Los nombres Han sido cambiado para proteger la identidad.
En uno de aquellos sábados típicos de verano, temprano en la mañana, terminábamos de arreglar entre amigos el encuentro de la noche, las bebidas que íbamos a llevar para acompañar el asado que lo haríamos en la casa de uno de mis amigos, como solíamos hacer cada cierto tiempo.
En horas de la tarde entre mensajes, me encontraba hablando con una muy amiga de una localidad aledaña, para quedar de juntarnos en casa y de ahí esperar que se haga lo hora que habíamos acordado de juntarnos en la casa de nuestro amigo.
Con Roció (18 años), en adelante Rochi, nos conocíamos desde hacía aproximadamente dos años. Desde que nos vimos por primera vez, siempre tuvimos una gran química y nos hicimos muy buenos amigos y compinches. En todo este tiempo siempre teníamos buena atracción sexual, a tal modo, que nos permitíamos siempre, en modo de broma, dejarnos tocar el uno al otro, sin pudor, pero con ciertos límites.
Poco antes de que ella llegara, en el pueblo se había cortado la luz “como es de pasar en verano”; yo terminaba de acomodar algunas cosas para llevar ya que me encontraba solo, porque el resto de mi familia estaba de viaje y mi hermano se juntaba ese fin de semana con sus amigos. Llega Rochi y nos pusimos a platicar por un rato mientras se ha cercaba lo hora que habíamos acordado para juntarnos con nuestros amigos. Entre jodas y risas, me llaman por teléfono un amigo, para que lo pacemos a buscar, mientras ella entre la penumbra me da como una palmada en mis genitales, mientras yo intentaba atajarme, mientras nos reíamos, terminamos ahí y no fuimos.
En la casa, comimos, nos divertimos y pasamos una noche super genial, con alcohol, música, etc. En uno de los tantos momentos de la noche nos cruzamos en un pacillo que había que atravesar para llegar el baño, en ese instante que nos cruzamos, para joderla como era habitual entre nosotros (y con algunas copitas de más que todos ya teníamos esa noche), la apoye como decir “sin querer”, ella me mira y le digo: - He, ¡amiga no te pongas tan así! -, se ríe, continua y yo entro al baño.
Poco después, mientras le intentaba sacar algo de la mano que me había quitado jodiendo, ella se pone de espaldas y se agacha con la intención de que la apoye fuertemente, para luego decirme con voz baja: Martin (yo 19 años), ¡así es como hay que apoyar! -, con una sonrisa pícara como era habitual. Mientras tanto pensaba - está ya se pasó de copas -, observo, que la hermana de mi amigo de la casa me estaba observando y le decía algo a la novia, claramente de esa situación, que si bien, ya sabían de cómo nos llevábamos con Rochi y la atracción que había entre nosotros.
Terminado casi la noche ya algunos se empiezan a ir y como a las 5 de la mañana con nos vamos con Rochi a mi casa, ya que se iba a quedar un rato, para luego acompañarla a tomar un colectivo más tarde. Pero, para nosotros aquí comenzaría nuestra gran noche.
Una vez que entramos a mi casa, nos pusimos a joder en la cocina comedor y sale el tema de las apoyadas de la noche, nos reímos un poco y ella se me acerca, me mira y me dice: ¡ya que a vos te gusta jugar como a mí!, porque no jugamos el tiempo que nos queda sin nadie que nos ve; o algo así me había dicho. Miro su hermosa boca y le entro con un beso, mientras con una mano le agarro fuerte una de las nalgas de su cola y me dice al oído: hace tiempo tengo ganas de estar con tigo Martin -, y yo le dije algo así como que entonces sea nuestra noche.
Ella se saca la remera, nos besamos y le empiezo a tocar un poco sus lindos pechos, que, si bien no eran muy grandes, sino más bien chicas, pero para mí eran super gustosos. Le ayudó a quitarse el sostén mientras lentamente bajo por su cuello a lamer sus pezoncitos que eran hermosísimos. Ella me quita la remera, me mira y me dice: ahora vamos a tener nuestro mayor secreto de amistad y nos reímos.
Le bajo sus jeans y la vuelvo a besar, mientras acariciaba su entre piernas. La doy vuelta y la apoyo contra la mesa de la cocina comedor y desde la nuca empiezo a bajar besándola por la espalda hasta llegar a sus nalgas, donde le doy unos besos y algunas mordiditas. La giro para bajarle su tanga y lentamente empecé a lamerle su vagina, (que estaba riquísima), mientras sentía como su cuerpo y respiración hablaba. Le practico por algunos minutos sexo oral, me quito la ropa quedando completamente desnudo y le preguntó si quiere ir a la ducha, ella accede.
Una vez en el baño ella me practica sexo oral, hasta el momento en que me hace correr. Nos quedamos ahí en la ducha juntos disfrutando del momento, hasta que salimos, nos sequemos y fuimos hasta mi cuarto.
En mi cuarto nos tiramos en la cama, habremos estado algún tiempo ahí, riéndonos y diciendo que locura estamos haciendo, hasta que nos pusimos super cachondos los dos nuevamente al palo, yo ya tenia mi pene mas duro que nunca y agarro un condon que tenia a mano y la penetro hasta que nuevamente nos corremos los dos. Estuvimos ahí por un par de horas, nos levantamos y la acompaño a tomar el colectivo. Nos dijimos que ese iba a hacer nuestro mayor secreto y de echo lo es, e incluso nuestra mejor noche e inolvidable.
Actualmente nos seguimos viendo, ya de vez en cuando, han pasado unos 8 años. Ella actualmente tiene novio, pero cuando nos vemos y nos miramos, nos sonreímos y ella con esa cara de picara inigualable, claramente porque los dos nos acordamos de esa noche, y ase como un año en un colectivo me dijo: sabes Martin, esa noche fue inolvidable, tuvimos una conexión increíble, y la cual le respondí que si fue una noche increíble.
En uno de aquellos sábados típicos de verano, temprano en la mañana, terminábamos de arreglar entre amigos el encuentro de la noche, las bebidas que íbamos a llevar para acompañar el asado que lo haríamos en la casa de uno de mis amigos, como solíamos hacer cada cierto tiempo.
En horas de la tarde entre mensajes, me encontraba hablando con una muy amiga de una localidad aledaña, para quedar de juntarnos en casa y de ahí esperar que se haga lo hora que habíamos acordado de juntarnos en la casa de nuestro amigo.
Con Roció (18 años), en adelante Rochi, nos conocíamos desde hacía aproximadamente dos años. Desde que nos vimos por primera vez, siempre tuvimos una gran química y nos hicimos muy buenos amigos y compinches. En todo este tiempo siempre teníamos buena atracción sexual, a tal modo, que nos permitíamos siempre, en modo de broma, dejarnos tocar el uno al otro, sin pudor, pero con ciertos límites.
Poco antes de que ella llegara, en el pueblo se había cortado la luz “como es de pasar en verano”; yo terminaba de acomodar algunas cosas para llevar ya que me encontraba solo, porque el resto de mi familia estaba de viaje y mi hermano se juntaba ese fin de semana con sus amigos. Llega Rochi y nos pusimos a platicar por un rato mientras se ha cercaba lo hora que habíamos acordado para juntarnos con nuestros amigos. Entre jodas y risas, me llaman por teléfono un amigo, para que lo pacemos a buscar, mientras ella entre la penumbra me da como una palmada en mis genitales, mientras yo intentaba atajarme, mientras nos reíamos, terminamos ahí y no fuimos.
En la casa, comimos, nos divertimos y pasamos una noche super genial, con alcohol, música, etc. En uno de los tantos momentos de la noche nos cruzamos en un pacillo que había que atravesar para llegar el baño, en ese instante que nos cruzamos, para joderla como era habitual entre nosotros (y con algunas copitas de más que todos ya teníamos esa noche), la apoye como decir “sin querer”, ella me mira y le digo: - He, ¡amiga no te pongas tan así! -, se ríe, continua y yo entro al baño.
Poco después, mientras le intentaba sacar algo de la mano que me había quitado jodiendo, ella se pone de espaldas y se agacha con la intención de que la apoye fuertemente, para luego decirme con voz baja: Martin (yo 19 años), ¡así es como hay que apoyar! -, con una sonrisa pícara como era habitual. Mientras tanto pensaba - está ya se pasó de copas -, observo, que la hermana de mi amigo de la casa me estaba observando y le decía algo a la novia, claramente de esa situación, que si bien, ya sabían de cómo nos llevábamos con Rochi y la atracción que había entre nosotros.
Terminado casi la noche ya algunos se empiezan a ir y como a las 5 de la mañana con nos vamos con Rochi a mi casa, ya que se iba a quedar un rato, para luego acompañarla a tomar un colectivo más tarde. Pero, para nosotros aquí comenzaría nuestra gran noche.
Una vez que entramos a mi casa, nos pusimos a joder en la cocina comedor y sale el tema de las apoyadas de la noche, nos reímos un poco y ella se me acerca, me mira y me dice: ¡ya que a vos te gusta jugar como a mí!, porque no jugamos el tiempo que nos queda sin nadie que nos ve; o algo así me había dicho. Miro su hermosa boca y le entro con un beso, mientras con una mano le agarro fuerte una de las nalgas de su cola y me dice al oído: hace tiempo tengo ganas de estar con tigo Martin -, y yo le dije algo así como que entonces sea nuestra noche.
Ella se saca la remera, nos besamos y le empiezo a tocar un poco sus lindos pechos, que, si bien no eran muy grandes, sino más bien chicas, pero para mí eran super gustosos. Le ayudó a quitarse el sostén mientras lentamente bajo por su cuello a lamer sus pezoncitos que eran hermosísimos. Ella me quita la remera, me mira y me dice: ahora vamos a tener nuestro mayor secreto de amistad y nos reímos.
Le bajo sus jeans y la vuelvo a besar, mientras acariciaba su entre piernas. La doy vuelta y la apoyo contra la mesa de la cocina comedor y desde la nuca empiezo a bajar besándola por la espalda hasta llegar a sus nalgas, donde le doy unos besos y algunas mordiditas. La giro para bajarle su tanga y lentamente empecé a lamerle su vagina, (que estaba riquísima), mientras sentía como su cuerpo y respiración hablaba. Le practico por algunos minutos sexo oral, me quito la ropa quedando completamente desnudo y le preguntó si quiere ir a la ducha, ella accede.
Una vez en el baño ella me practica sexo oral, hasta el momento en que me hace correr. Nos quedamos ahí en la ducha juntos disfrutando del momento, hasta que salimos, nos sequemos y fuimos hasta mi cuarto.
En mi cuarto nos tiramos en la cama, habremos estado algún tiempo ahí, riéndonos y diciendo que locura estamos haciendo, hasta que nos pusimos super cachondos los dos nuevamente al palo, yo ya tenia mi pene mas duro que nunca y agarro un condon que tenia a mano y la penetro hasta que nuevamente nos corremos los dos. Estuvimos ahí por un par de horas, nos levantamos y la acompaño a tomar el colectivo. Nos dijimos que ese iba a hacer nuestro mayor secreto y de echo lo es, e incluso nuestra mejor noche e inolvidable.
Actualmente nos seguimos viendo, ya de vez en cuando, han pasado unos 8 años. Ella actualmente tiene novio, pero cuando nos vemos y nos miramos, nos sonreímos y ella con esa cara de picara inigualable, claramente porque los dos nos acordamos de esa noche, y ase como un año en un colectivo me dijo: sabes Martin, esa noche fue inolvidable, tuvimos una conexión increíble, y la cual le respondí que si fue una noche increíble.
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