Cuando se quedaron en la casa de su tíos Elizabeth nunca creyó que terminaría así como estaba ahora. Desde que su madre se separó de su padre las cosas fueron diferentes. Ella y su hermano se quedaron con su mamá mientras su hermana iba con el padre. El dinero nunca fue problema pero tardaron un tiempo en estabilizarse, mientas tanto ellos se que quedaron en casa de su tía.
Allí los días fueron buenos, en principio, buenos hasta que las cosas se volvieron malas.
Su primo, Elder, siempre había sido cachondo, ya de pequeños cuando jugaban al doctor, a la casita y a otros juegos infantiles él siempre sacaba provecho de las diferencias físicas. Incluso había descubierto a su hermana besándose con él. Nunca lo contó a nadie y de eso ya hacía varios años.
Al llegar el quinto día su primo volvió a ser el de antes, la rozaba al pasar, comentaba lo hermosa que se veía, decía bromas subidas de tono o en doble sentido. Todo pasaba desapercibido por sus familiares, él siempre fue así.
Pero Eli sabía que no era en broma. Tenía la impresión de que Elder siempre la estaba mirando. Intentaba estar a solas con ella y Eli agradecía que le dieran una habitación para ella sola. También estaba lo de su ropa interior, se le había perdido dos de sus tangas, sospechaba de el extravío había sido cosa de él.
Las cosas siguieron empeorando esa mañana. Eli despertó tarde ese sábado, bajó a desayunar con su ropa de dormir: una remera holgada, casi hasta las rodillas y un short corto de algodón, si nada debajo. Esperaba no ver a su primo ese día porque debía de haber salido con su hermano y su tío.
Pero cuando ella estaba disfrutando de su desayuno se le apareció por detrás. Rápidamente metió la mano bajo la remera y le agarró de una de las nalgas. Elizabeth se sobresaltó ante la intromisión.
-¡Loco! Que estás haciendo?
-Es tu culpa, por estar tan hermosa hoy prima.
Eli se debatió por un momento incapaz de pensar con claridad. No quería acusarlo, en el fondo era una buena persona, o eso quería creer.
Fue su mamá y su tía quién la rescataron aquella vez. Entraron de improvisto a la cocina hablando en voz alta, acababan de llegar del mercado.
Su primo y ella se asustaron pero lograron disimular la escena. Su primo disimuló mejor, tan bien que aún mantenía la mano en las nalgas de Eli, la manoseaba a placer, pasando entre ellas. Ambos estaban del otra lado de la barra de la cocina y el mueble les ocultaba medio cuerpo, perfecto para que él hiciera lo que quería. Elizabeth intentaba no demostrar su enfado mientras su primo la tocaba, mientras hablaba él la disfrutó. Incluso introdujo la mano dentro de su short, entre las nalgas. Las sintió mejor de esa forma y lanzó un silbido al notar que ella no traía nada. El rostro de Eli se puso rojo.
-...y así fue como llegamos- continuaba hablando su madre- ¿por que silbas Elder? hija, ¿Estas bien? Estas toda colorada.
-Emm si, si mamá- le dió un cadazo disimulado a su primo- ha de ser por el calor.
-Pero si no hace calor- no ayudó su tía.
Logró safar de la conversación. Aunque su primo le metió la mano. Rozó sus labios vaginales, intentó meter sus dedos en sus orificios y manoseó a conciencia toda su cola. Al final logró escabullirse e ir a su cuarto.
Pasó una semana en relativa calma, hasta que llegó de nuevo el sábado. Su hermano iría con tío y su primo a pescar como todos los sábados. Su madre y su tía irían al mercado juntas. Estaba, más o menos, hasta el mediodía sola en la casa. Elizabeth normalmente dormía hasta tarde y disfrutaba un buen desayuno sin soportar a Elder.
Así que se decidió bañar en la tina del baño principal. Trataría de no pensar en lo que pasó, faltaba pocos días para salir de allí, su madre ya había encontrado una casa que comprar. Solo debía relajarse y evitar a su primo.
Entró en la bañera llena de agua caliente, a la que echó unas cuantas esencias y sales. Tardó más de una hora allí, hasta que sintió a su blanca piel suave como trasero de bebé. Se lavó los rojos cabellos con los productos que había allí. Aprovechó para depilarse las piernas, bonitas y perfectas en su hermoso cuerpo. Elizabeth era más bien rellenadita, de cuerpo chubby. También se afeitó la entre pierna <<no sé para qué, no he tenido sexo desde... Cielos, desde hace tiempo>>. Aunque la verdad se había comido a Ale hacía poco Eli nunca contó eso como sexo. Últimamente ni siquiera escribían, la relación iba a terminar.
Absorta como estaba salió de la bañera y empezó a secarse, solo para darse cuenta que olvidó traer la ropa. Tendría que subir hasta la habitación. No se preocupó por ello, más bien le molestó tener que hacer el esfuerzo en lo que debería ser una relajante mañana. Se envolvió con la toalla blanca, era pequeña, de modo que le tapaba de los pechos, que quedaban la mitad fuera de él al ser grandes y redondos, hasta arriba de las rodillas, y salió del baño. Subió las escaleras descalza y dobló hacia el pasillo, su habitación era la última.
Y fue a chocar contra su tío.
Elizabeth dió un grito por el susto. Su tío la agarró de los hombros.
-Tranquila, sobri. Soy yo.
-Tío Jaime- Eli respiró un poco más calmada -me asustaste, pensé que estaban en el lago.
-Ibamos en camino cuando a tu hermano lo llamaron, se disculpó y dijo que saldría con unos amigos.
-Oh, vaya- Eli intentaba pasarlo e ir al cuarto, la toalla no la tapaba muy bien y estaba sintiendo vergüenza -que pena, entonces volvieron... -recién allí cayó en cuenta- ¿Y Elder? ¿También regresó?
-Aquí estoy prima- Elder estaba detrás de ella, la tomó por la cintura -¿Me extrañabas?
Elizabeth trató de girarse pero su tío no soltó sus hombros, entre los dos la apretaron impidiendo que se moviera. Ella miró a su tío confundida, fue Elder quien la quitó de la duda.
-Le comenté a mi padre- empezó, mientras la manoseaba bajando a sus nalgas- lo, dispuesta que estás y pensamos en aprovecharlo los tres juntos- levantó la toalla y de nuevo, metió la mano entre sus cachetes.
-Llevamos toda la semana planeándolo- siguió su tío, bajó las manos de sus hombros y tomando la toalla la quitó en un solo movimiento -pero fue tu hermano quién, sin saberlo, nos dió ésta magnífica oportunidad.
Elizabeth estaba completamente desnuda entre ellos, con su primo detrás manoseándola y su tío delante, quien empezó a tocar sus pechos. Sus manos agarraban sus senos y los movía en todas direcciones, sus pezones reaccionaron y se erizaron, también se erizó su piel. El cuerpo entero la traicionó. Estaba confundida, asustada y ahora empezaba a sentirse un poco excitada.
-No, paren, por favor- consiguió balbucear entre los dos, ambos aumentaban la intensidad de sus caricias, la besaban en el cuello, la espalda y entre los senos.
-Mi familia fue solidaria al dejar que se queden aquí- decía su tío al tiempo que lamía y mordía sus pezones- ¿No crees que merecemos un pago por la ayuda?
Ambos hombres eran muy altos, él tío quitaba una cabeza su hijo. Y él le quitaba como dos cabezas al metro sesenta de Elizabeth. Se sentía indefensa. No opuso resistencia cuando su primo paso los dedos entre su vulva, pero si sintió vergüenza cuando los retiró mojados.
-Basta, no, deténganse- la voz le empezaba a fallar.
-No seas así Eli- su primo le hablaba al oído, tan pegado a ella que sentía un miembro erecto a través de su pantalón -o tendremos que pedirle el pago a tu madre. Tu familia siempre está dispuesta.
<<¿Mi familia? Entonces ellos lo hicieron con mi hermana ¿Es cierto? Bueno, ella siempre fue una zorra. Dioses como me calientan. Pero no debo. Aunque irían por mi mamá y yo a ella...>> Tan sólo con imaginarse a su madre entre los dos, en su posición, la hizo decidirse. Apenas y pudo soportar ver a su hermosa madre en manos de otro aquella vez.
-Ok, está bien. Que sea rápido- Eli, como para dar a entender con gestos sus palabras, abrió las piernas alzando una de ellas en una mesita baja que tenía a la derecha- ¿Dónde lo haremos?
Tío y primo se apresuraron a bajarse los pantalones. Elizabeth no pudo evitar sorprenderse. Tu primo traía el miembro erecto, como veinte centímetros de verga se alzaba glorioso hacia ella, bastante grueso, era de las vergas más grandes que ella había visto.
El de su tío era más grande.
Como de treinta centímetros era todo un pene de actor porno. Viéndolo bien era como el antebrazo de Eli. Incluso así de grueso, siendo los brazos de ella bastante corpulentos. Ambos de una tez más oscura que la blanca leche que tenía por piel.
-Te tomaremos aquí mismo.
Su tío la agarró con las dos manos, una en cada nalga y sin problema alguno la levantó hasta su cintura. Ella lo envolvió con sus piernas y se sostuvo de sus hombros.
-¿Qué? ¿Aquí? Pero, y si viene alguien?- pensar en esa posibilidad por alguna razón la calentó aún más.
-Entonces hay que darse prisa.
Su tío hábilmente la sujetó y guió el pene hacia su vagina. La encontró y metió la cabeza dentro. Elizabeth gimió al sentirlo.
<<Dios, es solo la cabeza y ya me siento llena>>
Él la soltó un poco y ella cayó. La verga se le enterró. Su tío la volvió a subir, solo para bajarla otra vez. Después aumentó el ritmo.
Eli no pudo hablar, el enorme pene la penetró hasta el fondo, lo sintió tan dentro que pensó que iba a desfallecer. Su tío la follaba en el aire, ella bien sujeta a él, logrando que ella sintiera lo que nunca sintió.
Sus piernas le fallaron, temblaron ante la inmensa cojida que le estaba dando. Bajó una de sus piernas y quedó colgando sin que su tío se detuviera.
-¡Dios! Au, despacio, es muy grande- Eli colgaba de él y su tío la agarró de las piernas, la abrió aún más y la volvió a subir -No! Dios no, así no, me vas a partir...
-Te vamos a partir- su primo la interrumpió, agarrando sus nalgas y abriéndolas, llevando su verga hacia su culo. Puso la cabeza contra su esfínter.
Elizabeth lo miró con rabia. Luego apartó la miraba y ocultó su rostro en el cuerpo de tu tío. Rodeó su cuello con sus brazos. Estaba perdida.
-Háganlo.
Elder se escupió en la mano y se lo llevó al ano de Eli, repitió el proceso y se lubricó la verga. Luego volvió a presionar el esfínter, que, ante la presión no aguantó, se abrió, dilatándose hasta permitir la entrada del también enorme pene. Su primo metió el glande, dejó que se acostumbrara y luego procedió a meterlo más, poco a poco, hasta que lo metió todo. Elizabeth se sintió más llena que nunca.
Entre los dos la alzaban y la subían haciendo que sus penes entrarán y salieran de sus orificios. Era ella quien subía y bajaba. No tardó en romper su silencio y sus gemidos llenaron la casa.
-Ya, paren, no puedo- después de unos instantes Eli pidió clemencia.
-Si, ya estoy cansado- objetó su tío también -¿Quieres cambiar hijo?
-No pa, ya termino, aquí estoy bien.
<<Si que estas bien idiota, te gusta darme por el culo ¿no?>>
Su tío la bajó y se sentó sobre la mesita de al lado. Dándose palmadas sobre el muslo llamó a Eli.
-Ven sobri, ahora harás que te entre todo.
<<Demonios ¿No estaba metiéndolo todo?>>
De todas formas Eli obedeció. No había lugar para ella en la pequeña mesita, así que cuando montó a su tío sus piernas quedaron a su costado con los pies de puntitas apoyados en el piso. Con su mano apuntó el pene hacia ella y al sentarse sobre él, la penetró, abriendo de par en par su vagina. Pudo comprobar que efectivamente solo un poco más de la mitad había entrado dentro.
Se sentó con más fuerza, y luego con más fuerza aún. La verga se dobló ligeramente hacia un costado, para recuperar la erección recta cuando ella dejó caer su peso. Por fin, sus labios tocaron la ingle de su tío. Tenía toda la verga dentro y lo sentía hasta el cérvix.
<<Me llena completa, es increíble!>> Pensaba con dificultad, sus piernas empezaron a temblar de nuevo.
Su primo la empujó sobre su tío y de un golpe le metió su verga, Eli se mordió el labio, apoyó sus manos en el pecho de su tío, sabía lo que venía. Los últimos y violentos embistes antes de eyacular.
Y así fue, solo pasaron dos minutos para que su primo terminase. Pero fueron dos minutos que Eli los sufrió completos. Elder la agarró de la cintura y con todas sus fuerzas la penetró con mucha intensidad. Sacaba y metía por completo su pene, tanto así, que en tres ocasiones se le escapó de su culo solo para volver a ponerlo lo más rápido posible. Ella gritó, gimió y aguantó. Cuando más sonoros se hacía la follada su primo eyaculó dentro gimiendo como un animal. Sin avisar, derramó su semen dentro de ella.
Dejó dentro su pene. Y seguía dentro cuando su tío empezó a moverse. Ahora era él quién iba a terminar. Aunque su primo terminó, igual ella estaba en esa doble penetración. No estaba segura de haber tenido un orgasmo o dos cuando la puerta de la casa se abrió y las voces de su tía y su mamá llegaron hasta allí.
-Mierda! Mierda!- su primo le quitó la verga rápidamente, había terminado tan dentro que no se le derramó ni una gota de semen- vamos papá, termina rápido, están en la cocina yo las distraigo.
Su primo agarró sus pantalones, se los puso y bajó por las escaleras.
-Aquí estamos! No saben lo que paso, les voy a contar...- su voz sonaba mientras de alejaba.
-Tío, por favor, ya vienen, déjame ir.
-Ya, ya, voy a acabar.
Empezó a moverse más rápido. Está vez la totalidad de la verga entraba y salía de su vagina. Estaba en un frenético meter y sacar y la vagina de Eli estaba muy mojada. Todo su cuerpo temblaba y veía estrellas. Sumando el hecho de que su mamá y su tía, esposa del hombre que la follaba y madre del que le abrió el culo estaban abajo, a metros de ellos, se excitó más. Le vino un orgasmo brutal y ella tuvo que morderse los labios para no gritar.
-Ya, sobri, ya termino. ¿Acabo dentro?
-No, ahí no- aunque Eli sabía que no podía tener hijos era reacia a que le eyaculen en la vagina -atrás, en el culo. Acaba ahí.
<<No tengo otra opción, ésto debe acabar ahora>>
Su tío no protestó. Quitó su descomunal polla y lo llevó atrás. Eli pensaba que ya estaba bien dilatada. Y así era, su ano estaba abierto todavía cuando le entró el pene.
Pero no lo suficiente. Tuvo que morder la remera de tu tío para resistirlo.
La verga la penetró, y la siguió penetrando. Cuando la metió toda Eli se incorporó un poco, con la mirada crispada entre dolor, placer, rabia y otros sentimientos encontrados le dijo:
-Acaba... De una... Puta... Vez.
Y así lo hizo. Faltó tres penetradas completas para que su tío explotará en su interior. Eyaculó tanto, que fueron alrededor de cinco contracciones que Eli sintió.
-Tío, estás ahí? Mamá quiere mostrarte algo, ahí va!- hábilmente su primo gritó desde abajo, avisándoles.
-Ostia puta! Vete!- su tío se incorporó y la dejó a un lado en el suelo y tomó su pantalón -si cariño, aquí estoy- dijo en voz alta.
Elizabeth tomó la toalla e intentó ir a su cuarto. Al levantarse sus piernas fallaron, su ano le ardía y la vagina aún palpitaba. Trastabilló, se arrastró y gateó hasta la puerta. Desnuda, usada y abierta logró girar el picaporte, tirarse dentro y cerrar la puerta justo cuando su tía, su mamá y su primo subían el último tramo de escaleras, su tío ya estaba vestido.
Elizabeth quedó allí mismo, sentada en el piso contra la puerta. Tiró la toalla a un lado y se tomó unos segundos para calmarse.
La voz de su madre llegó desde el pasillo.
-Eli, querida, ¿Ya desayunaste? ¿Quieres café con leche? Traje los donas que tanto que gustan.
-Hola mamá, ¡gracias, si quiero!- Eli se llevó los dedos a su vagina, estaba caliente y húmeda, luego bajó más y se toco el ano, estaba tan abierto que pudo meter un dedo sin tocar las paredes. Las dos descargas de semen ya comenzaban a salir. El de su primo y el de su tío. Elizabeth lo tomó entre sus dedos y jugó con ellos delante del rostro. Viendo como goteaba el blanco semen de ellos lo pensó mejor.
-¡Mamá, solo quiero café negro!- gritó mientras trababa de incorporarse.
<<Suficiente leche por hoy Eli. Quizás mañana quiera de nuevo>>
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Gracias a todos/as los el apoyo de siempre. Me encanta que lean y por sobre todo que les guste. Si tienes preguntas, opiniones, consejos o si solo quieren hablar no duden en escribirme. Besos!
Allí los días fueron buenos, en principio, buenos hasta que las cosas se volvieron malas.
Su primo, Elder, siempre había sido cachondo, ya de pequeños cuando jugaban al doctor, a la casita y a otros juegos infantiles él siempre sacaba provecho de las diferencias físicas. Incluso había descubierto a su hermana besándose con él. Nunca lo contó a nadie y de eso ya hacía varios años.
Al llegar el quinto día su primo volvió a ser el de antes, la rozaba al pasar, comentaba lo hermosa que se veía, decía bromas subidas de tono o en doble sentido. Todo pasaba desapercibido por sus familiares, él siempre fue así.
Pero Eli sabía que no era en broma. Tenía la impresión de que Elder siempre la estaba mirando. Intentaba estar a solas con ella y Eli agradecía que le dieran una habitación para ella sola. También estaba lo de su ropa interior, se le había perdido dos de sus tangas, sospechaba de el extravío había sido cosa de él.
Las cosas siguieron empeorando esa mañana. Eli despertó tarde ese sábado, bajó a desayunar con su ropa de dormir: una remera holgada, casi hasta las rodillas y un short corto de algodón, si nada debajo. Esperaba no ver a su primo ese día porque debía de haber salido con su hermano y su tío.
Pero cuando ella estaba disfrutando de su desayuno se le apareció por detrás. Rápidamente metió la mano bajo la remera y le agarró de una de las nalgas. Elizabeth se sobresaltó ante la intromisión.
-¡Loco! Que estás haciendo?
-Es tu culpa, por estar tan hermosa hoy prima.
Eli se debatió por un momento incapaz de pensar con claridad. No quería acusarlo, en el fondo era una buena persona, o eso quería creer.
Fue su mamá y su tía quién la rescataron aquella vez. Entraron de improvisto a la cocina hablando en voz alta, acababan de llegar del mercado.
Su primo y ella se asustaron pero lograron disimular la escena. Su primo disimuló mejor, tan bien que aún mantenía la mano en las nalgas de Eli, la manoseaba a placer, pasando entre ellas. Ambos estaban del otra lado de la barra de la cocina y el mueble les ocultaba medio cuerpo, perfecto para que él hiciera lo que quería. Elizabeth intentaba no demostrar su enfado mientras su primo la tocaba, mientras hablaba él la disfrutó. Incluso introdujo la mano dentro de su short, entre las nalgas. Las sintió mejor de esa forma y lanzó un silbido al notar que ella no traía nada. El rostro de Eli se puso rojo.
-...y así fue como llegamos- continuaba hablando su madre- ¿por que silbas Elder? hija, ¿Estas bien? Estas toda colorada.
-Emm si, si mamá- le dió un cadazo disimulado a su primo- ha de ser por el calor.
-Pero si no hace calor- no ayudó su tía.
Logró safar de la conversación. Aunque su primo le metió la mano. Rozó sus labios vaginales, intentó meter sus dedos en sus orificios y manoseó a conciencia toda su cola. Al final logró escabullirse e ir a su cuarto.
Pasó una semana en relativa calma, hasta que llegó de nuevo el sábado. Su hermano iría con tío y su primo a pescar como todos los sábados. Su madre y su tía irían al mercado juntas. Estaba, más o menos, hasta el mediodía sola en la casa. Elizabeth normalmente dormía hasta tarde y disfrutaba un buen desayuno sin soportar a Elder.
Así que se decidió bañar en la tina del baño principal. Trataría de no pensar en lo que pasó, faltaba pocos días para salir de allí, su madre ya había encontrado una casa que comprar. Solo debía relajarse y evitar a su primo.
Entró en la bañera llena de agua caliente, a la que echó unas cuantas esencias y sales. Tardó más de una hora allí, hasta que sintió a su blanca piel suave como trasero de bebé. Se lavó los rojos cabellos con los productos que había allí. Aprovechó para depilarse las piernas, bonitas y perfectas en su hermoso cuerpo. Elizabeth era más bien rellenadita, de cuerpo chubby. También se afeitó la entre pierna <<no sé para qué, no he tenido sexo desde... Cielos, desde hace tiempo>>. Aunque la verdad se había comido a Ale hacía poco Eli nunca contó eso como sexo. Últimamente ni siquiera escribían, la relación iba a terminar.
Absorta como estaba salió de la bañera y empezó a secarse, solo para darse cuenta que olvidó traer la ropa. Tendría que subir hasta la habitación. No se preocupó por ello, más bien le molestó tener que hacer el esfuerzo en lo que debería ser una relajante mañana. Se envolvió con la toalla blanca, era pequeña, de modo que le tapaba de los pechos, que quedaban la mitad fuera de él al ser grandes y redondos, hasta arriba de las rodillas, y salió del baño. Subió las escaleras descalza y dobló hacia el pasillo, su habitación era la última.
Y fue a chocar contra su tío.
Elizabeth dió un grito por el susto. Su tío la agarró de los hombros.
-Tranquila, sobri. Soy yo.
-Tío Jaime- Eli respiró un poco más calmada -me asustaste, pensé que estaban en el lago.
-Ibamos en camino cuando a tu hermano lo llamaron, se disculpó y dijo que saldría con unos amigos.
-Oh, vaya- Eli intentaba pasarlo e ir al cuarto, la toalla no la tapaba muy bien y estaba sintiendo vergüenza -que pena, entonces volvieron... -recién allí cayó en cuenta- ¿Y Elder? ¿También regresó?
-Aquí estoy prima- Elder estaba detrás de ella, la tomó por la cintura -¿Me extrañabas?
Elizabeth trató de girarse pero su tío no soltó sus hombros, entre los dos la apretaron impidiendo que se moviera. Ella miró a su tío confundida, fue Elder quien la quitó de la duda.
-Le comenté a mi padre- empezó, mientras la manoseaba bajando a sus nalgas- lo, dispuesta que estás y pensamos en aprovecharlo los tres juntos- levantó la toalla y de nuevo, metió la mano entre sus cachetes.
-Llevamos toda la semana planeándolo- siguió su tío, bajó las manos de sus hombros y tomando la toalla la quitó en un solo movimiento -pero fue tu hermano quién, sin saberlo, nos dió ésta magnífica oportunidad.
Elizabeth estaba completamente desnuda entre ellos, con su primo detrás manoseándola y su tío delante, quien empezó a tocar sus pechos. Sus manos agarraban sus senos y los movía en todas direcciones, sus pezones reaccionaron y se erizaron, también se erizó su piel. El cuerpo entero la traicionó. Estaba confundida, asustada y ahora empezaba a sentirse un poco excitada.
-No, paren, por favor- consiguió balbucear entre los dos, ambos aumentaban la intensidad de sus caricias, la besaban en el cuello, la espalda y entre los senos.
-Mi familia fue solidaria al dejar que se queden aquí- decía su tío al tiempo que lamía y mordía sus pezones- ¿No crees que merecemos un pago por la ayuda?
Ambos hombres eran muy altos, él tío quitaba una cabeza su hijo. Y él le quitaba como dos cabezas al metro sesenta de Elizabeth. Se sentía indefensa. No opuso resistencia cuando su primo paso los dedos entre su vulva, pero si sintió vergüenza cuando los retiró mojados.
-Basta, no, deténganse- la voz le empezaba a fallar.
-No seas así Eli- su primo le hablaba al oído, tan pegado a ella que sentía un miembro erecto a través de su pantalón -o tendremos que pedirle el pago a tu madre. Tu familia siempre está dispuesta.
<<¿Mi familia? Entonces ellos lo hicieron con mi hermana ¿Es cierto? Bueno, ella siempre fue una zorra. Dioses como me calientan. Pero no debo. Aunque irían por mi mamá y yo a ella...>> Tan sólo con imaginarse a su madre entre los dos, en su posición, la hizo decidirse. Apenas y pudo soportar ver a su hermosa madre en manos de otro aquella vez.
-Ok, está bien. Que sea rápido- Eli, como para dar a entender con gestos sus palabras, abrió las piernas alzando una de ellas en una mesita baja que tenía a la derecha- ¿Dónde lo haremos?
Tío y primo se apresuraron a bajarse los pantalones. Elizabeth no pudo evitar sorprenderse. Tu primo traía el miembro erecto, como veinte centímetros de verga se alzaba glorioso hacia ella, bastante grueso, era de las vergas más grandes que ella había visto.
El de su tío era más grande.
Como de treinta centímetros era todo un pene de actor porno. Viéndolo bien era como el antebrazo de Eli. Incluso así de grueso, siendo los brazos de ella bastante corpulentos. Ambos de una tez más oscura que la blanca leche que tenía por piel.
-Te tomaremos aquí mismo.
Su tío la agarró con las dos manos, una en cada nalga y sin problema alguno la levantó hasta su cintura. Ella lo envolvió con sus piernas y se sostuvo de sus hombros.
-¿Qué? ¿Aquí? Pero, y si viene alguien?- pensar en esa posibilidad por alguna razón la calentó aún más.
-Entonces hay que darse prisa.
Su tío hábilmente la sujetó y guió el pene hacia su vagina. La encontró y metió la cabeza dentro. Elizabeth gimió al sentirlo.
<<Dios, es solo la cabeza y ya me siento llena>>
Él la soltó un poco y ella cayó. La verga se le enterró. Su tío la volvió a subir, solo para bajarla otra vez. Después aumentó el ritmo.
Eli no pudo hablar, el enorme pene la penetró hasta el fondo, lo sintió tan dentro que pensó que iba a desfallecer. Su tío la follaba en el aire, ella bien sujeta a él, logrando que ella sintiera lo que nunca sintió.
Sus piernas le fallaron, temblaron ante la inmensa cojida que le estaba dando. Bajó una de sus piernas y quedó colgando sin que su tío se detuviera.
-¡Dios! Au, despacio, es muy grande- Eli colgaba de él y su tío la agarró de las piernas, la abrió aún más y la volvió a subir -No! Dios no, así no, me vas a partir...
-Te vamos a partir- su primo la interrumpió, agarrando sus nalgas y abriéndolas, llevando su verga hacia su culo. Puso la cabeza contra su esfínter.
Elizabeth lo miró con rabia. Luego apartó la miraba y ocultó su rostro en el cuerpo de tu tío. Rodeó su cuello con sus brazos. Estaba perdida.
-Háganlo.
Elder se escupió en la mano y se lo llevó al ano de Eli, repitió el proceso y se lubricó la verga. Luego volvió a presionar el esfínter, que, ante la presión no aguantó, se abrió, dilatándose hasta permitir la entrada del también enorme pene. Su primo metió el glande, dejó que se acostumbrara y luego procedió a meterlo más, poco a poco, hasta que lo metió todo. Elizabeth se sintió más llena que nunca.
Entre los dos la alzaban y la subían haciendo que sus penes entrarán y salieran de sus orificios. Era ella quien subía y bajaba. No tardó en romper su silencio y sus gemidos llenaron la casa.
-Ya, paren, no puedo- después de unos instantes Eli pidió clemencia.
-Si, ya estoy cansado- objetó su tío también -¿Quieres cambiar hijo?
-No pa, ya termino, aquí estoy bien.
<<Si que estas bien idiota, te gusta darme por el culo ¿no?>>
Su tío la bajó y se sentó sobre la mesita de al lado. Dándose palmadas sobre el muslo llamó a Eli.
-Ven sobri, ahora harás que te entre todo.
<<Demonios ¿No estaba metiéndolo todo?>>
De todas formas Eli obedeció. No había lugar para ella en la pequeña mesita, así que cuando montó a su tío sus piernas quedaron a su costado con los pies de puntitas apoyados en el piso. Con su mano apuntó el pene hacia ella y al sentarse sobre él, la penetró, abriendo de par en par su vagina. Pudo comprobar que efectivamente solo un poco más de la mitad había entrado dentro.
Se sentó con más fuerza, y luego con más fuerza aún. La verga se dobló ligeramente hacia un costado, para recuperar la erección recta cuando ella dejó caer su peso. Por fin, sus labios tocaron la ingle de su tío. Tenía toda la verga dentro y lo sentía hasta el cérvix.
<<Me llena completa, es increíble!>> Pensaba con dificultad, sus piernas empezaron a temblar de nuevo.
Su primo la empujó sobre su tío y de un golpe le metió su verga, Eli se mordió el labio, apoyó sus manos en el pecho de su tío, sabía lo que venía. Los últimos y violentos embistes antes de eyacular.
Y así fue, solo pasaron dos minutos para que su primo terminase. Pero fueron dos minutos que Eli los sufrió completos. Elder la agarró de la cintura y con todas sus fuerzas la penetró con mucha intensidad. Sacaba y metía por completo su pene, tanto así, que en tres ocasiones se le escapó de su culo solo para volver a ponerlo lo más rápido posible. Ella gritó, gimió y aguantó. Cuando más sonoros se hacía la follada su primo eyaculó dentro gimiendo como un animal. Sin avisar, derramó su semen dentro de ella.
Dejó dentro su pene. Y seguía dentro cuando su tío empezó a moverse. Ahora era él quién iba a terminar. Aunque su primo terminó, igual ella estaba en esa doble penetración. No estaba segura de haber tenido un orgasmo o dos cuando la puerta de la casa se abrió y las voces de su tía y su mamá llegaron hasta allí.
-Mierda! Mierda!- su primo le quitó la verga rápidamente, había terminado tan dentro que no se le derramó ni una gota de semen- vamos papá, termina rápido, están en la cocina yo las distraigo.
Su primo agarró sus pantalones, se los puso y bajó por las escaleras.
-Aquí estamos! No saben lo que paso, les voy a contar...- su voz sonaba mientras de alejaba.
-Tío, por favor, ya vienen, déjame ir.
-Ya, ya, voy a acabar.
Empezó a moverse más rápido. Está vez la totalidad de la verga entraba y salía de su vagina. Estaba en un frenético meter y sacar y la vagina de Eli estaba muy mojada. Todo su cuerpo temblaba y veía estrellas. Sumando el hecho de que su mamá y su tía, esposa del hombre que la follaba y madre del que le abrió el culo estaban abajo, a metros de ellos, se excitó más. Le vino un orgasmo brutal y ella tuvo que morderse los labios para no gritar.
-Ya, sobri, ya termino. ¿Acabo dentro?
-No, ahí no- aunque Eli sabía que no podía tener hijos era reacia a que le eyaculen en la vagina -atrás, en el culo. Acaba ahí.
<<No tengo otra opción, ésto debe acabar ahora>>
Su tío no protestó. Quitó su descomunal polla y lo llevó atrás. Eli pensaba que ya estaba bien dilatada. Y así era, su ano estaba abierto todavía cuando le entró el pene.
Pero no lo suficiente. Tuvo que morder la remera de tu tío para resistirlo.
La verga la penetró, y la siguió penetrando. Cuando la metió toda Eli se incorporó un poco, con la mirada crispada entre dolor, placer, rabia y otros sentimientos encontrados le dijo:
-Acaba... De una... Puta... Vez.
Y así lo hizo. Faltó tres penetradas completas para que su tío explotará en su interior. Eyaculó tanto, que fueron alrededor de cinco contracciones que Eli sintió.
-Tío, estás ahí? Mamá quiere mostrarte algo, ahí va!- hábilmente su primo gritó desde abajo, avisándoles.
-Ostia puta! Vete!- su tío se incorporó y la dejó a un lado en el suelo y tomó su pantalón -si cariño, aquí estoy- dijo en voz alta.
Elizabeth tomó la toalla e intentó ir a su cuarto. Al levantarse sus piernas fallaron, su ano le ardía y la vagina aún palpitaba. Trastabilló, se arrastró y gateó hasta la puerta. Desnuda, usada y abierta logró girar el picaporte, tirarse dentro y cerrar la puerta justo cuando su tía, su mamá y su primo subían el último tramo de escaleras, su tío ya estaba vestido.
Elizabeth quedó allí mismo, sentada en el piso contra la puerta. Tiró la toalla a un lado y se tomó unos segundos para calmarse.
La voz de su madre llegó desde el pasillo.
-Eli, querida, ¿Ya desayunaste? ¿Quieres café con leche? Traje los donas que tanto que gustan.
-Hola mamá, ¡gracias, si quiero!- Eli se llevó los dedos a su vagina, estaba caliente y húmeda, luego bajó más y se toco el ano, estaba tan abierto que pudo meter un dedo sin tocar las paredes. Las dos descargas de semen ya comenzaban a salir. El de su primo y el de su tío. Elizabeth lo tomó entre sus dedos y jugó con ellos delante del rostro. Viendo como goteaba el blanco semen de ellos lo pensó mejor.
-¡Mamá, solo quiero café negro!- gritó mientras trababa de incorporarse.
<<Suficiente leche por hoy Eli. Quizás mañana quiera de nuevo>>
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Gracias a todos/as los el apoyo de siempre. Me encanta que lean y por sobre todo que les guste. Si tienes preguntas, opiniones, consejos o si solo quieren hablar no duden en escribirme. Besos!
2 comentarios - #14 Apoyo familiar (mi mamá no se puede enterar)
No cabe duda que eres de lo mejor, saludos y un fuerte abrazo
No sabes lo que consigues provocar en mi pene....😜