En el primer año de Felina en la universidad, ella quería ir a la fiesta de veteranos, pensando que sería divertido. Pero no sabía que ninguna chica fuera nunca. Llevaba un pequeño bikini nuevo y le encantaba la atención que despertaba en el Campus deportivo.
En la fiesta, al principio era solo el director técnico del club, él que la desnudó, pero una vez que comenzaron a garchar, vio que se formaba una multitud. Ella vio, uno y luego dos y cuatro y luego perdió la cuenta. Se alinearon en busca de un agujero y gritaron a continuación mientras se batían por un lugar en ella.
Algunos estudiantes de primer año de la universidad, eran sus propios compañeros de cursada, al azar Felina fue todo lo que vio. Hasta que el siguiente tipo que entró en la fila, era su hermano. Su vacilación solo fue tomada como un susto, pero su poronga estaba igual de dura que la de los demás. Y él era el siguiente, así que Leo, su hermano empujó hacia adelante y adentro.
Al principio trataron de no mirarse, luego ella se encegueció. Iba a correrse y él iba a hacerlo también. Con cada empuje, ella gemía más fuerte.
Los muchachos también sabían que algo había cambiado. Ella lo conducía más duro, más intenso, más dispuesta, más sexy. Notaron además que ella sabía su nombre; los muchachos retrocedieron para mirar. Parecían nacidos para esto, "Joder compañeros, es mi hermano mayor", gritó. La multitud jadeó. Su ritmo no se detuvo.
Concluyendo, tomó confianza al final y se vino, acabó. Ella se acercó a su verga mientras él la sacudía.
Su semen rezumando fuera de ella. Los compañeros se alejaron exclamando ¡Cómo pudiste! Murmuraban alejándose de allí. Ella se desmayó luego de aquello.
Él levantó su cuerpo flácido y la llevó a su casa.
Así fue como terminó esa noche, así fue como el conoció parte de la historia de su hermana en el fútbol femenino. Faltaba aún enterarse de todo lo referido a su padre y el acuerdo con el director técnico del club.
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