El Comienzo
Les cuento, mi nombre es Gonzalo, soy un joven de 22 años, estoy estudiando en la Universidad, vivo con mi madre, una señora cincuentona, divorciada, que esta bastante bien, tiene sus candidatos, pero nada formal desde hace ya varios años, y con mi hermana de 23, bonita, lindas formas. Somos una familia normal de situación acomodada, nada del otro mundo pero no pasamos necesidades.
Lo que les voy a relatar a continuación fue como comenzó la relación con mi madre, debo aclarar, que nunca antes de este momento había tenido fantasía alguna con mi madre, ella es de mediana estatura, un cuerpo normal, nada exuberante, nunca provocativa, un cuerpo parejo, no le sobra pero tampoco le falta nada, y como mencione antes, siempre tiene sus candidatos, sale con uno o con otro algún tiempo pero no formaliza con ninguno. Según nos comento en su oportunidad a mi hermana y a mí, que no esta a la búsqueda de marido, que así como esta, está bien.
Bueno, ahora paso a relatarles los hechos de cómo comenzó nuestra relación. Antes tengo que comentar que hace algunos meses estoy saliendo con una chica de la universidad, nada formal, pero en algunas oportunidades tenemos nuestros encuentros amorosos.
Una mañana de sábado me levanto para ir a bañarme y descubro que tengo una comezón importante en la ingle, supuse que luego del baño se iría, pero no fue así. Pensé en visitar a mi padre, para ver si me podía ver y recomendar algo, dado que no lo considere tan importante como para ir al medico, pero recordé que el debía viajar ese fin de semana, por lo que no me quedo otra opción que charlarlo con mi madre.
Al salir del baño, veo que ella ya estaba despierta, pero en la cama aún, como de costumbre ella duerme con un pequeño camisón de satén, con unos finitos breteles que cuando caen son muy sensuales. A continuación yo, cubierto solo con el toallon me acerco al costado de la cama y le comento lo que me ocurría y le pregunto si tenia idea de si había en la casa alguna pomada o algo como para ponerme, a lo que ella me dijo que no sabia pero me pregunta si quiero que me revise. Con un poco de pudor pero ante la molestia constante le digo que si.
Ella, se sienta en el borde de la cama y frente a mí, me dice que me descubra. Yo dudo unos instantes y luego solo corro un poco la toalla con la que me tapaba, a lo que me dice,
- por favor Gonzalo, soy tu madre, mas de una vez te he visto, saca esa toalla,- y con un suave movimiento me la quita, dejándome desnudo parado frente a ella. Note en sus ojos una mirada como de asombro. Aclaro que tengo un miembro de tamaño normal o al menos eso creo.
Miró mi ingle, pero al no poder ver nada, me dijo; - permiso- y con su mano tomo mi miembro y mis testículos y los corrió como para despejar la vista. En este momento y por primera vez, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, lo que siguió fue que mi mente comenzó a elucubrar todo tipo de fantasía, acto seguido comenzó una muy leve erección que trataba de oculta o contrarrestar con pensamientos, pero no logre disimular.
Mi madre me dice, - no logro ver nada, por que no te recuestas así podré tener una mejor vista -, a lo que me tomo de la mano y me dirigió acostándome en la cama. Yo seguía sus movimientos, se puso de rodillas al costado de la cama y me acomodo, me coloco casi en posición ginecológica, con las piernas recogidas y separadas y nuevamente tomo mi pene (ya no tan flácido como al comienzo) y mis testículos y los movió de costado para mirar. Imaginaba la vista que tenía ella en ese momento y más crecía mi erección.
En ese momento mi madre comenta – veo que tienes un pequeño sarpullido aquí, entre la ingle y que baja por tus nalgas, puede ser alguna picadura o solo una reacción alérgica al slip, ¿es de algodón? Me pregunta y yo le contesto – no estoy usando uno de lycra – entonces ella dice – puede ser eso, espera aquí, que voy en busca de una crema que tengo para mi uso intimo, que te puede calmar la picazón –
Ella salio de la habitación y en pocos segundos estaba de regreso con la pomada en sus manos. Dado mi estado de excitación y el tamaño de mi erección, intentaba taparme con las manos, pero mi madre me las tomo y las quito diciendo - sostén tus piernas en alto para que pueda llegar con la pomada y luego veremos que hacemos con eso –
Acto seguido comenzó suavemente a frotarme la crema con sus dedos, deslizándolos desde mi ingle hasta casi llegar a mi ano, lo que me llevo a una excitación total. En ese momento levante mi cabeza para observar y vi como mi madre miraba mi desnudes y también observe que sus pezones, bajo el camisón de satén, comenzaban a asomar.
Cuando finalizo con la tarea y aún sosteniendo en su mano mi miembro erecto, comenta, si yo he logrado ponerte en este estado, debería hacer lo imposible por dejarlo como estaba antes, acto seguido se lo metió en la boca y comenzó a succionarlo, besarlo, lamerlo como nunca antes ninguna mujer lo había echo. Cada tanto yo la miraba y notaba como ella controlaba mi excitación, entiendo que para no hacerme acabar antes de tiempo o en su boca y no hacerla gozar. Cuando vio que yo estaba llegando al tope, dejo mi miembro, se paro delante de mí y con sus manos por debajo del camisón comenzó a bajarse la bombacha, la dejo caer por sus piernas y se subió sobre mi a la altura de mi pene y con su mano fue dirigiéndolo a su vagina, que ya estaba muy mojada dado lo fácil que se deslizo mi pene dentro de ella.
Me cabalgo por un buen rato, yo estaba totalmente excitado mirando a esa mujer disfrutar el sexo como jamás se me hubiera ocurrido pensar, suspiraba, gemía, estaba colorada, transpirada, totalmente excitada. Al poco rato me mira y me dice, -no me vayas a acabar adentro, por las dudas viste. Yo le digo que mucho mas no podría aguantar, entonces me dice, -cambiemos de posición.
Con un movimiento de su cadera se baja de mi pija y se pone en cuatro a mi lado, con las piernas y los pies fuera de la cama, las rodillas al borde y su cabeza apoyada en el colchón, dejando todo su culo y concha a mi vista, hermosa vista que nunca ni imaginé.
Ella dando vuelta la cabeza me mira y me dice, - en la mesita de luz hay un gel, poneme un poco. Su mirada y la idea de que esta mujer, que ya no era mi madre, sino la mejor puta que hubiera querido tener, me estaba pidiendo que le lubricara el culo me voló la cabeza.
Tome el pomito de gel, me puse un poco en el dedo y le pase lenta y suavemente por su ano, hermoso, cerradito y apenas marroncito, y acerque la punta de mi pene a su cola y fui apretando lentamente hasta que se fue abriendo su culo y entrando mi pene. Ella también apretaba para atrás para que entrara.
No pude aguantar mucho y a los pocos empellones que le dí, acabe en chorros en su culo.
Ella me tomo con sus manos de mis caderas y me dijo, - No la saques.
Siguió moviéndose ella sola hasta que logro llegar a un orgasmo donde sentía como su esfínter anal palpitaba y presionaba rítmicamente mi pija, entre sus gemidos y espasmos. Cuando termino, se dejo caer asía adelante y quedo recostada sobre el ancho de la cama y yo parado detrás suyo mirando ese hermoso cuerpo que acababa de poseer y de sacarme uno de los mejores polvos de mi vida.
Le digo, - Estas bien ma. A lo que ella contestó, - Muy bien, ahora anda a hacer lo tuyo que yo voy a bañarme. A continuación agregó, - se entiende que esto queda entre nosotros dos? No??? Y mirándome directo a los ojos, me regalo una sonrisa cómplice y picara que nunca le había visto.
Esto solo fue el principio de la relación entre mi madre y yo, la que hoy, después de casi 7 años, donde yo ya casado con mi novia de la universidad y ella en una pareja estable, seguimos cultivando, mantenemos y aumentamos los encuentros.
Más adelante les contaré como siguió nuestra relación madre-hijo.[/size]
Les cuento, mi nombre es Gonzalo, soy un joven de 22 años, estoy estudiando en la Universidad, vivo con mi madre, una señora cincuentona, divorciada, que esta bastante bien, tiene sus candidatos, pero nada formal desde hace ya varios años, y con mi hermana de 23, bonita, lindas formas. Somos una familia normal de situación acomodada, nada del otro mundo pero no pasamos necesidades.
Lo que les voy a relatar a continuación fue como comenzó la relación con mi madre, debo aclarar, que nunca antes de este momento había tenido fantasía alguna con mi madre, ella es de mediana estatura, un cuerpo normal, nada exuberante, nunca provocativa, un cuerpo parejo, no le sobra pero tampoco le falta nada, y como mencione antes, siempre tiene sus candidatos, sale con uno o con otro algún tiempo pero no formaliza con ninguno. Según nos comento en su oportunidad a mi hermana y a mí, que no esta a la búsqueda de marido, que así como esta, está bien.
Bueno, ahora paso a relatarles los hechos de cómo comenzó nuestra relación. Antes tengo que comentar que hace algunos meses estoy saliendo con una chica de la universidad, nada formal, pero en algunas oportunidades tenemos nuestros encuentros amorosos.
Una mañana de sábado me levanto para ir a bañarme y descubro que tengo una comezón importante en la ingle, supuse que luego del baño se iría, pero no fue así. Pensé en visitar a mi padre, para ver si me podía ver y recomendar algo, dado que no lo considere tan importante como para ir al medico, pero recordé que el debía viajar ese fin de semana, por lo que no me quedo otra opción que charlarlo con mi madre.
Al salir del baño, veo que ella ya estaba despierta, pero en la cama aún, como de costumbre ella duerme con un pequeño camisón de satén, con unos finitos breteles que cuando caen son muy sensuales. A continuación yo, cubierto solo con el toallon me acerco al costado de la cama y le comento lo que me ocurría y le pregunto si tenia idea de si había en la casa alguna pomada o algo como para ponerme, a lo que ella me dijo que no sabia pero me pregunta si quiero que me revise. Con un poco de pudor pero ante la molestia constante le digo que si.
Ella, se sienta en el borde de la cama y frente a mí, me dice que me descubra. Yo dudo unos instantes y luego solo corro un poco la toalla con la que me tapaba, a lo que me dice,
- por favor Gonzalo, soy tu madre, mas de una vez te he visto, saca esa toalla,- y con un suave movimiento me la quita, dejándome desnudo parado frente a ella. Note en sus ojos una mirada como de asombro. Aclaro que tengo un miembro de tamaño normal o al menos eso creo.
Miró mi ingle, pero al no poder ver nada, me dijo; - permiso- y con su mano tomo mi miembro y mis testículos y los corrió como para despejar la vista. En este momento y por primera vez, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, lo que siguió fue que mi mente comenzó a elucubrar todo tipo de fantasía, acto seguido comenzó una muy leve erección que trataba de oculta o contrarrestar con pensamientos, pero no logre disimular.
Mi madre me dice, - no logro ver nada, por que no te recuestas así podré tener una mejor vista -, a lo que me tomo de la mano y me dirigió acostándome en la cama. Yo seguía sus movimientos, se puso de rodillas al costado de la cama y me acomodo, me coloco casi en posición ginecológica, con las piernas recogidas y separadas y nuevamente tomo mi pene (ya no tan flácido como al comienzo) y mis testículos y los movió de costado para mirar. Imaginaba la vista que tenía ella en ese momento y más crecía mi erección.
En ese momento mi madre comenta – veo que tienes un pequeño sarpullido aquí, entre la ingle y que baja por tus nalgas, puede ser alguna picadura o solo una reacción alérgica al slip, ¿es de algodón? Me pregunta y yo le contesto – no estoy usando uno de lycra – entonces ella dice – puede ser eso, espera aquí, que voy en busca de una crema que tengo para mi uso intimo, que te puede calmar la picazón –
Ella salio de la habitación y en pocos segundos estaba de regreso con la pomada en sus manos. Dado mi estado de excitación y el tamaño de mi erección, intentaba taparme con las manos, pero mi madre me las tomo y las quito diciendo - sostén tus piernas en alto para que pueda llegar con la pomada y luego veremos que hacemos con eso –
Acto seguido comenzó suavemente a frotarme la crema con sus dedos, deslizándolos desde mi ingle hasta casi llegar a mi ano, lo que me llevo a una excitación total. En ese momento levante mi cabeza para observar y vi como mi madre miraba mi desnudes y también observe que sus pezones, bajo el camisón de satén, comenzaban a asomar.
Cuando finalizo con la tarea y aún sosteniendo en su mano mi miembro erecto, comenta, si yo he logrado ponerte en este estado, debería hacer lo imposible por dejarlo como estaba antes, acto seguido se lo metió en la boca y comenzó a succionarlo, besarlo, lamerlo como nunca antes ninguna mujer lo había echo. Cada tanto yo la miraba y notaba como ella controlaba mi excitación, entiendo que para no hacerme acabar antes de tiempo o en su boca y no hacerla gozar. Cuando vio que yo estaba llegando al tope, dejo mi miembro, se paro delante de mí y con sus manos por debajo del camisón comenzó a bajarse la bombacha, la dejo caer por sus piernas y se subió sobre mi a la altura de mi pene y con su mano fue dirigiéndolo a su vagina, que ya estaba muy mojada dado lo fácil que se deslizo mi pene dentro de ella.
Me cabalgo por un buen rato, yo estaba totalmente excitado mirando a esa mujer disfrutar el sexo como jamás se me hubiera ocurrido pensar, suspiraba, gemía, estaba colorada, transpirada, totalmente excitada. Al poco rato me mira y me dice, -no me vayas a acabar adentro, por las dudas viste. Yo le digo que mucho mas no podría aguantar, entonces me dice, -cambiemos de posición.
Con un movimiento de su cadera se baja de mi pija y se pone en cuatro a mi lado, con las piernas y los pies fuera de la cama, las rodillas al borde y su cabeza apoyada en el colchón, dejando todo su culo y concha a mi vista, hermosa vista que nunca ni imaginé.
Ella dando vuelta la cabeza me mira y me dice, - en la mesita de luz hay un gel, poneme un poco. Su mirada y la idea de que esta mujer, que ya no era mi madre, sino la mejor puta que hubiera querido tener, me estaba pidiendo que le lubricara el culo me voló la cabeza.
Tome el pomito de gel, me puse un poco en el dedo y le pase lenta y suavemente por su ano, hermoso, cerradito y apenas marroncito, y acerque la punta de mi pene a su cola y fui apretando lentamente hasta que se fue abriendo su culo y entrando mi pene. Ella también apretaba para atrás para que entrara.
No pude aguantar mucho y a los pocos empellones que le dí, acabe en chorros en su culo.
Ella me tomo con sus manos de mis caderas y me dijo, - No la saques.
Siguió moviéndose ella sola hasta que logro llegar a un orgasmo donde sentía como su esfínter anal palpitaba y presionaba rítmicamente mi pija, entre sus gemidos y espasmos. Cuando termino, se dejo caer asía adelante y quedo recostada sobre el ancho de la cama y yo parado detrás suyo mirando ese hermoso cuerpo que acababa de poseer y de sacarme uno de los mejores polvos de mi vida.
Le digo, - Estas bien ma. A lo que ella contestó, - Muy bien, ahora anda a hacer lo tuyo que yo voy a bañarme. A continuación agregó, - se entiende que esto queda entre nosotros dos? No??? Y mirándome directo a los ojos, me regalo una sonrisa cómplice y picara que nunca le había visto.
Esto solo fue el principio de la relación entre mi madre y yo, la que hoy, después de casi 7 años, donde yo ya casado con mi novia de la universidad y ella en una pareja estable, seguimos cultivando, mantenemos y aumentamos los encuentros.
Más adelante les contaré como siguió nuestra relación madre-hijo.[/size]
7 comentarios - El comienzo - Incesto