Vecina

Estás en el departamento de enfrente, nos hemos visto una o dos veces en el ascensor, una noche ambos veníamos de fiesta, no bebimos demasiado el ascensor solo olía un poco a borracho.

Te veías divina una botas cortas y un vestido no tan corto, con espalda descubierta que dejaba ver tu ausencia de sostén tirantes delgados y escote discreto que palidecia con la figura de tus pezones, era una noche calurosa por lo que tu chaqueta colgaba en tu hombro, yo seguía atónito viendo como tú sudor se colaba entre tu escote de repente noto tu mirada, al parecer haz visto como no despegó la vista de tu escote.

Te acercas a mi con una mano sujestas mi camisa y con la otra mi entre pierna mientras me besas caminamos lentamente hacia el vidrio del elevador, comenzamos a juguetear con nuestras lenguas y nuestras manos se perdían entre nuestros caídos cuerpos; al parar el elevador sin más nos dirigimos a mi departamento.

Apenas cerramos la puerta ya habías lanzado tus cosas y tus manos habían bajado mis pantalones, te encontrabas de rodillas moviendo tu lengua en un viaven erótico.

Te levanto y en un hábil pero sutil movimiento te quito el vestido y te pongo de frente contra pared, sin más comienzo a deslizar mi lengua por tu espalda hasta que un joya de lencería me detiene, con un gesto sencillo lo muevo a un lado y sigo recorriendo mi lengua en tu entre pierna, encantado de lo que probaba encontraba el compas entre mi lengua, mis dedos y tus gemidos.

Entre gritos y esbozos de placer solo puedes decirme:

"Hazme tuya como todo un caballero"



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