Domando a la Zorra de mi Cuñada 5
Con El Sello De Placer y Morbo…
Esa tarde habíamos quedado con Mr. Smith, el gran jefe de la empresa donde trabajábamos tanto mi cuñada Natalia como yo. El motivo de la reunión era doble: Por una parte, el viejo pervertido quería repetir la orgía de la noche anterior en la que obligó a la hermana de mi mujer a hacerme una mamada, pero por otra era, quería comunicarme mi ascenso. La zorra de mi cuñada había caído en su propia trampa. Sabiendo de la amistad que Alberth tenía conmigo, me obligó a presentárselo sin saber que ese anciano era un auténtico voyeur, disfrutaba de sobre manera mirando mientras otros follaban. Sin saber dónde se metía, insistió en acompañarme cuando el jefe me invitó a tomar una copa en su yate y allí, la situación le sobrepasó. Su idea era acostarse con él pero las circunstancias la obligaron primero a tener sexo con otra mujer y luego a mamarme el miembro mientras el puto viejo la miraba. Gracias a ello, no solo pude liberarme de su chantaje sino que grabándola con el móvil, se convirtió ella en la victima. Esta mañana, le hice saber que tenía ese video y la zorra de ella no pudo evitar que le estrenara ese culo con el que tantas noches había soñado en la playa. Curiosamente, disfrutó de sobre manera del sexo anal y por eso mientras hacía tiempo para que llegase el momento de recogerla en su habitación, no pude más que rememorar en mi mente lo ocurrido. Aunque me constaba que la sumisión mostrada por esa zorra del demonio era en gran parte ficticia y que si tenía la oportunidad de joderme la vida, lo haría sin pestañear, decidí hacer buen uso de ella mientras pudiera. Por eso antes de pasar por ella decidí pasar a un sex-shop a comprar una serie de artilugios con los que disfrutar tanto de ella, como de María, la Rubia que iba a acompañarnos. Conociendo como conocía a Mr. Smith no me quedaba duda alguna que el jueguecito que le tenía preparado sería de su gusto. Ese hombre era un pervertido de primera y en cuanto se enterara del papel que tendrían que desempeñar esas dos mujeres, no solo se mostraría de acuerdo sino que colaboraría para que se llevara a cabo. Por otro lado, María tampoco me daría problemas porque esa rubia era un hembra insaciable desde el punto de vista sexual que siempre había disfrutado, como una zorra, de mis más locas ocurrencias. Respecto a Natalia, me importaba poco lo que pensara. Con esa grabación en mis manos, no podría negarse y por eso tenía seguridad en el éxito de mi plan. Como todavía me quedaba dos horas, decidí ir al área de relax del hotel. Gracias a que era un establecimiento de máximo lujo, esa zona estaba compuesta de sauna, jacuzzi y demás instalaciones pensadas para el confort de sus huéspedes. Os juro que cuando tomé la decisión de ir, lo hice pensando en que me vendría bien un poco de calor para sudar el alcohol de la noche anterior pero nunca supuse lo que la suerte me tenía reservada. Ya desnudo y con una toalla alrededor de mi cuerpo, me metí en la sauna. No llevaba ni cinco minutos, soportando la sana tortura de ese calor artificial cuando vi entrar en la misma a Jazmín, una Española con raíces Alemanas de la delegación de Berlín. Conocía a esa mujer desde hacía años pero apenas habíamos hablado durante todo ese tiempo. Tampoco había hecho ningún intento por mi parte porque, aunque era una mujer mona, sus casi dos metros me coartaban bastante, ella era una rubia platinada liso y largo, de ojos café oscuro yo diría gris tormentoso, de labios carnoso, boca pequeña pómulos rosaditos y levantados, media 1.97, con exactitud, mas alta que yo, era una mujer esbelta, sus medias a mi experto ojo seria 98-62-100. Contrariamente a la lógica, cuando vio que había otra persona en ese cubículo y que para colmo el susodicho no era otro más que yo, en vez de retirarse discretamente, me sonrió y obviando nuestra vestimenta, se sentó en la tarima de enfrente y me saludó, diciendo.
--Felicidades.
Al oírla comprendí que la noticia de mi nombramiento, aunque seguía sin ser oficial, era vos populi y haciéndome el inocente, le pregunté a qué se refería. Mi contertulia ya debía saber que yo iba a ser su superior porque poniendo una voz dulce, me respondió.
--Ya me he enterado de que te han nombrado director para Europa y Supervisor en América y quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites.
Eso ultimo no lo sabia. Aunque sus palabras eran corteses, su tono escondía una sensualidad, teñida de sumisión, que no me pasó inadvertida. Alucinado por la actitud de semejante mastodonte, pero sensual, un mastodonte sensual, decidí ir con paso cauto no fuera a ser que antes de ser nombrado ya tuviese mi primer incidente con una subordinada. Por eso, adoptando un gesto serio, se lo agradecí sin más y me puse a pensar en los pasos que tendría que dar esa misma tarde. La Ibera de rasgos Teutona viendo mi reacción y quizás intentado que diera el siguiente paso, dejó caer por su cuerpo la toalla en la que estaba envuelta, permitiendo que sus enormes pechos quedaran a la vista. Os reconozco que la muy puta consiguió fijar mi atención porque jamás en mi vida había visto unos pitones semejantes. Haciendo un cálculo estimado, pensé.
--¡Deben de pesar al menos cinco kilos cada uno!
A pesar de que claramente estaba recorriendo su anatomía con la mirada, Jazmín no se tapó sino que incluso alegando el calor que hacía cogió agua de un recipiente y se empezó a untar con ella las tetas. El tamaño de sus areolas iba en concordancia con el resto de sus pechos y aunque sea difícil de creer, estimé que al menos debían medir ocho centímetros de diámetro.
--¡Menudos pezonacos! -Exclamé mentalmente mientras pensaba en cómo sería mamar de las ubres de esa vaca lechera.
La mujer, sabiéndose observada, no se cortó un pelo y cogiendo uno de sus pezones, lo pellizcó mientras me preguntaba.
--¿Tiene algo que hacer esta noche? Me gustaría salir a celebrar tu ascenso.
Os podréis imaginar mi cara al escuchar de los labios de esa mujer una insinuación tan evidente. Siendo apetecible su sugerencia, ¡Había quedado! Por eso controlando mi tartamudeo de puro nerviosismo, me disculpé con ella aduciendo una cita anterior. La rubia escuchó mi excusa con manifiesto desagrado pero sin dar su brazo a torcer, me dijo.
--Aquí hace mucho calor.
Bueno si esa es la finalidad. -Dije ya un poco mas clamado.
--¿Te apetece que vayamos al jacuzzi? -Tras lo cual dejando la toalla en su asiento se levantó completamente en pelotas.
--¡La madre! ¡Está bien buena! -Tuve que aceptar al comprobar que aún siendo enorme esa mujer estaba perfectamente proporcionada pero sobre todo al admirar que su enorme culo cuando dándose la vuelta, abrió la puerta de la sauna.
--¿Vienes? -preguntó con un tono tal que no me pude negar.
Sin darme cuenta de que mi pene se había rebelado, me levanté de mi sitio. La rubia se me quedó mirando la entrepierna, tras lo cual, se pegó a mí. Avergonzado, descubrí que mi cara llegaba a la altura de sus hombros, pero en esta posición estaba justo a la altura de sus pechos, no en vano esa puta me llevaba unos Once centímetros.
--Soy un enano a su lado. -Pensé.
Si se dio cuenta de mi cara de susto, no le demostró. Mientras tanto no podía dejar de observar lo descomunal de los pechos de esa dama y sin darme cuenta, llevé mi mano a uno de ellos. Al posar mi palma sobre su seno, descubrí que ni siquiera tapaba una cuarta parte de su superficie y ya francamente interesado, me dejé llevar por la situación y pellizqué su negro pezón. Al hacerlo, se encogió poniéndose duro al instante. Su dueña debía estar acostumbrada a provocar esa reacción en los hombres, porque riendo me dijo.
--Son enormes.
Avergonzado por mi falta de sensibilidad, le pedí perdón. Jazmín en absoluto molesta, aprovechó la circunstancia para darme un suave beso en sus labios. Al sentir su caricia, abrí mi boca dejando que su lengua jugara con la mía y de esa manera tan sensual, rompimos el hielo y esa mole se mostró dispuesta a compartir conmigo algo más que trabajo. Os confieso que fue una sensación extraña el estar abrazado a una hembra tan alta. Pero echando por suelo la visión preconcebida que tenía de las mujeres como ella, esa rubia se comportó de un modo tan dulce que mi pene que se había mantenido medio erecto, se elevó a su máxima extensión. No contenta con esas suaves caricias, Jazmín me llevó hasta el jacuzzi y sin darme opción a negarme, me depositó dentro de la burbujeante agua. Acojonado por la lujuria que leí en sus ojos, no pude evitar que cogiéndome me colocara entre sus piernas. Sin esperar nada más, comenzó a darme besos en el cuello mientras presionaba con sus pechos a mi espalda. Ni que decir tiene que sentir esos dos globos contra mi cuerpo, me gustó y ya convencido, me gire y apoyé mi cabeza contra sus tetas.
--Mmmmnn... Haaaaaay… -Soltó ella.
Jazmín, lentamente me enjabonó la cabeza dándome un suave masaje al cuero cabelludo. Me hiso ponerme otra ves de espalda a ella. Yo no discutí. Estuve a punto de quedarme dormido por sus caricias pero, antes que lo hiciera, la mujer empezó a recorrer mi pecho con sus manos. La sensualidad sin límite que me demostró al hacerlo, hizo que dándome la vuelta, metiera uno de sus pezones en mi boca y mordisqueándolo con ligereza, empezara a mamar de su seno como si de un crío me tratara.
--Haaa, haaaa, Mmmmnnnnn…. Jefe, ¡Siga mamando! -me susurró sin poder un gemido al sentir mis dientes mordisqueando su oscuro pezón. --Haaa, haaa, haaaa Mmmmnnn…
Envalentonado por su entrega, bajé mi mano hasta su entrepierna y separando los pliegues de su sexo, me concentré en su clítoris. Como el resto de su cuerpo, su botón era enorme y cogiéndolo entre mis dedos lo acaricié, mientras miraba como su dueña se derretía ante mi ataque.
--¡Dios! -aulló de placer. --Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa…
Sus gemidos se hicieron aún más patentes cuando ahondando en mis maniobras, aceleré la velocidad de los movimientos de mi mano. Temblando como un flan, la enorme mujer me rogó que la usara diciendo.
--Hay, hay, haaaaay ¡Fooo! ¡Foooo! ¡Fóllame! ha, ha, ha, ha, ha, Sigueeeee, ha, ha, ha, ha, haaaaaay, Mmmmnnnnn… Ahhhh ohhh que rico, Siiiiii…
Su petición no cayó en saco roto y obligándola a levantarse sobre el jacuzzi, le di la vuelta. Fue entonces cuando colocándome tras ella, le metí un par de dedos en su coño mientras con la otra mano, masajeaba una de sus ubres.
--Eres una puta calentona. -Le dije mientras abriendo la boca, le mordía en el cuello.
La mujer, al no estar acostumbrada a recibir insultos y menos mordiscos, se mantuvo quieta sin moverse como temiendo haberse equivocado al ofrecérseme. Su pasividad me dio alas y colocando mi glande en su coño, empecé a jugar con meterlo.
--¡Tócate, zorra! -ordené. --¡Ahora!
Al notar que la mujer me miraba sin saber que hacer, llevé una de sus manos hasta su clítoris y dejándola allí, insistí.
--¡Mastúrbate perra! ¡Y hazlo bien!
Liberada por mis palabras, separando sus labios, se comenzó a masturbar. Dominada por un deseo hasta entonces desconocido para ella y con la respiración entrecortada, esperó a que mi pene entrara en su interior para correrse ruidosamente.
--Haaaaaah haaaah haaaah…. Mmnnn, Ah, ahhhh, Mmmmnnn, ah, haaaaa, Mmmnnn, ha, ha, ha, ha, haaaaaa…. Mmnn, Mmnn, Mmmnnnn, haaa, haaaa, haaa, Mnn, Mnnnn, Mmnnnnn, ha, ha, ha hay, hay hayyyyyy haa, hay, haaaaa… Mmnnn, Mmnnn…. no debemos ah ahh...
Al comprobar que esa puta, había llegado al orgasmo sin haber empezado todavía a moverme, supe que acababa de ganar, pero tenía que vencer en esa batalla. Directamente la penetré y saboreando mi triunfo, conseguí profundizar en su deseo. Su coño ya se había convertido en un pequeño manantial y sin dejarlo descansar seguí machacándolo con mi pene mientras Jazmín no paraba de gemir como una loca.
--Haaaaaaaaaaaaaaaay…. Ahhhh, ohhh. Haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh Haaa, haaaa Mmmmnnnnn, haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ahhhhhhhh hufffffffff Mmmmnn, Mmnnn, haaaaaaaaaaaaaaaay… ohhhhhhhhh, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh Haaa, haaaa Mmmmnnnnn, haaaah, haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ahhhhhhhh hufffffffff Mmmmnn, Mmnnn, haaaaaaaaaaaaaaaay… ohhhhhhhhh, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay…Haaaaaaaaay…Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa… -Su segundo, Tercero y Cuarto, orgasmo llegaron uno atrás de otro, en pleno delirio, mientras yo seguía empelándola, con mucha facilidad, cuajó de improviso y gritando su placer, me rogó.
--Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay... ¡Que verga! ¡Uy! ¡Así, asi, asi, asi! ¡¡Me voy a veniiiir!! haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh ¡No puedo mas! Haaa, haaaa Mmmmnnnnn para ya haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ahhhhhhhh hufffffffff Mmmmnn, ¡No puedo mas! Mmnnn, haaaaaaaaaaaaaaaay… ¡No puedo mas! ohhhhhhhhh, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay… Mmm Mmmmnn… ¡No puedo más! Haaaa… ha, ha, ha, que rico haaaaaaaaaa, ahhhhhhhhh Sigueeeee Ahhhhhh ahhhhhhhhh… ¡No puedo mas! Haaa, haaaa, rico ha, ha, ha Siiii… Haaaaaaaay… Mnnnnnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, Mmnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, ¡No puedo mas! ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, ho, ho, ho, haaa Mmm haaaaaaa… ¡No puedo mas! Dame mas, si dame más Siii así haaa ¡Siiii! ¡No puedo más! ¡Más haaa! ¡Rico haa! ¡No puedo más! Haaaaaaaay… Mnnnnnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, Mmnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay…
Sin darle tregua, ralenticé mis penetraciones para disfrutar de su mojado coño. La mujer sollozó al sentir el cambio de ritmo y sacando fuerzas imprimió a sus caderas un ligero ritmo mientras me pedía que acelerara.
--¡Aaay papi si me gusta! ¡Que POLLOTA ahh! ¡Ahh que rico que rico no aguanto! ¡Ahí, ahí, ahí uhh, uhh, uhh! ¡Que verga! ¡Uy! ¡Así, así, así, así! ¡¡Me voy a veniiiir!! Haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh Haaa, haaaa Mmmmnnnnn para ya haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha…
Poco a poco el ritmo de nuestros movimientos fue alcanzando una velocidad de crucero, momento en que decidí que forzar su entrega y entonces convertí mis penetraciones en fieras cuchilladas. Ella chilló descompuesta al experimentar mi ataque.
--Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay... Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaa…. haaaaaa ha, ha… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, ha…. Plac, Plac, Plac… ha, ha, ha, ha, ha, Sigueeeee, ha, ha, ha, ha, haaaaaay, Mmmmnnnnn… Ahhhh ohhh, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay…
--¡Muévete! ¡Puta! ¡Muévete bien!
De nuevo, mis insultos la hicieron experimentar sensaciones arrinconadas largo tiempo y gritando a voces su sumisión y entrega, se corrió dejándose caer sobre el jacuzzi. Alargué su clímax, con una monta desenfrenada hasta que explotando de placer eyaculé rellenando su sexo con mi semen. Agotado, me tumbé a su lado. Jazmín me cogió entre sus brazos y sonriendo, me preguntó.
--Cuando vayas a Berlín ¿Me dejarás ser nuevamente tuya papi?
--Por supuesto nena. -Respondí satisfecho por la pasión que había demostrado. La gigantesca mujer posó mi cabeza en su pecho y feliz por haber conseguido convertirse en la amante de su futuro jefe, me informó.
--¡No te vas a arrepentir! Soy una mujer sumisa y fogosa, te complaceré siempre en lo que pidas.
Continuara…
Con El Sello De Placer y Morbo…
Esa tarde habíamos quedado con Mr. Smith, el gran jefe de la empresa donde trabajábamos tanto mi cuñada Natalia como yo. El motivo de la reunión era doble: Por una parte, el viejo pervertido quería repetir la orgía de la noche anterior en la que obligó a la hermana de mi mujer a hacerme una mamada, pero por otra era, quería comunicarme mi ascenso. La zorra de mi cuñada había caído en su propia trampa. Sabiendo de la amistad que Alberth tenía conmigo, me obligó a presentárselo sin saber que ese anciano era un auténtico voyeur, disfrutaba de sobre manera mirando mientras otros follaban. Sin saber dónde se metía, insistió en acompañarme cuando el jefe me invitó a tomar una copa en su yate y allí, la situación le sobrepasó. Su idea era acostarse con él pero las circunstancias la obligaron primero a tener sexo con otra mujer y luego a mamarme el miembro mientras el puto viejo la miraba. Gracias a ello, no solo pude liberarme de su chantaje sino que grabándola con el móvil, se convirtió ella en la victima. Esta mañana, le hice saber que tenía ese video y la zorra de ella no pudo evitar que le estrenara ese culo con el que tantas noches había soñado en la playa. Curiosamente, disfrutó de sobre manera del sexo anal y por eso mientras hacía tiempo para que llegase el momento de recogerla en su habitación, no pude más que rememorar en mi mente lo ocurrido. Aunque me constaba que la sumisión mostrada por esa zorra del demonio era en gran parte ficticia y que si tenía la oportunidad de joderme la vida, lo haría sin pestañear, decidí hacer buen uso de ella mientras pudiera. Por eso antes de pasar por ella decidí pasar a un sex-shop a comprar una serie de artilugios con los que disfrutar tanto de ella, como de María, la Rubia que iba a acompañarnos. Conociendo como conocía a Mr. Smith no me quedaba duda alguna que el jueguecito que le tenía preparado sería de su gusto. Ese hombre era un pervertido de primera y en cuanto se enterara del papel que tendrían que desempeñar esas dos mujeres, no solo se mostraría de acuerdo sino que colaboraría para que se llevara a cabo. Por otro lado, María tampoco me daría problemas porque esa rubia era un hembra insaciable desde el punto de vista sexual que siempre había disfrutado, como una zorra, de mis más locas ocurrencias. Respecto a Natalia, me importaba poco lo que pensara. Con esa grabación en mis manos, no podría negarse y por eso tenía seguridad en el éxito de mi plan. Como todavía me quedaba dos horas, decidí ir al área de relax del hotel. Gracias a que era un establecimiento de máximo lujo, esa zona estaba compuesta de sauna, jacuzzi y demás instalaciones pensadas para el confort de sus huéspedes. Os juro que cuando tomé la decisión de ir, lo hice pensando en que me vendría bien un poco de calor para sudar el alcohol de la noche anterior pero nunca supuse lo que la suerte me tenía reservada. Ya desnudo y con una toalla alrededor de mi cuerpo, me metí en la sauna. No llevaba ni cinco minutos, soportando la sana tortura de ese calor artificial cuando vi entrar en la misma a Jazmín, una Española con raíces Alemanas de la delegación de Berlín. Conocía a esa mujer desde hacía años pero apenas habíamos hablado durante todo ese tiempo. Tampoco había hecho ningún intento por mi parte porque, aunque era una mujer mona, sus casi dos metros me coartaban bastante, ella era una rubia platinada liso y largo, de ojos café oscuro yo diría gris tormentoso, de labios carnoso, boca pequeña pómulos rosaditos y levantados, media 1.97, con exactitud, mas alta que yo, era una mujer esbelta, sus medias a mi experto ojo seria 98-62-100. Contrariamente a la lógica, cuando vio que había otra persona en ese cubículo y que para colmo el susodicho no era otro más que yo, en vez de retirarse discretamente, me sonrió y obviando nuestra vestimenta, se sentó en la tarima de enfrente y me saludó, diciendo.
--Felicidades.
Al oírla comprendí que la noticia de mi nombramiento, aunque seguía sin ser oficial, era vos populi y haciéndome el inocente, le pregunté a qué se refería. Mi contertulia ya debía saber que yo iba a ser su superior porque poniendo una voz dulce, me respondió.
--Ya me he enterado de que te han nombrado director para Europa y Supervisor en América y quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites.
Eso ultimo no lo sabia. Aunque sus palabras eran corteses, su tono escondía una sensualidad, teñida de sumisión, que no me pasó inadvertida. Alucinado por la actitud de semejante mastodonte, pero sensual, un mastodonte sensual, decidí ir con paso cauto no fuera a ser que antes de ser nombrado ya tuviese mi primer incidente con una subordinada. Por eso, adoptando un gesto serio, se lo agradecí sin más y me puse a pensar en los pasos que tendría que dar esa misma tarde. La Ibera de rasgos Teutona viendo mi reacción y quizás intentado que diera el siguiente paso, dejó caer por su cuerpo la toalla en la que estaba envuelta, permitiendo que sus enormes pechos quedaran a la vista. Os reconozco que la muy puta consiguió fijar mi atención porque jamás en mi vida había visto unos pitones semejantes. Haciendo un cálculo estimado, pensé.
--¡Deben de pesar al menos cinco kilos cada uno!
A pesar de que claramente estaba recorriendo su anatomía con la mirada, Jazmín no se tapó sino que incluso alegando el calor que hacía cogió agua de un recipiente y se empezó a untar con ella las tetas. El tamaño de sus areolas iba en concordancia con el resto de sus pechos y aunque sea difícil de creer, estimé que al menos debían medir ocho centímetros de diámetro.
--¡Menudos pezonacos! -Exclamé mentalmente mientras pensaba en cómo sería mamar de las ubres de esa vaca lechera.
La mujer, sabiéndose observada, no se cortó un pelo y cogiendo uno de sus pezones, lo pellizcó mientras me preguntaba.
--¿Tiene algo que hacer esta noche? Me gustaría salir a celebrar tu ascenso.
Os podréis imaginar mi cara al escuchar de los labios de esa mujer una insinuación tan evidente. Siendo apetecible su sugerencia, ¡Había quedado! Por eso controlando mi tartamudeo de puro nerviosismo, me disculpé con ella aduciendo una cita anterior. La rubia escuchó mi excusa con manifiesto desagrado pero sin dar su brazo a torcer, me dijo.
--Aquí hace mucho calor.
Bueno si esa es la finalidad. -Dije ya un poco mas clamado.
--¿Te apetece que vayamos al jacuzzi? -Tras lo cual dejando la toalla en su asiento se levantó completamente en pelotas.
--¡La madre! ¡Está bien buena! -Tuve que aceptar al comprobar que aún siendo enorme esa mujer estaba perfectamente proporcionada pero sobre todo al admirar que su enorme culo cuando dándose la vuelta, abrió la puerta de la sauna.
--¿Vienes? -preguntó con un tono tal que no me pude negar.
Sin darme cuenta de que mi pene se había rebelado, me levanté de mi sitio. La rubia se me quedó mirando la entrepierna, tras lo cual, se pegó a mí. Avergonzado, descubrí que mi cara llegaba a la altura de sus hombros, pero en esta posición estaba justo a la altura de sus pechos, no en vano esa puta me llevaba unos Once centímetros.
--Soy un enano a su lado. -Pensé.
Si se dio cuenta de mi cara de susto, no le demostró. Mientras tanto no podía dejar de observar lo descomunal de los pechos de esa dama y sin darme cuenta, llevé mi mano a uno de ellos. Al posar mi palma sobre su seno, descubrí que ni siquiera tapaba una cuarta parte de su superficie y ya francamente interesado, me dejé llevar por la situación y pellizqué su negro pezón. Al hacerlo, se encogió poniéndose duro al instante. Su dueña debía estar acostumbrada a provocar esa reacción en los hombres, porque riendo me dijo.
--Son enormes.
Avergonzado por mi falta de sensibilidad, le pedí perdón. Jazmín en absoluto molesta, aprovechó la circunstancia para darme un suave beso en sus labios. Al sentir su caricia, abrí mi boca dejando que su lengua jugara con la mía y de esa manera tan sensual, rompimos el hielo y esa mole se mostró dispuesta a compartir conmigo algo más que trabajo. Os confieso que fue una sensación extraña el estar abrazado a una hembra tan alta. Pero echando por suelo la visión preconcebida que tenía de las mujeres como ella, esa rubia se comportó de un modo tan dulce que mi pene que se había mantenido medio erecto, se elevó a su máxima extensión. No contenta con esas suaves caricias, Jazmín me llevó hasta el jacuzzi y sin darme opción a negarme, me depositó dentro de la burbujeante agua. Acojonado por la lujuria que leí en sus ojos, no pude evitar que cogiéndome me colocara entre sus piernas. Sin esperar nada más, comenzó a darme besos en el cuello mientras presionaba con sus pechos a mi espalda. Ni que decir tiene que sentir esos dos globos contra mi cuerpo, me gustó y ya convencido, me gire y apoyé mi cabeza contra sus tetas.
--Mmmmnn... Haaaaaay… -Soltó ella.
Jazmín, lentamente me enjabonó la cabeza dándome un suave masaje al cuero cabelludo. Me hiso ponerme otra ves de espalda a ella. Yo no discutí. Estuve a punto de quedarme dormido por sus caricias pero, antes que lo hiciera, la mujer empezó a recorrer mi pecho con sus manos. La sensualidad sin límite que me demostró al hacerlo, hizo que dándome la vuelta, metiera uno de sus pezones en mi boca y mordisqueándolo con ligereza, empezara a mamar de su seno como si de un crío me tratara.
--Haaa, haaaa, Mmmmnnnnn…. Jefe, ¡Siga mamando! -me susurró sin poder un gemido al sentir mis dientes mordisqueando su oscuro pezón. --Haaa, haaa, haaaa Mmmmnnn…
Envalentonado por su entrega, bajé mi mano hasta su entrepierna y separando los pliegues de su sexo, me concentré en su clítoris. Como el resto de su cuerpo, su botón era enorme y cogiéndolo entre mis dedos lo acaricié, mientras miraba como su dueña se derretía ante mi ataque.
--¡Dios! -aulló de placer. --Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa…
Sus gemidos se hicieron aún más patentes cuando ahondando en mis maniobras, aceleré la velocidad de los movimientos de mi mano. Temblando como un flan, la enorme mujer me rogó que la usara diciendo.
--Hay, hay, haaaaay ¡Fooo! ¡Foooo! ¡Fóllame! ha, ha, ha, ha, ha, Sigueeeee, ha, ha, ha, ha, haaaaaay, Mmmmnnnnn… Ahhhh ohhh que rico, Siiiiii…
Su petición no cayó en saco roto y obligándola a levantarse sobre el jacuzzi, le di la vuelta. Fue entonces cuando colocándome tras ella, le metí un par de dedos en su coño mientras con la otra mano, masajeaba una de sus ubres.
--Eres una puta calentona. -Le dije mientras abriendo la boca, le mordía en el cuello.
La mujer, al no estar acostumbrada a recibir insultos y menos mordiscos, se mantuvo quieta sin moverse como temiendo haberse equivocado al ofrecérseme. Su pasividad me dio alas y colocando mi glande en su coño, empecé a jugar con meterlo.
--¡Tócate, zorra! -ordené. --¡Ahora!
Al notar que la mujer me miraba sin saber que hacer, llevé una de sus manos hasta su clítoris y dejándola allí, insistí.
--¡Mastúrbate perra! ¡Y hazlo bien!
Liberada por mis palabras, separando sus labios, se comenzó a masturbar. Dominada por un deseo hasta entonces desconocido para ella y con la respiración entrecortada, esperó a que mi pene entrara en su interior para correrse ruidosamente.
--Haaaaaah haaaah haaaah…. Mmnnn, Ah, ahhhh, Mmmmnnn, ah, haaaaa, Mmmnnn, ha, ha, ha, ha, haaaaaa…. Mmnn, Mmnn, Mmmnnnn, haaa, haaaa, haaa, Mnn, Mnnnn, Mmnnnnn, ha, ha, ha hay, hay hayyyyyy haa, hay, haaaaa… Mmnnn, Mmnnn…. no debemos ah ahh...
Al comprobar que esa puta, había llegado al orgasmo sin haber empezado todavía a moverme, supe que acababa de ganar, pero tenía que vencer en esa batalla. Directamente la penetré y saboreando mi triunfo, conseguí profundizar en su deseo. Su coño ya se había convertido en un pequeño manantial y sin dejarlo descansar seguí machacándolo con mi pene mientras Jazmín no paraba de gemir como una loca.
--Haaaaaaaaaaaaaaaay…. Ahhhh, ohhh. Haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh Haaa, haaaa Mmmmnnnnn, haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ahhhhhhhh hufffffffff Mmmmnn, Mmnnn, haaaaaaaaaaaaaaaay… ohhhhhhhhh, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh Haaa, haaaa Mmmmnnnnn, haaaah, haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ahhhhhhhh hufffffffff Mmmmnn, Mmnnn, haaaaaaaaaaaaaaaay… ohhhhhhhhh, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay…Haaaaaaaaay…Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa… -Su segundo, Tercero y Cuarto, orgasmo llegaron uno atrás de otro, en pleno delirio, mientras yo seguía empelándola, con mucha facilidad, cuajó de improviso y gritando su placer, me rogó.
--Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay... ¡Que verga! ¡Uy! ¡Así, asi, asi, asi! ¡¡Me voy a veniiiir!! haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh ¡No puedo mas! Haaa, haaaa Mmmmnnnnn para ya haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ahhhhhhhh hufffffffff Mmmmnn, ¡No puedo mas! Mmnnn, haaaaaaaaaaaaaaaay… ¡No puedo mas! ohhhhhhhhh, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay… Mmm Mmmmnn… ¡No puedo más! Haaaa… ha, ha, ha, que rico haaaaaaaaaa, ahhhhhhhhh Sigueeeee Ahhhhhh ahhhhhhhhh… ¡No puedo mas! Haaa, haaaa, rico ha, ha, ha Siiii… Haaaaaaaay… Mnnnnnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, Mmnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, ¡No puedo mas! ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, ho, ho, ho, haaa Mmm haaaaaaa… ¡No puedo mas! Dame mas, si dame más Siii así haaa ¡Siiii! ¡No puedo más! ¡Más haaa! ¡Rico haa! ¡No puedo más! Haaaaaaaay… Mnnnnnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, Mmnnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmnnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Mmmmm, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay…
Sin darle tregua, ralenticé mis penetraciones para disfrutar de su mojado coño. La mujer sollozó al sentir el cambio de ritmo y sacando fuerzas imprimió a sus caderas un ligero ritmo mientras me pedía que acelerara.
--¡Aaay papi si me gusta! ¡Que POLLOTA ahh! ¡Ahh que rico que rico no aguanto! ¡Ahí, ahí, ahí uhh, uhh, uhh! ¡Que verga! ¡Uy! ¡Así, así, así, así! ¡¡Me voy a veniiiir!! Haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmmmm ahhhhhhhhhhhhh Haaa, haaaa Mmmmnnnnn para ya haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha…
Poco a poco el ritmo de nuestros movimientos fue alcanzando una velocidad de crucero, momento en que decidí que forzar su entrega y entonces convertí mis penetraciones en fieras cuchilladas. Ella chilló descompuesta al experimentar mi ataque.
--Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaay... Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaa…. haaaaaa ha, ha… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, ha…. Plac, Plac, Plac… ha, ha, ha, ha, ha, Sigueeeee, ha, ha, ha, ha, haaaaaay, Mmmmnnnnn… Ahhhh ohhh, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay…
--¡Muévete! ¡Puta! ¡Muévete bien!
De nuevo, mis insultos la hicieron experimentar sensaciones arrinconadas largo tiempo y gritando a voces su sumisión y entrega, se corrió dejándose caer sobre el jacuzzi. Alargué su clímax, con una monta desenfrenada hasta que explotando de placer eyaculé rellenando su sexo con mi semen. Agotado, me tumbé a su lado. Jazmín me cogió entre sus brazos y sonriendo, me preguntó.
--Cuando vayas a Berlín ¿Me dejarás ser nuevamente tuya papi?
--Por supuesto nena. -Respondí satisfecho por la pasión que había demostrado. La gigantesca mujer posó mi cabeza en su pecho y feliz por haber conseguido convertirse en la amante de su futuro jefe, me informó.
--¡No te vas a arrepentir! Soy una mujer sumisa y fogosa, te complaceré siempre en lo que pidas.
Continuara…
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