Buenas hermosa comunidad. Perdón si el relato anterior fue poco intenso, les prometo que este es todo lo contrario.
Para los que no leyeron los anteriores, les dejo los links debajo.
Primerta Parte
Segunda Parte
Al fin pude ver sus pechos, eran demasiado chicos para lo que estaba acostumbrado a comer, y a mis gustos. Pero sus pequeños pezones rosados me volaron la cabeza, eran hermosos, parecían dibujados a la perfección. En ese momento acerque mis labios y comencé a besarlos, eran una delicia, suaves y respondían de manera increíble a mis estímulos, se erizaban y su dureza había que mi lengua jugara solo con ellos en todo momento.
Cada vez que mis labios besaban sus pechos, sentía en el cuerpo de Flor una descarga eléctrica que recorría toda su espalda y se descargaban en mi entrepierna haciéndola reaccionar apretando contra su conchita atrapada detrás de sus calzas.
Mis caricias fueron bajando hasta comenzar a desvestir la poca prenda que le quedaba. La acosté en el sillón y suavemente levante sus piernas y le baje la calza dejando libre ese semejante culo que parecía se parte de una obra de arte de Miguel Ángel, partido con una tanga rosa de encaje que se perdía al final de su curvatura.
En el instante que la despojé de su ultima prenda, bajé mi cabeza a su entrepierna para oler y saborear su tesoro. La primera caricia hizo que ella arqueara su espalda a tal punto que casi quedo sentada. Saqué su tanguita con mucho cuidado y pude denotar una hermosa conchita totalmente depilada, no tenía ningún pelo ni siquiera rastro de los mismo, era literalmente una delicia. Su sabor era dulce con unos toques intensos de acides, tal como me gustan a mí. Un perfume que hasta el día de hoy lo tengo en la punta de la nariz nada vez que la veo por la calle. Suave como una rosa y peligrosa como sus tallos.
Tenia los labios externos bien cerraditos formando una perfecta vulva para jugar. Si bien sus jugos desbordaban por cada rincón de su conchita, pintaba como una pequeña capa de barniz que no era delicioso verlo, así como estaba.
Mi lengua comenzó a recorrer desde la entrada hasta la parte mas alta de su rayita haciendo estremecer nuevamente el cuerpo de Flor, sus gemidos impedían que me pudiera concentrar en el trabajo que estaba realizando, pero la pasión que le puse para comer esa conchita fue única.
Abriendo con mi lengua, ayudado por mis dedos, llegué hasta sus labios internos, que eran otra obra de arte, perfectamente equilibrados a cada lado, empapados de flujos y mi saliva su cuerpo empezó a temblar y pude notar un flujo más espeso – esta llegando a climax pensé – entonces mientras acariciaba su entradita con mi dedo índice, comencé a hacerme lugar dentro de su vagina. El calor que emanaba ese órgano era increíble, sentía que mi dedo se quemaba, era una locura lo que podía hacer esa mujer. Cuando introduje todo mi dedo subí lentamente con mi lengua hasta encontrar el capuchón deseado, él estaba esperándome, todo colado y duro. Con mi lengua juguetona comencé a hacerle cosquillas aumentando el ritmo contantemente, generando que brotara aún mas sus jugos y empapándome los dedos. Seguí así unos minutos aguantando la presión que hacia en mi cabeza con sus piernas mientras tiraba de mi pelo.
No tardó mucho hasta que se vino en mi mano y en mi boca, sentir se acabada en mi boca fue algo sublime, el sabor era algo delicioso como una miel de rosas.
Mi pija estaba que reventaba de tanta presión sanguínea que corría por él.
Ella agradecida hizo que subiera hasta besarla de una manera tan apasionada que no recuerdo el momento en el que yo estaba abajo y ella arriba mío comiéndonos la boca. Ella meneaba sus caderas mientras masajeaba mi pija con su concha, sin que este se introdujera – está jugando conmigo pensé – hasta que en un movimiento de mis caderas sincronizados con las suyas, hice que se perdiera la cabeza en su vulva, ocasionando un grito entrecortado que inundo mis oídos e hiciera que me quedara quieto mientras que las paredes de su concha se adaptaba el ancho de mi poronga. El flujo que se había regenerado por sus previos movimientos de caderas hizo que mi pija resbalara hasta mas de la mitad de todo su recorrido. Ella se levanto un poco y de una manera muy violenta, dominante y sexy se sentó produciendo que mi herramienta entrara hasta su base.
Nos quedamos sin movernos unos minutos. El calor y la presión que ejercía su canal vaginal sobre mi verga era algo increíble, podría estar así todo el día, sin siquiera movernos, disfrutando de ese momento y comiéndonos la boca de una manera tan sensual que nuestros órganos tenían vida propia, mi pija palpitaba al unisono con su concha. Era una sincronización casi perfecta.
Sus movimientos comenzaron a hacerse presentes logrando que mi pija llegara hasta la parte mas ancha de su cabeza y ella volviera a introducírsela en un movimiento. Varios minutos de un mete saca riquísimo, masajeando su espalda y empujando desde sus nalgas para que mi pija llegara hasta el fondo de su cueva. Era algo mágico, una sensación increíble nunca lo había vivido con ninguna de mis amantes.
Así como estábamos la alcé, no era para nada pesada, la podía manejar a mis gustos, sin siquiera hacer mucha fuerza, todavía con la pija ensartada y a cada paso había movimiento de mete saca, la llevé hasta la pieza y nos acostamos en su cama.
En la posición del misionero estuvimos varios minutos hasta que sentí que acababa, se lo dije y me dijo que ella estaba llegando al su segundo orgasmo y que aguantara un poco. En ese momento aceleré mi ritmo, le mordía la oreja y ella me jadeaba de una manera que ya no podía aguantar mas mi leche en los huevos, entonces le largué todo adentro de su conchita que ya estaba toda embarrada de nuestros jugos. Cuando sintió que mi esencia pegaba contra el fondo de su concha, me clavo las uñas en la espalda haciendo que me arqueara y metiera mas a fondo toda mi pija.
Nos quedamos unos minutos tendidos en la cama relajándonos y mirándonos a los ojos, hasta que nos levantamos y fuimos a darnos una ducha.
Continuará…
Si te gusto esta parte no dudes en darme los puntos y like.
Comenten que es lo que mas les gustó de esta tercera parte.
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Primerta Parte
Segunda Parte
Al fin pude ver sus pechos, eran demasiado chicos para lo que estaba acostumbrado a comer, y a mis gustos. Pero sus pequeños pezones rosados me volaron la cabeza, eran hermosos, parecían dibujados a la perfección. En ese momento acerque mis labios y comencé a besarlos, eran una delicia, suaves y respondían de manera increíble a mis estímulos, se erizaban y su dureza había que mi lengua jugara solo con ellos en todo momento.
Cada vez que mis labios besaban sus pechos, sentía en el cuerpo de Flor una descarga eléctrica que recorría toda su espalda y se descargaban en mi entrepierna haciéndola reaccionar apretando contra su conchita atrapada detrás de sus calzas.
Mis caricias fueron bajando hasta comenzar a desvestir la poca prenda que le quedaba. La acosté en el sillón y suavemente levante sus piernas y le baje la calza dejando libre ese semejante culo que parecía se parte de una obra de arte de Miguel Ángel, partido con una tanga rosa de encaje que se perdía al final de su curvatura.
En el instante que la despojé de su ultima prenda, bajé mi cabeza a su entrepierna para oler y saborear su tesoro. La primera caricia hizo que ella arqueara su espalda a tal punto que casi quedo sentada. Saqué su tanguita con mucho cuidado y pude denotar una hermosa conchita totalmente depilada, no tenía ningún pelo ni siquiera rastro de los mismo, era literalmente una delicia. Su sabor era dulce con unos toques intensos de acides, tal como me gustan a mí. Un perfume que hasta el día de hoy lo tengo en la punta de la nariz nada vez que la veo por la calle. Suave como una rosa y peligrosa como sus tallos.
Tenia los labios externos bien cerraditos formando una perfecta vulva para jugar. Si bien sus jugos desbordaban por cada rincón de su conchita, pintaba como una pequeña capa de barniz que no era delicioso verlo, así como estaba.
Mi lengua comenzó a recorrer desde la entrada hasta la parte mas alta de su rayita haciendo estremecer nuevamente el cuerpo de Flor, sus gemidos impedían que me pudiera concentrar en el trabajo que estaba realizando, pero la pasión que le puse para comer esa conchita fue única.
Abriendo con mi lengua, ayudado por mis dedos, llegué hasta sus labios internos, que eran otra obra de arte, perfectamente equilibrados a cada lado, empapados de flujos y mi saliva su cuerpo empezó a temblar y pude notar un flujo más espeso – esta llegando a climax pensé – entonces mientras acariciaba su entradita con mi dedo índice, comencé a hacerme lugar dentro de su vagina. El calor que emanaba ese órgano era increíble, sentía que mi dedo se quemaba, era una locura lo que podía hacer esa mujer. Cuando introduje todo mi dedo subí lentamente con mi lengua hasta encontrar el capuchón deseado, él estaba esperándome, todo colado y duro. Con mi lengua juguetona comencé a hacerle cosquillas aumentando el ritmo contantemente, generando que brotara aún mas sus jugos y empapándome los dedos. Seguí así unos minutos aguantando la presión que hacia en mi cabeza con sus piernas mientras tiraba de mi pelo.
No tardó mucho hasta que se vino en mi mano y en mi boca, sentir se acabada en mi boca fue algo sublime, el sabor era algo delicioso como una miel de rosas.
Mi pija estaba que reventaba de tanta presión sanguínea que corría por él.
Ella agradecida hizo que subiera hasta besarla de una manera tan apasionada que no recuerdo el momento en el que yo estaba abajo y ella arriba mío comiéndonos la boca. Ella meneaba sus caderas mientras masajeaba mi pija con su concha, sin que este se introdujera – está jugando conmigo pensé – hasta que en un movimiento de mis caderas sincronizados con las suyas, hice que se perdiera la cabeza en su vulva, ocasionando un grito entrecortado que inundo mis oídos e hiciera que me quedara quieto mientras que las paredes de su concha se adaptaba el ancho de mi poronga. El flujo que se había regenerado por sus previos movimientos de caderas hizo que mi pija resbalara hasta mas de la mitad de todo su recorrido. Ella se levanto un poco y de una manera muy violenta, dominante y sexy se sentó produciendo que mi herramienta entrara hasta su base.
Nos quedamos sin movernos unos minutos. El calor y la presión que ejercía su canal vaginal sobre mi verga era algo increíble, podría estar así todo el día, sin siquiera movernos, disfrutando de ese momento y comiéndonos la boca de una manera tan sensual que nuestros órganos tenían vida propia, mi pija palpitaba al unisono con su concha. Era una sincronización casi perfecta.
Sus movimientos comenzaron a hacerse presentes logrando que mi pija llegara hasta la parte mas ancha de su cabeza y ella volviera a introducírsela en un movimiento. Varios minutos de un mete saca riquísimo, masajeando su espalda y empujando desde sus nalgas para que mi pija llegara hasta el fondo de su cueva. Era algo mágico, una sensación increíble nunca lo había vivido con ninguna de mis amantes.
Así como estábamos la alcé, no era para nada pesada, la podía manejar a mis gustos, sin siquiera hacer mucha fuerza, todavía con la pija ensartada y a cada paso había movimiento de mete saca, la llevé hasta la pieza y nos acostamos en su cama.
En la posición del misionero estuvimos varios minutos hasta que sentí que acababa, se lo dije y me dijo que ella estaba llegando al su segundo orgasmo y que aguantara un poco. En ese momento aceleré mi ritmo, le mordía la oreja y ella me jadeaba de una manera que ya no podía aguantar mas mi leche en los huevos, entonces le largué todo adentro de su conchita que ya estaba toda embarrada de nuestros jugos. Cuando sintió que mi esencia pegaba contra el fondo de su concha, me clavo las uñas en la espalda haciendo que me arqueara y metiera mas a fondo toda mi pija.
Nos quedamos unos minutos tendidos en la cama relajándonos y mirándonos a los ojos, hasta que nos levantamos y fuimos a darnos una ducha.
Continuará…
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1 comentarios - Con la amiga de mi amigo - Florencia - Parte 3