No te pierdas la primera y segunda parte!
Mechy volvió a su cuarto, a estudiar, dejando el consolador sobre la cama de su madre. Martina lo agarro y lo guardó en su sitio. Las dos mujeres siguieron como si nada hubiese pasado, pero la complicidad entre ellas había crecido. Siempre se habían llevado bien, pero ahora, los lazos se habían estrechado aún más.
Un par de días después regresó el marido de Martina. Generalmente, volvía caliente de sus viajes, cosa qua a Martina le gustaba, ya que imaginaba que no había parado en ningún puticlub de ruta. Además, la primera noche siempre echaban un buen polvo. Pero esta vez, el se corrió tan rápido que no le dio a Marinacasi ni tiempo a calentarse, se dio la vuelta y se echó a dormir. Le llenó el vagina con una buena ración de semen caliente, almacenado durante días. Martina no se lo tuvo en cuenta.
El pobre venía agotado del viaje. A los pocos minutos empezó a roncar.Martina empezó a calentarse. Se levantó sigilosamente en busca de su amigo, para volver a la cama y calmar su calor. Pero no estaba ahi. Mechy lo había agarrado seguro. "Vaya momento", pensó. Salió de su piesa y fue a la de Mechy como estaba, desnuda de cintura para abajo, con un camison translucido.
La puerta estaba abierta. Su hija dormía, por lo que entró sin hacer ruido. Aún así, Mechy abrió los ojos, somnolienta.
-Hola mami....¿Qué pasa?
-Hola bebe. Necesito el juguete.
-Ah, lo agarre yo. Como estaba papi pensé que no lo ibas a usar.
-El muy sonso acabo enseguida y me quede con ganitas.
Mechy encendió la luz de su mesita de luz. Abrió el cajon y sacó el vibrador, pasándoselo a su madre, que lo agarro, ansiosa.
-Gracias. Uf, lo necesito. Y si tu padre se despierta, que se joda jajaja.
-Si queres, hacelo aca.
Martina se quedó quieta un momento. Ya se habían visto. Ya se habían cojido la una a la otra con el vibrador. Una vez más no importaba. Así podría gemir sin preocuparse por despertarlo.
-Bueno. Movete un poquito.
Mechy se levantó y se sentó a los pies de su cama, mientras su madre se acostaba, abría sus piernas, encendía el vibrador y se lo clavaba hasta el fondo.
-Ummmmm que rico....mierda, como estoy.
Martina miró como Mechy se levantaba y se acercaba a la puerta, cerrándola. Luego, encendió la luz.
-¿Por qué enciendes?
-Es que con la de la mesita es poca luz.
-¿Poca luz?
-Es que me gusta mirarte, mami - dijo, un poco sonrojada.
Se acercó de nuevo a la cama y se volvió a sentar a los pies. Su madre, con las piernas abiertas, metía y sacaba el aparato zumbando dentro y fuera de su conchita. Martina pensaba en las palabras de su hija, que le gustaba mirarla. Eso la excitó aún más. Miró a Mechy a los ojos, pero su hija miraba fijamente como el consolador hacía su trabajo.
La chica se dio entonces cuenta de algo. De la vagina su madre salía un líquido blanquecino. que bajaba formando una linea por la raja del culo de Martina. El consolador además estaba muy brillante.
-Mami..¿Es eso que te sale la leche de papá?
-Aggggg sí...Me dejó tan caliente que ni me lavé....Estaba llenito....Me llenó a rebosar.
Mechy, antes de dormirse, había usado el vibrador y se había regalado un estupendo orgasmo, pero el ver a su madre cojiendose, y como el semen de su padre le salía de la concha, la calentó otra vez. Metió una de sus manos por dentro del pijama y empezó a masturbase, sin dejar de mirar a su madre. Martina se dio cuenta de lo que hacía su hija. Se masturbaba mirando como ella lo hacía.
-¿Qué se siente, mami?
-¿Cuándo?
-Cuándo una pija se corre dentro tuyo
-Ummmm es una sensación muy rica, sobre todo si lo hace justo cuando estas acabando. Es como un repentino calor que te invade.
-Aggg como deseo tener un novio.
-Para que te llenen de leche no hace falta tener novio.
-Mamá!
Martina se dio cuenta de lo que había dicho, llevada por su enorme calentura. Pero ya estaba dicho. Se metió el consolador con más fuerza, con más velocidad.
-Sólo hace falta. aggggggg u-un hombre, una buena pija bien cargada que te coje hasta que reviente de placer adentro tuyooo..Agggggggggggg
Mechy se metió varios dedos en la rajita, asombrada por las palabras de su madre. Asombras y excitada.
-¿Me dejas a mí, mami?
Martina la miró. Supo a qué se refería. Se enterró el consolador hasta el fondo y quitó su mano. Mechy acercó la suya y prosiguió con el movimiento, mientras con su otra mano seguía masturbándose.
Martina cerró los ojos y llevó sus manos a sus tetas, acariciándolas, pellizcando sus pezones, mientas sentía como Mechy la cogia , acercándola con rapidez al orgasmo.
Mechy seguía mirando como aún seguía saliendo el semen de su padre de la vagina de su madre. Su corrida debió ser grandiosa. Se imaginó toda esa leche caliente estallando dentro de ella. La mezcla de semen y flujos vaginales olía suave, y se sorprendió a si misma preguntándose a que sabría. Sin darse cuenta, acercó su cara a la vagina de su madre, sacó el consolador y lamió la raja, pasando la lengua por la abertura de la vagina, y recogiendo en ella la rica mezcla. La saboreó y le gustó.
-¡ Mechy! Eso no!
Una cosa es que su hija las masturbara con el consolador, que se la cojiera con él, y otra muy distinta que le comiera el concha. Pero no cerró las piernas. Y cuando Mechy la volvió a lamer, cerró los ojos y disfrutó.
Mechy lamió, chupó, besó. Martina la encontró inexperta, pero el placer que le dio fue tal que en menos de 10 segundos estalló por primera vez en la boca de otra mujer. En la boca de su hija, que tragó con gusto la mezcla de jugos vaginales y semen que su madre le dio.
Cuando Martina se recuperó de su intenso orgasmo y miró entre sus piernas, se encontró con la mirada de Mechy.
-Mami..no puedo más..cojeme!.
Se incorporó y buscó el vibrador, que seguía encendido, ronroneando. Estaba hecho un desastre, lleno de semen y sus flujos.
-Mejor lo lavo antes, no vaya a ser que te quedes embarazada.
-Jajaja. No creo.
-Nunca se sabe. Basta con que uno sólo de esos bichitos de en la diana.
Salió corriendo al baño, sin hacer ruido, y limpió el vibrador a conciencia. Cuando volvió, Mechy la esperaba acostada, con las piernas abiertas. Y totalmente desnuda. Sus lindas tetas, coronadas por dos duros pezones estaban bien a la vista. Su madre se sentó junto a ella y empezó a pasar la punta del vibrador a lo largo de su mojada rajita, arrancándole los primeros gemidos
-Ahhhhhh sí...cojeme, mami. cojeme.
Se lo metió despacito, mirando como su hija se retorcía de placer. Cuando hizo tope, empezó el vaivén, el mete saca, que hizo arquear la espalda de Mechy.
-Agggggggg que rico mami.....síiiiiiiiiiiii
-¿Estaba rico mi conchita?
-Muy rico, mamá.... Me voy a correr pronto. Estoy muy cachonda...Aggggg
Martina miraba el cuerpo de su hija. Nunca se había sentido atraída por otra mujer, pero al verla así, gozando, gimiendo, con las piernas abiertas. Oliendo su vagina, sintió deseos, por ese cuerpo, por su hija. Miró sus tetas, que se movían acompasadas con la respiración de Mechy. Sin dejar de mover el consolador, agachó su cabeza y acercó sus labios a uno de los pezones. Lo besó, lo lamió, y , finalmente, lo mordisqueó.
Con el consolador bien dentro, Mechy se empezó a correr, levantando y dejando volver a caer el culo en su cama, dando brincos, con los ojos cerrados, agarrada a las sábanas. Martina no dejó de mirarla. Cuando la sintió caer, rendida, le sacó lentamente el vibrador, y lo apagó.
Mechy abrió sus ojos. Se encontró con los de su madre. Se sonrieron.
-Ummmm gracias mami.
-No sé si esto estará bien, bebe.
-¿El qué?
-Esto que hacemos
-¿Por qué no?
-Soy tu madre. Sos mi hija.
-Lo sé. Pero no me importa
-Mechy... Yo...
Mechy se incorporó y abrazó a su madre, con fuerza.
-Mami, yo te quiero.
-Y yo a ti, mi vida
-Mucho.
Le dio un beso en el cuello.
-Mechy...no.
Otro más. Besos tiernos. Hacía mucho que no la besaban así.
-Mechy...ummmm
Más besos. Acercándose a su boca. Martina cerró los ojos. Su cuerpo temblaba, y se estremeció cuando los cálidos labios de Mechy se poyaron en los suyos. Labios que se entreabrieron, abriendo los suyos, y dieron paso a su lengua.
Se besaron, con ternura, con pasión. Mechy se pegó a su madre, pegando sus desnudas tetas contra las suyas.
Cuando Martina notó como Mechy le acariciaba los pechos, gimió con más fuerza.
-Acaríciame, mami.
Ambas mujeres acariciaron los pechos de la otra. Martina las desnudas tetas de su hija, y Mechy, metiendo sus manos por debajo del camson de su madre, las suyas. Los pezones fueron pellizcados. Se chuparon las lenguas. Los cuellos, lamidos.
-Mami.... no puedo más...tócame.
-Lo estoy haciendo.
-No, tócame...la... conchita.
-Hija...
-Por favor...
Martina abandonó las tetas y lentamente bajó su mano hasta la vagina de Mechy, que abrió las la piernas para recibirla. Sus dedos tocaronlos labios vaginales de otra mujer, que era su hija, que gemía suspirando. Estaban mojados. Recorrió los pliegues y encontró él clítoris de Mechy, el cual frotó con delicadeza, haciendo que su hija se estremeciera aún más.
Mechy , con los ojos cerrados, gozaba de la íntima caricia de su madre, y bajó una de sus manos hacia la vagina materna, repitiendo en ésta lo que su madre hacía en el suyo. Ambas mujeres cayeron lentamente sobre la cama, sin dejar de besarse, sin dejar de tocarse. Sin dejar de suspirar, de gozar. Sentían los dedos de la otra frotar, acariciar. Introducirse en sus vaginas. Y ambas notaron como el orgasmo comenzaba en la otra. Como cada una gimió con más fuerza. Como cada una masturbó a la otra con más pasión, y como cada una se tensó en la cúspide del orgasmo. Las dos cerraron sus piernas con fuerza, atrapando la mano de la otra. Las dos quedaron quietas, recorridas por espasmos de placer.
Madre e hija abrieron sus ojos. Se miraron. Se sonrieron y se besaron con ternura, con amor.
-Estamos locas, bebe.
-Ummmm, sí, mami. Pero que locura más rica.
Se abrazaron un ratito más. Mechy dijo, muy convencida:
-Mami, no doy más. Necesito un hombre.
-Jajajaja.
4 comentarios - Mami, no doy más.[3/3]