Éramos relativamente nuevos en el vecindario y mi mujer llevaba un embarazo de 5 meses, por lo que decidimos que las tareas de limpieza de la casa había que confiarla a otra persona.
Preguntamos a una vecina y nos dijo que la mujer que limpiaba su casa tal vez podría ayudarnos, por lo que la enviaría a la hora del almuerzo.
Tal lo convenido, sonó el timbre cerca del mediodía: era la señora que nos había dicho la vecina vendría para hablar con nosotros.
Le comentamos lo que queríamos y de forma amable nos dijo que a ella no le daba el horario para ayudarnos ya que la casa era bastante grande y no podría con todo, pero nos indicó que tenía una nieta en el campo de 20 años, algo tímida porque nunca había salido de su casa y que hacía tiempo le preguntaba por algún trabajo en la ciudad, el único inconveniente era que no tenía dónde alojarse...le agradecimos, diciéndole que lo charlábamos y le contestábamos.
Esa noche en la cena decidimos que sí ya que estando la abuela cerca y siendo quién la recomendó nos inspiraba confianza meter alguien en nuestra casa. Sobraban dos habitaciones asi que se podría quedar con nosotros. Al otro día se lo comunicamos a la señora y quedó en llamar a su nieta.
A comienzos de la semana llegó a nuestras vidas Mercedes.
20 años, morocha de cabello cortito a la altura de la nuca, delgada y alta, con unas caderas grandes y mucha nalga.
Le contamos que necesitábamos y aceptó gustosa. Convenimos su paga y algunas reglas para mantener el orden en la casa y no hubo problemas. La acompañé hasta su pieza y ayudé a que desempacara.
Abrió su valija y mientras ordenaba la ropa en el placard pude observar unas bombachitas de encaje y un porta ligas... demasiado lujo para una chica de campo pensé.
Presté atención a sus movimientos y cada vez que me daba la espalda no podía dejar de mirar su cola ... ella me contaba de sus expectativas en la ciudad, agradecía que la hubiésemos aceptado en casa y bla, bla, bla... mi mente estaba en blanco, sólo retenía la imagen de su culo.
Fueron pasando los días sin mayores sorpresas cuando una tarde, estando solo yo en casa, Mercedes dijo que se iba a duchar... continué mirando la televisión pero llamó mi atención el ruido de la lluvia del baño.
Me levanté y sigilosamente - no sé por qué si estaba en mi casa - me acerqué al pasillo que daba al baño.
La puerta estaba entreabierta, bastante diría yo, y acercando mi cara al marco de la puerta pude ver a través del espejo a Mercedes dándose la ducha.
Su espalda era larguísima y terminaba en esas caderas formando una guitarra perfecta ... pero su culo era monumental ... quién diría que esa nenita de campo escondería algo tan hermoso !!
Saqué mi pija y comencé a pajearme ... el espejo me devolvió una sutil mirada de ella... evidentemente lo había hecho adrede.
Seguí pajeándome pero me despojé totalmente de mis pantalones ... otra vez me pareció notar que ella miraba !! y fue entonces que abrió sus piernas quedando de frente a la puerta, llevó sus manos a la entrepierna y comenzó a acariciarse ... yo volaba de calentura.
Mercedes levantó la vista directamente hacia donde yo estaba... sonrió y siguió tocándose, intensificando el movimiento.
Abrí la puerta y sacándome la remera me metí a la ducha ... ella sonreía y pasando sus brazos sobre mi cuello me besó.
Tomó mi pija con una mano y la llevó a su entrada levantado una pierna para que calzara mejor... resbaló hasta que hicieron tope mis huevos ... la nena movía la pelvis sin pausa ... y después de un rato acabé dentro suyo sin tener en cuenta los problemas que me podría ocasionar esto, pero la calentura del momento pudo más.
Después de agacharse y limpiar con su lengua mi pija, cerró la ducha y tomando la toalla se dispuso a secarme el cuerpo, de la cabeza a los pies ...
" ... ya está señor, si quiere puede dejarme la remera y el pantalón para que se los lave más tarde... sino tal vez pueda pasar a la noche y alcanzármelos a mi habitación ..." dijo mientras iba saliendo del baño.
Yo seguía parado, desnudo... pensando en cómo haría esa noche para verla otra vez.
Otros post anteriores:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3431841/Cuando-la-amistad-te-concede-derechos.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3453348/Karlita-la-del-kiosco.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3429112/Sonia-la-prima-del-campo.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/3367816/La-maestra-de-6.html
Preguntamos a una vecina y nos dijo que la mujer que limpiaba su casa tal vez podría ayudarnos, por lo que la enviaría a la hora del almuerzo.
Tal lo convenido, sonó el timbre cerca del mediodía: era la señora que nos había dicho la vecina vendría para hablar con nosotros.
Le comentamos lo que queríamos y de forma amable nos dijo que a ella no le daba el horario para ayudarnos ya que la casa era bastante grande y no podría con todo, pero nos indicó que tenía una nieta en el campo de 20 años, algo tímida porque nunca había salido de su casa y que hacía tiempo le preguntaba por algún trabajo en la ciudad, el único inconveniente era que no tenía dónde alojarse...le agradecimos, diciéndole que lo charlábamos y le contestábamos.
Esa noche en la cena decidimos que sí ya que estando la abuela cerca y siendo quién la recomendó nos inspiraba confianza meter alguien en nuestra casa. Sobraban dos habitaciones asi que se podría quedar con nosotros. Al otro día se lo comunicamos a la señora y quedó en llamar a su nieta.
A comienzos de la semana llegó a nuestras vidas Mercedes.
20 años, morocha de cabello cortito a la altura de la nuca, delgada y alta, con unas caderas grandes y mucha nalga.
Le contamos que necesitábamos y aceptó gustosa. Convenimos su paga y algunas reglas para mantener el orden en la casa y no hubo problemas. La acompañé hasta su pieza y ayudé a que desempacara.
Abrió su valija y mientras ordenaba la ropa en el placard pude observar unas bombachitas de encaje y un porta ligas... demasiado lujo para una chica de campo pensé.
Presté atención a sus movimientos y cada vez que me daba la espalda no podía dejar de mirar su cola ... ella me contaba de sus expectativas en la ciudad, agradecía que la hubiésemos aceptado en casa y bla, bla, bla... mi mente estaba en blanco, sólo retenía la imagen de su culo.
Fueron pasando los días sin mayores sorpresas cuando una tarde, estando solo yo en casa, Mercedes dijo que se iba a duchar... continué mirando la televisión pero llamó mi atención el ruido de la lluvia del baño.
Me levanté y sigilosamente - no sé por qué si estaba en mi casa - me acerqué al pasillo que daba al baño.
La puerta estaba entreabierta, bastante diría yo, y acercando mi cara al marco de la puerta pude ver a través del espejo a Mercedes dándose la ducha.
Su espalda era larguísima y terminaba en esas caderas formando una guitarra perfecta ... pero su culo era monumental ... quién diría que esa nenita de campo escondería algo tan hermoso !!
Saqué mi pija y comencé a pajearme ... el espejo me devolvió una sutil mirada de ella... evidentemente lo había hecho adrede.
Seguí pajeándome pero me despojé totalmente de mis pantalones ... otra vez me pareció notar que ella miraba !! y fue entonces que abrió sus piernas quedando de frente a la puerta, llevó sus manos a la entrepierna y comenzó a acariciarse ... yo volaba de calentura.
Mercedes levantó la vista directamente hacia donde yo estaba... sonrió y siguió tocándose, intensificando el movimiento.
Abrí la puerta y sacándome la remera me metí a la ducha ... ella sonreía y pasando sus brazos sobre mi cuello me besó.
Tomó mi pija con una mano y la llevó a su entrada levantado una pierna para que calzara mejor... resbaló hasta que hicieron tope mis huevos ... la nena movía la pelvis sin pausa ... y después de un rato acabé dentro suyo sin tener en cuenta los problemas que me podría ocasionar esto, pero la calentura del momento pudo más.
Después de agacharse y limpiar con su lengua mi pija, cerró la ducha y tomando la toalla se dispuso a secarme el cuerpo, de la cabeza a los pies ...
" ... ya está señor, si quiere puede dejarme la remera y el pantalón para que se los lave más tarde... sino tal vez pueda pasar a la noche y alcanzármelos a mi habitación ..." dijo mientras iba saliendo del baño.
Yo seguía parado, desnudo... pensando en cómo haría esa noche para verla otra vez.
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