendo, vas a pensar mal de mí.
-Claro que no, anda, déjame verlas sólo unos segundos, prometo no tocar ni intentar nada raro, piensa que estás en los vestidores de la alberca y soy un extraño
+Ay me da mucha pena… mmm, bueno está bien, solo porque insistes y porque me agradas mucho, ok? <Entonces me paré, le di la espalda y comencé a bajarme lentamente la ropa, lo hice al ritmo de la música, pero no quise voltear a verlo, me comían los nervios. Me bajé todo, primero los jeans y luego el boxer pegadito que traía, quedé inclinado y desnudo de la cintura para abajo frente a él. Estaba temblando y a la vez excitadísimo. Él no dijo nada, me subí la ropa y me volví a sentar sin verlo, agarré mi cerveza y di un sorbo grande para matar los nervios. Por fin lo vi a la cara y tenía una sonrisa de oreja a oreja>
+Ejem… y bien, ¿qué te pareció?
-¡Eso-fue-increíble! Wow, es el culito más hermoso que he visto! Eres lampiño, tus piernas tan torneadas y tus nalgotas, wow! ¡Simplemente wow! Oye, como que andas coqueteando mucho conmigo, ¿No te parece?
+Jajaja! Vaya! Esa reacción hizo que valiera la pena, gracias, que lindo eres! Y creo que sí, te estoy coqueteando un poco, aunque estoy que me muero de nervios. Oye, no te incomoda que sea tan joven?
-Gracias a ti, me encantas… Y no para nada, me fascina tu edad… <Se acercó a mí> Y pues si los dos nos gustamos, ¿Crees que podrías intentar cumplir tus fantasías conmigo? En serio me gustas mucho. <Me dijo mientras comenzaba a acariciarme la pierna cerca de mi glúteo y yo estaba que no cabía de nervios y excitación>
+Sí, creo que contigo sí podría, pero no sé hacer nada, no quiero decepcionarte, voy a estar muy nervioso y…
Ni me dejo terminar cuando tomó mi mano y la pasó por encima de su pantalón. Lo tenía duro como roca y de muy buen tamaño por lo que alcancé a sentir.
-Creo que es justo que ahora yo te enseñé mis atributos, ¿No crees?
Se bajó el pantalón y después el bóxer, dejo al aire un pene riquísimo!!! Cabezón, grueso y largo, como de 20 cm. Yo estaba en shock, quedé impresionado al ver tremendo pene! Así que no pude ni oponer resistencia, se paró frente a mí, tomó mi mano y la puso sobre su pene, ni lo pensé dos veces y comencé a frotarlo, lo tomé con ambas manos, me encantó la sensación de tenerlo en mis manos y sentir su dureza.
-¿No te gustaría probarlo con tu boquita? <Me preguntó>
A lo que solo asentí con la cabeza, yo ya no tenía control de mí mismo, me abalancé sobre su vientre, miré su pene tan cerca y sin pensarlo más lo introduje en mi boca, sentí mi corazón latir a mil por hora, comencé a chuparlo con mucha intensidad, pasaba mi lengua por el glande, así como veía que lo hacían en las porno. Lo fui chupando más y más, hasta que llegué al punto de desear devorarlo. Alonso estaba encantado, me pedía que no parara. Mientras él metía la mano dentro de mi pantalón, me acariciaba y apretaba las nalgas, ese falo se cogía mi boca a placer, lo sacaba y le daba de besos, seguí chupándolo intensamente, trataba de meterlo todo pero era imposible, lo frotaba con mi lengua cual manjar, quería sacar todas las ganas que había reprimido, era increíble tener ese delicioso pene duro como roca dentro de mi boca suavecita. En eso Alonso me toma de la parte posterior de mi cabeza para que no me fuera a quitar, de todos modos yo no quería sacar su pene, no quería dejar de chuparlo, entonces comenzó a follarme la boca con locura, yo sentía arcadas leves pero lo dejé continuar, de pronto aumentó la intensidad y fue cuando sentí los chorros de semen inundando mi boquita y mi garganta, ¡Un hombre se estaba viniendo en mi boca! Me supo delicioso, a lujuria, lo intenté beber todo, pero era mucho y se derramó un poco por mis labios y mi rostro. Le limpié hasta la última gota, quedó temblando de placer. ¡No lo podía creer, por primera vez le había hecho sexo oral a un hombre y que hombre!
-¡Uff, eso fue increíble, estuvo delicioso! ¿Cómo le hiciste para hacerlo tan rico? Disculpa que haya terminado tan pronto pero ya tenía mucho tiempo sin tener relaciones y no pude aguantar de lo rico que sentía, pero para la segunda vez sí aguantaré mucho… Ahora déjame devolverte el favor, ven aquí!
Apenas me estaba limpiando su semen cuando me jaló hacía él y sin dejarme decir nada, me quitó toda la ropa, me puso de rodillas sobre el sillón con la colita paradita, me bajó el boxer lentamente y luego se quedó viendo mi trasero por un momento mientras me acariciaba las nalgas, -“Wow, que rico se ve esto...”-,me las comenzó a besar mucho, dándoles pequeños mordiscos que me encendían como loco mientras se acercaba lentamente a la parte de en medio de mis nalgas, las cuales tomó con sus manos y las separó, dejándome totalmente a su merced y de repente... siento su lengua en mi hoyito… "Aaaay, qué estás haciendo? Mmmm, que ricooo bebé!" -Le dije. ¡Vaya! Que sensación tan deliciosa tener su boca chupándome ahí, rodeaba mi ano con su lengua, me mojaba con su saliva, metía la lengua como lambiendo un helado, yo sentía un placer único, nunca había sentido algo así, me excitó tanto que lo tomé de la cabeza con mi mano y lo empujé en medio de mis nalgas, quería que me devorará, lo hacía increíble. Noté cómo su pene iba recobrando fuerzas después de unos minutos, pero no quería que dejara de comerme la colita, quería sentir su lengua dentro de mí por más tiempo. Fue el mejor beso negro que me han dado hasta la fecha. Yo creo que le excitó mucho saber que ningún pene había pasado aún por mi culito. Fue algo irrepetible. Luego de un rato me dio un par de nalgadas, me las apretó fuerte y me dijo:
-Oh cielos! Es la cola más rica que me he comido, la tienes deliciosa, muero de ganas de hacerte el amor bebé.
Solo alcancé a responder a medio aliento: +Pues qué esperas… cumple mi fantasía, por favor!!
De inmediato se paró, abrió un cajón, tomó un tubo transparente y regresó a mí.
+¿Para qué es eso?
-Ahora verás chiquito.
Puso un poco de ese gel en mi colita, lo esparció en mi ano y luego comenzó a introducirlo poco a poco con un dedo, se sentía muy frío pero no me importó, aplicó mucho más de ese gel, agregó un poco de saliva y metió hasta el tope su dedo, ¡Ay que rico! Jugueteaba con su dedo dentro de mí. Lo sacó y ahora comenzó a meter dos dedos poco a poco, no creí que fueran a entrar, pero con el gel que me puso, que ahora estaba muy líquido, resbalaron muy bien dentro de mí y mi colita oponía poca resistencia, se sentía muy rico, ¡Ya quería que me cogiera!
-Se siente genial, muy apretadito y suave, se nota que es una colita joven y virgen, pero ya es hora de que sea mía!
No dije nada, sólo alcancé a decir que sí entre gemidos. Sacó los dedos, se puso de pie, se desnudó, tomó su pene y lo frotó entre mis nalgas, tomándolas con sus manos y acercándome a él.
En eso le dije: +¡Ya hazme el amor por favor, ya no aguanto, desvírgame yaaa!
Puso su pene en la entrada de mi colita y comenzó a empujarlo hacia adentro. Tomé un cojín entre mis manos y lo apreté muy fuerte, pensé que me iba a doler mucho por lo que sabía, pero fue muy gentil, sí le costó un poco abrirse paso con tremendo pene, pero empujó un poco más y logró entrar todo su glande, yo veía estrellitas, mi respiración se exaltó mucho, volteé a verlo y él no dejaba de ver cómo me estaba desvirgando. Siguió entrando en mí poco a poco, hasta que por fin entró casi todo. Nos quedamos quietos, la cabeza me daba vueltas, por primera vez tenía a un hombre dentro de mí, mi corazón me estallaba, era una sensación increíble, mi colita me punzaba, acostumbrándose a tener ese pene adentro. Cuando por fin me estabilicé, le dije: ¡Ya, haz tuya mi colita!!!
Y comenzó algo que jamás olvidaré; me tomó de la cintura y metió lo que faltaba hasta el fondo, mi cuerpo se estremeció y así comenzó a cogerme, ¡Adiós a mi virginidad! Los primeros minutos me lo hizo suavemente, dándome tiempo para que me acostumbrara a la sensación de ser penetrado, pero ya después de un rato comenzó a cogerme riquísimo, sacaba y metía su pene en mi colita a su antojo, cada vez con más fuerza y más rapidez, yo comencé a gemir como toda una putita, era inexplicable lo que sentía, un placer sin igual, sentir como ese pene me abría, me recorría por dentro y llegaba a lo más profundo de mi ser, lo metía todo, sin contemplaciones y a mí me encantaba.
-¡Tu culito está riquísimo, super apretadito! ¡Desde esta vista te ves como toda una zorrita, tienes un cuerpo delicioso, me encantas mi amor!
+Sí amor, hazme tuya, hazme tu putita, sólo de tiiii!!!
En ese momento comenzó a darme durísimo y los ojos se me pusieron en blanco, que escándalo le hicimos a los vecinos con tanta gemidera! (Mucho más yo, claro) Sacó su pene de mi colita y si ya me quería, ahora me quería más:
-No puedo creerlo, salió limpiecito, wow!
+¿En serio?¿Eso es especial?
-Uff, vaya que sí. No te voy a dejar ir nunca.
Ahora me puso de pie y él se sentó sobre el sillón, separó las piernas, me puso de espaldas hacía él y me sentó en su pene con mis piernas juntas (todo me lo iba indicando), fue introduciéndolo lentamente ya que así apretaba más mi colita, cuando ya estuvo bien dentro de mí, me tomó de la cintura y comenzó a hacerme para arriba y para abajo, ya que entendí lo que quería lo comencé a hacer solo…le estaba dando unos sentones riquísimos, los dos gritábamos de placer,sentíamos increíble. Me encantaba comérmelo con mi culito, él me decía que sentía demasiado rico, que lo iba a hacer venir muy pronto, pero no me importó y seguí congiéndomelo así, cuando entraba todo sentía que la punta me llegaba a la garganta. Aún recuerdo el sonido que hacían mis nalgas cuando rebotaban en sus piernas, que rico!
Cada que llegaba al fondo de mi ser me estremecía de sobremanera, les juro me hacía gemir como toda una nena, pero no podía evitar hacer esos sonidos. ¡De repente nuestros movimientos y respiración se aceleraron al mismo tiempo, parecía que estábamos sincronizados, yo no sabía lo que estaba por pasar… los gemidos se cambiaron por gritos y yo me cogía ese pene cada vez con mayor intensidad, me daban ganas de llorar de tanto placer que sentía, en eso comencé a sentir como punzaba su pene y enseguida como el semen salía con fuerza de su pene inundando mi colita por dentro, se sentía muy calientito y justo en ese momento yo también me comencé a venir! Fue increíble! Terminamos al mismo tiempo! Fue un orgasmo como ningún otro, no hay palabras para describirlo, Alonso me hizo sentir algo incomparable!
Nos quedamos ahí tendidos en el sillón, desfallecidos, tratando de asimilar lo que acababa de suceder… la colita me punzaba, con su pene, aún erecto, dentro de mí. En eso me comenzó a dar de besos en el cuello y me dijo:
-Nunca había tenido sexo como lo tuve contigo… ¿Quieres ser mi amante?
Yo sabía que había encontrado una conexión muy fuerte con él y no me importaba nada, sólo quería quedarme a su lado. Así que le respondí: “+¡Claro que sí mi amor, me encantaría ser tu amante!”.
Y así fue como comenzamos una relación inolvidable que duró más de 2 años.
A partir de ahí todos los días me recogía en mi trabajo para después cogerme en su casa. Y tan sólo un par de meses después me mudé a su departamento ya que ambos no queríamos dejarnos de ver (ni de follar) ni un solo día, me lo hacía todos los días, no sé de dónde sacaba tantas energías, pero me encantaba que fuera tan caliente conmigo y me follara tantas veces, porque yo también lo deseaba muchísimo, y era algo mutuo, yo creo que lo hicimos más de mil veces, mi colita vaya que aguantó todas las embestidas que me dio, parecía que nací con un don para el sexo anal. Vivimos momentos inolvidables y muchas aventuras muy intensas. Solo las pocas personas que frecuentábamos en esos tiempos se enteraron de lo nuestro.
Fue una lástima que por motivos laborales se tuvo que ir lejos (hubo otra razón, pero eso ya lo contaré en otro relato). Él ha sido mi más grande amor hasta ahora. Después de él solo lo he hecho con un par de hombres más pero nadie como él. Ojalá algún día vuelva a estar con él.
Espero les haya gustado y disculpen que me haya extendido tanto en mi relato.
Si quieren que les cuente más manden un mensaje.
Saludos y gracias por su tiempo.
13 comentarios - Un Extraño: Mi Primer Amante (Relato)