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Estertores volcánicos

-¿No me dijiste que era una diosa? ¡Entonces quiero mi ofrenda!


-¿Qué ofrenda puedo darte yo, que soy un hombre grande?


-¿Y quien te dijo a vos que no me gustan los hombres grandes?


Y así, pidió, sugirió y rogó que relatara cómo fue que esos ojos negros profundos me prendieron fuego, despertaron en mi cuerpo las palpitaciones que creía haber perdido en el camino de la vida, hicieron fluir la sangre por lugares que creía obligados, e hicieron explotar las sensaciones que sólo recordaba haber experimentado hacía mucho tiempo atrás. 


Primero fueron las fotos, sugerentes, mirándome a los ojos, en realidad, mirando la lente del celular que la retrataba. Y luego, la ropa que poco a poco iba encontrando el lugar que le correspondía, es decir, en el suelo, lejos de su piel. 









Estertores volcánicos





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Y después las caricias, las que, esas sí, no había olvidado dar. Recorriéndola palmo a palmo, centímetro a centímetro, haciéndola vibrar, temblar, sentir, despertando su torrente, arrancándole gemidos dulces al principios, y desgarradores después.


Porque así fueron avanzando mis caricias, un roce, un temblor, una caricia, un gemido dulce, mis dedos hundiéndose en su carne, un gemido desgarrador. Ningún placer más intenso que el de sentir en mis manos el calor de la carne, la lubricidad de sus jugos, las palpitaciones de su cuerpo.


Sentir el poder en mis manos, de que, a cada movimiento, un estertor, un gemido, una oleada de placer, hasta llegar a una meseta, una meseta que yo conozco, y que sé bien como elevarme aun más: acompañando mis roces, caricias y penetraciones con mi boca. 


Primero rodeando el pequeño centro del placer, sin tocarlo. Jugar a hacer círculos concéntricos a su alrededor, hasta casi sin querer, rozarlo una vez. Y sentir la contorsión del cuerpo que desea, y entonces sí, hacer círculos con la punta de la lengua sobre el clítoris, cada vez más ligeros, ascendiendo en el ritmo, hasta cubrirlo con los labios, haciendo una O, y cerrándola, hasta aprisionarlo y chupar, y sentir el orgasmo en el vientre, en las manos de la morocha preciosa, que es una diosa, que me sostiene para que no me detenga, en mis dedos que son apretados por las cavernas de sus profunidades, y por sus nalgas, que se vuelven de piedra.


En definitiva, por su pelvis, que se aprieta sobre mi cara, y un infinito orgasmo que atraviesa por su cuerpo. Y la sonrisa pícara como premio, y los ojos negros que brillan, prometiéndome mi recompensa que no tardará en llegar una vez se reponga del éxtasis.











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Porque me agarra del hombro, me hace sentar en el sillón, y me agarra de las manos, para que las deje quietas… y tras desvestirme, se frota en mi pija, haciéndome sentir todo el calor de lo que recién había ocurrido.









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Y cuando mi cuerpo floreció, y ya no soportó más frotarse sobre las carnes de la diosa, buscó hacer lo que naturalmente tiene que hacer una pija dura: penetrar. Penetrar hasta las profundidades de la carne, rozando con su cilindro caliente todo el interior de la caverna, y arrancar nuevos gemidos, más intensos, más hermosos. Música de su cuerpo, pero también del mío. 


Me miró a los ojos y se dio cuenta que yo ya no estaba allí, sino que mi mente volaba por el baile de los cuerpos, y de un solo movimiento salió de arriba mío, dejando la cabalgadura sensual que me tenía obnubilado y se arrodilló frente a mi.


No tuvo que hacer demasiado. 


Apenas si agarrar del tronco mi pene enhiesto, agarrarlo firme, y rodear con sus labios mi glande palpitante, y dejar brotar, desde el centro de mi ser, la leche infinita de tres, cuatro, diez estertores.



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A @Ruiz341 que aparece y desaparece

8 comentarios - Estertores volcánicos

Lady_GodivaII +1
muy bueno!
VoyeaurXVII +1
qué lindo recibir su regalo cada tanto!
me gusta que le guste!!!
inksane +1
Genial relato!
VoyeaurXVII
muchas gracias!!!
VoyeaurXVII
muchas gracias!!!
masitasexxx +1
Muy bueno!!!
Y ni hablar de lo buena que está la morocha!
VoyeaurXVII +1
gracias!
la morocha no me pertenece!
mdqpablo +1
hermoso relato .y preciosa mujer
VoyeaurXVII
gracias querido! por el relato, la mujer no es mía.
BirreinadelSur +1
Cuánta inspiración!! cuánto ardor!!
VoyeaurXVII
jajajaja! qué linda que sos!
Pervberto +1
Intenso tributo. Ojalá que ayude a que @Ruiz341 permanezca.
VoyeaurXVII +1
chica rara, la Ruiz
Pervberto
¡La rareza es atractiva!