"Tu hermano quiere fifarte tanto, Felina ..." Gruñí al ver su apretada concha, al perder mi dedo en ella, mientras lo empujaba un poco más dentro de su interior, curvándolo ligeramente dentro de ella. "Mmmm bebé ... tu vagina se sentiría tan bien con la chota de tu hermanito ..."
La miré, aún dormida, y sacudí la cabeza, incapaz de creer lo que estaba haciendo, hasta dónde había llegado sin que despertara, preguntándome si me dejaría ser codicioso, ambicioso e incluso trataría de arriesgarme además, tratando de mojar mi pija dentro de ella. bramé y me moví hacia arriba, levantando mi lengua hacia su clítoris, mientras deslizaba mi dedo fuera de ella, lamiendo su clítoris, preguntándome si mi lambida la haría tener un sueño sexual, tenía que sentirlo, incluso si estaba dormida, tenía que estar afectando su sueño. Y me preguntaba cuándo soñaba con que le lamieran la concha, si se imaginaba que lo hacía. Comencé a fantasear con que despertara y me dejara continuar porque ella pensaría que todavía era un sueño. Fantaseaba con ella queriendo esto. Queriendo que su hermano la violara mientras ella dormía. Lamí su hendidura y su agujero nuevamente.
"Apuesto a que querés que tu hermano también te coja, ¿no?", Dije tranquilo y cuidadosamente, me senté, tirando de mis boxers y acariciando mi verga. Mirando hacia abajo a su concha mientras deslizaba mi dedo dentro de ella con mi otra mano. Masturbándome mientras la acariciaba.
"Te amo Felina ... Dios, te amo tanto ..." dije lentamente garchando su apretada concha con mi dedo.
Solo la punta. Me dije a mi mismo. Solo la punta. Nada más ……… No lo hagas, a menos que puedas controlarte …… ..Una vez que tu chota toque su concha, no podrás detenerte ……… A la mierda con ella. Cúbrale la boca y golpéela ... ... tenía varias voces que me entrenaban en la cabeza. Y el que me decía que la dejara en paz era el que más quería escuchar. Lo imaginaba. Solo sostenía mi pija en la entrada del estrecho agujero y golpeaba cada centímetro en ella Sacudiéndola despierta de dolor mientras forzaba su concha a abrirse con mi pija, estirándola, desgarrándola. Me toqué más rápido. Más rápido, gimiendo mirándola con mi dedo descansando dentro de ella mientras me masturbaba furiosamente mirando su cuerpo, mirando sus piernas abiertas con mi dedo dentro de ella.
A la mierda con ella. Hazlo ... Cojer su concha. Imagina esa apretada concha envuelta alrededor de tu chota, apretándola. Tan mojado. Tan cálido. El pequeño agujero perfecto. Ella lo amará. Se despertará asustada, pero pronto rogará por más. La voz de "solo Gárchala" se hizo cargo mientras fantaseaba con cojerla.
"Oh, Felina ... Leo quiere cojerte tanto" refunfuñé sacudiéndome. Mirándola, deslicé mi dedo y miré su concha mientras ella yacía allí. Me arrodillé entre sus piernas y apunté mi chota hacia su deliciosa, húmeda y apretada concha.
"OH Felina" murmuré cuando cerré los ojos y me agité más rápido, gimiendo un poco más fuerte cuando comencé a correrme. Apuntando mi carga sobre su concha, abrí los ojos, para ver más, golpear su concha y comenzar a gotear. Murmullé de nuevo en el sitio de mi desorden en ella, levantando mi puño, queriendo más de mi semen en ella, y unas gotas más golpeando su concha.
Gemí mirando mi semen en sus tangas y vulva.
"Leo hizo un desastre, Felina", le dije alzando una sonrisa, explotando en sus bragas sobre la concha, sin limpiarla.
"Mmmmm" dije inclinándome, acercándome a ella cuidadosamente mientras besaba cada uno de sus senos nuevamente, dejando que sus pezones rozaran mis labios.
"Hiciste que tu hermano se corriera tan fuerte, bebé", le dije mirándola a la cara mientras dormía y la besé cuidadosamente en la boca que estaba ligeramente abierta mientras respiraba por ella.
Sonreí para mí mismo mientras me apartaba cuidadosamente de ella y de la cama lentamente, y extendí la mano, bajando la camiseta sin mangas, y sonriendo a la mancha de semen que ya se estaba formando en sus tangas en el exterior, y sonriendo para mí pensando en mi eyaculación en su concha, pensando en su despertar para encontrar una mancha de semen en sus bombachas y en el exterior.
Preguntándose cómo llegó allí. Me agaché y volví a tomar la manta. Sonriendo ante el hecho de que la manta lo había causado todo.
La levanté y la puse sobre ella.
"Buenas noches hermanita". Dije y besé su frente, caminando hacia la puerta de mi habitación, volviendo a mirarla por última vez, con mi mano en el picaporte de la puerta de mi pieza, abriéndola mientras susurraba. Tu hermano te ama.
94 comentarios - Mi hermana Felina II con imágenes