Te tengo frente a mi.

Te veo y no lo creo la virtud de ver cómo toda tu anatomía es un regalo del cielo, como posas tu pie sobre tu talon haciendo un equilibrio que casi es un milagro, ese vestido negro corto que deja ver qué el día de hoy no usas sostén, tus pezones se asoman por la delgada tela, tus piernas revestidas por uno liguero de encaje negro que provoca una danza casi hipnotica.

Me acerco a ti con un absurdo deseo de leer todo tu cuerpo como si estuviera en braile te tomo de la cintura delicadamente te atraigo hacia mi cuerpo beso tu mano, posteriormente tus labios los muerdo un poco al tiempo del beso mi mano derecha desciende por debajo de tu vestido, se abre paso entre tus bragas y en una danza sincronizada mi lengua en tus labios y mis dedos dentro de tu ropa interior se comunican.

Con fuerza pero una delicadeza enorme te pongo sobre un muro mi mano izquierda toma solo para dejar ver una dónde poder morder justo cerca de tu oído, levento tu pierna mientras te beso, bajo mi bragueta y nos envolvemos en el momento más pasional de nuestras vidas (o al menos de esa semana).

Entre gemidos me pides más y me preguntas que es lo que me hace tan diferente, yo solo puedo atinar a decirte...

"Cualquiera te puedo follar, pero solo un caballero te puede hacer el amor".