Un velorio encendió la llama. (Parte 2)

Quise editar el post anterior pero no me lo permite. Sigo contándoles por acá. La persona que se perdió el otro puede pasar, chusmearlo y leer la historia completa.
Gracias por la aprobación y los puntos!

Suelta mi mano y me deja solo, jugando con sus tetas. La mano que me enseñaba ahora está acariciándome la pija por arriba del boxer. Primero manotea al boleo, agarrando lo que venga! Luego la empieza a recorrer toda, con la mano invertida, desde el tronco a la cabeza, varias veces. Cuando llega a la cabeza la aprieta con fuerza, con el pulgar y el índice, la estira, como queriendo atravesar la tela del boxer. Así cada vez más con más fuerza y velocidad. La verga ya me latía, se sentía muy apretada por el boxer. Mi brazo derecho me había quedado incómodo, así que ,sin decir nada, lo paso por debajo de su cuerpo pero quedándome en la misma posición. Ella entiende y se levanta un poco. Tengo un pecho en cada mano. Los aprieto, los levanto, los amaso; son gigantes y hermosos. Primero, con la palma de la mano y luego con la yema de los dedos, le rozo los pezones (que ya están duros y calientes) masajeándolos, mientras mi lengua moja su oreja y su nuca. Suspiro y muerdo suave en los mismos sitios donde pasé la lengua, y puedo sentir como se le eriza la piel y como empieza a gemir más fuerte. "Ay no pendejo pará, pará que no..." no la dejo terminar de hablar, le tapo la boca y ella me sigue pajeando y chupándome los dedos con desesperación. Me baja apenas el boxer, mi pija baja con el boxer y vuelve a su lugar como un trampolín, estaba durísima! Me sigue pajeando, ahora más suave, y con un dedo me masajea "el agujero de la cabeza". Eso me causa un escalofrío y una sensación de querer acabar YA. Empiezo a respirar fuerte y a gemir, le corro la mano y se la quiero meter en la concha, ya no doy más!
- Ch! Ch! Todavía no pendejo!
Vuelve a agarrarme la pija y la pone atrapada entre la tanga y su cola. Se mueve y yo me muevo a su ritmo. La saca, se la mete entre las piernas y deja la cabeza del lado de adelante, sin meterla. Yo me muevo y ya puedo sentir como resbala la verga con sus jugos. Mientras tanto sigo apretando esos ricos pezones y mojándolos con su propia saliva.
- ¿me querés cojer, pendejo?
- Y a vos qué te parece tía?
- Todavía no. - me dice. Me estaba torturando!
Se da vuelta, me acomoda boca arriba y se arrodilla en la cama, a un costado mío. Corre mis brazos y me pajea con fuerza mirándome fijo: "¿te gusta así?". Yo no podía contestarle de tanta exitación que tenía. La chupa un poco y sigue, la chupa otra vez, haciendo ruido de sopapa cuando la suelta, y sigue... Pasa una pierna por encima mío y me pone el culo en la cara.
- Chupá. - me ordena.
No me deja tocarla con las manos, ella tampoco lo hace. Quedamos unidos por nuestros sexos y lenguas. Tiene la concha hirviendo, le cuelgan hilos de flujo que se los voy cazando con mi lengua, le chuponeo las piernas y los labios que ya laten, sin dejar marcas. Ella parece no tener lengua, ahora solo usa la garganta donde choca una y otra vez la cabeza de mi verga. Después de un buen rato, se da vuelta, me limpia la boca con la mano y se chupa los dedos.
- Ponete un forro y cogeme pendejo!
-Esperame que voy a buscar a mi pieza. -
No deja que me vaya, me pega dos palmadas en la pija, baja la piel y muy, pero muy lento se la va metiendo en la concha. Una vez que entra toda se tira para adelante y nos empezamos a besar. Su lengua juega en mis labios, mi nariz, cuello, orejas. Me susurra "me encanta tu pija, hijo de puta". Con mis piernas abro un poco las suyas, la levanto un poco de las caderas y la empiezo a coger más fuerte, ella se levanta, apoya las manos en mi pecho y se deja. Otra vez me saca las manos, entrelazamos los dedos y me las lleva hacia arriba "quedate quieto" me dice. Apoya los pies en la cama poniéndose en cuclillas, agarra mi pija y se sienta. Empieza a dar sentones potentes y a gemir como loca, suenan fuerte sus cachetes contra mi pelvis: Plap! Plap! Plap! Es una mujer increíble. Ya no puedo más, la leche viene en cualquier momento. "Pará" me sale decir.
"¿qué pasa pendejo?"- dice, mientras sigue cabalgando.
- Voy a acabar, no doy más.
Se levanta, se arrodilla entre mis piernas y me la chupa, succionando con mucha presión y a la vez pajeándome. ¡¡¡Aaaah!!! largo todo! Todo en su boca. Me muestra como se traga la leche, se ríe y la sigue chupando...


Esa noche no terminó acá, sigue... pero ya escribí demasiado y mañana laburo temprano, disculpen. En otro momento sigo contando. Mientras tanto, pueden dejar sus opiniones, gracias.

2 comentarios - Un velorio encendió la llama. (Parte 2)

diegoprey
Excelente relato...espero la continuación. Van 10pts