Mi nombre es Esteban, tengo 20 años, soy hijo único y siempre fui criado bajo una forma muy cerrada por mi viejo y hasta hace poco tiempo ni siquiera me había pajeado en mi vida.
Paso a describir a mi familia. Mi viejo tiene 52 años, trabaja en una empresa constructora, eso hace que tenga que viajar mucho, mi vieja tiene 40 años, de pelo castaño claro, sus ojos son celestes y rasgados, su cuerpo es la envidia de toda pendeja, ya que se cuida mucho y sus curvas son muy marcadas.
Era el mes de octubre del 2003 y yo me encontraba de novio con una compañera de trabajo, que en ese momento tenía 19 años recién cumplidos. Los dos estábamos haciendo nuestras primeras experiencias en el sexo, a veces nos encerrábamos en mi cuarto y casi siempre terminábamos con poca ropa, pero sin concretar nada. Debido a que yo no llegaba nunca a acabar, mis huevos estaban inmensos, cargados de leche a más no poder.
Estando un domingo en casa, después de pasar un rato viendo televisión, intento pararme para ir a buscar una bebida y grité del dolor por una puntada que tuve en los huevos, eso hizo que mi vieja venga enseguida.
-¿Qué pasa hijo?-
-Nada ma, nada- Lo dije con lágrimas en los ojos.
-No te creo, decime que te pasa-
-Es que es un tema que tengo que hablar solo con papá-
-Pero tu padre no viene hasta dentro de unos días-
-Si, es que me da vergüenza hablar con vos de esto-
-Ok, entonces vamos a ir al médico-
Al otro día a la tarde fuimos al médico y a duras penas le conté mi problema, un poco vergonzoso por estar mi vieja adelante y además ella se sonreía por todo lo que pasaba y el médico me explicó lo que pasaba.
-Debido a la elevada producción de testosterona, y al no ser evacuada, esta se acumula en los testículos produciendo algún pinchazo en estos…-No recuerdo que más dijo, porque no pude concentrarme por lo avergonzado que estaba, pero terminó diciendo …que la solución era evacuarlos de cualquier manera.
Luego de decir eso, me pide que baje mis pantalones para examinarme. Yo lo hice con un poco de temor porque mi vieja estaba mirándome, pero lo hice igualmente. El médico me examina y dice:
-Veo que están repletos- Debo haber puesto alguna cara rara porque mi vieja dejó de mirar, dándose la vuelta posteriormente saliendo de la sala. Una ves de vuelta a casa, mi vieja me dice:
-Podés confiar en mí, aunque el tema te de vergüenza, voy a tratar de aconsejarte en lo que pueda-
Entonces fui a mi habitación a tratar de solucionar el problema tal como el médico me había explicado, mediante una paja. Cuando me lo dijo, me preguntó si sabía como hacerla y le dije que sí, pero en realidad nunca lo había hecho.
Estaba en mi cuarto con los pantalones hasta los tobillos y aunque trataba de bajar el prepucio, me era imposible, así que hice más fuerza logrando que eso me produzca un ardor impresionante, haciendo salir las lagrimas y un pequeño quejido. Esto hizo alertar a mi vieja que entró a mi habitación preguntando:
-¿Estás bien?-
-No puedo- Le contesté llorando.
-¿No te explicó el médico como tenías que hacerlo?-
-Si pero le dije que sabía masturbarme, pero en realidad nunca lo hice-
-Primero tenés que lubricarla, lo podés hacer con saliva, bueno, por lo que veo tu padre no habló mucho con vos, no te hagas problema empezaremos desde cero, pero no tenés que tener vergüenza que soy tu madre y estoy para ayudarte-
-Está bien-
-Ok, para masturbarte tenés que estar caliente, debes pensar en algo o en alguien, eso hará que tu pene se eleve y empiece a crecer. Si ves que la piel no se desplaza para atrás, agarrás saliva en tus dedos y lo pasás por la cabeza, eso hará que se lubrique. Una vez logrado, empezás a frotar tu mano con los dedos formando un círculo sobre tu pene. A medida que lo hacés, vas presionando un poco con los dedos, eso te dará placer, podés aumentar el ritmo de las subidas y bajadas ¿ok?-
-Si-
-Bien, ahora me voy y hacelo tranquilo- lo dijo sonriendo.
-Cualquier cosa me llamás-
Una vez que se fue, traté de hacer lo que me había explicado, pero otra vez me ardía la cabeza, entonces grité:
-Ma, me duele- Se vio que no estaba muy lejos porque apenas pude cubrirme con las sabanas cuando entró al cuarto.
-¿Qué pasó?-
-No se me arde, no puedo- Mi vieja se puso roja como acalorada y se le comenzaron a sobresalir los pezones…
-Mira Esteban, esto no se lo tenés que contar a nadie, ni siquiera a tu padre, por que él no entendería lo que una madre es capaz de hacer por su hijo ¿Queda claro?-
-Si- Dije un poco confundido.
-Bueno déjame ver- Decía, mientras me sacaba la sabana que me cubría.
-Lo que tenés que hacer es agarrar esta hermosura así y luego con los dedos de la otra mano, los llevas hasta la boca y agarrás saliva, luego lo frotás por la cabecita así, después empezás un vaivén de arriba para abajo así…, le vas dando presión a tus dedos para darte placer…así…¿Y como te sentís, te arde?-
-No mami, se siente bien-
-Ves hijo que no es tan difícil. ¿querés que siga?-
-Si mami por favor-
-¿Estás disfrutando?-
-¿Siii?-
-También podés frotar los huevos un poco para darte placer…así…¿Qué sentís?-
-Que hay algo que quiere salir, pero no puede-
-Ok, mami va a acelerar el ritmo para que todo fluya…así… Va mejorando-
-Si ma, está cerca creo, ooooh me sale-
-Dejalo que fluya para mami-
-Ahhh si acá va mami-
-Si bebé, dale la lechita a mami, dásela bien calentita-Decía mientras aceleraba el ritmo de su mano.
No paraba de salir, parecía litros y litros de leche, todo o gran parte fue a parar a la blusa de mi vieja, la cual sé hacía transparente, dejando traslucir sus hermosas tetas. Otra parte fue a su cara y el resto sobre mi pecho. Mi vieja parecía poseída, parecía disfrutar mucho de la paja que me estaba haciendo.
-Muy bien bebé, me bañaste toda con tu lechita, mmmmmm- Decía mientras se pasaba su lengua por alrededor de sus labios, saboreando mi acabada.
-¿Todavía te duele?-
-Si, pero mucho menos-
-Bien, quizás mas tarde debas hacerte otra, para aliviar a estos- Decía tocándome los huevos.
Luego se levantó y se fue a su cuarto, yo quedé desconcertado, pasé de nunca pajearme, a que mi vieja me haga una y no solo eso, sino que disfruté como loco.
Pasaron unas horas y después de darme un baño, el dolor comenzó a aparecer, mas leve pero molesto. Fui al baño para no manchar todo y comencé a pajearme sin buenos resultados, ya que no conseguía una buena erección. Frustrado, y con solo el bóxer puesto, busqué a mi vieja que estaba en el living mirando la televisión y le digo:
-Mami el dolor volvió a aparecer y no puedo-
-¿Te raspa?-
-No. No logro una buena erección, está flácida. ¿Porqué me pasa eso?-
-No lo sé… a ver- Dijo, bajando ella misma el bóxer hasta los tobillos y no hace mas que agarrarme la pija, que empieza a crecer.
-Parece que solo quiere las caricias de mami; que no se malacostumbre porque no siempre va a estar mama-
-Ayudame otra vez por favor-
-Bueno, pero dejá que me saque el camisón, porque sino me vas a manchar toda- Así fue como por primera vez pude verla totalmente desnuda, era hermosa, solo se quedó con la tanga puesta.
-¿Te gusta lo que ves?-Recostándose en el respaldo del sillón y de esa manera sus tetas sobresalían más.
-Si mami, tenés unas tetas hermosas, parecen suaves-
-¿Querés comprobarlo- No terminó de decir eso que mis manos estaban en sus tetas. Parecía que yo era el único que disfrutaba, ya que mi vieja estaba con sus ojos cerrados, su cabeza hacia atrás y de su boca salía un mmmmm!!!!!!.
Sus pezones crecían cada vez más y llegaron a ser como mi dedo meñique, eso hizo que recordara mi época de lactancia y me los llevara a la boca.
-Ahhh hijo, no debiste hacer eso, es mi perdición Aaahhahh-
Después de estar como diez minutos jugando con sus tetas, mi vieja pegó un grito que parecía que la había mordido.
-Siisiisiiii mi amor, seguí… no pares, estoy ahhhh… no lo puedo creer AAAhhhhh…- Solo pare para verla y la verdad que parecía una diosa, recostada en el sillón con su tanguita bien metida en la concha, la cual estaba empapada.
-Gracias hijo, estuvo genial, dejáme que termine con tus dolores, vení parate adelante- Lo primero que hizo fue frotarme con sus manos mis huevos y luego le dio un beso en la cabeza de mi pija y posteriormente comenzó con un sube y baje impresionante. Estaba disfrutando mucho, cuando mi vieja dijo:
-Hijo, espero que disfrutes lo que voy a hacer, como disfruté yo- Después de decir eso, se llevó mi pija a su boca y me la empezó a chupar mientras solo decía, mmmmmm.
-Ahora poné la pija en la hendidura de mis tetas y sostené con las manos y empezá a pajearte con ellas-
-¿Así mami?-
-Si bebé, movete amor, pajearte con mis tetas que me encanta- Mi vieja me miraba con esos ojos divinos y en su mirada se veía que sería capaz de cualquier cosa por su hijo.
La sensación era hermosa estaba gozando muchísimo, cerré los ojos para disfrutar más hasta que sentí la humedad de la boca de ella sobre la cabeza de mi pija. Eso me hacía tocar el cielo con las manos.
-Hay ma, me está volviendo loco esto-
-A mí también hijo, acelerá- Estuve unos minutos más y una erupción se acercaba.
-Ma, voy a acabarrrr-
-Si, amor, hacelo en mi cara… en mi boca- y empecé a descargarme de una forma violenta.
Apunté mi pija a su boca y ella lo encerró entre sus labios chupando toda mi leche que contenían mis huevos. Parecía hambrienta, no se despegaba de mi pija ni un milímetro, trataba de tragarse todo, pero como mi acabada era abundante, se le escapaba por las comisuras. Cuando dejé de acabar, se la sacó de la boca y se la refregaba toda por su cara manchándose toda.
-Gracias ma, el dolor se me fue, además me encantó lo que me hiciste-
-Yo también disfruté mucho, ahora andá a cambiarte y recordá que esto no se lo tenés que contar a nadie- Quiero decirles que desde ese día no ha pasado nada más, aunque no dejo de pensar en eso, eso sí, no hay paja que me haga que no recuerde sus tetas, su cara llena de leche. La verdad creo que me enamoré de ella. Un abrazo.
Paso a describir a mi familia. Mi viejo tiene 52 años, trabaja en una empresa constructora, eso hace que tenga que viajar mucho, mi vieja tiene 40 años, de pelo castaño claro, sus ojos son celestes y rasgados, su cuerpo es la envidia de toda pendeja, ya que se cuida mucho y sus curvas son muy marcadas.
Era el mes de octubre del 2003 y yo me encontraba de novio con una compañera de trabajo, que en ese momento tenía 19 años recién cumplidos. Los dos estábamos haciendo nuestras primeras experiencias en el sexo, a veces nos encerrábamos en mi cuarto y casi siempre terminábamos con poca ropa, pero sin concretar nada. Debido a que yo no llegaba nunca a acabar, mis huevos estaban inmensos, cargados de leche a más no poder.
Estando un domingo en casa, después de pasar un rato viendo televisión, intento pararme para ir a buscar una bebida y grité del dolor por una puntada que tuve en los huevos, eso hizo que mi vieja venga enseguida.
-¿Qué pasa hijo?-
-Nada ma, nada- Lo dije con lágrimas en los ojos.
-No te creo, decime que te pasa-
-Es que es un tema que tengo que hablar solo con papá-
-Pero tu padre no viene hasta dentro de unos días-
-Si, es que me da vergüenza hablar con vos de esto-
-Ok, entonces vamos a ir al médico-
Al otro día a la tarde fuimos al médico y a duras penas le conté mi problema, un poco vergonzoso por estar mi vieja adelante y además ella se sonreía por todo lo que pasaba y el médico me explicó lo que pasaba.
-Debido a la elevada producción de testosterona, y al no ser evacuada, esta se acumula en los testículos produciendo algún pinchazo en estos…-No recuerdo que más dijo, porque no pude concentrarme por lo avergonzado que estaba, pero terminó diciendo …que la solución era evacuarlos de cualquier manera.
Luego de decir eso, me pide que baje mis pantalones para examinarme. Yo lo hice con un poco de temor porque mi vieja estaba mirándome, pero lo hice igualmente. El médico me examina y dice:
-Veo que están repletos- Debo haber puesto alguna cara rara porque mi vieja dejó de mirar, dándose la vuelta posteriormente saliendo de la sala. Una ves de vuelta a casa, mi vieja me dice:
-Podés confiar en mí, aunque el tema te de vergüenza, voy a tratar de aconsejarte en lo que pueda-
Entonces fui a mi habitación a tratar de solucionar el problema tal como el médico me había explicado, mediante una paja. Cuando me lo dijo, me preguntó si sabía como hacerla y le dije que sí, pero en realidad nunca lo había hecho.
Estaba en mi cuarto con los pantalones hasta los tobillos y aunque trataba de bajar el prepucio, me era imposible, así que hice más fuerza logrando que eso me produzca un ardor impresionante, haciendo salir las lagrimas y un pequeño quejido. Esto hizo alertar a mi vieja que entró a mi habitación preguntando:
-¿Estás bien?-
-No puedo- Le contesté llorando.
-¿No te explicó el médico como tenías que hacerlo?-
-Si pero le dije que sabía masturbarme, pero en realidad nunca lo hice-
-Primero tenés que lubricarla, lo podés hacer con saliva, bueno, por lo que veo tu padre no habló mucho con vos, no te hagas problema empezaremos desde cero, pero no tenés que tener vergüenza que soy tu madre y estoy para ayudarte-
-Está bien-
-Ok, para masturbarte tenés que estar caliente, debes pensar en algo o en alguien, eso hará que tu pene se eleve y empiece a crecer. Si ves que la piel no se desplaza para atrás, agarrás saliva en tus dedos y lo pasás por la cabeza, eso hará que se lubrique. Una vez logrado, empezás a frotar tu mano con los dedos formando un círculo sobre tu pene. A medida que lo hacés, vas presionando un poco con los dedos, eso te dará placer, podés aumentar el ritmo de las subidas y bajadas ¿ok?-
-Si-
-Bien, ahora me voy y hacelo tranquilo- lo dijo sonriendo.
-Cualquier cosa me llamás-
Una vez que se fue, traté de hacer lo que me había explicado, pero otra vez me ardía la cabeza, entonces grité:
-Ma, me duele- Se vio que no estaba muy lejos porque apenas pude cubrirme con las sabanas cuando entró al cuarto.
-¿Qué pasó?-
-No se me arde, no puedo- Mi vieja se puso roja como acalorada y se le comenzaron a sobresalir los pezones…
-Mira Esteban, esto no se lo tenés que contar a nadie, ni siquiera a tu padre, por que él no entendería lo que una madre es capaz de hacer por su hijo ¿Queda claro?-
-Si- Dije un poco confundido.
-Bueno déjame ver- Decía, mientras me sacaba la sabana que me cubría.
-Lo que tenés que hacer es agarrar esta hermosura así y luego con los dedos de la otra mano, los llevas hasta la boca y agarrás saliva, luego lo frotás por la cabecita así, después empezás un vaivén de arriba para abajo así…, le vas dando presión a tus dedos para darte placer…así…¿Y como te sentís, te arde?-
-No mami, se siente bien-
-Ves hijo que no es tan difícil. ¿querés que siga?-
-Si mami por favor-
-¿Estás disfrutando?-
-¿Siii?-
-También podés frotar los huevos un poco para darte placer…así…¿Qué sentís?-
-Que hay algo que quiere salir, pero no puede-
-Ok, mami va a acelerar el ritmo para que todo fluya…así… Va mejorando-
-Si ma, está cerca creo, ooooh me sale-
-Dejalo que fluya para mami-
-Ahhh si acá va mami-
-Si bebé, dale la lechita a mami, dásela bien calentita-Decía mientras aceleraba el ritmo de su mano.
No paraba de salir, parecía litros y litros de leche, todo o gran parte fue a parar a la blusa de mi vieja, la cual sé hacía transparente, dejando traslucir sus hermosas tetas. Otra parte fue a su cara y el resto sobre mi pecho. Mi vieja parecía poseída, parecía disfrutar mucho de la paja que me estaba haciendo.
-Muy bien bebé, me bañaste toda con tu lechita, mmmmmm- Decía mientras se pasaba su lengua por alrededor de sus labios, saboreando mi acabada.
-¿Todavía te duele?-
-Si, pero mucho menos-
-Bien, quizás mas tarde debas hacerte otra, para aliviar a estos- Decía tocándome los huevos.
Luego se levantó y se fue a su cuarto, yo quedé desconcertado, pasé de nunca pajearme, a que mi vieja me haga una y no solo eso, sino que disfruté como loco.
Pasaron unas horas y después de darme un baño, el dolor comenzó a aparecer, mas leve pero molesto. Fui al baño para no manchar todo y comencé a pajearme sin buenos resultados, ya que no conseguía una buena erección. Frustrado, y con solo el bóxer puesto, busqué a mi vieja que estaba en el living mirando la televisión y le digo:
-Mami el dolor volvió a aparecer y no puedo-
-¿Te raspa?-
-No. No logro una buena erección, está flácida. ¿Porqué me pasa eso?-
-No lo sé… a ver- Dijo, bajando ella misma el bóxer hasta los tobillos y no hace mas que agarrarme la pija, que empieza a crecer.
-Parece que solo quiere las caricias de mami; que no se malacostumbre porque no siempre va a estar mama-
-Ayudame otra vez por favor-
-Bueno, pero dejá que me saque el camisón, porque sino me vas a manchar toda- Así fue como por primera vez pude verla totalmente desnuda, era hermosa, solo se quedó con la tanga puesta.
-¿Te gusta lo que ves?-Recostándose en el respaldo del sillón y de esa manera sus tetas sobresalían más.
-Si mami, tenés unas tetas hermosas, parecen suaves-
-¿Querés comprobarlo- No terminó de decir eso que mis manos estaban en sus tetas. Parecía que yo era el único que disfrutaba, ya que mi vieja estaba con sus ojos cerrados, su cabeza hacia atrás y de su boca salía un mmmmm!!!!!!.
Sus pezones crecían cada vez más y llegaron a ser como mi dedo meñique, eso hizo que recordara mi época de lactancia y me los llevara a la boca.
-Ahhh hijo, no debiste hacer eso, es mi perdición Aaahhahh-
Después de estar como diez minutos jugando con sus tetas, mi vieja pegó un grito que parecía que la había mordido.
-Siisiisiiii mi amor, seguí… no pares, estoy ahhhh… no lo puedo creer AAAhhhhh…- Solo pare para verla y la verdad que parecía una diosa, recostada en el sillón con su tanguita bien metida en la concha, la cual estaba empapada.
-Gracias hijo, estuvo genial, dejáme que termine con tus dolores, vení parate adelante- Lo primero que hizo fue frotarme con sus manos mis huevos y luego le dio un beso en la cabeza de mi pija y posteriormente comenzó con un sube y baje impresionante. Estaba disfrutando mucho, cuando mi vieja dijo:
-Hijo, espero que disfrutes lo que voy a hacer, como disfruté yo- Después de decir eso, se llevó mi pija a su boca y me la empezó a chupar mientras solo decía, mmmmmm.
-Ahora poné la pija en la hendidura de mis tetas y sostené con las manos y empezá a pajearte con ellas-
-¿Así mami?-
-Si bebé, movete amor, pajearte con mis tetas que me encanta- Mi vieja me miraba con esos ojos divinos y en su mirada se veía que sería capaz de cualquier cosa por su hijo.
La sensación era hermosa estaba gozando muchísimo, cerré los ojos para disfrutar más hasta que sentí la humedad de la boca de ella sobre la cabeza de mi pija. Eso me hacía tocar el cielo con las manos.
-Hay ma, me está volviendo loco esto-
-A mí también hijo, acelerá- Estuve unos minutos más y una erupción se acercaba.
-Ma, voy a acabarrrr-
-Si, amor, hacelo en mi cara… en mi boca- y empecé a descargarme de una forma violenta.
Apunté mi pija a su boca y ella lo encerró entre sus labios chupando toda mi leche que contenían mis huevos. Parecía hambrienta, no se despegaba de mi pija ni un milímetro, trataba de tragarse todo, pero como mi acabada era abundante, se le escapaba por las comisuras. Cuando dejé de acabar, se la sacó de la boca y se la refregaba toda por su cara manchándose toda.
-Gracias ma, el dolor se me fue, además me encantó lo que me hiciste-
-Yo también disfruté mucho, ahora andá a cambiarte y recordá que esto no se lo tenés que contar a nadie- Quiero decirles que desde ese día no ha pasado nada más, aunque no dejo de pensar en eso, eso sí, no hay paja que me haga que no recuerde sus tetas, su cara llena de leche. La verdad creo que me enamoré de ella. Un abrazo.
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