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Amada Profe

Amada Profe
Con el Sello de Placer y Morbo…
Tal vez esta historia esta rayada, con la profesora, pero es uno de las fantasías mas fuertes que hay en el mundo entero, alguna profesora te tuvo que haber prendido o atraído alguna vez en tu vida a mí fui Alma, espero que les guste esta historia. Alma era nombre pero de cariño le decimos sólo Almita o Alma. Ella es una profesora de contabilidad en una universidad, no diré cual es. ¡Es en verdad una mujer maravillosa y hermosa! Tiene casi sus treinta años de edad pero no se le notan, ella se conserva muy joven y bonita. Ella es blanca, su pelo es largo color castaño, tiene unos ojos muy lindos color negro, posee cejas pobladas y una sonrisa muy coqueta. Goza de un cuerpo perfecto, se conserva en línea, posee unos pezones deliciosos, unas piernas bellísimas y sensuales y unas nalgas riquísimas, por eso en vedad les confieso que me enamore de ella y de no ser por la mala suerte de que está casada, yo me casaría con ella sin pensarlo ni un segundo pues es mi mujer perfecta, aunque si es algo mayorcita que yo pues yo tengo mis 22 años de edad y ella cerca esta de sus 30 años, pero la edad no importa. No tiene hijos pero si está casada con un imbécil ejecutivo exitoso que sin duda ese maldito puede disfrutarla y hacerle el amor todas las noches a mi amada Alma. No saben cómo envidio a ese imbécil y lo que daría por estar en su lugar pero afortunadamente si se me hizo tener una aventura con ella aunque sea por menos de dos horas pero me sentí el hombre más feliz del mundo al hacerla mía. La conocí cuando entre a la universidad hace poco menos de un año pues ahora estoy a la mitad de mi segundo semestre y vaya que sin duda me gusto desde el primer día que la vi, cada día de clase sólo me la pasaba contemplándola, sus ojos, su pelo, su mirada, sus piernas. Ella era todo lo que yo soñaba, sólo por quedar bien con ella me aplique más de lo que normalmente lo hago, mis compañeros lo notaron y me fastidiaban con eso pero a mí no me importaba, yo la amaba por dentro. Pero sin duda mi gran decepción fue cuando me entere que estaba casada y conocí a ese maldito cuando en un par de ocasiones fue por ella hasta el salón de clase. Muy bien vestidito y debo reconocerlo. Guapo, pero se le notaba que eran de esos malditos que son infieles a la primera oportunidad y no saben los celos y la rabia que sentí, deseaba partirle la cara pero me tuve que aguantar y todavía tuve que soportar que la besara frente a todos incluyéndome frente a mí y luego que la llevara del brazo. Sin duda la sentía muy su mujer, pero yo no me di por vencido y desde esa ocasión intente acercarme más a ella, no como sólo su alumno si no como su amigo y como ella es muy amigable no se me dificulto, notaba que le caía muy bien como alumno e incluso como amigo, cada día lo aprovechaba para acercarme más a su vida personal, fue un proceso de meses pero al cabo de casi medio año logre ganarme plenamente su amistad, varios de mis amigos me decían burlonamente que me había convertido en el perrito fiel de la profesora pero ese no me importaba, al contrario me sentía alagado de servirle como si esclavo más fiel que tuviera. Por mi parte sólo mencionaré que como ya dije soy un chico de 22 años de edad, no soy un galán de telenovela pero tampoco soy feo, quizá por eso logre que mí amada profesora se fijara en mí. Bueno lo primero que logre con ella fue manosearla y no saben lo feliz que fui al tocarle su deliciosa panochita sobre sus calzones.

Fue un momento breve pero inolvidable para mí. Ese día al terminar la clase me quede con ella ayudándola con un trabajo, ya me había quedado con ella en otras pasadas ocasiones, así que a nadie le extraño. Ella vestía una blusa morada, una falda negra a la altura de sus rodillas, sus piernas estaban enfundadas con medias obscuras y portaba unas zapatillas negras. Fue cuando se levanto de su escritorio para tirar unos papeles a la basura, en ese instante la calentura se me apodero y sin pensarlo la tome e inicie a meterle mano entre sus piernas, imagine que me daría una bofetada pero no, ella se dejo llevar.
--Mmmmnnn… haaaa. Haaaa. Haaaaaaaaa… Hooooo Husssfff. -Incluso gemía, como que me ponía contento.
Con mis manos levante su falda y continué tocando su intimidad sobre sus calzones, mi mano se deleito con la suavidad y el calorcito de su vaginita, removí sus calzones y sin avisarle introduje mis dedos en su panochita fue ahí cuando ella reacciono y de inmediato quito mi mano de su intimidad, acomodo sus calzones y falda para así sin decirme nada se retiro de prisa del salón, yo chupe mis dedos saboreando sus flujos vaginales riquísimos, fue un momento breve pero inolvidable. Fue sino hasta casi una semana después cuando logre hacerla mía. Ella se resistía pero afortunadamente le gustaba yo y por ello no me rechazo. Ese día luego de terminar todas sus clases en la universidad un poco más de 2:00 de la tarde, ambos nos fuimos en su auto rumbo a un hotel, en todo el camino no nos hablamos pero sin duda nuestras miradas lo decían todo ¡deseo y pasión! era lo único que teníamos en abundancia. Ella se veía muy linda esa tarde. Fue vestida con una blusa rosa muy bonita, una falda semi rosa con adornos de flores y portaba unas zapatillas color salmón muy sensuales. Al entrar en la habitación ambos solo nos veíamos sin palabras. Tomando la iniciativa comencé a besarle dulcemente en sus labios, mientras con mis manos tocaba sus pechos muy delicadamente, notaba que su respiración era agitada por lo que le dije al oído muy suavemente.
--¡Tranquila profe, sólo déjese llevar!
Tome su falda y se la subí totalmente, la retranque sobre la pared y muy lentamente fui bajando sus calzones, centímetro a centímetro se deslizaban sus calzones sobre sus piernas hasta que se los quite completamente junto con sus zapatillas. Tome delicadamente su pie derechos iniciando a besárselo y así separe sus piernas iniciando chupárselas lentamente, poco a poco iba subiendo hasta que llegue a su zona vaginal, tenía una vaginita muy linda, rosadita y bien depilada e incluso no la tenía muy abierta.
--Mmmmnnn, Mmnnnn…. Haaaaaaaaaa.
Con mis dedos inicie a penetrarla delicadamente, ella suspiraba quedito, cuando comencé a chuparle su vagina ella hizo notar el placer que estaba sintiendo en su rostro y se chupaba los labios de placer. Después de esto muy cuidadosamente la lleva hasta la cama, ella misma estando ahí se acostó, subió su falda totalmente y separo sus piernas, nunca olvidare su mirada en ese momento. Al fin había llegado el momento que tanto espere. Coloque mi pene en su entradita y muy lentamente inicie a metérsela, sus labios vaginales iban abriéndome paso poco a poco hasta que se la metí totalmente, con delicadeza comencé a penetrarla.
--Ha, haaaaa, ha, ha, ha, haaaaaa, ha, ha, ha, Haaaaaaaaaaaaaaaaaaa… ha, ha, ha, haaaaaa, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa… haa, haaaaa, ha, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, ha, haa, haaaaaaaaaaaaaa, ha, ha, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaay.
Al fin estaba haciéndole el amor a mi soñada profesora, sin duda me sentía en el paraíso, estábamos haciendo el amor con toda nuestra pasión y ella en un par de ocasiones susurro mi nombre y eso me calentó aun más. Hicimos el amor al máximo hasta un poco más de 5 horas, parábamos solo minutos nos recuperamos y seguíamos. Cuando al fin sentí que me venía quise retirar mi pene pero ella no quiso, así que lo más lindo fue cuando termine dentro de ella y le llene su vagina de mi semen caliente, ambos terminamos sudando y cesando de tanto placer.
Fin…

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