You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Casi un cuento chino (1era parte)

Conocí a Ling en el verano de 2011 cuando inauguraron un supermercado a dos cuadras de casa, era la hija de los dueños del súper chino.
Ling tenía 20 años , era bajita, de cabello extremadamente lacio y negro, grandes ojos que no coincidían con su origen asiático, diría que casi como los de un cómic oriental, pequeños pechos, cintura delgada y una cola bien parada que le agregaba un toque de elegancia, además -obviamente- de su piel increíblemente pálida.
Esa tarde del 1° de enero el único lugar abierto era el chino ... buscaba algo para calmar mi sed cuando apareció ella, con una sonrisa de oreja a oreja y se presentó, indagandome por lo que necesitaba en un castellano algo confuso.
Debo admitir que nunca había visto una chinita tan perfecta, casi como para tenerla en la mesita de luz... y con una amabilidad inusual me acompañó hasta la góndola donde estaba el producto que buscaba.

Regresé a los dos días acompañado de mi hija de 3 años, Ling me vio y me saludó con la mano ... seguí recorriendo las góndola y se acercó a nosotros preguntando por el nombre de mi hija y la llevó con ella hacia la caja donde le dio caramelos.
Regresé a casa y me daba vueltas la cabeza pensando en esa mujer ... tan bella ... tan distinta. A la noche descargué mi pasión con mi mujer, pero con la imagen de Ling dentro mío.

Comencé a ir todos los días al supermercado previendo hacerlo en un horario en que Ling se encontrara sola, nuestras conversaciones se fueron haciendo más largas e íntimas podría decirse, y esto incluía algún que otro roce, algo que a ella no parecía incomodarle.

Una tarde - cerca de las 19 hs.- buscaba una botella de vino - tenían una muy buena selección de vinos - y Ling observó que no encontraba lo que yo buscaba y acercándose a mí me preguntó qué botella era la que quería ... me tomó de la mano y me condujo hacia el depósito donde podría encontrar la marca deseada.
Mientras buscábamos la caja nuestros rostros quedaron cerca y, mirando que no hubiera nadie, la besé.
Ling respondió a mi beso ... lo hizo eterno ... acaricié su cabello y ella me abrazó fuerte ... 
nos separamos bruscamente al escuchar que alguien venía y salimos con la caja de vinos que tanto buscaba. Me acompañó hasta la caja y en un papel de ticket escribió: "... te espero 21 horas por entrada de costado..." ... le agradecí y me fui.

Inventé un partido de fútbol con amigos para excusarme ante mi mujer, dejé el auto en una calle con poca luz a tres cuadras del supermercado y casi como un ladrón fui caminando mirando hacia todos lados hasta que ella me abrió la puerta, haciéndome señas que me quedara ahí contra la pared.
Ling apagó todas las luces y caminó hacia donde yo estaba, tenía puesta una remera sin mangas y un pantalón amplio de tela fina ... fuimos hacia la parte trasera del local y allí apoyados en el escritorio nos abrazamos y besamos.
Me apretaba fuerte rodeándome con sus brazos ... fui bajando mis manos por su espalda hasta dejarlas en su cola... ella rió y agarró mis manos indicando que le apretara y pellizcara las nalgas... como yo era considerablemente más alto la dureza de mi verga le daba a la altura del estómago ... igualmente comencé  a refregarla en su cuerpo y ella a acariciarla.
Dejé por un momento su cola y saqué de un solo movimiento su remera ... corrí el corpiño hacia arriba y aparecieron dos pequeños pechos de pezones rosados que en seguida fueron alcanzados por mi boca... ella gemía ...
Bajó mi pantalón y -sin agacharse demasiado - comenzó a pasar su lengua por todo el largo de mi pija, lamiendo también mis huevos. Cada tanto daba mordiscos en la punta de mi cabeza que me provocaban dolor, pero enseguida bajaba envolviendo con su lengua hasta engullirla totalmente.
No duré mucho, ella sabía cómo se chupaba una pija... le advertí lo que iba a suceder pero sacándome la mano la hundió hasta el fondo de su garganta tragando toda mi leche sin desperdiciar una gota... y siguió así hasta que perdí la dureza.
Nos besamos y arrodillándome bajé sus pantalones y su bombacha: estaba totalmente mojada.
Abrió sus piernas apoyándose en el escritorio y le devolví al placer que ella me había dado.
Mi lengua dibujó cada uno de sus labios ... mordisqué su clítoris haciéndola poner en puntas de pie ante cada contacto ... hundió con su mano mi cabeza y esparció sus jugos por mi boca y mi cara... todo había pasado muy rápido, seguramente por la calentura que estábamos sintiendo.

Luego de un rato de caricias y besos Ling fue hasta una de las cajas y trajo un preservativo ... se agachó un poco y jugando son su lengua en mi frenillo  hizo que estuviese listo para otra ronda en segundos, colocándome el forro con su boca ...
Corrí unos papeles que se encontraban allí y la acosté en el escritorio, noté el increíble contraste de mi pija - negra y brillosa- con el blanco de su piel ...levanté sus piernas hasta mis hombros y la fui penetrando pausadamente, gozando de cada suspiro y gemido que Ling emitía
Amasaba sus tetitas y les pasaba la lengua ... ella se arqueaba y murmuraba algo inentendible ... luego de un rato bastante más prolongado que la primera vez acabamos juntos, al mismo tiempo ...
Salí de ella  y Ling tomó mi pija y la limpió con su lengua íntegramente, e incorporándose me besó, haciéndome sentir al gusto de mi leche y su jugo ... tenía un grado de perversión que me encantaba.

Nos vestimos sin dejar de besarnos, me acompañó hasta la salida y observando que nadie pasara por la vereda caminé hacia mi auto.

Llegué a casa y estando en la ducha no pude dejar de pensar en Ling... en la maravillosa Ling.

4 comentarios - Casi un cuento chino (1era parte)

gust7387
Muy buen relato me hiciste acordar a una que tenia un cyber y me quede con las ganas de poder garcharla
achito1981
Muy buen relato👏👏👏👏👏
josegroso
me encantaria cojerme una chinita...
van 10