Era enero de 2017, una de esas noches de calorcito que se prestan para juntarse con amigos a tomar una cervecita. Entre charla y recuerdos, salió como tema de conversación Estela, una profesora de Lengua y literatura de 8vo grado.
- ¿te acordás de la profe Mancinelli, Mati?
- pfff ¡cómo no me voy a acordar! Esas piernas, por dios!
- qué hija de mil! Cómo se le marcaba el orto con esas polleras. ¿le habrás dedicado varias no? Jajajaja
- ah buee, seguro que vos no! - con ironía.
Al llegar a mi casa... a las 2am aproximadamente, pongo a cargar el celu, programo la alarma y me acuesto. Me había quedado el nombre de la profe rebotando en la mente y los recuerdos de como le gustaba calentarle la pija a los alumnos.
Decidí buscarla por Facebook y la encontré. En la foto de perfil está con su marido e hija, de vacaciones en Italia. Pienso: "Puta madre, qué mala suerte." Le envié la solicitud de amistad igual y, no pasaron más de 3 minutos, que ya la había aceptado. La suerte cambia de cara, como una moneda girando en el aire.
Envalentonado y deshinibido por las birras, le escribo al Messenger.
- Hola!
Al ratito me contesta:
- Hola, Matias. Tanto tiempo!
- La verdad que sí, un montón de tiempo! Creí que no se iba a acordar de mí.
- Cómo no me voy a acordar? Eran mi grupo preferido! Ja
- jaja y usted, nuestra profe preferida!
- Jajaja no me mientas. ¡cómo me hacías renegar vos, eh!
- Bueno profe, es que a esa edad... ya sabe! Las hormonas y todo eso.
- Sisi, lo sé. Pero ustedes eran terribles!
Me arriesgo a que el marido no esté leyendo.
- Bueno profe, usted tampoco ayudaba mucho que digamos!
- ¿Qué decís? Yo siempre traté de ayudarlos.
- Sí, lo sé. Pero con el tema de las hormonas digo! Ja
- Jajaja por?
- Por esas polleras que se ponía, nos volvíamos locos tratando de ver si mostraba algo. Era la fantasía de todo el curso!
Pasa un rato y como no contesta le vuelvo a escribir.
- Disculpe profe si me sobrepasé.
Sigue sin contestar así que bloqueo el celular y lo dejo cargando. Al rato suena.
- Perdón que tardé, es que estaba llorando Luján y le di la mamadera. - sigue - Así que entonces era yo la culpable de que se porten tan mal? Jajaja
- Está bien, no hay drama. Pensé que le había caído mal lo que le dije, o que leyó el mensaje su marido jaja. Sí, en gran parte usted era la causa.
- jajaja no, por suerte está de viaje y estoy tranqui! La causa ¿yo? Jaja sos un caradura nene!
Listo, está sola, no tengo que guardarme nada. Me la juego:
- Y no tiene miedo sola, profe? Ja no soy caradura, le digo la verdad nada más... no se haga la desentendida, que usted se daba cuenta que la mirábamos como unos pajeros.
- jajaja nada que ver, cómo voy a calentar a nenes de 13 años, Matías? Qué te pensás que soy?
- Mmm déjeme dudarlo "profe pervertida" Ja
- Jaja pervertido seras vos!
- Yo sí, siempre fue mi fantasía usted, profe.
- ¿ah sí? Y qué ibas a hacer, invitarme a comer tutucas? Jaja
Me tocó el orgullo masculino así que tengo que responder con toda la artillería.
- La quería coger toda, profe. A veces intentaba correrle la tanga con la vista!
- Jajaja sos un tarado Matías!
- De verdad, profe. Si habré pensado en usted! Puuf!
- ¿Podes dejar de decirme "profe"?
- Cuando usted admita que lo hacía a propósito, profe.
- ¿Qué hacía?
- Cuando corregía, profe. Abría las piernas y nos mostraba la bombacha. Y cuando escribía en el pizarrón, profe. Sacaba cola para que la miremos. Yo sé que era a propósito.
- Bastaaaaa de decirme "profe" jajajaja
- ¿Por qué le molesta que le diga "profe", profe?
- No me molesta.
- Y entonces, por qué no puedo, profe?
- Me calienta que me digas así.
- Apaaa, ojo que la profe se calienta!
- Sí, me caliento. Y ¿qué?
- Que su marido no está, profe. ¿sigue usando esas polleras?
- Puedo solita nene! Ahora tengo puesta una.
- Y las piernas, las tiene abiertas como cuando yo la miraba?
- Las piernas las tengo cruzadas. No tenés nada que mirar!
- Ábralas un poquito y déjeme mirar, profe.
- ¿Por qué no venís y las abrís vos?
- Profe, no me diga así que me levanto y voy en 5 minutos.
- Jaja me voy a dormir, Mati. Que mañana doy clases temprano.
- Aaah bueeeno, veo que le sigue gustando calentar la pava!
- Sh, mañana hablamos pendejo.
Me volvió loco la muy malvada. Cuando terminamos de hablar me quedé mirando sus fotos y sigue estando igual de perra. Ese mismo día a la mañana recibo un mensaje: "Buen día, Mati, ¿qué hacés?"
- Hola, profe. ¿Me extrañaba?
- Jaja pero quién te pensás que sos pendejo?
- A partir de anoche, soy su fantasía profe. Y usted la mía, desde siempre.
- Quedan dos días para que mi marido vuelva, "fantasía".
- Y con eso que me quiere decir?
- Dale, no te hagas...
- ¿Quiere que sea su alumno de nuevo?
- ¿Nos vemos o no? Dale, no tengo tiempo...
- ¿De verdad me dice? ¿cuándo?
- Hoy a la noche. En un rato te escribo, tengo que seguir dando clases...
- Ok
Yo pretendía juguetear y calentar a la profe Mancinelli por mensaje, pero no me esperaba que reaccione así. Estuve toda la mañana ratoneándome, ansioso. Recordando esa cola redonda y firme frente al pizarrón, y ahora iba a tenerla en mis manos. (?)
A la tardecita me escribe de nuevo.
- Mati, ¿estás?
Le respondo al instante. Hace varias horas esperaba su mensaje.
- Sí, profe.
- Nos vemos o no? Ya le dije a mi hermana si me cuida a Luján y me dijo que sí.
- Sí, me encantaría. ¿Sigue viviendo en Avellaneda usted?
- Qué memoria tenés, pendejo! Me mudé a San Telmo. Y vos? ¿dónde nos vemos?
- Dígame usted, yo no me tengo que esconder de nadie...
- Bueno, hagamos así... pasame a buscar por la puerta del colegio a las 23hs, te parece? Y vemos donde vamos...
- Dale genial, a esa hora estoy ahí! Igual te escribo un rato antes... Le puedo pedir algo, profe?
- Lo que quieras...
- Póngase una pollerita.
- Jajaja pendejo sos terrible! Nos vemos más tarde...
Terminamos de hablar y me fui a cortar el pelo, mandé el auto al lavadero y me compré un perfume. Todo tenía que salir perfecto. Al fin me iba a coger a la profe Estela!
En otro relato voy a contar lo que pasó esa noche. Mientras tanto, cuéntenme qué les pareció éste.
Dejo una foto de la profe... Hay más!
- ¿te acordás de la profe Mancinelli, Mati?
- pfff ¡cómo no me voy a acordar! Esas piernas, por dios!
- qué hija de mil! Cómo se le marcaba el orto con esas polleras. ¿le habrás dedicado varias no? Jajajaja
- ah buee, seguro que vos no! - con ironía.
Al llegar a mi casa... a las 2am aproximadamente, pongo a cargar el celu, programo la alarma y me acuesto. Me había quedado el nombre de la profe rebotando en la mente y los recuerdos de como le gustaba calentarle la pija a los alumnos.
Decidí buscarla por Facebook y la encontré. En la foto de perfil está con su marido e hija, de vacaciones en Italia. Pienso: "Puta madre, qué mala suerte." Le envié la solicitud de amistad igual y, no pasaron más de 3 minutos, que ya la había aceptado. La suerte cambia de cara, como una moneda girando en el aire.
Envalentonado y deshinibido por las birras, le escribo al Messenger.
- Hola!
Al ratito me contesta:
- Hola, Matias. Tanto tiempo!
- La verdad que sí, un montón de tiempo! Creí que no se iba a acordar de mí.
- Cómo no me voy a acordar? Eran mi grupo preferido! Ja
- jaja y usted, nuestra profe preferida!
- Jajaja no me mientas. ¡cómo me hacías renegar vos, eh!
- Bueno profe, es que a esa edad... ya sabe! Las hormonas y todo eso.
- Sisi, lo sé. Pero ustedes eran terribles!
Me arriesgo a que el marido no esté leyendo.
- Bueno profe, usted tampoco ayudaba mucho que digamos!
- ¿Qué decís? Yo siempre traté de ayudarlos.
- Sí, lo sé. Pero con el tema de las hormonas digo! Ja
- Jajaja por?
- Por esas polleras que se ponía, nos volvíamos locos tratando de ver si mostraba algo. Era la fantasía de todo el curso!
Pasa un rato y como no contesta le vuelvo a escribir.
- Disculpe profe si me sobrepasé.
Sigue sin contestar así que bloqueo el celular y lo dejo cargando. Al rato suena.
- Perdón que tardé, es que estaba llorando Luján y le di la mamadera. - sigue - Así que entonces era yo la culpable de que se porten tan mal? Jajaja
- Está bien, no hay drama. Pensé que le había caído mal lo que le dije, o que leyó el mensaje su marido jaja. Sí, en gran parte usted era la causa.
- jajaja no, por suerte está de viaje y estoy tranqui! La causa ¿yo? Jaja sos un caradura nene!
Listo, está sola, no tengo que guardarme nada. Me la juego:
- Y no tiene miedo sola, profe? Ja no soy caradura, le digo la verdad nada más... no se haga la desentendida, que usted se daba cuenta que la mirábamos como unos pajeros.
- jajaja nada que ver, cómo voy a calentar a nenes de 13 años, Matías? Qué te pensás que soy?
- Mmm déjeme dudarlo "profe pervertida" Ja
- Jaja pervertido seras vos!
- Yo sí, siempre fue mi fantasía usted, profe.
- ¿ah sí? Y qué ibas a hacer, invitarme a comer tutucas? Jaja
Me tocó el orgullo masculino así que tengo que responder con toda la artillería.
- La quería coger toda, profe. A veces intentaba correrle la tanga con la vista!
- Jajaja sos un tarado Matías!
- De verdad, profe. Si habré pensado en usted! Puuf!
- ¿Podes dejar de decirme "profe"?
- Cuando usted admita que lo hacía a propósito, profe.
- ¿Qué hacía?
- Cuando corregía, profe. Abría las piernas y nos mostraba la bombacha. Y cuando escribía en el pizarrón, profe. Sacaba cola para que la miremos. Yo sé que era a propósito.
- Bastaaaaa de decirme "profe" jajajaja
- ¿Por qué le molesta que le diga "profe", profe?
- No me molesta.
- Y entonces, por qué no puedo, profe?
- Me calienta que me digas así.
- Apaaa, ojo que la profe se calienta!
- Sí, me caliento. Y ¿qué?
- Que su marido no está, profe. ¿sigue usando esas polleras?
- Puedo solita nene! Ahora tengo puesta una.
- Y las piernas, las tiene abiertas como cuando yo la miraba?
- Las piernas las tengo cruzadas. No tenés nada que mirar!
- Ábralas un poquito y déjeme mirar, profe.
- ¿Por qué no venís y las abrís vos?
- Profe, no me diga así que me levanto y voy en 5 minutos.
- Jaja me voy a dormir, Mati. Que mañana doy clases temprano.
- Aaah bueeeno, veo que le sigue gustando calentar la pava!
- Sh, mañana hablamos pendejo.
Me volvió loco la muy malvada. Cuando terminamos de hablar me quedé mirando sus fotos y sigue estando igual de perra. Ese mismo día a la mañana recibo un mensaje: "Buen día, Mati, ¿qué hacés?"
- Hola, profe. ¿Me extrañaba?
- Jaja pero quién te pensás que sos pendejo?
- A partir de anoche, soy su fantasía profe. Y usted la mía, desde siempre.
- Quedan dos días para que mi marido vuelva, "fantasía".
- Y con eso que me quiere decir?
- Dale, no te hagas...
- ¿Quiere que sea su alumno de nuevo?
- ¿Nos vemos o no? Dale, no tengo tiempo...
- ¿De verdad me dice? ¿cuándo?
- Hoy a la noche. En un rato te escribo, tengo que seguir dando clases...
- Ok
Yo pretendía juguetear y calentar a la profe Mancinelli por mensaje, pero no me esperaba que reaccione así. Estuve toda la mañana ratoneándome, ansioso. Recordando esa cola redonda y firme frente al pizarrón, y ahora iba a tenerla en mis manos. (?)
A la tardecita me escribe de nuevo.
- Mati, ¿estás?
Le respondo al instante. Hace varias horas esperaba su mensaje.
- Sí, profe.
- Nos vemos o no? Ya le dije a mi hermana si me cuida a Luján y me dijo que sí.
- Sí, me encantaría. ¿Sigue viviendo en Avellaneda usted?
- Qué memoria tenés, pendejo! Me mudé a San Telmo. Y vos? ¿dónde nos vemos?
- Dígame usted, yo no me tengo que esconder de nadie...
- Bueno, hagamos así... pasame a buscar por la puerta del colegio a las 23hs, te parece? Y vemos donde vamos...
- Dale genial, a esa hora estoy ahí! Igual te escribo un rato antes... Le puedo pedir algo, profe?
- Lo que quieras...
- Póngase una pollerita.
- Jajaja pendejo sos terrible! Nos vemos más tarde...
Terminamos de hablar y me fui a cortar el pelo, mandé el auto al lavadero y me compré un perfume. Todo tenía que salir perfecto. Al fin me iba a coger a la profe Estela!
En otro relato voy a contar lo que pasó esa noche. Mientras tanto, cuéntenme qué les pareció éste.
Dejo una foto de la profe... Hay más!
12 comentarios - Profe de lengua y literatura.