Hola a todos! Me gustó mucho la repercusión que tuvo mi primer post/relato:
http://www.poringa.net/posts/relatos/3472729/Me-paso-por-calentona.html
Para los que no quieran leerlo, mi nombre es Marina, tengo 35 años, soy de tez blanca y pelo castaño, mido 1,60 y tengo un cuerpo pequeño pero con buena cola y unas tetas que, si bien no son grandes, tienen unos pezones bien marcados.
Al día siguiente de que ese "animal" abusara de mi de esa forma, decidí cerrar la veterinaria por una semana para tomarme vacaciones y, de paso, no cruzarme con él. Al lunes siguiente volví a abrir la veterinaria como un día normal, salvo por los nervios de no saber si Osvaldo iba a venir a trabajar. Pasada media hora de la hora de apertura, el susodicho se presenta a trabajar, saludando de manera casi imperceptible. Se notaba en su forma de actuar que, pasada la calentura de esa noche, por dentro sentía mucha vergüenza o temor por cómo podía llegar a reaccionar yo. Anduvimos toda la mañana cada uno por su lado, hasta que en un momento dado suena el teléfono por un perro que aparentemente estaba muy malherido y requería atención urgente. Era en un barrio difícil, por lo que tuve que romper la incomodidad de la situación con mi empleado y pedirle que me acompañe, a lo que él sólo asintió con la cabeza.
Fuimos en mi auto, obviamente, porque él es bastante limitado en su inteligencia sería imposible que pase un examen de conducción. El camino era largo y ninguno de los emitía palabra, hasta que no aguanté más y le dije "-Querés hablar de lo que pasó?", a lo que él contestó con voz muy temblorosa "-Mmm... mmii... mi papá encontró fotos que te saqué sin que te dieras cuenta esa noche...". En ese momento se me heló la sangre, el papá de Osvaldo y marido de la señora que me dejó la veterinaria como un gesto de bondad era considerado un ogro con todas las letras, un jefe de policía retirado con fama de salvaje, un oso de más de dos metros que más allá de tener cerca de 70 años siempre me había llamado la atención que conservaba un estado físico envidiable.
-"Y qué pasó??? Qué te dijo???", yo había entrado en pánico... "-Dijo algo de que no iba a quedar esto así, pero creo que lo convencí de que no haga ni diga nada...". Obviamente esa respuesta no me tranquilizó ni mucho menos, me quería morir... qué iba a pasar si este hombre hablaba con mi esposo o le mostraba las fotos...
A todo esto manejamos unos minutos más hasta que identificamos la casa a la que teníamos que ir... un rancho de mala muerte que parecía abandonado hacía años. Nos bajamos del auto, aplaudimos porque no había ni timbre y una voz se escucha desde adentro.
"-Por acá, está en esta habitación..."
Pasamos y no había ningún perro, solo un catre inmundo... pero la mayor sorpresa fue que por otra puerta entró el padre de Osvaldo!!!
"-Con vos quería hablar pendeja... para que trajiste al pibe?", dijo don Orlando, padre de mi empleado.
"-Papá, qué hacés? Me dijiste que no ibas a hacer nada!".
Yo me quería morir, esta vez realmente tenía miedo... estaba en el medio de la nada y sentía que nada iba a salir bien. No era nada comparable a lo que había pasado la otra vez, esto era realmente grave. Sentía que debía decir algo... "-Don Orlando, por favor, no me haga nada!"
"-Escuchame pendeja trola, vos te pasaste con el pibe, sabés que es un bruto lerdo y te aprovechaste para cogértelo... ahora vamos a ver qué opina tu marido de esto..."
"-No, por favor... le puedo pagar muy bien, no me haga esto!"
"-Jodete por puta, ahora no hay vuelta atrás."
"-Don Orlando, digame lo que quiera y yo se lo puedo conseguir, tengo mucho dinero... se lo doy todo."
"-Mirá pendeja... te la hago corta, vi las fotos que te sacó el bobo este... me hice varias pajas mirándolas, pero ya estoy grande para eso... ahora me vas a tener que atender a mi..."
En ese momento se me vino el mundo abajo nuevamente, sentía que no tenía alternativa, empecé a llorar histéricamente y atiné a decirle "-No! Por favor! Eso no está bien, no me viol...ughh..." ahí fue cuando don Orlando me propinó un puñetazo en la boca del estómago... Me retorcí del dolor en el piso casi sin poder respirar.
"-Jajaja, que blandita sos nena... en vos está si esa en la única piña que te pego o si querés que te dé una paliza..."
Ahí entendí todo... ese monstruo iba a hacer conmigo lo que quisiera sin que yo pudiera hacer nada.
Me lavantó del piso de los pelos y me revoleó sobre la cama. Osvaldo quiso salir corriendo pero el padre le ordenó que se quede... "-Te voy a mostrar como se hace...", le dijo. Acto seguido, se sacó el cinturón de cuero, le dio una vuelta y me dijo "-Sacate la ropa putita o te hago cagar a cintazos..."
Entre llantos hice lo que me pidió, quedando desnuda en ese rancho espantoso. Don Orlando se sobaba el pene por sobre el pantalón, lo que hizo que se le formara un bulto enorme. Se acercó a mi y me empezó a chupar la boca, metiéndome la lengua hasta el fondo mientras yo seguía llorando. Con una mano me pellizcaba salvajemente los pezones y con la otra me tocaba la vagina, hasta que me metió un dedo casi entero sin siquiera jugar antes, lo que hizo que yo hiciera un pequeño espasmo de dolor... aparentemente le encantó eso a Don Orlando porque se rió y empezó un mete y saca que me hacía doler bastante.
Lo increíble fue que, luego de unos instantes, mi cuerpo empezó a reaccionar y mi vagina e empezó a mojar... Don Orlando se dio cuenta y se empezó a chupar los dedos que se mojaban con mis flujos. Esa escena hizo que en mi cabeza también se active algo que hasta ese momento estaba bloqueado por el miedo. Me di cuenta que después de todo no tenía alternativa, más que intentar disfrutar una situación que era ineludible.
Así fue que con mi mano alcancé a tocar ese bulto... realmente era una cosa impresionante... yo como veterinaria había tocado en alguna oportunidad el pene de algún caballo y esto era algo comparable en grosor. Don Orlando al darse cuenta que yo le quería tocar la verga se puso como loco... me agarró nuevamente por el pelo y me hizo arrodillar... "-Como se ve que la querés, te la voy a presentar... abrime el pantalón y cometela toda, pendeja hija de puta." Obviamente le hice caso, le abrí el botón y el cierre del pantalón con mucha dificultad porque el pene le estallaba. Cuando logré zafar el botón, la verga salió despedida hacia afuera y me pegó en la cara como un puñetazo... Don Orlando sólo rió mientras yo tomaba su miembro con las dos manos y me metí como pude el glande en la boca, para luego sacarlo y empezar más que nada a lamer la cabeza gigante de esa verga. Mientras estaba en esa tarea me acordé que Osvaldo también estaba en la habitación y giré mis ojos para verlo... ese bruto pasó de estar sorprendido a estar haciéndose la paja de su vida. Orlando me tomó por la nuca y me la metió por la fuerza hasta la garganta sin dejarme respirar, a lo que yo hice fuerza hacia atrás pero no me dejó salir por mucho tiempo, hasta que cuando ya estaba por desmayarme me soltó entre risas.
Luego de unos minutos de estar mamándole la verga a Don Orlando, momentos en los cuales le lamía la cabeza, le amasaba los huevos, se la succionaba toda, me la pasaba por toda la cara llena de una mezcla de saliva y flujos preseminales, se la escupía, etc, etc... el viejo me hizo dar vuelta y me puso en posición de perrito... me empezó a pasar la punta del pene por mi concha que estaba empapada en ese momento, y me la movía desde ahí hasta el culo, cosa que me dio bastante miedo, porque si me la ponía por ahí me iba a partir en dos. Luego empezó a trabajar hasta que me la metió en la conchita... ya ahí me hizo ver las estrellas, sentí la cabeza de esa pija inmensa abrirse paso en mi concha, me sentí llena. Don Orlando por suerte empezó de a poco, pero agarró ritmo enseguida y me empezó a coger con unas embestidas como de toro, era una mezcla de dolor y placer indescriptible en la que yo estaba como en las nubes... en ese momento no me importaba nada, salvo recibir esa verga adentro mio. En ese momento me volví a acordar de Osvaldo y lo miré... se seguía haciendo la paja pero yo estaba tan caliente que lo miraba fijo a los ojos y le abría la boca sacando la lengua como pidiéndole pija. Cuando Don Orlando advirtió esa situación me pegó una cachetada en la cara que realmente me dolió, y luego otra más... "-No te alcanza con mi verga, puta viciosa?", y acto seguido me sacó la verga de la concha y me la puso en la entrada del culo haciéndome asustar mucho... "-Nooo... por favor noooo, nunca lo hice por ahí, me va a lastimarrrrrr... aaaaaggghhhhh... aaaaaaa...", y en ese momento fue cuando me empezó a penetrar con todas las fuerzas el culo.
Realmente pensé que eso me iba a dejar malherida, pero con el pasar del tiempo pude darme cuenta que el ano se fue acostumbrando y empecé a disfrutar nuevamente. Don Orlando en ese momento lo llama a Osvaldo y le dice que se acueste boca arriba si me quiere cojer, cosa que el bruto obedece sin chistar. El viejo me saca su verga del culo por un momento y me hace parar adelante de ellos dos para exponerme como la puta que querían que fuera. Me hace dar un par de vueltitas y desfilar mientras los dos se agarraban sus enormes penes y, acto seguido, me hace señas para que me siente sobre la pija de su hijo. Hice lo que me dijo, sentándome sobre ese enorme poste de carne que estaba durísimo y empezando a cabalgar sobre ese idiota que desde lo que había pasado detestaba, él bruto me agarraba las tetas con desesperación, y me pellizcaba los pezones muy fuerte. Mientras estaba haciendo eso pierdo de vista a Don Orlando, para luego volver a verlo que estaba hurgando en mi bolso y sacando mis cosas personales, especialmente una foto en la que estaba yo embarazada de 9 meses junto con mi marido. "-Aaaahhhh, pero que linda puta preñada eras... si te hubiera tenido a mano en ese momento te hubiera roto el culo mucho antes... como me calentaría cogerte por el culo y acabarte en la cara...", parecía que el ver esa foto lo había potenciado, porque se subió por detrás mio y me puso nuevamente el pene en la puerta del culo. "-Nooo, los dos a la vez nooo, por favor...!!!", "-Quedate tranquila que te vamos a tratar bien...", dijo, y me volvió a penetrar con todas sus fuerzas. En ese momento sentí que me desmayaba y me desplomé sobre Osvaldo, pero sin perder la consciencia. Sentía a esas dos bestias violarme por todos lados pero yo no podía (o no quería) hacer nada, no me podía mover, mi cuerpo estaba como desconectado de la mente. Me estaban haciendo lo que ellos querían sin tener el más mínimo gesto de defensa por mi parte, probablemente mi cuerpo no respondía porque mi mente estaba extasiada, y el tenerme prácticamente inerte parece que los excitaba más porque me daban cada vez con más brutalidad.
Luego de un par de minutos en ese estado, recobré mi movilidad y de qué manera... un cosquilleo me vino desde los pies y en el momento en que llegó a la altura de mi cintura tuve el orgasmo más intenso de mi vida, sentía como los flujos vaginales se escurrían por los costados de la pija de Osvaldo y empecé a gritar desaforada "-Hijos de puta me están violando y estoy acabando como nunca... quiero que me llenen de leche! Dejenme preñada por puta!". Ni bien termino de decir eso veo como el bruto más joven empieza a poner una cara rara y me aprieta fuertísimo las tetas "-Aaaaaahhhh, toma toda la leche hija de puta..." y sentí como mi concha se inundaba de la leche más caliente que había sentido, eran cantidades enormes que yo podía imaginar llenando cada lugar de adentro de mi cuerpo y escurriendo por sobre sus huevos a medida que se escapaba de mi vagina. Estuvo un par de minutos cogiéndome después de haber acabado y mientras yo tenía la verga de su padre bombeando dentro de mi culo.
Luego de ese momento, Don Orlando me saca su pija del culo y me saca de los pelos de sobre la verga de su hijo, haciendo que la leche que tenía adentro le caiga sobre el estómago. Me pide que sostenga la foto de mi marido y yo preñada con mi mano cerca de mi cara mientras él se pajeaba... además me pidió que me saque mi anillo de casada y me lo meta en la boca. Yo no podía hacer otra cosa que lo que me pedía, por más raro que me pareciera, por lo que lo hice y abrí la boca sacando la lengua para que lo vea. En ese momento se empezó a masturbar con más fuerza hasta que gritó "-Tomá hija de mil putas, pendeja puta, tomate toda mi leche...!" y empezó a largar chorros de semen que me inundaron la boca, junto con el anillo, otros chorros cayeron sobre mis mejillas, sobre mi pelo, sobre mis tetas, sobre todos lados, incluso sobre la foto. "Ahora sacate el anillo y ponetelo lleno de leche así podés tragártela toda...". Le obedecí al pie de la letra, tragando hasta la última gota de leche... me dieron arcadas porque nunca lo había hecho, a lo que padre e hijo se rieron disfrutando de cómo me habían humillado.
Luego de todo esto me pude volver a vestir y, cuando estaba por salir de la casa, Don Orlando me despide con un beso con lengua y me dice "-Pendejita sos hermosa y muy puta, me hiciste calentar mucho... pero esto no va a quedar acá... vas a ver lo perverso y morboso que puedo ser!" y me pegó una cachetada en la cola con todas sus fuerzas.
En el trayecto a casa no podía dejar de pensar en lo último que me había dicho, me dejó una rara sensación entre miedo y excitación. Al llegar a casa por suerte mi marido no estaba y yo, casi sin fuerzas, me pude dar un baño y me fui a dormir. Sabía que otras historias vendrían....
Me gustaría que me propongan ideas sobre qué escribir... las fantasías más locas y morbosas que tengan. Besoooossss...
http://www.poringa.net/posts/relatos/3472729/Me-paso-por-calentona.html
Para los que no quieran leerlo, mi nombre es Marina, tengo 35 años, soy de tez blanca y pelo castaño, mido 1,60 y tengo un cuerpo pequeño pero con buena cola y unas tetas que, si bien no son grandes, tienen unos pezones bien marcados.
Al día siguiente de que ese "animal" abusara de mi de esa forma, decidí cerrar la veterinaria por una semana para tomarme vacaciones y, de paso, no cruzarme con él. Al lunes siguiente volví a abrir la veterinaria como un día normal, salvo por los nervios de no saber si Osvaldo iba a venir a trabajar. Pasada media hora de la hora de apertura, el susodicho se presenta a trabajar, saludando de manera casi imperceptible. Se notaba en su forma de actuar que, pasada la calentura de esa noche, por dentro sentía mucha vergüenza o temor por cómo podía llegar a reaccionar yo. Anduvimos toda la mañana cada uno por su lado, hasta que en un momento dado suena el teléfono por un perro que aparentemente estaba muy malherido y requería atención urgente. Era en un barrio difícil, por lo que tuve que romper la incomodidad de la situación con mi empleado y pedirle que me acompañe, a lo que él sólo asintió con la cabeza.
Fuimos en mi auto, obviamente, porque él es bastante limitado en su inteligencia sería imposible que pase un examen de conducción. El camino era largo y ninguno de los emitía palabra, hasta que no aguanté más y le dije "-Querés hablar de lo que pasó?", a lo que él contestó con voz muy temblorosa "-Mmm... mmii... mi papá encontró fotos que te saqué sin que te dieras cuenta esa noche...". En ese momento se me heló la sangre, el papá de Osvaldo y marido de la señora que me dejó la veterinaria como un gesto de bondad era considerado un ogro con todas las letras, un jefe de policía retirado con fama de salvaje, un oso de más de dos metros que más allá de tener cerca de 70 años siempre me había llamado la atención que conservaba un estado físico envidiable.
-"Y qué pasó??? Qué te dijo???", yo había entrado en pánico... "-Dijo algo de que no iba a quedar esto así, pero creo que lo convencí de que no haga ni diga nada...". Obviamente esa respuesta no me tranquilizó ni mucho menos, me quería morir... qué iba a pasar si este hombre hablaba con mi esposo o le mostraba las fotos...
A todo esto manejamos unos minutos más hasta que identificamos la casa a la que teníamos que ir... un rancho de mala muerte que parecía abandonado hacía años. Nos bajamos del auto, aplaudimos porque no había ni timbre y una voz se escucha desde adentro.
"-Por acá, está en esta habitación..."
Pasamos y no había ningún perro, solo un catre inmundo... pero la mayor sorpresa fue que por otra puerta entró el padre de Osvaldo!!!
"-Con vos quería hablar pendeja... para que trajiste al pibe?", dijo don Orlando, padre de mi empleado.
"-Papá, qué hacés? Me dijiste que no ibas a hacer nada!".
Yo me quería morir, esta vez realmente tenía miedo... estaba en el medio de la nada y sentía que nada iba a salir bien. No era nada comparable a lo que había pasado la otra vez, esto era realmente grave. Sentía que debía decir algo... "-Don Orlando, por favor, no me haga nada!"
"-Escuchame pendeja trola, vos te pasaste con el pibe, sabés que es un bruto lerdo y te aprovechaste para cogértelo... ahora vamos a ver qué opina tu marido de esto..."
"-No, por favor... le puedo pagar muy bien, no me haga esto!"
"-Jodete por puta, ahora no hay vuelta atrás."
"-Don Orlando, digame lo que quiera y yo se lo puedo conseguir, tengo mucho dinero... se lo doy todo."
"-Mirá pendeja... te la hago corta, vi las fotos que te sacó el bobo este... me hice varias pajas mirándolas, pero ya estoy grande para eso... ahora me vas a tener que atender a mi..."
En ese momento se me vino el mundo abajo nuevamente, sentía que no tenía alternativa, empecé a llorar histéricamente y atiné a decirle "-No! Por favor! Eso no está bien, no me viol...ughh..." ahí fue cuando don Orlando me propinó un puñetazo en la boca del estómago... Me retorcí del dolor en el piso casi sin poder respirar.
"-Jajaja, que blandita sos nena... en vos está si esa en la única piña que te pego o si querés que te dé una paliza..."
Ahí entendí todo... ese monstruo iba a hacer conmigo lo que quisiera sin que yo pudiera hacer nada.
Me lavantó del piso de los pelos y me revoleó sobre la cama. Osvaldo quiso salir corriendo pero el padre le ordenó que se quede... "-Te voy a mostrar como se hace...", le dijo. Acto seguido, se sacó el cinturón de cuero, le dio una vuelta y me dijo "-Sacate la ropa putita o te hago cagar a cintazos..."
Entre llantos hice lo que me pidió, quedando desnuda en ese rancho espantoso. Don Orlando se sobaba el pene por sobre el pantalón, lo que hizo que se le formara un bulto enorme. Se acercó a mi y me empezó a chupar la boca, metiéndome la lengua hasta el fondo mientras yo seguía llorando. Con una mano me pellizcaba salvajemente los pezones y con la otra me tocaba la vagina, hasta que me metió un dedo casi entero sin siquiera jugar antes, lo que hizo que yo hiciera un pequeño espasmo de dolor... aparentemente le encantó eso a Don Orlando porque se rió y empezó un mete y saca que me hacía doler bastante.
Lo increíble fue que, luego de unos instantes, mi cuerpo empezó a reaccionar y mi vagina e empezó a mojar... Don Orlando se dio cuenta y se empezó a chupar los dedos que se mojaban con mis flujos. Esa escena hizo que en mi cabeza también se active algo que hasta ese momento estaba bloqueado por el miedo. Me di cuenta que después de todo no tenía alternativa, más que intentar disfrutar una situación que era ineludible.
Así fue que con mi mano alcancé a tocar ese bulto... realmente era una cosa impresionante... yo como veterinaria había tocado en alguna oportunidad el pene de algún caballo y esto era algo comparable en grosor. Don Orlando al darse cuenta que yo le quería tocar la verga se puso como loco... me agarró nuevamente por el pelo y me hizo arrodillar... "-Como se ve que la querés, te la voy a presentar... abrime el pantalón y cometela toda, pendeja hija de puta." Obviamente le hice caso, le abrí el botón y el cierre del pantalón con mucha dificultad porque el pene le estallaba. Cuando logré zafar el botón, la verga salió despedida hacia afuera y me pegó en la cara como un puñetazo... Don Orlando sólo rió mientras yo tomaba su miembro con las dos manos y me metí como pude el glande en la boca, para luego sacarlo y empezar más que nada a lamer la cabeza gigante de esa verga. Mientras estaba en esa tarea me acordé que Osvaldo también estaba en la habitación y giré mis ojos para verlo... ese bruto pasó de estar sorprendido a estar haciéndose la paja de su vida. Orlando me tomó por la nuca y me la metió por la fuerza hasta la garganta sin dejarme respirar, a lo que yo hice fuerza hacia atrás pero no me dejó salir por mucho tiempo, hasta que cuando ya estaba por desmayarme me soltó entre risas.
Luego de unos minutos de estar mamándole la verga a Don Orlando, momentos en los cuales le lamía la cabeza, le amasaba los huevos, se la succionaba toda, me la pasaba por toda la cara llena de una mezcla de saliva y flujos preseminales, se la escupía, etc, etc... el viejo me hizo dar vuelta y me puso en posición de perrito... me empezó a pasar la punta del pene por mi concha que estaba empapada en ese momento, y me la movía desde ahí hasta el culo, cosa que me dio bastante miedo, porque si me la ponía por ahí me iba a partir en dos. Luego empezó a trabajar hasta que me la metió en la conchita... ya ahí me hizo ver las estrellas, sentí la cabeza de esa pija inmensa abrirse paso en mi concha, me sentí llena. Don Orlando por suerte empezó de a poco, pero agarró ritmo enseguida y me empezó a coger con unas embestidas como de toro, era una mezcla de dolor y placer indescriptible en la que yo estaba como en las nubes... en ese momento no me importaba nada, salvo recibir esa verga adentro mio. En ese momento me volví a acordar de Osvaldo y lo miré... se seguía haciendo la paja pero yo estaba tan caliente que lo miraba fijo a los ojos y le abría la boca sacando la lengua como pidiéndole pija. Cuando Don Orlando advirtió esa situación me pegó una cachetada en la cara que realmente me dolió, y luego otra más... "-No te alcanza con mi verga, puta viciosa?", y acto seguido me sacó la verga de la concha y me la puso en la entrada del culo haciéndome asustar mucho... "-Nooo... por favor noooo, nunca lo hice por ahí, me va a lastimarrrrrr... aaaaaggghhhhh... aaaaaaa...", y en ese momento fue cuando me empezó a penetrar con todas las fuerzas el culo.
Realmente pensé que eso me iba a dejar malherida, pero con el pasar del tiempo pude darme cuenta que el ano se fue acostumbrando y empecé a disfrutar nuevamente. Don Orlando en ese momento lo llama a Osvaldo y le dice que se acueste boca arriba si me quiere cojer, cosa que el bruto obedece sin chistar. El viejo me saca su verga del culo por un momento y me hace parar adelante de ellos dos para exponerme como la puta que querían que fuera. Me hace dar un par de vueltitas y desfilar mientras los dos se agarraban sus enormes penes y, acto seguido, me hace señas para que me siente sobre la pija de su hijo. Hice lo que me dijo, sentándome sobre ese enorme poste de carne que estaba durísimo y empezando a cabalgar sobre ese idiota que desde lo que había pasado detestaba, él bruto me agarraba las tetas con desesperación, y me pellizcaba los pezones muy fuerte. Mientras estaba haciendo eso pierdo de vista a Don Orlando, para luego volver a verlo que estaba hurgando en mi bolso y sacando mis cosas personales, especialmente una foto en la que estaba yo embarazada de 9 meses junto con mi marido. "-Aaaahhhh, pero que linda puta preñada eras... si te hubiera tenido a mano en ese momento te hubiera roto el culo mucho antes... como me calentaría cogerte por el culo y acabarte en la cara...", parecía que el ver esa foto lo había potenciado, porque se subió por detrás mio y me puso nuevamente el pene en la puerta del culo. "-Nooo, los dos a la vez nooo, por favor...!!!", "-Quedate tranquila que te vamos a tratar bien...", dijo, y me volvió a penetrar con todas sus fuerzas. En ese momento sentí que me desmayaba y me desplomé sobre Osvaldo, pero sin perder la consciencia. Sentía a esas dos bestias violarme por todos lados pero yo no podía (o no quería) hacer nada, no me podía mover, mi cuerpo estaba como desconectado de la mente. Me estaban haciendo lo que ellos querían sin tener el más mínimo gesto de defensa por mi parte, probablemente mi cuerpo no respondía porque mi mente estaba extasiada, y el tenerme prácticamente inerte parece que los excitaba más porque me daban cada vez con más brutalidad.
Luego de un par de minutos en ese estado, recobré mi movilidad y de qué manera... un cosquilleo me vino desde los pies y en el momento en que llegó a la altura de mi cintura tuve el orgasmo más intenso de mi vida, sentía como los flujos vaginales se escurrían por los costados de la pija de Osvaldo y empecé a gritar desaforada "-Hijos de puta me están violando y estoy acabando como nunca... quiero que me llenen de leche! Dejenme preñada por puta!". Ni bien termino de decir eso veo como el bruto más joven empieza a poner una cara rara y me aprieta fuertísimo las tetas "-Aaaaaahhhh, toma toda la leche hija de puta..." y sentí como mi concha se inundaba de la leche más caliente que había sentido, eran cantidades enormes que yo podía imaginar llenando cada lugar de adentro de mi cuerpo y escurriendo por sobre sus huevos a medida que se escapaba de mi vagina. Estuvo un par de minutos cogiéndome después de haber acabado y mientras yo tenía la verga de su padre bombeando dentro de mi culo.
Luego de ese momento, Don Orlando me saca su pija del culo y me saca de los pelos de sobre la verga de su hijo, haciendo que la leche que tenía adentro le caiga sobre el estómago. Me pide que sostenga la foto de mi marido y yo preñada con mi mano cerca de mi cara mientras él se pajeaba... además me pidió que me saque mi anillo de casada y me lo meta en la boca. Yo no podía hacer otra cosa que lo que me pedía, por más raro que me pareciera, por lo que lo hice y abrí la boca sacando la lengua para que lo vea. En ese momento se empezó a masturbar con más fuerza hasta que gritó "-Tomá hija de mil putas, pendeja puta, tomate toda mi leche...!" y empezó a largar chorros de semen que me inundaron la boca, junto con el anillo, otros chorros cayeron sobre mis mejillas, sobre mi pelo, sobre mis tetas, sobre todos lados, incluso sobre la foto. "Ahora sacate el anillo y ponetelo lleno de leche así podés tragártela toda...". Le obedecí al pie de la letra, tragando hasta la última gota de leche... me dieron arcadas porque nunca lo había hecho, a lo que padre e hijo se rieron disfrutando de cómo me habían humillado.
Luego de todo esto me pude volver a vestir y, cuando estaba por salir de la casa, Don Orlando me despide con un beso con lengua y me dice "-Pendejita sos hermosa y muy puta, me hiciste calentar mucho... pero esto no va a quedar acá... vas a ver lo perverso y morboso que puedo ser!" y me pegó una cachetada en la cola con todas sus fuerzas.
En el trayecto a casa no podía dejar de pensar en lo último que me había dicho, me dejó una rara sensación entre miedo y excitación. Al llegar a casa por suerte mi marido no estaba y yo, casi sin fuerzas, me pude dar un baño y me fui a dormir. Sabía que otras historias vendrían....
Me gustaría que me propongan ideas sobre qué escribir... las fantasías más locas y morbosas que tengan. Besoooossss...
13 comentarios - Se aprovecharon de mi...
que morbo
me re calento!!