“Estoy en casa, sola y muy caliente, venís? Te espero….”
Así empecé la semana, recibiendo un lunes a las 9 am, ese mensaje.
Llegué a la puerta de su casa en menos de diez minutos, habiendo comprado forros en el camino. Cuando apagué el auto, me puse a pensar dos segundos, si lo que iba a hacer estaba bien. Ella está casada y tiene dos hijos. En ese horario, los chicos ya estaban en la escuela y jardín, y el marido trabajando.
Dos segundos solamente me tomó decidirme a tocar timbre, si a ella no le importaba, a mi menos.
La causalidad dictaminó que esa semana yo estaba de vacaciones.
Toqué timbre, a esa hora afortunadamente en la cuadra de su casa, no había nadie, estaba todo desierto, no vaya a ser cosa que alguien me vea entrar….
Voy!! - se escuchó de adentro
En menos de diez segundos ella abrió la puerta y después la reja, no me miró a los ojos en ningún momento, hasta que pasé y me dio un beso en la mejilla, como si fuera un conocido cualquiera.
Cuando pasé y cerró la puerta, me empujó contra la pared como una desquiciada, se arrodilló bruscamente, y con suma rapidez me desabrochó el pantalón y bajó el boxer, mi pija media muerta salió de golpe, y ella se la metió en la boca, entera, sin siquiera tocarla. Le entró toda, justamente porque estaba media dormida todavía. No tardó mucho en despertarse. En tres o cuatro chupadas sentí como se iba parando y poniendo dura en su boca. Ella ya no podía tenerla entera adentro, y la dureza que iba ganando la fue alejando de mi pelvis.
Con los pantalones en los tobillos ya, tomó mi verga por la base con su mano derecha, y con la otra me acariciaba los huevos. Agarrándola firmemente desde el tronco, se la empujaba hasta que le hacía tope en la garganta. Abría la boca, cerraba con fuerzas los ojos, e intentaba tragar todo lo que podía. Se ahogaba. Le daban arcadas. Salía de golpe y quedaban hilitos de baba colgando entre su boca y la cabeza de mi chota. Su respiración era agitada. Vi caer algunas lágrimas de sus ojos. Pero nada de eso le importó, ni la detuvo. Siguió intentando tragarsela toda. Yo, inmóvil, la dejé hacer.
Agghh que rico! - decía cuando la largaba dos segundos para respirar….
Que hijo de puta! Me la quiero comer toda y no me entra en la boca! Es muy ancha! - me quería explicar, aunque no necesitaba explicación yo….
Tenías hambre de pija? - le pregunté
Seeeeee glup glup glup….
Se levantó rápido, me besó con los labios y la cara toda ensalivada, y sin soltarme la verga me llevó hasta la habitación. Me empujó indicándome que me siente en el borde de la cama. Me sacó la remera, y me arrancó prácticamente el pantalón y el boxer juntos. Se volvió a arrodillar entre mis piernas y pajeandome la chota con una mano, se comió mis huevos. Los lamió y chupó pasándoselos por toda la cara. Me miraba desde abajo con una carita de putita terrible. Yo semi sentado en el borde de la cama, disfrutaba todo el placer que me daba.
Ahora me vas a coger guacho….
Se levantó y se desvistió completamente, tan rápido, que no pude ver ni que color de tanga tenía puesta. Le pedí que me alcance los preservativos, y me coloqué uno, mientras ella se tocaba suavecito los pechos. Una vez terminado de desenrollar el forro, me empujó suavecito para atrás hasta recostarme completamente sobre la cama, y colocando una rodilla a cada lado mío, se subió encima. Guié la punta de la verga a la entrada de su argolla. Ella, despacito, cm a cm se la fue enterrando solita. Su concha era un mar de flujo caliente, que abrigaba mi pija y la presionaba. Yo la sentía muy apretada. Ella cerraba los ojitos y respiraba hacia el cielo cada vez que yo entraba un poquito más en su interior. Hasta que hizo tope contra mi cuerpo. Su pelvis contra la mía estuvieron unos segundos en contacto. Su concha de a poquito se iba acostumbrando a mi verga.
Que linda pija tenés… ancha… dura…. Te siento bien adentro mío… me abriste despacito, pero completa…
Se siente muy bien, muy calentito….
Despacio se empezó a mover, primero de adelante hacia atrás, después, arriba y abajo. Cada vez que llegaba hasta el fondo, exhalaba fuertemente. Se ve que le gustaba y la estaba pasando bien. Cuando aumentó un poco el ritmo, las penetraciones eran más veloces. Se vió obligada a tirarse un poco para adelante, apoyando las manos a los costados de mi cabeza, para poder cabalgar con un ritmo casi frenético. Sentía como se tragaba la pija entera, pero a su vez sentía su clítoris rozar contra mi pelvis. Sus jadeos ya eran descomunales. Tiró su cabeza hacia atrás cuando le apreté suavemente los pechos, y jugué con sus pezones.
Ay si! Cogeme asi! Dale!
Traté de contenerme, pero no pude hacerlo por mucho tiempo…. Y acabé…. Levanté mi pelvis empujando contra la suya, y largué toda mi leche dentro del forro. Mis espasmos fueron muy fuertes, un gran orgasmo me había sacudido.
Ella se dió cuenta, tuve que bajar el ritmo, y eso la desconcentró. Creo que le corté el polvo. Me miró fijo. Cuando mis pulsaciones bajaron un poco, se desmontó de arriba mío y se acostó sobre la cama boca arriba.
Me fui al baño a sacarme el forro y tirarlo. Cuando volví a la habitación, la vi recostada, con los ojos cerrados, una mano en su pecho, y la otra masajeando el clítoris fuertemente. Me tenté y me zambullí entre sus piernas. Le saqué la mano, y me puse a comerle la concha con toda celeridad. Me agarró de la cabeza y me empujó fuerte. Con una mano le empecé a tocar su pecho, el mismo que ella se estaba tocando. Con la otra, la penetré primero con un dedo, y luego con dos, buscando su punto g. Los movimientos que hacía con su cadera, me daban la señal de que estaba por buen camino. Y así fue. Ahora ella tuvo su orgasmo. Una acabada fenomenal, que tembló hasta el último músculo de su cuerpo. Sentí mis dedos humedecerse como nunca antes había sentido. Mi boca recibió un líquido que no había probado jamás. Su cuerpo tardó unos minutos en dejar de temblar, a la vez que me tomó de los pelos y me alejó de su concha para que deje de comerla.
Mientras ella bajaba un poco sus revoluciones, busqué otro preservativo y me lo puse. Mi pija estaba al palo de nuevo, y hasta latía. Me arrodillé entre sus piernas, y le refregué un poco la chota por entre sus labios. Pegaba pequeños saltitos cuando rozaba su botoncito. Hasta que la penetré nuevamente. Entró de una, fácilmente, hasta el fondo, y la empecé a coger de nuevo. Movía mis caderas adelante y atrás, logrando que mi pija entre y salga de ella con cierto ritmo.
Uffff que lindo esto! - me dijo
Te gusta? Ahora viene lo mejor….
Le separé las piernas, tomándolas de la parte de atrás de las rodillas, y abrí lo más que pude. Me incliné hacia adelante, y la penetré hasta el fondo. Sentí como la punta de la chota pegó contra el cuello de su útero. Y como un salvaje, la empecé a coger furiosamente.
Los ruidos de mi pelvis chocando contra su concha inundada de flujo eran fantásticos. Y no tardó en tener su segundo orgasmo. Un poco menos intenso que el primero, pero igual de placentero.
Siiiiiiiiiii que lindooooooooo!!!! Hijo de puta!!! Acabé de nuevo!!!
Muy bien putita, eso quería! Que vuelvas a acabar!
Ufffff seeeee cogeme cogeme cogeme!!!
Salí de adentro suyo, y la hice dar vuelta. Por primera vez pude apreciar su cola. Esa cola que siempre me volvió loco, ahora la tenía delante mío. Completamente entregada a mi, me enterré en ella. Manoseé, apretujé, besé, mordisqueé esos cachetes como si fuera lo último que iba a hacer en mi vida. Una cola redonda, carnosa, voluptuosa y paradita, que merecía toda mi atención. Separé un poco sus nalgas, y me encontré con el agujerito de su culo. Mi cara se enterró en esa zanja, y con mi lengua recorrí suavemente contorno hasta lograr penetrarlo un poquito.
La hice levantar apenas, quedando en cuatro patas. Apunté la pija hacia su concha nuevamente y la volví a enterrar.
agggghhhh que lindo!
Seee me encanta!!!
La tomé de sus caderas y la hacía chocar contra mi, haciendo que todo su cuerpo se mueva. Mi poronga estaba al re contra palo, y se deslizaba dentro suyo con total libertad.
Por momentos la hacía mover a ella, y yo me quedaba quieto. Y por momento la dejaba a ella quietita, y me movía yo.
Pude aguantar un rato, precisamente, hasta que ella apoyó su cara y su pecho en la cama, dejando su cola a mi merced. Me quemó la cabeza. Me terminó de prender fuego cuando sentí que pasó su mano derecha por entre su cuerpo y la cama, llegando a tocar su propia concha, y también mis huevos. Despacito se acarició el clítoris.
Dale dale! Cogeme fuerte! Voy a acabar de nuevo! - me dijo
Si putita! Dale, acabame! Que yo también te voy a acabar!
Un par de embestidas más, y acabó ella. Mientras duraba su orgasmo, llegó el mío. Empujando hasta el fondo la pija, la volví a llenar de leche, forro de por medio. Ella con la concha no se que hacía, pero me exprimió todo lo que pudo. Sentía como me apretaba la pija con los músculos internos de su argolla.
Caímos rendidos los dos en la cama, abotonados todavía. Me moví un poco, y terminé de salir. Mi pija de a poco fue bajando, y el forro casi que se sale solo.
Cuando bajamos las revoluciones los dos, y nuestra respiración se calmó un poco, me invitó a ducharme con ella.
El agua tibia y la espuma del jabón me permitieron recorrer todo su cuerpo con una suavidad extrema. Disfruté enjabonar su espalda, sus pechos, su pancita, su terrible cola, y todo el largo de sus piernas. Luego la enjuagué y nos besamos. Ella tomó la posta y me enjabonó a mi. Se entretuvo un rato con mi pija, que tímidamente volvió a recuperar cierta firmeza. Me enjuagué y ella me siguió pajeando.
Ahora me toca a mi hacerte acabar con la boca….. - dijo
Acto seguido se agachó y me empezó a chupar la pija de nuevo. Me acomodé de forma tal que la lluvia de la ducha no le de en la cara. Ella seguía chupando y chupando, mientras me pajeaba con una mano.
Me querés hacer acabar? -le dije
Asintió con un gesto porque no me soltó ni se sacó la pija de la boca en ningún momento.
Yo te voy a ayudar
Le agarré la otra mano, y le dije que me pajee con las dos juntas, mientras me la chupaba. Entendió perfectamente. Me pajeaba a dos manos, haciendo unos movimientos espectaculares, y sin sacarse la verga de la boca, que me daba escalofríos.
Se me aflojaron las piernas cuando me miró a los ojos, con esa carita de bebota y puta que pone cuando esta caliente, y le avisé que me venía. Siguió como si no le hubiera dicho nada. Cuando el orgasmo llegó con todas sus fuerzas, no lo pude contener, y me tembló ahora a mi todo el cuerpo. Ella lo notó, y succionó con todas sus fuerzas, a la vez que con las manos me exprimía desde la base hacia la punta de la chota. Apenas si salieron unas gotas de leche….
Me recuperé un poco, cerramos la ducha, y salimos. Ella me secó a mi, y yo a ella.
Sentado en la cama, disfruté viendo cómo se vestía. Mientras se fue a preparar el mate, me vestí yo. Tomamos unos mates y me fui, totalmente relajado y extasiado.
“Me encantó la cogida que me pegaste, pero sabé que ahora estoy más caliente que antes….”
“Otro día la seguimos, guardame lechita… muak”
Esos dos mensajes que recibí apenas me fui de su casa, me terminaron de volar la cabeza. Llegué a casa y me tuve que clavar una paja yo.
Cómo me calienta esa putita pervertida… la voy a seguir cogiendo todas las veces que me lo pida...
Así empecé la semana, recibiendo un lunes a las 9 am, ese mensaje.
Llegué a la puerta de su casa en menos de diez minutos, habiendo comprado forros en el camino. Cuando apagué el auto, me puse a pensar dos segundos, si lo que iba a hacer estaba bien. Ella está casada y tiene dos hijos. En ese horario, los chicos ya estaban en la escuela y jardín, y el marido trabajando.
Dos segundos solamente me tomó decidirme a tocar timbre, si a ella no le importaba, a mi menos.
La causalidad dictaminó que esa semana yo estaba de vacaciones.
Toqué timbre, a esa hora afortunadamente en la cuadra de su casa, no había nadie, estaba todo desierto, no vaya a ser cosa que alguien me vea entrar….
Voy!! - se escuchó de adentro
En menos de diez segundos ella abrió la puerta y después la reja, no me miró a los ojos en ningún momento, hasta que pasé y me dio un beso en la mejilla, como si fuera un conocido cualquiera.
Cuando pasé y cerró la puerta, me empujó contra la pared como una desquiciada, se arrodilló bruscamente, y con suma rapidez me desabrochó el pantalón y bajó el boxer, mi pija media muerta salió de golpe, y ella se la metió en la boca, entera, sin siquiera tocarla. Le entró toda, justamente porque estaba media dormida todavía. No tardó mucho en despertarse. En tres o cuatro chupadas sentí como se iba parando y poniendo dura en su boca. Ella ya no podía tenerla entera adentro, y la dureza que iba ganando la fue alejando de mi pelvis.
Con los pantalones en los tobillos ya, tomó mi verga por la base con su mano derecha, y con la otra me acariciaba los huevos. Agarrándola firmemente desde el tronco, se la empujaba hasta que le hacía tope en la garganta. Abría la boca, cerraba con fuerzas los ojos, e intentaba tragar todo lo que podía. Se ahogaba. Le daban arcadas. Salía de golpe y quedaban hilitos de baba colgando entre su boca y la cabeza de mi chota. Su respiración era agitada. Vi caer algunas lágrimas de sus ojos. Pero nada de eso le importó, ni la detuvo. Siguió intentando tragarsela toda. Yo, inmóvil, la dejé hacer.
Agghh que rico! - decía cuando la largaba dos segundos para respirar….
Que hijo de puta! Me la quiero comer toda y no me entra en la boca! Es muy ancha! - me quería explicar, aunque no necesitaba explicación yo….
Tenías hambre de pija? - le pregunté
Seeeeee glup glup glup….
Se levantó rápido, me besó con los labios y la cara toda ensalivada, y sin soltarme la verga me llevó hasta la habitación. Me empujó indicándome que me siente en el borde de la cama. Me sacó la remera, y me arrancó prácticamente el pantalón y el boxer juntos. Se volvió a arrodillar entre mis piernas y pajeandome la chota con una mano, se comió mis huevos. Los lamió y chupó pasándoselos por toda la cara. Me miraba desde abajo con una carita de putita terrible. Yo semi sentado en el borde de la cama, disfrutaba todo el placer que me daba.
Ahora me vas a coger guacho….
Se levantó y se desvistió completamente, tan rápido, que no pude ver ni que color de tanga tenía puesta. Le pedí que me alcance los preservativos, y me coloqué uno, mientras ella se tocaba suavecito los pechos. Una vez terminado de desenrollar el forro, me empujó suavecito para atrás hasta recostarme completamente sobre la cama, y colocando una rodilla a cada lado mío, se subió encima. Guié la punta de la verga a la entrada de su argolla. Ella, despacito, cm a cm se la fue enterrando solita. Su concha era un mar de flujo caliente, que abrigaba mi pija y la presionaba. Yo la sentía muy apretada. Ella cerraba los ojitos y respiraba hacia el cielo cada vez que yo entraba un poquito más en su interior. Hasta que hizo tope contra mi cuerpo. Su pelvis contra la mía estuvieron unos segundos en contacto. Su concha de a poquito se iba acostumbrando a mi verga.
Que linda pija tenés… ancha… dura…. Te siento bien adentro mío… me abriste despacito, pero completa…
Se siente muy bien, muy calentito….
Despacio se empezó a mover, primero de adelante hacia atrás, después, arriba y abajo. Cada vez que llegaba hasta el fondo, exhalaba fuertemente. Se ve que le gustaba y la estaba pasando bien. Cuando aumentó un poco el ritmo, las penetraciones eran más veloces. Se vió obligada a tirarse un poco para adelante, apoyando las manos a los costados de mi cabeza, para poder cabalgar con un ritmo casi frenético. Sentía como se tragaba la pija entera, pero a su vez sentía su clítoris rozar contra mi pelvis. Sus jadeos ya eran descomunales. Tiró su cabeza hacia atrás cuando le apreté suavemente los pechos, y jugué con sus pezones.
Ay si! Cogeme asi! Dale!
Traté de contenerme, pero no pude hacerlo por mucho tiempo…. Y acabé…. Levanté mi pelvis empujando contra la suya, y largué toda mi leche dentro del forro. Mis espasmos fueron muy fuertes, un gran orgasmo me había sacudido.
Ella se dió cuenta, tuve que bajar el ritmo, y eso la desconcentró. Creo que le corté el polvo. Me miró fijo. Cuando mis pulsaciones bajaron un poco, se desmontó de arriba mío y se acostó sobre la cama boca arriba.
Me fui al baño a sacarme el forro y tirarlo. Cuando volví a la habitación, la vi recostada, con los ojos cerrados, una mano en su pecho, y la otra masajeando el clítoris fuertemente. Me tenté y me zambullí entre sus piernas. Le saqué la mano, y me puse a comerle la concha con toda celeridad. Me agarró de la cabeza y me empujó fuerte. Con una mano le empecé a tocar su pecho, el mismo que ella se estaba tocando. Con la otra, la penetré primero con un dedo, y luego con dos, buscando su punto g. Los movimientos que hacía con su cadera, me daban la señal de que estaba por buen camino. Y así fue. Ahora ella tuvo su orgasmo. Una acabada fenomenal, que tembló hasta el último músculo de su cuerpo. Sentí mis dedos humedecerse como nunca antes había sentido. Mi boca recibió un líquido que no había probado jamás. Su cuerpo tardó unos minutos en dejar de temblar, a la vez que me tomó de los pelos y me alejó de su concha para que deje de comerla.
Mientras ella bajaba un poco sus revoluciones, busqué otro preservativo y me lo puse. Mi pija estaba al palo de nuevo, y hasta latía. Me arrodillé entre sus piernas, y le refregué un poco la chota por entre sus labios. Pegaba pequeños saltitos cuando rozaba su botoncito. Hasta que la penetré nuevamente. Entró de una, fácilmente, hasta el fondo, y la empecé a coger de nuevo. Movía mis caderas adelante y atrás, logrando que mi pija entre y salga de ella con cierto ritmo.
Uffff que lindo esto! - me dijo
Te gusta? Ahora viene lo mejor….
Le separé las piernas, tomándolas de la parte de atrás de las rodillas, y abrí lo más que pude. Me incliné hacia adelante, y la penetré hasta el fondo. Sentí como la punta de la chota pegó contra el cuello de su útero. Y como un salvaje, la empecé a coger furiosamente.
Los ruidos de mi pelvis chocando contra su concha inundada de flujo eran fantásticos. Y no tardó en tener su segundo orgasmo. Un poco menos intenso que el primero, pero igual de placentero.
Siiiiiiiiiii que lindooooooooo!!!! Hijo de puta!!! Acabé de nuevo!!!
Muy bien putita, eso quería! Que vuelvas a acabar!
Ufffff seeeee cogeme cogeme cogeme!!!
Salí de adentro suyo, y la hice dar vuelta. Por primera vez pude apreciar su cola. Esa cola que siempre me volvió loco, ahora la tenía delante mío. Completamente entregada a mi, me enterré en ella. Manoseé, apretujé, besé, mordisqueé esos cachetes como si fuera lo último que iba a hacer en mi vida. Una cola redonda, carnosa, voluptuosa y paradita, que merecía toda mi atención. Separé un poco sus nalgas, y me encontré con el agujerito de su culo. Mi cara se enterró en esa zanja, y con mi lengua recorrí suavemente contorno hasta lograr penetrarlo un poquito.
La hice levantar apenas, quedando en cuatro patas. Apunté la pija hacia su concha nuevamente y la volví a enterrar.
agggghhhh que lindo!
Seee me encanta!!!
La tomé de sus caderas y la hacía chocar contra mi, haciendo que todo su cuerpo se mueva. Mi poronga estaba al re contra palo, y se deslizaba dentro suyo con total libertad.
Por momentos la hacía mover a ella, y yo me quedaba quieto. Y por momento la dejaba a ella quietita, y me movía yo.
Pude aguantar un rato, precisamente, hasta que ella apoyó su cara y su pecho en la cama, dejando su cola a mi merced. Me quemó la cabeza. Me terminó de prender fuego cuando sentí que pasó su mano derecha por entre su cuerpo y la cama, llegando a tocar su propia concha, y también mis huevos. Despacito se acarició el clítoris.
Dale dale! Cogeme fuerte! Voy a acabar de nuevo! - me dijo
Si putita! Dale, acabame! Que yo también te voy a acabar!
Un par de embestidas más, y acabó ella. Mientras duraba su orgasmo, llegó el mío. Empujando hasta el fondo la pija, la volví a llenar de leche, forro de por medio. Ella con la concha no se que hacía, pero me exprimió todo lo que pudo. Sentía como me apretaba la pija con los músculos internos de su argolla.
Caímos rendidos los dos en la cama, abotonados todavía. Me moví un poco, y terminé de salir. Mi pija de a poco fue bajando, y el forro casi que se sale solo.
Cuando bajamos las revoluciones los dos, y nuestra respiración se calmó un poco, me invitó a ducharme con ella.
El agua tibia y la espuma del jabón me permitieron recorrer todo su cuerpo con una suavidad extrema. Disfruté enjabonar su espalda, sus pechos, su pancita, su terrible cola, y todo el largo de sus piernas. Luego la enjuagué y nos besamos. Ella tomó la posta y me enjabonó a mi. Se entretuvo un rato con mi pija, que tímidamente volvió a recuperar cierta firmeza. Me enjuagué y ella me siguió pajeando.
Ahora me toca a mi hacerte acabar con la boca….. - dijo
Acto seguido se agachó y me empezó a chupar la pija de nuevo. Me acomodé de forma tal que la lluvia de la ducha no le de en la cara. Ella seguía chupando y chupando, mientras me pajeaba con una mano.
Me querés hacer acabar? -le dije
Asintió con un gesto porque no me soltó ni se sacó la pija de la boca en ningún momento.
Yo te voy a ayudar
Le agarré la otra mano, y le dije que me pajee con las dos juntas, mientras me la chupaba. Entendió perfectamente. Me pajeaba a dos manos, haciendo unos movimientos espectaculares, y sin sacarse la verga de la boca, que me daba escalofríos.
Se me aflojaron las piernas cuando me miró a los ojos, con esa carita de bebota y puta que pone cuando esta caliente, y le avisé que me venía. Siguió como si no le hubiera dicho nada. Cuando el orgasmo llegó con todas sus fuerzas, no lo pude contener, y me tembló ahora a mi todo el cuerpo. Ella lo notó, y succionó con todas sus fuerzas, a la vez que con las manos me exprimía desde la base hacia la punta de la chota. Apenas si salieron unas gotas de leche….
Me recuperé un poco, cerramos la ducha, y salimos. Ella me secó a mi, y yo a ella.
Sentado en la cama, disfruté viendo cómo se vestía. Mientras se fue a preparar el mate, me vestí yo. Tomamos unos mates y me fui, totalmente relajado y extasiado.
“Me encantó la cogida que me pegaste, pero sabé que ahora estoy más caliente que antes….”
“Otro día la seguimos, guardame lechita… muak”
Esos dos mensajes que recibí apenas me fui de su casa, me terminaron de volar la cabeza. Llegué a casa y me tuve que clavar una paja yo.
Cómo me calienta esa putita pervertida… la voy a seguir cogiendo todas las veces que me lo pida...
3 comentarios - Así se empieza un lunes