Una Mente Perversa VS Unas Sumisas 2
Con El Sello De Placer y Morbo...
El Culo que Tanto Desee, Es Mío Ahora
La cena. Satisfecho de cómo se iban desarrollando los acontecimientos, me senté en la mesa mientras mi empleada-puta, zorra-amante, esposa de mi mejor amigo, “Dios el morbo era una cosa de locos” iba a prepararme la cena. Con mi copa en la mano, me quedé pensando en cómo iba a aprovecharme de mi nueva adquisición y por eso estaba sonriendo cuando Lissana llegó con la comida. Estaba preciosa vestida únicamente con un mandil, sus enormes pechos sobresalían a ambos lados de la tela dándole una sensualidad difícil de soportar. Teniendo todo el tiempo del mundo para someterla, decidí primero comer y luego recrearme con ella. Estaba apurando mi copa, cuando la rubia llegó y al ir a poner el plato en la mesa, se le cayó encima de mí. Supe que lo había hecho a propósito al ver una sonrisa en su cara.
--“¡Será Zorra en verdad la puta!” -pensé. Sin hacer aspavientos y sentado, separé mi silla y le dije.
--¡Límpialo con tu boca ahora! -Dije con autoridad. La muchacha no respondió lo suficientemente rápido y tirándole de la melena, le obligué a agacharse entre mis piernas. --¡Limpia tu estropicio ahora! -La serena violencia con la que reaccioné la sacó de sus casillas y a voz en grito, se negó a cumplir mis órdenes. --¡Tú lo has querido, no te atrevas a negármelo!- dije levantándome de la silla y valiéndome de su negativa, decidí usarla para hacer algo que deseaba desde que vi su culo en la ducha. Iba a castigarla rompiéndole ese maravilloso trasero, Lissana no lo vio venir. Todavía conservaba su sonrisa cuando la levanté del suelo pero al girarla y ponerla de pompas arriba y a ella contra la mesa, abrirle bien las piernas, comprendió lo que le iba a suceder:
--Noooo, porfa, nooo ¡Por ahí! ¡Nooooo!- chilló muerta de miedo.
--Como que no. -Le dije. Ella no sabía lo que venía, pero yo sí y lo disfrutaría.
Mientras la retenía de la cintura con una mano, usé la otra para desprenderme del pantalón y bajarme los pantalones. Mi miembro que ya estaba excitado desde antes, salió totalmente erecto de su encierro y dándole gustó, presioné con él la hendidura de sus cachetes. Le abrir las nalgas como pude ella tenía bien sus piernas abiertas, estaba bien inclinada hacia que su culazo estuviera más levantado, más apetecible, puse mi glande en la entrada de su ano, y luego empecé a clavarlo, poco a poco, al principio, para que lo sintiera muy bien. Asustada por el tamaño del miembro que rozaba la raja de su culo, Lissana empezó a chillar rogándome que no la sodomizara pero obviando sus lamentos, pasé mi mano por su coño en busca de flujo. Al notar en seguida que estaba seco, decidí que eso no iba a ser suficiente para hacerme cambiar de opinión y separando sus dos nalgas, escupí sobre su esfínter. Ahí fue cuando estaba bien dilatada como para soportar mi polla, le había clavado solo el glande y ya estaba chillando la muy puta. Mi empleada intentó escapar al sentir mi baba pero reteniéndola con dureza, puse mi glande en su entrada otra vez, ella se retorcía al recordar que mi glande la hizo sufrir. La cara de terror de la mujer me confirmó que era virgen por ese agujero y recreándome en sus miedos, le dije.
--Puedes gritar, ¡Cuánto más grites mejor!
¡Y vaya si gritó! Al sentir mi verga rompiendo la resistencia de su ano, sus ojos se abrieron como platos y de su garganta salió un alarido, en consonancia con el desgarrador dolor que le causó mi intrusión.
--Por favor, Noooo… Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha… Ahhhhhh, mis haaa, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaay, ha, ha, ha, ha, no aguanto, Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, h, haaaaaaaa… ha, ha, ha, ha, rico haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaa, ohhhhhhhhh, haaaaaaaaa… uffffffffffff ahhhhhhhhhhhhh… ¡Para! Me rompes, Duele para por favor… ¡Me duele horrores! ¡Duele! ha, ha, ha, ha, haaaaaaa, ha, ha, ha, haaaaaaaaaa, ha, ha, haaaaaaa, ha, ha, haaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaa, ha, ha.
Sin ceder a sus ruegos, centímetro a centímetro, fui clavando mi polla en su trasero. La lenta embestida no la permitía ni respirar y cerrando sus puños intentó no cerrar su orificio pero le resultó imposible.
--¡Noooooo!- chilló golpeando la mesa. Su sufrimiento me dio alas y al sentir que la base de mi polla, golpeaba contra sus cachetes, comencé un doloroso vaivén con mi cuerpo.
--Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac.
El dolor se fue incrementando y la esposa de mi amigo en un vano intento de aguantarlo, cogió una servilleta y metiéndola en la boca, la mordió. Su intento de no gritar fue en vano porque entonces presioné con todas mis fuerzas mis caderas y se la enterré hasta el fondo.
--¡¡¡Ahhhhhh!!! Haaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, haa, Mmmmnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ah, ha, haa, ha, ha… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, ha…. Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
--¡Ahhhhhh, que rico culito tiene! -Le dije aumentado mis embates.
--Ahhhh, ohhh… Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa… Mmnmnnn, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaa… ha, ha, haaaaaa, Mmnnn, Mmnnnnn… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaa… -Su alarido debió de oírse a cuadras a la redonda le susurré a su oído.
--Lo gritas tan fuerte, que… A lo mejor hasta tu marido lo ha oído. -Dije burlonamente. Que mencionara al enfermo, la agotó y sacando una entereza de donde no había, contestó llorando.
--¡Ahaaaaaaha! ¡No lo nombres, Alberto es bueno, no le metas en esto! Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa… Mmnmnnn. -Profundizando en la herida, volví a forzar con violencia su maltrecho trasero y me reí de su desgracia diciendo:
--Él es el culpable de que me hayas regalado este delicioso culo.
Lissana no tuvo fuerzas para contestarme, bastante tenía con acostumbrarse a sentir mi grosor desgarrando su esfínter y con soportar el inexpresable sufrimiento que ello la ocasionaba. Su inactividad me permitió agarrarla de las nalgas y comenzar una serie de penetraciones tan furiosas y rápidas que le hicieron rebotar contra la mesa.
--Haaaaaaaaay, haaaaaa, haaaaaa, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Ahhhhhhhhhhhhhhhh, ha, ha, ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no! Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, ¡Ya no aguanto! ¡Ya no aguanto! ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no aguanto! Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, haaa, haaaaaa, haaaa, haaaa, haaaaaa, Haaaaaaaaay, haaaa, Haaaaa, haaa, haaa, Haaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaa, haaaaa, ha, Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Haaaaaaaaaaaaay. -Me vine tres veces seguidas en su trasero, y no pare en ninguna de las veces, quería en verdad castigarla, llenarle su culo de leche, y dejarle claro a ella que me pertenecía. --Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
--¡¿Te parece suficiente castigo o quieres más?! -Dije tratando de sonar normal, pero la verdad, estaba acabado.
La rubia se agarraba al mantel para evitar caer, y el intenso zarandeo mientras su ano le ardía como si lo estuviera acuchillando con un puñal, literalmente, algo así paso. Desgraciadamente y aunque me apetecía seguir sodomizando a esa mujer, la calentura acumulada durante toda la tarde, me hizo llegar al orgasmo con demasiada adelantamiento. Por eso al sentir que estaba a punto de explotar, la cogí de los hombros y jalando hacía mí, descargué mi semen dentro de sus intestinos, el 5to y ultimo polvo que le eche esa noche en su culo. El suspiro que salió de su garganta al notar cómo se iba llenando su conducto, me hizo sonreír.
--¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! -Una vez había terminado de eyacular, ya completamente, retiré mi miembro y observé con detenimiento los desgarros que le había producido y a mi semen saliendo de su interior. Todo mezclado saliendo de su culo, sangre y semen. Hurgando en la humillación que sentía, la dejé sola y desde la puerta, le ordené.
--Vete a limpiarte, ¡En media hora te quiero en mi cama! -Era ese el tiempo que necesitaba para recuperarme.
Continuara…
Con El Sello De Placer y Morbo...
El Culo que Tanto Desee, Es Mío Ahora
La cena. Satisfecho de cómo se iban desarrollando los acontecimientos, me senté en la mesa mientras mi empleada-puta, zorra-amante, esposa de mi mejor amigo, “Dios el morbo era una cosa de locos” iba a prepararme la cena. Con mi copa en la mano, me quedé pensando en cómo iba a aprovecharme de mi nueva adquisición y por eso estaba sonriendo cuando Lissana llegó con la comida. Estaba preciosa vestida únicamente con un mandil, sus enormes pechos sobresalían a ambos lados de la tela dándole una sensualidad difícil de soportar. Teniendo todo el tiempo del mundo para someterla, decidí primero comer y luego recrearme con ella. Estaba apurando mi copa, cuando la rubia llegó y al ir a poner el plato en la mesa, se le cayó encima de mí. Supe que lo había hecho a propósito al ver una sonrisa en su cara.
--“¡Será Zorra en verdad la puta!” -pensé. Sin hacer aspavientos y sentado, separé mi silla y le dije.
--¡Límpialo con tu boca ahora! -Dije con autoridad. La muchacha no respondió lo suficientemente rápido y tirándole de la melena, le obligué a agacharse entre mis piernas. --¡Limpia tu estropicio ahora! -La serena violencia con la que reaccioné la sacó de sus casillas y a voz en grito, se negó a cumplir mis órdenes. --¡Tú lo has querido, no te atrevas a negármelo!- dije levantándome de la silla y valiéndome de su negativa, decidí usarla para hacer algo que deseaba desde que vi su culo en la ducha. Iba a castigarla rompiéndole ese maravilloso trasero, Lissana no lo vio venir. Todavía conservaba su sonrisa cuando la levanté del suelo pero al girarla y ponerla de pompas arriba y a ella contra la mesa, abrirle bien las piernas, comprendió lo que le iba a suceder:
--Noooo, porfa, nooo ¡Por ahí! ¡Nooooo!- chilló muerta de miedo.
--Como que no. -Le dije. Ella no sabía lo que venía, pero yo sí y lo disfrutaría.
Mientras la retenía de la cintura con una mano, usé la otra para desprenderme del pantalón y bajarme los pantalones. Mi miembro que ya estaba excitado desde antes, salió totalmente erecto de su encierro y dándole gustó, presioné con él la hendidura de sus cachetes. Le abrir las nalgas como pude ella tenía bien sus piernas abiertas, estaba bien inclinada hacia que su culazo estuviera más levantado, más apetecible, puse mi glande en la entrada de su ano, y luego empecé a clavarlo, poco a poco, al principio, para que lo sintiera muy bien. Asustada por el tamaño del miembro que rozaba la raja de su culo, Lissana empezó a chillar rogándome que no la sodomizara pero obviando sus lamentos, pasé mi mano por su coño en busca de flujo. Al notar en seguida que estaba seco, decidí que eso no iba a ser suficiente para hacerme cambiar de opinión y separando sus dos nalgas, escupí sobre su esfínter. Ahí fue cuando estaba bien dilatada como para soportar mi polla, le había clavado solo el glande y ya estaba chillando la muy puta. Mi empleada intentó escapar al sentir mi baba pero reteniéndola con dureza, puse mi glande en su entrada otra vez, ella se retorcía al recordar que mi glande la hizo sufrir. La cara de terror de la mujer me confirmó que era virgen por ese agujero y recreándome en sus miedos, le dije.
--Puedes gritar, ¡Cuánto más grites mejor!
¡Y vaya si gritó! Al sentir mi verga rompiendo la resistencia de su ano, sus ojos se abrieron como platos y de su garganta salió un alarido, en consonancia con el desgarrador dolor que le causó mi intrusión.
--Por favor, Noooo… Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha… Ahhhhhh, mis haaa, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaay, ha, ha, ha, ha, no aguanto, Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, h, haaaaaaaa… ha, ha, ha, ha, rico haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaa, ohhhhhhhhh, haaaaaaaaa… uffffffffffff ahhhhhhhhhhhhh… ¡Para! Me rompes, Duele para por favor… ¡Me duele horrores! ¡Duele! ha, ha, ha, ha, haaaaaaa, ha, ha, ha, haaaaaaaaaa, ha, ha, haaaaaaa, ha, ha, haaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaa, ha, ha.
Sin ceder a sus ruegos, centímetro a centímetro, fui clavando mi polla en su trasero. La lenta embestida no la permitía ni respirar y cerrando sus puños intentó no cerrar su orificio pero le resultó imposible.
--¡Noooooo!- chilló golpeando la mesa. Su sufrimiento me dio alas y al sentir que la base de mi polla, golpeaba contra sus cachetes, comencé un doloroso vaivén con mi cuerpo.
--Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac, Plac.
El dolor se fue incrementando y la esposa de mi amigo en un vano intento de aguantarlo, cogió una servilleta y metiéndola en la boca, la mordió. Su intento de no gritar fue en vano porque entonces presioné con todas mis fuerzas mis caderas y se la enterré hasta el fondo.
--¡¡¡Ahhhhhh!!! Haaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, haa, Mmmmnnn, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ah, ha, haa, ha, ha… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, ha…. Ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
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--Ahhhh, ohhh… Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa… Mmnmnnn, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaa… ha, ha, haaaaaa, Mmnnn, Mmnnnnn… ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaa… -Su alarido debió de oírse a cuadras a la redonda le susurré a su oído.
--Lo gritas tan fuerte, que… A lo mejor hasta tu marido lo ha oído. -Dije burlonamente. Que mencionara al enfermo, la agotó y sacando una entereza de donde no había, contestó llorando.
--¡Ahaaaaaaha! ¡No lo nombres, Alberto es bueno, no le metas en esto! Uffff, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, ha, Mmmmnnnnn, ha, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaa… Mmnmnnn. -Profundizando en la herida, volví a forzar con violencia su maltrecho trasero y me reí de su desgracia diciendo:
--Él es el culpable de que me hayas regalado este delicioso culo.
Lissana no tuvo fuerzas para contestarme, bastante tenía con acostumbrarse a sentir mi grosor desgarrando su esfínter y con soportar el inexpresable sufrimiento que ello la ocasionaba. Su inactividad me permitió agarrarla de las nalgas y comenzar una serie de penetraciones tan furiosas y rápidas que le hicieron rebotar contra la mesa.
--Haaaaaaaaay, haaaaaa, haaaaaa, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Ahhhhhhhhhhhhhhhh, ha, ha, ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no! Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, ¡Ya no aguanto! ¡Ya no aguanto! ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Ya no aguanto! Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, haaa, haaaaaa, haaaa, haaaa, haaaaaa, Haaaaaaaaay, haaaa, Haaaaa, haaa, haaa, Haaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaa, haaaaa, ha, Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, Haaaaaaaaaaaaay. -Me vine tres veces seguidas en su trasero, y no pare en ninguna de las veces, quería en verdad castigarla, llenarle su culo de leche, y dejarle claro a ella que me pertenecía. --Haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
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--¡HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! -Una vez había terminado de eyacular, ya completamente, retiré mi miembro y observé con detenimiento los desgarros que le había producido y a mi semen saliendo de su interior. Todo mezclado saliendo de su culo, sangre y semen. Hurgando en la humillación que sentía, la dejé sola y desde la puerta, le ordené.
--Vete a limpiarte, ¡En media hora te quiero en mi cama! -Era ese el tiempo que necesitaba para recuperarme.
Continuara…
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