Mi hijastro se coge a mi esposa, su madre, trio hetero

Mientras subo los últimos escalones que llevan a la puerta de mi departamento, siento en mis piernas la fatiga de haber subido cinco pisos, agregándole a estos mi jornada laboral, a sido un largo día, de esos que por más que trates de aguantarlos, el tiempo no avanza, finalmente estoy en la puerta de mi hogar.
Utilizo mi llave para abrir la puerta, cuando entro mi mujer esta en la sala principal, viendo su novela, yacía plácidamente en el sillón principal, su largo y lacio pelo negro estaba desamarrado, el cual estaba en perfecta armonía con su piel morena, al verme sus ojos avellana me dieron una dulce mirada de amor, sus apetecible labios formaron una dulce sonrisa y con su cálida voz me dio la bienvenida, se acercó a mí contoneando sus pronunciadas caderas, así como su apetecible trasero, hasta apoyar su pequeño busto en mi pecho, para así ponerse en la punta de sus pies, colocando suavemente sus manos en mi nuca, para darme un tierno beso, en ese momento todo el cansancio y la fatiga de mi día desaparecieron, me quedé perdido en su mirada hasta que ella me dijo: iré a calentar tu cena cariño, puedes ir a cambiarte mientras tanto, esas palabras fueron órdenes para mi así que decidir ir a nuestra habitación.