RELATO DE UNA AMIGA
La primera vez que salí con mi novio Ignacio me dijo "Nena te quiero mucho pero nunca te voy a follar por el culo". La verdad es que me dejo helada pues nunca le había pedido que hiciéramos sexo anal. Aunque en aquella época solo tenia 18 años ya había salido con bastantes chicos y a ninguno se lo deje hacer. Quizás me lo dijo porque los jóvenes suelen hablar de ello...
Una noche estábamos follando. Me estaba bombeando el chocho desde atrás, agarrándome por la cola de caballo de mi pelo. ¡Lo encuentro tan erótico! Así que estaba excitadísima pero el tuvo que cortarlo todo al decirme, "cariño ya te dije que nunca te lo haría por el culo". Me enfade-
¿Tan feo era mi culo? Y así se lo pregunte. ¡No! No es tu culo sino que son todos los culos. Los encuentro sucios. Muchas de las chicas con las que he salido me han pedido de las folle analmente, pero nunca podré meter mi verga en algo tan sucio como es un culo.
Mi mirada debía ser tan desolada que me dijo ¡Lo siento cariño! Pero para demostrarte que me traía sin cuidado me metí su verga en la boca y se la estuve mamando extra fuerte hasta que se me lleno la cara de leche. Pero no pude parar de pensar en lo que me había dicho. Si realmente me quería tanto como decía mi culo no podía parecerle igual se sucio que el de las demás putillas con las que había salido.
Así que empecé a obsesionarme y a jugar con mi culo cuando estaba sola, incluso una vez me lamí el dedo después de sacármelo del ojete y para nada sabia mal. Pero de todo no podía decirle nada a Ignacio.
Cada vez que tenía una cita con Ignacio me lavaba intensamente todo el cuerpo, especialmente el culo, por si acaso. Pero nunca pasaba nada, hasta que una vez que estábamos follando románticamente en la playa, el encima de mi, bombeando frenéticamente mi vaginita le dije, ¡Si realmente me quisieras me follarías por el culo!.
Ignacio me miro a los ojos y me dijo ¡Si tanto significa para ti lo haré, pero eres a la única chica que se lo he hecho!.
¡Esa eran la palabra que quería oír! Separo mis nalgas y puso un poco de lubricante en mi ano, ¡Menos mal que el tenia! Y comenzó a meter su verga. Era un poco mas doloroso que cuando me metía yo el dedo pero lo soportaba sin quejarme pues pensaba que lo hacia solo para mi. Aunque a juzgar por sus gemidos parecía gustarle tanto o mas que cuando me follaba el coñito.
Poco a poco me olvide de que tenia una verga en el culo y hasta mi clítoris se me puso duro y me fui justo cuando el llenaba mi trasero con su leche. Para demostrarle cuanto apreciaba el sacrificio que había hecho le lamí la leche que aun quedaba en la verga sin importarme que viniese directamente de mi culo.
Esta fue la vez que me sentí alguien tan especial. Cuando mi novio me follo por el culo. Y realmente me quiere pues ahora lo hacemos cada vez que salimos.
La primera vez que salí con mi novio Ignacio me dijo "Nena te quiero mucho pero nunca te voy a follar por el culo". La verdad es que me dejo helada pues nunca le había pedido que hiciéramos sexo anal. Aunque en aquella época solo tenia 18 años ya había salido con bastantes chicos y a ninguno se lo deje hacer. Quizás me lo dijo porque los jóvenes suelen hablar de ello...
Una noche estábamos follando. Me estaba bombeando el chocho desde atrás, agarrándome por la cola de caballo de mi pelo. ¡Lo encuentro tan erótico! Así que estaba excitadísima pero el tuvo que cortarlo todo al decirme, "cariño ya te dije que nunca te lo haría por el culo". Me enfade-
¿Tan feo era mi culo? Y así se lo pregunte. ¡No! No es tu culo sino que son todos los culos. Los encuentro sucios. Muchas de las chicas con las que he salido me han pedido de las folle analmente, pero nunca podré meter mi verga en algo tan sucio como es un culo.
Mi mirada debía ser tan desolada que me dijo ¡Lo siento cariño! Pero para demostrarte que me traía sin cuidado me metí su verga en la boca y se la estuve mamando extra fuerte hasta que se me lleno la cara de leche. Pero no pude parar de pensar en lo que me había dicho. Si realmente me quería tanto como decía mi culo no podía parecerle igual se sucio que el de las demás putillas con las que había salido.
Así que empecé a obsesionarme y a jugar con mi culo cuando estaba sola, incluso una vez me lamí el dedo después de sacármelo del ojete y para nada sabia mal. Pero de todo no podía decirle nada a Ignacio.
Cada vez que tenía una cita con Ignacio me lavaba intensamente todo el cuerpo, especialmente el culo, por si acaso. Pero nunca pasaba nada, hasta que una vez que estábamos follando románticamente en la playa, el encima de mi, bombeando frenéticamente mi vaginita le dije, ¡Si realmente me quisieras me follarías por el culo!.
Ignacio me miro a los ojos y me dijo ¡Si tanto significa para ti lo haré, pero eres a la única chica que se lo he hecho!.
¡Esa eran la palabra que quería oír! Separo mis nalgas y puso un poco de lubricante en mi ano, ¡Menos mal que el tenia! Y comenzó a meter su verga. Era un poco mas doloroso que cuando me metía yo el dedo pero lo soportaba sin quejarme pues pensaba que lo hacia solo para mi. Aunque a juzgar por sus gemidos parecía gustarle tanto o mas que cuando me follaba el coñito.
Poco a poco me olvide de que tenia una verga en el culo y hasta mi clítoris se me puso duro y me fui justo cuando el llenaba mi trasero con su leche. Para demostrarle cuanto apreciaba el sacrificio que había hecho le lamí la leche que aun quedaba en la verga sin importarme que viniese directamente de mi culo.
Esta fue la vez que me sentí alguien tan especial. Cuando mi novio me follo por el culo. Y realmente me quiere pues ahora lo hacemos cada vez que salimos.
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