Todos los días vuelvo muy tarde de dar clases, en casa me espera mi marido. Todos los días es la misma rutina, conduzco por la ruta,llego, comemos algo y a la cama, sólo eso, hace meses que no cogemos porque hasta eso se volvió rutinario.
Intenté masturbarme pero no es lo mío, tengo consolador espero los usaba él en mí, probé sola pero no me motiva.
Él siempre tuvo una fantasía y es verme con otro tipo, toda mi vida pensé que eso era enfermizo.
La idea del engaño siempre me fue esquiva, me divierte escuchar las anécdotas de mis alumnas pero jamás sería capaz.
Un día a la mañana veo que su computadora quedó prendida y hoy pienso que fue a propósito. Varias páginas pornos de cuernos estaban abiertas, en todas el tema era recurrente, mujeres que engañaban a sus maridos pero en presencia de ellos. Me dio curiosidad y al final pasé toda la mañana prendida a la compu. Esa noche quise coger pero él no y eso me hizo enojar muchísimo.
Al otro día me volví a enganchar con esas páginas y la calentura fue en aumento.
Al volver esa noche vi a un hombre en una parada de colectivo en la ruta. Era un tipo de más de cincuenta pero bastante atractivo,delgado, canoso con abundante pelo. Tal vez estaba todos los días pero esa fue la primera vez que noté su presencia. Al otro día pasé y otra vez estaba él,cuando llegué a casa casi forcé a mi marido a coger pero no hubo respuesta. La frustración me estaba matando y distraía de mis tareas, estaba enojada con el mundo.
Esa noche volví y no se cuál fue el motivo pero cuando lo vial tipo en la parada me paré y le ofrecí acercarlo, él por la ventanilla me sonrió y aceptó. Fuimos charlando y yo sentía que la calentura me hacía hablar tonteras, llegamos al cruce y me dijo que ahí se bajaba, se acercó y me dio un beso en la mejilla para agradecerme pero el beso fue cerca de mis labios, y dijo que mañana también iba a estar a esa hora, esto me calentó más todavía. Llegué a casa y ni intenté tocar a mi marido, me encerré en el baño y me hice mi primera paja.
Al otro día me prometí no seguir con el juego pero verlo me hizo parar al instante, él me dijo que había dejado pasar su colectivo esperándome. Esta vez fue más directo y en medio de la charla me dijo que le gustaba mucho, que era una mujer sumamente atractiva y que daría lo que fuera por estar conmigo, tiré mi auto a la banquina y nos empezamos a besar, lo hacía muy bien, posó su mano en mi estómago y la empezó a subir hasta llegar a mis tetas, mi mano subió rápido a la suya pero no para sacarla sino para que apretara más, metió su mano por debajo de mi remera, liberó un pecho del corpiño y me lo chupó, me dijo al oído que fuéramos a un lugar más íntimo, que ahí era muy peligroso, encendí el auto y salimos; no me decía nada, en el viaje acariciaba mis pechos con mucha suavidad y una de mis manos fue a parar a su entrepierna,la tenía grande. Nos seguimos tocando, incluso cuando salí de la ruta y entré por una calle dos tipos miraron como me tocaba las tetas pero ninguno de los dos se detuvo. Así estuvimos hasta que llegamos al telo, era uno berreta pero el más cercano que teníamos, tampoco estaba para lujos. Los nervios me hacían temblar y él me abrazó y tranquilizó, me pidió que me quedara quieta y de apoco me empezó a desvestir.
Se colocó detrás de mí y me sacó la remera, aprovechó para tocar mis pechos sin sacarme el corpiño, luego siguió la calza y sus dedos rozaban suavemente mi clítoris mientras con la otra mano acariciaba un pecho,le tocó su turno de desvestirse pero no dejó que me diera vuelta, lo próximo que sentí fue su pija desnuda posarse en mi culo pero lo quería sentir en su totalidad así que bajé mi bombacha y le apoyé el culo tomándolo de la cintura para que apretara más, el liberó mis pechos en su totalidad y apretando los movía su pelvis de tal forma que su pija subía y baja por mi culo sin penetrarme, lo sentía enorme, me moría por verlo. Me dio vuelta y nos empezamos a besar, él no dejaba de tocar mis pechos y yo busqué desesperada esa pija. Ni bien la tuve en mis manos no pude creer lo grande que era, sobre todo para un tipo de su edad, los años se notaban en su piel. No aguanté más, lo tumbé en la cama y mi boca fue directo a su miembro, primero lo olí en toda su dimensión y luego fue mi lengua la que recorrió cada milímetro de su extensión, suavemente me metí un testículo y luego los dos, recorrí con mi lengua el tronco, jugué con su cabeza con la punta de mi lengua y me la trague, se la chupé cómo nunca lo hice antes, era cómo si una puta se hubiera apoderado de mi cuerpo porque lo estaba disfrutando, trataba de meterme lo más profundo pero imposible que me tragara un pedazo tan grande. Luego fue él quien me acomodó y sus labios se fueron a encontrar con los míos pero los vaginales, no me la chupaba, la degustaba; con su lengua y labios consiguió llevarme al éxtasis. Luego se dio vuelta y quedamos en un 69 pero él arriba mío, abrí lo que pude y empezó acoger mi boca sin dejar de hacer lo suyo en mi concha, después se incorporó y me abrió las piernas, tomó su pija con una mano y la llevó a la entrada de mi concha. La tenía jugando penetrándome apenas con su cabeza hasta que no dí más y con ambas manos lo empujé para que la totalidad de su pija se pierda en mi interior. De no haber estado tan lubricada me hubiera dolido pero esa sensación fue maravillosa, con mis piernas los rodee para que me penetrara lo más profundo posible, a los minutos me avisó que se venía y le dije que me acabara adentro, no me importó, sentí como su pija se hinchaba y sus líquidos tibios en mi interior. Se derrumbó al lado mío pero yo no estaba dispuesta a que eso quedara ahí, mi boca fue directa a su pija y se la fui limpiando con la lengua saboreando cada gota que quedó ahí. No pasó mucho hasta que se le volvió aparar y me subí en él, tomé su pija con mi mano y la guié a mi concha para empezar a bajar suavemente, quería sentir cada milímetro de ese pedazo de carne. Cuando la tuve toda adentro con los ojos cerrados empecé a moverme en círculos, él me tomó de las tetas con sus manos y me las empezó a chupar, ahí fue que me desaté y lo cabalgué con toda la furia hasta que me hizo acabar. Mi instante de recuperación fue más rápido que el de él porque inmediatamente me puso en cuatro ya quería que me hiciera acabar de nuevo, sentía su pelvis chocar con mis nalgas y sus testículos en mi clítoris, a pesar de su edad no se cansaba, me daba con ganas.
Estábamos en el fragor de la cogida cuando sonó mi teléfono,era mi marido que estaba preocupado por mi tardanza, le pedí a mi amante que no se detuviera y contesté. Me preguntó donde estaba y jadeando le contesté que le estaba dando el gusto, lo puse en altavoz y le dije que una pija enorme me estaba cogiendo, la pija más hermosa de todas; del otro lado silencio, pero no cortó, dejé el teléfono prendido y seguí con lo nuestro. Le empecé a decir barbaridades a mi amante, le dije que era su puta, que iba a hacer lo que el quiera, eso lo calentó más y más fuerte me daba; le pedí que me acabe adentro de nuevo pero me dijo que no, que me quería acabar en la boca, “con esa boca que vas a besar al cornudo de tu marido” me dijo, y así lo hizo, fue la primera vez que no me dio asco, no dejé ni una gota sin tragar…y recién colgué.
Me incorporé para ir al baño a darme una ducha pero el me lo impidió, me dijo que me llevaba ese olor a casa, ya nada me importaba así que nos vestimos y nos fuimos.
Cuando lo despedí en la parada me dijo que siempre iba a estar disponible para mí, me pasó su número y me fui.
Llegué a casa y recién ahí vacilé porque no sabía cómo iba a reaccionar mi marido, entré y me estaba esperando con su cara desencajada, pasé a su lado sin saludarlo y me fui a la habitación, me desnudé y me acosté sin siquiera bañarme, él se metió en la cama y me abrazó, así en cucharita me la metió y yo no me inmuté, dejé que me cogiera sin moverme ni decirle nada,cuando acabó me dijo al oído “gracias”, y se durmió.
El tema no se tocó jamás pero tampoco se detuvo.
Un par de días después lo busqué donde siempre pero él quería manejar antes de arrancar se bajó los pantalones y me dijo que siempre tuvo la fantasía de que se la chupen durante algún viajes y así lo hice, varios camioneros que pasaron a nuestros lado tocaron bocina pero no dejé de chupar,fuimos al telo y me volvió a coger con fuerza.
Mi amante también tenía sus perversiones. Me habló y me dijo que lo encontrara en una estación de servicio en la ruta pero tenía que ir con mi marido. Llegamos a la hora indicada y nos sentamos en una mesa, pedimos algo de beber. Él llego a los minutos y se sentó sólo en otra mesa, con una seña me dijo que lo acompañara y se fue para los baños. Entramos a uno de los cubículos y me sentó en el inodoro, se sacó la pija y se la chupé, después cambiamos posición y lo monté hasta que acabó dentro de mí. Volvimos cómo si nada y le dije a mi marido que nos fuéramos, todos nos miraban. Mi marido volvió y fue a clavarse una paja.
Charlando con él le confesé que había sido el primer desconocido con el cuál me acostaba y le conté la historia con mi marido. Me dijo que a él también la situación le daba un morbo tremendo y que no iba a desperdiciar la oportunidad.
Me llamó un par de días después dijo que me tenía una sorpresa, que le avise a mi marido que llegaba muy tarde. Me indicó que fuera a otra estación de servicio bastante más alejada de la ciudad. Llegué y él ya me estaba esperando, no dejó que me sentara, me dijo que fuera al baño de los varones y me metiera en el cubículo del medio y esperara. Con bastante miedo entré, no había nadie, me senté en el inodoro y noté que en ambas paredes delos cubículos continuos había pequeños agujeros. Escuché alguien entrar a uno y no pude aguantar de mirar cuando empezó a mear, terminó y se empezó a masturbar, no podía dejar de mirar. En eso me llegó un mensaje al celu que decía “soy el primero pero no el último de los desconocidos”, quedé helada, inmediatamente el tipo de al lado introdujo su pija por el agujero, no pude reaccionar y el tipo dijo“chupámela”, la erección se le estaba yendo así que lo agarré tímidamente con mi mano y muy despacio lo masturbé, rápido volvió a su máxima expresión. Mis impulsos me estaban dominando porque acerqué mi boca y se la chupé con muchas ganas, estaba embriagada de pija cuando en un arrebato ví que del otro agujero me observaba un ojo el que dio lugar a otra pija un poco más pequeña que la primera, también se la chupé. Alternaba pajas y chupadas hasta que ambos acabaron, el primero en mi boca y el segundo en toda mi cara. Cuando se fueron corrí hasta el estacionamiento y desde ahí pude observar que mi amante se había ido.
Esa situación me había cambiado la vida por completo porque el hecho de no verles la cara me daba un estado de excitación y descontrol absoluto.
Volví cinco veces más y un par de ellas con mi marido el cual se quedaba observando desde uno de los cubículos cómo las pijas desfilaban y me bañaban de semen.
Otro de sus juegos perversos fue llevarme a su casa, cómo vivía sólo me tenía toda para él, cogíamos desenfrenadamente. Un día me puso boca abajo y ató mis manos al respaldo de la cama, nunca lo había hecho y me excitó, vendó mis ojos y me hizo levantar las nalgas, me penetró pero lo sentí más grande que de costumbre y con más vigor también, le pedí que lo haga más fuerte, me vine en un tremendo orgasmo y cuando iba camino al segundo escuché su voz al lado mío que decía “acabale en la espalda, quiero que el marido lo vea”. Era otro tipo el que me cogía y él me filmaba con mi celu, después me dijo que me soltaba pero no debía sacarme la venda. Entre los dos me cogieron de todas las formas imaginadas, se la chupaba a uno mientras el otro me cogía y cambiaban posición, luego monté a mi amante y éste le ordenó al otro que entre los dos me cogerían la concha a la vez. El otro buscó mi culo y yo le pedí que no, mi amante le repitió que los dos por la concha entonces con la tremenda pija de mi amante totalmente dentro mío el otro intentaba meterla también, para ayudarlo me agaché un poco y él empujó, eso me dolió, le pedí que no la saque pero que lo haga despacio, él se empezó a balancear suavemente y de a poco su pija fue entrando, me mordía el labio de lo mucho que lo estaba disfrutando y cuando tuve ambas muy dentro les pedí que se quedaran quietos un segundo,extendí una mano y pude tocar a ambas pijas en mi concha y me empecé a mover,el que tenía atrás me siguió y fue aumentando el ritmo hasta que se convirtió en frenético. Ambos acabaron adentro y sólo cuando el otro se fue me permitió sacarme la venda, me vestí y me fui. Cuando llegué a casa pude ver los videos y me molestó que no filmara la doble penetración.
Después de eso la cosa empeoró…para mi marido
Continuará…
Intenté masturbarme pero no es lo mío, tengo consolador espero los usaba él en mí, probé sola pero no me motiva.
Él siempre tuvo una fantasía y es verme con otro tipo, toda mi vida pensé que eso era enfermizo.
La idea del engaño siempre me fue esquiva, me divierte escuchar las anécdotas de mis alumnas pero jamás sería capaz.
Un día a la mañana veo que su computadora quedó prendida y hoy pienso que fue a propósito. Varias páginas pornos de cuernos estaban abiertas, en todas el tema era recurrente, mujeres que engañaban a sus maridos pero en presencia de ellos. Me dio curiosidad y al final pasé toda la mañana prendida a la compu. Esa noche quise coger pero él no y eso me hizo enojar muchísimo.
Al otro día me volví a enganchar con esas páginas y la calentura fue en aumento.
Al volver esa noche vi a un hombre en una parada de colectivo en la ruta. Era un tipo de más de cincuenta pero bastante atractivo,delgado, canoso con abundante pelo. Tal vez estaba todos los días pero esa fue la primera vez que noté su presencia. Al otro día pasé y otra vez estaba él,cuando llegué a casa casi forcé a mi marido a coger pero no hubo respuesta. La frustración me estaba matando y distraía de mis tareas, estaba enojada con el mundo.
Esa noche volví y no se cuál fue el motivo pero cuando lo vial tipo en la parada me paré y le ofrecí acercarlo, él por la ventanilla me sonrió y aceptó. Fuimos charlando y yo sentía que la calentura me hacía hablar tonteras, llegamos al cruce y me dijo que ahí se bajaba, se acercó y me dio un beso en la mejilla para agradecerme pero el beso fue cerca de mis labios, y dijo que mañana también iba a estar a esa hora, esto me calentó más todavía. Llegué a casa y ni intenté tocar a mi marido, me encerré en el baño y me hice mi primera paja.
Al otro día me prometí no seguir con el juego pero verlo me hizo parar al instante, él me dijo que había dejado pasar su colectivo esperándome. Esta vez fue más directo y en medio de la charla me dijo que le gustaba mucho, que era una mujer sumamente atractiva y que daría lo que fuera por estar conmigo, tiré mi auto a la banquina y nos empezamos a besar, lo hacía muy bien, posó su mano en mi estómago y la empezó a subir hasta llegar a mis tetas, mi mano subió rápido a la suya pero no para sacarla sino para que apretara más, metió su mano por debajo de mi remera, liberó un pecho del corpiño y me lo chupó, me dijo al oído que fuéramos a un lugar más íntimo, que ahí era muy peligroso, encendí el auto y salimos; no me decía nada, en el viaje acariciaba mis pechos con mucha suavidad y una de mis manos fue a parar a su entrepierna,la tenía grande. Nos seguimos tocando, incluso cuando salí de la ruta y entré por una calle dos tipos miraron como me tocaba las tetas pero ninguno de los dos se detuvo. Así estuvimos hasta que llegamos al telo, era uno berreta pero el más cercano que teníamos, tampoco estaba para lujos. Los nervios me hacían temblar y él me abrazó y tranquilizó, me pidió que me quedara quieta y de apoco me empezó a desvestir.
Se colocó detrás de mí y me sacó la remera, aprovechó para tocar mis pechos sin sacarme el corpiño, luego siguió la calza y sus dedos rozaban suavemente mi clítoris mientras con la otra mano acariciaba un pecho,le tocó su turno de desvestirse pero no dejó que me diera vuelta, lo próximo que sentí fue su pija desnuda posarse en mi culo pero lo quería sentir en su totalidad así que bajé mi bombacha y le apoyé el culo tomándolo de la cintura para que apretara más, el liberó mis pechos en su totalidad y apretando los movía su pelvis de tal forma que su pija subía y baja por mi culo sin penetrarme, lo sentía enorme, me moría por verlo. Me dio vuelta y nos empezamos a besar, él no dejaba de tocar mis pechos y yo busqué desesperada esa pija. Ni bien la tuve en mis manos no pude creer lo grande que era, sobre todo para un tipo de su edad, los años se notaban en su piel. No aguanté más, lo tumbé en la cama y mi boca fue directo a su miembro, primero lo olí en toda su dimensión y luego fue mi lengua la que recorrió cada milímetro de su extensión, suavemente me metí un testículo y luego los dos, recorrí con mi lengua el tronco, jugué con su cabeza con la punta de mi lengua y me la trague, se la chupé cómo nunca lo hice antes, era cómo si una puta se hubiera apoderado de mi cuerpo porque lo estaba disfrutando, trataba de meterme lo más profundo pero imposible que me tragara un pedazo tan grande. Luego fue él quien me acomodó y sus labios se fueron a encontrar con los míos pero los vaginales, no me la chupaba, la degustaba; con su lengua y labios consiguió llevarme al éxtasis. Luego se dio vuelta y quedamos en un 69 pero él arriba mío, abrí lo que pude y empezó acoger mi boca sin dejar de hacer lo suyo en mi concha, después se incorporó y me abrió las piernas, tomó su pija con una mano y la llevó a la entrada de mi concha. La tenía jugando penetrándome apenas con su cabeza hasta que no dí más y con ambas manos lo empujé para que la totalidad de su pija se pierda en mi interior. De no haber estado tan lubricada me hubiera dolido pero esa sensación fue maravillosa, con mis piernas los rodee para que me penetrara lo más profundo posible, a los minutos me avisó que se venía y le dije que me acabara adentro, no me importó, sentí como su pija se hinchaba y sus líquidos tibios en mi interior. Se derrumbó al lado mío pero yo no estaba dispuesta a que eso quedara ahí, mi boca fue directa a su pija y se la fui limpiando con la lengua saboreando cada gota que quedó ahí. No pasó mucho hasta que se le volvió aparar y me subí en él, tomé su pija con mi mano y la guié a mi concha para empezar a bajar suavemente, quería sentir cada milímetro de ese pedazo de carne. Cuando la tuve toda adentro con los ojos cerrados empecé a moverme en círculos, él me tomó de las tetas con sus manos y me las empezó a chupar, ahí fue que me desaté y lo cabalgué con toda la furia hasta que me hizo acabar. Mi instante de recuperación fue más rápido que el de él porque inmediatamente me puso en cuatro ya quería que me hiciera acabar de nuevo, sentía su pelvis chocar con mis nalgas y sus testículos en mi clítoris, a pesar de su edad no se cansaba, me daba con ganas.
Estábamos en el fragor de la cogida cuando sonó mi teléfono,era mi marido que estaba preocupado por mi tardanza, le pedí a mi amante que no se detuviera y contesté. Me preguntó donde estaba y jadeando le contesté que le estaba dando el gusto, lo puse en altavoz y le dije que una pija enorme me estaba cogiendo, la pija más hermosa de todas; del otro lado silencio, pero no cortó, dejé el teléfono prendido y seguí con lo nuestro. Le empecé a decir barbaridades a mi amante, le dije que era su puta, que iba a hacer lo que el quiera, eso lo calentó más y más fuerte me daba; le pedí que me acabe adentro de nuevo pero me dijo que no, que me quería acabar en la boca, “con esa boca que vas a besar al cornudo de tu marido” me dijo, y así lo hizo, fue la primera vez que no me dio asco, no dejé ni una gota sin tragar…y recién colgué.
Me incorporé para ir al baño a darme una ducha pero el me lo impidió, me dijo que me llevaba ese olor a casa, ya nada me importaba así que nos vestimos y nos fuimos.
Cuando lo despedí en la parada me dijo que siempre iba a estar disponible para mí, me pasó su número y me fui.
Llegué a casa y recién ahí vacilé porque no sabía cómo iba a reaccionar mi marido, entré y me estaba esperando con su cara desencajada, pasé a su lado sin saludarlo y me fui a la habitación, me desnudé y me acosté sin siquiera bañarme, él se metió en la cama y me abrazó, así en cucharita me la metió y yo no me inmuté, dejé que me cogiera sin moverme ni decirle nada,cuando acabó me dijo al oído “gracias”, y se durmió.
El tema no se tocó jamás pero tampoco se detuvo.
Un par de días después lo busqué donde siempre pero él quería manejar antes de arrancar se bajó los pantalones y me dijo que siempre tuvo la fantasía de que se la chupen durante algún viajes y así lo hice, varios camioneros que pasaron a nuestros lado tocaron bocina pero no dejé de chupar,fuimos al telo y me volvió a coger con fuerza.
Mi amante también tenía sus perversiones. Me habló y me dijo que lo encontrara en una estación de servicio en la ruta pero tenía que ir con mi marido. Llegamos a la hora indicada y nos sentamos en una mesa, pedimos algo de beber. Él llego a los minutos y se sentó sólo en otra mesa, con una seña me dijo que lo acompañara y se fue para los baños. Entramos a uno de los cubículos y me sentó en el inodoro, se sacó la pija y se la chupé, después cambiamos posición y lo monté hasta que acabó dentro de mí. Volvimos cómo si nada y le dije a mi marido que nos fuéramos, todos nos miraban. Mi marido volvió y fue a clavarse una paja.
Charlando con él le confesé que había sido el primer desconocido con el cuál me acostaba y le conté la historia con mi marido. Me dijo que a él también la situación le daba un morbo tremendo y que no iba a desperdiciar la oportunidad.
Me llamó un par de días después dijo que me tenía una sorpresa, que le avise a mi marido que llegaba muy tarde. Me indicó que fuera a otra estación de servicio bastante más alejada de la ciudad. Llegué y él ya me estaba esperando, no dejó que me sentara, me dijo que fuera al baño de los varones y me metiera en el cubículo del medio y esperara. Con bastante miedo entré, no había nadie, me senté en el inodoro y noté que en ambas paredes delos cubículos continuos había pequeños agujeros. Escuché alguien entrar a uno y no pude aguantar de mirar cuando empezó a mear, terminó y se empezó a masturbar, no podía dejar de mirar. En eso me llegó un mensaje al celu que decía “soy el primero pero no el último de los desconocidos”, quedé helada, inmediatamente el tipo de al lado introdujo su pija por el agujero, no pude reaccionar y el tipo dijo“chupámela”, la erección se le estaba yendo así que lo agarré tímidamente con mi mano y muy despacio lo masturbé, rápido volvió a su máxima expresión. Mis impulsos me estaban dominando porque acerqué mi boca y se la chupé con muchas ganas, estaba embriagada de pija cuando en un arrebato ví que del otro agujero me observaba un ojo el que dio lugar a otra pija un poco más pequeña que la primera, también se la chupé. Alternaba pajas y chupadas hasta que ambos acabaron, el primero en mi boca y el segundo en toda mi cara. Cuando se fueron corrí hasta el estacionamiento y desde ahí pude observar que mi amante se había ido.
Esa situación me había cambiado la vida por completo porque el hecho de no verles la cara me daba un estado de excitación y descontrol absoluto.
Volví cinco veces más y un par de ellas con mi marido el cual se quedaba observando desde uno de los cubículos cómo las pijas desfilaban y me bañaban de semen.
Otro de sus juegos perversos fue llevarme a su casa, cómo vivía sólo me tenía toda para él, cogíamos desenfrenadamente. Un día me puso boca abajo y ató mis manos al respaldo de la cama, nunca lo había hecho y me excitó, vendó mis ojos y me hizo levantar las nalgas, me penetró pero lo sentí más grande que de costumbre y con más vigor también, le pedí que lo haga más fuerte, me vine en un tremendo orgasmo y cuando iba camino al segundo escuché su voz al lado mío que decía “acabale en la espalda, quiero que el marido lo vea”. Era otro tipo el que me cogía y él me filmaba con mi celu, después me dijo que me soltaba pero no debía sacarme la venda. Entre los dos me cogieron de todas las formas imaginadas, se la chupaba a uno mientras el otro me cogía y cambiaban posición, luego monté a mi amante y éste le ordenó al otro que entre los dos me cogerían la concha a la vez. El otro buscó mi culo y yo le pedí que no, mi amante le repitió que los dos por la concha entonces con la tremenda pija de mi amante totalmente dentro mío el otro intentaba meterla también, para ayudarlo me agaché un poco y él empujó, eso me dolió, le pedí que no la saque pero que lo haga despacio, él se empezó a balancear suavemente y de a poco su pija fue entrando, me mordía el labio de lo mucho que lo estaba disfrutando y cuando tuve ambas muy dentro les pedí que se quedaran quietos un segundo,extendí una mano y pude tocar a ambas pijas en mi concha y me empecé a mover,el que tenía atrás me siguió y fue aumentando el ritmo hasta que se convirtió en frenético. Ambos acabaron adentro y sólo cuando el otro se fue me permitió sacarme la venda, me vestí y me fui. Cuando llegué a casa pude ver los videos y me molestó que no filmara la doble penetración.
Después de eso la cosa empeoró…para mi marido
Continuará…
12 comentarios - El Cornudo de mi marido
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