Para quienes no la recuerdan, Camila es mi hermana menor. Tiene 23 años, es flaquita, de piel muy blanca, cintura muy chiquita, cola super parada y muy pocas tetas. A diferencia de mí, ella nunca quiso operarse las lolas.
Ella tuvo un cambio total en su vida cuando vino a vivirse conmigo a La Plata, hasta entonces era más bien aburrida. Típica vida con novio, salía poco, tomaba poco, estudiaba mucho. Con mi forma de ser, mis amigas fiesteras y mis chongos que desfilaban todo el tiempo por nuestro depto, poco a poco la fui degenerando. Fue así como empezó a tener machos por todos lados cambiando su estilo de vida. Para colmo, su cara de "nenita linda" la hacía un imán para los flacos.
Cuando volví al país, hacía 2 años y 3 meses que no la veía, y es que desde que me había mudado no habíamos podido organizar una visita de ella como correspondía. Quedamos entonces en vernos el finde.
Cami llegó el sábado a la mañana temprano y lo único que hicimos hasta el mediodía fue charlar y ponernos al día.
A la tarde dormimos una pequeña siesta y al levantarnos le conté de los planes. Cena a la noche con ella y mi amiga Euge, y luego boliche. Era un plan sencillo y tranqui, o al menos eso es lo que le dije a ella. El verdadero plan era otro...
Fuimos la boliche que hacía un tiempo atrás habíamos estado con Euge y en cual nos habían garchado. Después de bailar y tomar unos tragos sólo nosotras tres, empezamos a bailar con un grupo de cuatro flacos.
Al ratito nomas Cami se apartó con uno de ellos y luego de un poco de franeleo se pusieron a chapar. Con Euge nos quedamos bailando con los otros tres. Al rato yo le estaba comiendo la boca a uno de los otros chicos y mi amiga a otro. Uno solo quedó dando vueltas ahí y la verdad, no sé qué hizo (pobre).
Después de chapar un buen rato las tres nos fuimos al baño para alejarnos un poco de ellos, la típica. Ni mucho menos pensábamos estar toda la noche ahí con tantos flacos para probar. Cami se comió esa noche, según me dijo después, tres flacos más. Yo me comí dos y Euge me dijo que uno, aunque nunca le creí.
Por comer me refiero a unos buenos besos de lengua y manos que iban para todos lados. En el chape vale todo, y qué mejor que me toquen toda para mantener la temperatura alta.
Finalmente nos encontramos con ellos: Rodri, Ger y Seba. Rodri era el macho de Euge, con el que yo había cogido en el vip y en mi depto aquella noche de tanto descontrol. Seba era un macho mío y Ger un amigo de Rodri, no lo conocíamos pero era muy lindo. Lo que mi hermana no sabía era que ya habíamos hablado con ellos para irnos todos a mi depto.
Cami pegó onda enseguida con Seba, así que al rato quedamos en irnos.
Al llegar al depto, Rodri me tiró contra el sillón y empezó a sacarme la ropa con desesperación. Sólo estaba prendida una lámpara en el living de mi depto. Cami se fue para la cocina con la intención de buscar agua, pero Seba la interceptó antes de abrir la heladera y le metió la mano por adentro de su pantalón. Euge fue para mi pieza, ya se empezaban a escuchar sus gemidos. "Ya se la pusieron, la más rápida de todas", pensé.
Enseguida mis pensamientos se cortaron de golpe cuando sentí la lengua de mi chico metiéndose en mi concha. Lo que gemí no tiene nombre... El sexo oral me puede. Mientras jugaba con mi clítoris haciéndome gozar increíblemente, yo me agarraba las tetas y me mordía lo labios, me costaba mucho mantener las piernas quietas, realmente estaba disfrutando demasiado.
Para colmo la excitación iba en aumento, tenía una vista preferencial para verla a Cami chupándole la pija a Seba.
La desesperación de Rodri había bajado de intensidad, ahora él disfrutaba tanto como yo de la chupada de concha, a ritmo lento pero continuo, con la lengua moviéndose en perfecta armonía con un dedo adentro, el goze era total. "Ya sabés que si seguís así me hacés acabar", le dije como pude con respiración entrecortada. Él me miró, sonrió y siguió en la suya. Lo estaba disfrutando tanto como yo.
Unos minutos más tarde llegó el tan esperado orgasmo, la presión en su lengua sobre mi clítoris me hizo explotar de placer, empecé a retorcerme, abría y cerraba las piernas con la cabeza de mi macho entre ellas mientras él seguía chupando ahora más suave y lento.
Tras al menos un minuto completo de puro disfrute, empecé a calmarme. Sentía la cara toda caliente, seguramente se me había puesto toda roja como me pasa con los orgasmos tan fuertes. Ni bien pude hablar le rogué que me penetrara. Pero él ya se había adelantado y con la pija al palo ya se estaba poniendo el forro.
Empezó entonces a golpearme con la cabeza del pene la concha, esos golpecitos previos a ser penetrada me estaban volviendo loquita. "Ay Dios metela por favor, metela!", le grité a lo último.
Rodri empujó su poronga y no paró hasta meterla toda adentro. "La extrañaste?", me dijo cuando empezó lentamente con sus movimientos de mete y saca. "Ay sí, dale haceme mierda!", empecé a decirle mientras me agarraba las piernas, las abría y empezaba a ponérmela a un ritmo más fuerte.
Recién en ese momento, cuando nuestros cuerpos chocaban y hacía ruido, volví a escuchar a mi hermana y a Euge. No es que hubiese parado de garchar, es que me había concentrado tanto en mí que me había abstraído por completo.
Mi hermana estaba apoyada en la mesada, apoyando las tetas ahí mientras Seba se la ponía por atrás, la típica de paradita. Podía ver cómo la cabeza se le iba para atrás cada vez que su macho le agarraba el pelo y tironeaba.
"Así te gusta?". Enseguida volví a lo mío, Rodrí me había puesto de costadito mientras me agarraba y apretaba las lolas. No llegué a responderle que enseguida me agarró y me puso en cuatro en el sillón. Me la metía agarrándome los cachates de la cola y luego al igual que a Cami, me agarró el pelo tan pero tan fuerte que grité de dolor.
Yo gritaba como una puta esperando volver a acabar en cualquier momento. Pero mi hermana se me adelantó, cuando acabó sus gritos ahogaron los míos y los de Euge. "Ay Dios, qué bueno que está ésto", dijo mientras continuaron cogiendo.
Hubiese faltado poco para que yo volviera a acabar, pero mi macho me sacó la pija, me hizo arrodillar y sacándose el forro empezó a pajearse apuntando a mi boca. Mientras esperaba con la boca abierta que saliera toda la leche, giré la cabeza porque apareció Euge de la mano de su macho.
Mi amiga se río al verme ahí de rodillas esperando que acabara mi macho. Rodri entonces me agarró del pelo para enderezar mi cabeza y sin meterme la pija del todo en la boca, acabó llenándome la boca de semen. Unos tres chorros de leche espesa fueron a mi lengua, las demás gotas fueron al resto de mi cara.
Con la leche de él en mi boca, empecé a reírme y casi se me cae todo, pero contuve la risa, lo miré fijo, le mostré todo lo que me había dado y me lo tragué todo sin problemas. Era bastante pero pude igual.
Ahora se venía el cambio. Yo le agarré la mano a Ger y me lo llevé a mi cama, y le tocaba a Euge coger con Rodri. "Ahora me vas a garchar vos", le dije yéndonos.
Mi pieza era un desconche, las almohadas y ropa tiradas por todo el piso, la cama toda torcida y las sábanas semi salidas. Parecía que había pasado un tornado. Mi nuevo macho tenía la pija toda dura así que fue cuestión de segundos para tenerla adentro. "Al fin", pensé, me había quedado con tantas ganas de acabar que no iba a tardar mucho.
"Cogeme fuerte, quiero acabar", le dije. Con Ger arriba mio, no sólo sentía el peso de todo el cuerpo, sino su pija entrando y saliendo a todo ritmo mientras mi clítoris se frotaba contra su cuerpo. Tras unos pocos minutos así sentí que venia el orgasmo.
"Ay te acabo! Ay te acabo!", empecé a gritar mientras él me cogía más y más fuerte. La cama golpeaba contra la pared de las embestidas animales que me pegaba mi macho. Estaba gozando tanto que acabé como una puta retorciéndome y sonriendo de oreja a oreja, necesitaba ese orgasmo, me había quedado muy caliente cuando Rodri me había acabado antes.
Luego lo acosté boca arriba en mi cama, me senté arriba de su poronga y comencé a cogerlo yo a él. Después de todo, se merecía una buena garchada, me había hecho acabar. Mi culo se movía de arriba hacia abajo permitiendo que la pija entrara y casi saliera por completo, luego movimientos circulares para un lado y para el otro, mientras mis manos se apoyaban en su pecho, manteniendo así mi colita parada.
Tras un buen rato así, Ger se levantó, me sentó arriba de la mesita de luz y con las piernas levantadas, me siguió garchando. Mientras estábamos en pleno sexo aparece Cami y Seba, él se tiró boca arriba y mi hermanita se sentó arriba y empezó a montarlo. "Ésta pendeja no para", pensé mientras veía por un lado la pija de mi hombre entrando y saliendo, y a Cami saltando y gimiendo como una loca.
Cami no tardó en acabar, la verdad a esa altura ya había perdido la cuenta pero seguro ya había acabado dos veces. Cami tenia apoyadas las manos en el pecho de Seba y levantando y bajando la cola como una maestra se lo cogía.
"Ay putita seguí así", le dijo mientras le agarraba las tetas. Enseguida su macho acabó, mientras su pija no hacia otra cosa que entrar y salir de la concha de mi hermana, finalmente fue bajando el ritmo y se acostó al lado de él, hasta esperar por otro round.
Mi chico ahora me agarró de la mano y me puso en cuatro en la cama, me la metió y tras un par de metidas y sacadas empezó a meterme un dedo en la cola. Mientras tanto, a unos centímetros míos estaba Cami y Seba nos miraban.
Seba aprovechaba la vista en primer plano de mi garche para tocarse la pija asi se depertaba más rápido. En tanto Cami le acariciaba los huevos. Fue increíble cómo esa pija creció en tan pocos segundos, los estímulos eran tan fuertes que no tardó ni tres minutos en recuperarse.
Enseguida la puso a Cami también en cuatro y en el lado opuesto de mi cama, quedando ella y yo cara con cara. El dedo en mi cola entraba y salía, pero mis gemidos empezaron a aumentar cuando metió dos dedos. "Listo, ahora viene la pija", pensé.
"Me dejás hacerte la cola?", me preguntó Ger. Pensé para qué me preguntaba si ya me venía metiendo los dedos. Le dije que sí, pero que agarrara el lubricante en el cajón. Se puso un poco en el forro, un poco en mi cola, y empezó a empujar...
Poco a poco mi ano fue cediendo permitiendo que el pene entrara lentamente. La metía hasta la mitad, la sacaba, la volvía a meter. Al ratito nomás ya entraba toda y empezó lo bueno. Seba comenzó a culearme mientras yo gozaba como la más puta, mientras tanto me frotaba el clítoris.
No aguanté así ni dos minutos, acabé otra vez más. Aunque me moví para todos lados por el orgasmo, mi chico nunca dejó de romperme el culo, siempre la pija entrando y saliendo de mi cola. Cuando me calmé comencé recién a disfrutar de nuevo.
Luego Ger me tiró en la cama boca abajo y poniéndose arriba mio, de nuevo me la metió por la cola. Mientras tanto Cami con la cara toda roja, seguía garchando en cuatro. Enseguida Seba le sacó la pija, y arrodillada al lado de la cama, le vació toda la pija en su cara, llenándosela de leche. Mi hermanita respiraba ahora más relajada, como si hubiese estado esperando esa leche. Estaba contenta.
Y como si se hubiesen puesto de acuerdo, mi chico sacó la pija de mi cola, se sacó el forro y me acabó en los cachetes del culo. Todos estábamos algo cansados a esa altura, pero estábamos lejos de terminar con la jornada, yo aún seguia sedienta de pija y quería cogerme un rato a Seba. Quería probarlos a todos.
Con mi hermana nos fuimos al baño a limpiarnos, ella toda la cara enchastrada y yo el culo. Estábamos hecho un desastre. En el camino vimos a Euge y su macho acostados en el sillón, habían frenado un rato también.
Cuando salimos los chicos nos estaban esperando con ganas, aunque todavía no tenían la pija muy crecidas. Cami dijo de descansar un rato pero no le dieron bola, Ger la hizo agachar y le metió la pija en la boca.
Lo mismo hizo Seba conmigo, sólo que al ver cómo se la metían a Cami le sirvió de estímulo para que le parara. Me la metió en la boca al re palo, y agarrándome del pelo me empezó a empujar la pija hasta la garganta. Empecé a toser y decirle que vaya más despacio, pero haciendo caso omiso me agarró aún más fuerte del pelo y nuevamente me embistió su pija con la boca. "Listo, entendí todo", pensé. Quería cogerme por la boca.
Con sus dos manos ahora agarrándome la cara, me metía y sacaba el pene a todo ritmo, yo tosía cada tanto y se me caía saliva al piso, estábamos haciendo un desastre. Tras un par de minutos en donde apenas me dejaba respirar, se dignó a hacerme levantar, me puso en cuatro y de nuevo... en la cola.
"Ay Dios, despacito", le dije cuando sentí con todas sus fuerzas que me metía toda la pija entera de una. Claro, si su amigo me había roto el culo, él no iba a quedarse atrás. En esas veo que Ger agarra el lubricante también y empieza a ponérselo en la pija. "Era el turno de romperle el culo a Cami".
Rodrigo apareció en el preciso momento en donde las dos hermanitas, Cami y yo, estábamos siendo culeadas al mismo tiempo, en la misma posición, en la misma cama. Se quedó ahí parado en la puerta mientras veía cómo gemíamos y gritábamos.
Rodri, con la pija parada la llamó a Euge. Mi amiga apareció y sólo dijo "Ah bueno!", enseguida se agachó y empezó a chuparse la pija. Rodri la tenía re parada, estaba excitadísimo de vernos cómo nos hacian la cola.
Mi amiga se la chupó un rato, se levantó y le dijo algo al oido a Rodri. "Segura?", le preguntó, es todo lo que alcancé a escuchar, lo demás ya no pude, estaba demasiado entretenida con la pija de mi macho en mi cola.
Rodri se acercó entonces a Ger, le dijo algo al oído, se empezó a reir y me dijo "Chiquita, vamos a ver qué tan puta sos". En ese momento Cami justo estaba acabando. La cara de dolor que tenia me dió hasta pena, Seba no había sido suave, le había roto realmente el culo.
Ger se sentó en la cama y me dijo que lo montara. Yo ya me la veía venir, si bien hacía al menos dos meses que no me lo hacían, siempre en el sexo grupal terminaba pasando. Con la pija dentro de mi concha, Rodri se metió en la cama también, para empezar lentamente a meterla en mi cola. Se iba a venir una doble penetración potente. Mientras tanto Cami, Euge y Seba nos miraban.
La pija que costó entrar fue la de Rodri, era justo la más gruesa y con la pija de Ger ya dentro de mi concha, me hacía doler y costaba entrar. Pero la desesperación de él hizo que lo lograra bastante rápido,a costa de tener que aguantármela. Lentamente los dos empezar a garcharme, uno por la concha, otro por la pija.
Mis piernitas aguantaba las embestidas de Rodri que me rompía el culo con demasiadas ganas. Con la doble penetración grité como nunca en esa noche. Me excitaba, me gustaba, me calentaba, me sentía puta, pero era difícil mantener el ritmo de ellos. Por eso que hacia un tiempito no me lo hacían, me la aguantaba bastante bien.
Los chicos me penetraron doble no sé durante cuánto tiempo, pero el suficiente para que Ger me dijera que ya me acabara. Una vez que acabó, Rodri siguió con mi cola un rato más. Pero él estaba lejos de acabar.
"Ahora vos Cami, dale vení Seba", les dijo. Sin lugar a que Cami lo dudara, la agarró fuerte del brazo y la tiró (literalmente) en la cama. "Ay no, hace mucho no lo hago, me van a destruir".
Pero mientras Cami hablaba y con mi amiga mirábamos, los chicos ya la tenían casi sometida, próximo a ser penetrada doble. Esta vez con un poco más de suavidad, comenzaron a penetrarla con unos gritos de Cami muy intensos.
Para sorpresa mía, tras un par de minutos la hicieron acabar. Se retorció tanto del intenso orgasmo que tuvieron que sacar sus pijas. Fue entonces cuando Rodri decidió sacarse el forro y le acabó en la cara, mientras ella seguia estaba tirada tratando de recuperar el aliento.
Seba entonces se sacó también el forro pero se acercó a mí y a Euge. Nos agachamos y entre las dos empezamos chupársela. Nuestras lenguas se entrelazaban todas llenas de saliva, mientras él nos miraba y gozaba de la mejor manera. Cada tanto con mi amiga nos comíamosla boca, y volvíamos a chupársela.
En plena chupada pudimos sentir cómo la leche empezaba a salir de su pija, hacienco aún más placentero todo. Con nuestras bocas llenas de su semen, se la terminamos de chupar hasta que se le durmió, y nos besamos un buen rato. Luego tragamos lo que nos había quedado.
Los chicos estaban a esa altura exhaustos, Cami estaba tirada en la cama ya semi dormida, con Eugue no estábamos tan mal, pero a mí me ardía el culo y la concha.
Los chicos se vistieron y yo me puse un sobretodo (en bolas) para bajar a abrirles. Cuando llegué Cami estaba en la cama toda tapada durmiendo y Euge por meterse en la ducha. "Te acompaño, estoy toda pegoteada", le dije riéndome.
Nos metimos en la ducha, nos enjabonamos y tocamos un rato hablando de lo bien que lo habíamos pasado. Cuando nos terminamos de bañar nos metimos en la cama junto con Cami que dormía placenteramente...
Ella tuvo un cambio total en su vida cuando vino a vivirse conmigo a La Plata, hasta entonces era más bien aburrida. Típica vida con novio, salía poco, tomaba poco, estudiaba mucho. Con mi forma de ser, mis amigas fiesteras y mis chongos que desfilaban todo el tiempo por nuestro depto, poco a poco la fui degenerando. Fue así como empezó a tener machos por todos lados cambiando su estilo de vida. Para colmo, su cara de "nenita linda" la hacía un imán para los flacos.
Cuando volví al país, hacía 2 años y 3 meses que no la veía, y es que desde que me había mudado no habíamos podido organizar una visita de ella como correspondía. Quedamos entonces en vernos el finde.
Cami llegó el sábado a la mañana temprano y lo único que hicimos hasta el mediodía fue charlar y ponernos al día.
A la tarde dormimos una pequeña siesta y al levantarnos le conté de los planes. Cena a la noche con ella y mi amiga Euge, y luego boliche. Era un plan sencillo y tranqui, o al menos eso es lo que le dije a ella. El verdadero plan era otro...
Fuimos la boliche que hacía un tiempo atrás habíamos estado con Euge y en cual nos habían garchado. Después de bailar y tomar unos tragos sólo nosotras tres, empezamos a bailar con un grupo de cuatro flacos.
Al ratito nomas Cami se apartó con uno de ellos y luego de un poco de franeleo se pusieron a chapar. Con Euge nos quedamos bailando con los otros tres. Al rato yo le estaba comiendo la boca a uno de los otros chicos y mi amiga a otro. Uno solo quedó dando vueltas ahí y la verdad, no sé qué hizo (pobre).
Después de chapar un buen rato las tres nos fuimos al baño para alejarnos un poco de ellos, la típica. Ni mucho menos pensábamos estar toda la noche ahí con tantos flacos para probar. Cami se comió esa noche, según me dijo después, tres flacos más. Yo me comí dos y Euge me dijo que uno, aunque nunca le creí.
Por comer me refiero a unos buenos besos de lengua y manos que iban para todos lados. En el chape vale todo, y qué mejor que me toquen toda para mantener la temperatura alta.
Finalmente nos encontramos con ellos: Rodri, Ger y Seba. Rodri era el macho de Euge, con el que yo había cogido en el vip y en mi depto aquella noche de tanto descontrol. Seba era un macho mío y Ger un amigo de Rodri, no lo conocíamos pero era muy lindo. Lo que mi hermana no sabía era que ya habíamos hablado con ellos para irnos todos a mi depto.
Cami pegó onda enseguida con Seba, así que al rato quedamos en irnos.
Al llegar al depto, Rodri me tiró contra el sillón y empezó a sacarme la ropa con desesperación. Sólo estaba prendida una lámpara en el living de mi depto. Cami se fue para la cocina con la intención de buscar agua, pero Seba la interceptó antes de abrir la heladera y le metió la mano por adentro de su pantalón. Euge fue para mi pieza, ya se empezaban a escuchar sus gemidos. "Ya se la pusieron, la más rápida de todas", pensé.
Enseguida mis pensamientos se cortaron de golpe cuando sentí la lengua de mi chico metiéndose en mi concha. Lo que gemí no tiene nombre... El sexo oral me puede. Mientras jugaba con mi clítoris haciéndome gozar increíblemente, yo me agarraba las tetas y me mordía lo labios, me costaba mucho mantener las piernas quietas, realmente estaba disfrutando demasiado.
Para colmo la excitación iba en aumento, tenía una vista preferencial para verla a Cami chupándole la pija a Seba.
La desesperación de Rodri había bajado de intensidad, ahora él disfrutaba tanto como yo de la chupada de concha, a ritmo lento pero continuo, con la lengua moviéndose en perfecta armonía con un dedo adentro, el goze era total. "Ya sabés que si seguís así me hacés acabar", le dije como pude con respiración entrecortada. Él me miró, sonrió y siguió en la suya. Lo estaba disfrutando tanto como yo.
Unos minutos más tarde llegó el tan esperado orgasmo, la presión en su lengua sobre mi clítoris me hizo explotar de placer, empecé a retorcerme, abría y cerraba las piernas con la cabeza de mi macho entre ellas mientras él seguía chupando ahora más suave y lento.
Tras al menos un minuto completo de puro disfrute, empecé a calmarme. Sentía la cara toda caliente, seguramente se me había puesto toda roja como me pasa con los orgasmos tan fuertes. Ni bien pude hablar le rogué que me penetrara. Pero él ya se había adelantado y con la pija al palo ya se estaba poniendo el forro.
Empezó entonces a golpearme con la cabeza del pene la concha, esos golpecitos previos a ser penetrada me estaban volviendo loquita. "Ay Dios metela por favor, metela!", le grité a lo último.
Rodri empujó su poronga y no paró hasta meterla toda adentro. "La extrañaste?", me dijo cuando empezó lentamente con sus movimientos de mete y saca. "Ay sí, dale haceme mierda!", empecé a decirle mientras me agarraba las piernas, las abría y empezaba a ponérmela a un ritmo más fuerte.
Recién en ese momento, cuando nuestros cuerpos chocaban y hacía ruido, volví a escuchar a mi hermana y a Euge. No es que hubiese parado de garchar, es que me había concentrado tanto en mí que me había abstraído por completo.
Mi hermana estaba apoyada en la mesada, apoyando las tetas ahí mientras Seba se la ponía por atrás, la típica de paradita. Podía ver cómo la cabeza se le iba para atrás cada vez que su macho le agarraba el pelo y tironeaba.
"Así te gusta?". Enseguida volví a lo mío, Rodrí me había puesto de costadito mientras me agarraba y apretaba las lolas. No llegué a responderle que enseguida me agarró y me puso en cuatro en el sillón. Me la metía agarrándome los cachates de la cola y luego al igual que a Cami, me agarró el pelo tan pero tan fuerte que grité de dolor.
Yo gritaba como una puta esperando volver a acabar en cualquier momento. Pero mi hermana se me adelantó, cuando acabó sus gritos ahogaron los míos y los de Euge. "Ay Dios, qué bueno que está ésto", dijo mientras continuaron cogiendo.
Hubiese faltado poco para que yo volviera a acabar, pero mi macho me sacó la pija, me hizo arrodillar y sacándose el forro empezó a pajearse apuntando a mi boca. Mientras esperaba con la boca abierta que saliera toda la leche, giré la cabeza porque apareció Euge de la mano de su macho.
Mi amiga se río al verme ahí de rodillas esperando que acabara mi macho. Rodri entonces me agarró del pelo para enderezar mi cabeza y sin meterme la pija del todo en la boca, acabó llenándome la boca de semen. Unos tres chorros de leche espesa fueron a mi lengua, las demás gotas fueron al resto de mi cara.
Con la leche de él en mi boca, empecé a reírme y casi se me cae todo, pero contuve la risa, lo miré fijo, le mostré todo lo que me había dado y me lo tragué todo sin problemas. Era bastante pero pude igual.
Ahora se venía el cambio. Yo le agarré la mano a Ger y me lo llevé a mi cama, y le tocaba a Euge coger con Rodri. "Ahora me vas a garchar vos", le dije yéndonos.
Mi pieza era un desconche, las almohadas y ropa tiradas por todo el piso, la cama toda torcida y las sábanas semi salidas. Parecía que había pasado un tornado. Mi nuevo macho tenía la pija toda dura así que fue cuestión de segundos para tenerla adentro. "Al fin", pensé, me había quedado con tantas ganas de acabar que no iba a tardar mucho.
"Cogeme fuerte, quiero acabar", le dije. Con Ger arriba mio, no sólo sentía el peso de todo el cuerpo, sino su pija entrando y saliendo a todo ritmo mientras mi clítoris se frotaba contra su cuerpo. Tras unos pocos minutos así sentí que venia el orgasmo.
"Ay te acabo! Ay te acabo!", empecé a gritar mientras él me cogía más y más fuerte. La cama golpeaba contra la pared de las embestidas animales que me pegaba mi macho. Estaba gozando tanto que acabé como una puta retorciéndome y sonriendo de oreja a oreja, necesitaba ese orgasmo, me había quedado muy caliente cuando Rodri me había acabado antes.
Luego lo acosté boca arriba en mi cama, me senté arriba de su poronga y comencé a cogerlo yo a él. Después de todo, se merecía una buena garchada, me había hecho acabar. Mi culo se movía de arriba hacia abajo permitiendo que la pija entrara y casi saliera por completo, luego movimientos circulares para un lado y para el otro, mientras mis manos se apoyaban en su pecho, manteniendo así mi colita parada.
Tras un buen rato así, Ger se levantó, me sentó arriba de la mesita de luz y con las piernas levantadas, me siguió garchando. Mientras estábamos en pleno sexo aparece Cami y Seba, él se tiró boca arriba y mi hermanita se sentó arriba y empezó a montarlo. "Ésta pendeja no para", pensé mientras veía por un lado la pija de mi hombre entrando y saliendo, y a Cami saltando y gimiendo como una loca.
Cami no tardó en acabar, la verdad a esa altura ya había perdido la cuenta pero seguro ya había acabado dos veces. Cami tenia apoyadas las manos en el pecho de Seba y levantando y bajando la cola como una maestra se lo cogía.
"Ay putita seguí así", le dijo mientras le agarraba las tetas. Enseguida su macho acabó, mientras su pija no hacia otra cosa que entrar y salir de la concha de mi hermana, finalmente fue bajando el ritmo y se acostó al lado de él, hasta esperar por otro round.
Mi chico ahora me agarró de la mano y me puso en cuatro en la cama, me la metió y tras un par de metidas y sacadas empezó a meterme un dedo en la cola. Mientras tanto, a unos centímetros míos estaba Cami y Seba nos miraban.
Seba aprovechaba la vista en primer plano de mi garche para tocarse la pija asi se depertaba más rápido. En tanto Cami le acariciaba los huevos. Fue increíble cómo esa pija creció en tan pocos segundos, los estímulos eran tan fuertes que no tardó ni tres minutos en recuperarse.
Enseguida la puso a Cami también en cuatro y en el lado opuesto de mi cama, quedando ella y yo cara con cara. El dedo en mi cola entraba y salía, pero mis gemidos empezaron a aumentar cuando metió dos dedos. "Listo, ahora viene la pija", pensé.
"Me dejás hacerte la cola?", me preguntó Ger. Pensé para qué me preguntaba si ya me venía metiendo los dedos. Le dije que sí, pero que agarrara el lubricante en el cajón. Se puso un poco en el forro, un poco en mi cola, y empezó a empujar...
Poco a poco mi ano fue cediendo permitiendo que el pene entrara lentamente. La metía hasta la mitad, la sacaba, la volvía a meter. Al ratito nomás ya entraba toda y empezó lo bueno. Seba comenzó a culearme mientras yo gozaba como la más puta, mientras tanto me frotaba el clítoris.
No aguanté así ni dos minutos, acabé otra vez más. Aunque me moví para todos lados por el orgasmo, mi chico nunca dejó de romperme el culo, siempre la pija entrando y saliendo de mi cola. Cuando me calmé comencé recién a disfrutar de nuevo.
Luego Ger me tiró en la cama boca abajo y poniéndose arriba mio, de nuevo me la metió por la cola. Mientras tanto Cami con la cara toda roja, seguía garchando en cuatro. Enseguida Seba le sacó la pija, y arrodillada al lado de la cama, le vació toda la pija en su cara, llenándosela de leche. Mi hermanita respiraba ahora más relajada, como si hubiese estado esperando esa leche. Estaba contenta.
Y como si se hubiesen puesto de acuerdo, mi chico sacó la pija de mi cola, se sacó el forro y me acabó en los cachetes del culo. Todos estábamos algo cansados a esa altura, pero estábamos lejos de terminar con la jornada, yo aún seguia sedienta de pija y quería cogerme un rato a Seba. Quería probarlos a todos.
Con mi hermana nos fuimos al baño a limpiarnos, ella toda la cara enchastrada y yo el culo. Estábamos hecho un desastre. En el camino vimos a Euge y su macho acostados en el sillón, habían frenado un rato también.
Cuando salimos los chicos nos estaban esperando con ganas, aunque todavía no tenían la pija muy crecidas. Cami dijo de descansar un rato pero no le dieron bola, Ger la hizo agachar y le metió la pija en la boca.
Lo mismo hizo Seba conmigo, sólo que al ver cómo se la metían a Cami le sirvió de estímulo para que le parara. Me la metió en la boca al re palo, y agarrándome del pelo me empezó a empujar la pija hasta la garganta. Empecé a toser y decirle que vaya más despacio, pero haciendo caso omiso me agarró aún más fuerte del pelo y nuevamente me embistió su pija con la boca. "Listo, entendí todo", pensé. Quería cogerme por la boca.
Con sus dos manos ahora agarrándome la cara, me metía y sacaba el pene a todo ritmo, yo tosía cada tanto y se me caía saliva al piso, estábamos haciendo un desastre. Tras un par de minutos en donde apenas me dejaba respirar, se dignó a hacerme levantar, me puso en cuatro y de nuevo... en la cola.
"Ay Dios, despacito", le dije cuando sentí con todas sus fuerzas que me metía toda la pija entera de una. Claro, si su amigo me había roto el culo, él no iba a quedarse atrás. En esas veo que Ger agarra el lubricante también y empieza a ponérselo en la pija. "Era el turno de romperle el culo a Cami".
Rodrigo apareció en el preciso momento en donde las dos hermanitas, Cami y yo, estábamos siendo culeadas al mismo tiempo, en la misma posición, en la misma cama. Se quedó ahí parado en la puerta mientras veía cómo gemíamos y gritábamos.
Rodri, con la pija parada la llamó a Euge. Mi amiga apareció y sólo dijo "Ah bueno!", enseguida se agachó y empezó a chuparse la pija. Rodri la tenía re parada, estaba excitadísimo de vernos cómo nos hacian la cola.
Mi amiga se la chupó un rato, se levantó y le dijo algo al oido a Rodri. "Segura?", le preguntó, es todo lo que alcancé a escuchar, lo demás ya no pude, estaba demasiado entretenida con la pija de mi macho en mi cola.
Rodri se acercó entonces a Ger, le dijo algo al oído, se empezó a reir y me dijo "Chiquita, vamos a ver qué tan puta sos". En ese momento Cami justo estaba acabando. La cara de dolor que tenia me dió hasta pena, Seba no había sido suave, le había roto realmente el culo.
Ger se sentó en la cama y me dijo que lo montara. Yo ya me la veía venir, si bien hacía al menos dos meses que no me lo hacían, siempre en el sexo grupal terminaba pasando. Con la pija dentro de mi concha, Rodri se metió en la cama también, para empezar lentamente a meterla en mi cola. Se iba a venir una doble penetración potente. Mientras tanto Cami, Euge y Seba nos miraban.
La pija que costó entrar fue la de Rodri, era justo la más gruesa y con la pija de Ger ya dentro de mi concha, me hacía doler y costaba entrar. Pero la desesperación de él hizo que lo lograra bastante rápido,a costa de tener que aguantármela. Lentamente los dos empezar a garcharme, uno por la concha, otro por la pija.
Mis piernitas aguantaba las embestidas de Rodri que me rompía el culo con demasiadas ganas. Con la doble penetración grité como nunca en esa noche. Me excitaba, me gustaba, me calentaba, me sentía puta, pero era difícil mantener el ritmo de ellos. Por eso que hacia un tiempito no me lo hacían, me la aguantaba bastante bien.
Los chicos me penetraron doble no sé durante cuánto tiempo, pero el suficiente para que Ger me dijera que ya me acabara. Una vez que acabó, Rodri siguió con mi cola un rato más. Pero él estaba lejos de acabar.
"Ahora vos Cami, dale vení Seba", les dijo. Sin lugar a que Cami lo dudara, la agarró fuerte del brazo y la tiró (literalmente) en la cama. "Ay no, hace mucho no lo hago, me van a destruir".
Pero mientras Cami hablaba y con mi amiga mirábamos, los chicos ya la tenían casi sometida, próximo a ser penetrada doble. Esta vez con un poco más de suavidad, comenzaron a penetrarla con unos gritos de Cami muy intensos.
Para sorpresa mía, tras un par de minutos la hicieron acabar. Se retorció tanto del intenso orgasmo que tuvieron que sacar sus pijas. Fue entonces cuando Rodri decidió sacarse el forro y le acabó en la cara, mientras ella seguia estaba tirada tratando de recuperar el aliento.
Seba entonces se sacó también el forro pero se acercó a mí y a Euge. Nos agachamos y entre las dos empezamos chupársela. Nuestras lenguas se entrelazaban todas llenas de saliva, mientras él nos miraba y gozaba de la mejor manera. Cada tanto con mi amiga nos comíamosla boca, y volvíamos a chupársela.
En plena chupada pudimos sentir cómo la leche empezaba a salir de su pija, hacienco aún más placentero todo. Con nuestras bocas llenas de su semen, se la terminamos de chupar hasta que se le durmió, y nos besamos un buen rato. Luego tragamos lo que nos había quedado.
Los chicos estaban a esa altura exhaustos, Cami estaba tirada en la cama ya semi dormida, con Eugue no estábamos tan mal, pero a mí me ardía el culo y la concha.
Los chicos se vistieron y yo me puse un sobretodo (en bolas) para bajar a abrirles. Cuando llegué Cami estaba en la cama toda tapada durmiendo y Euge por meterse en la ducha. "Te acompaño, estoy toda pegoteada", le dije riéndome.
Nos metimos en la ducha, nos enjabonamos y tocamos un rato hablando de lo bien que lo habíamos pasado. Cuando nos terminamos de bañar nos metimos en la cama junto con Cami que dormía placenteramente...
19 comentarios - 4. Mi hermanita de visita - Sábado
jajaja
:v mire como corrompe a la hermanita jajaja
sisi con mi hermano que tenia cuenta acá y me descubrió y se lo contó a mis viejos, jajajaja
Muy bueno gracias por compartir
"poco a poco la fui degenerando" hermana mayor que corrompe a la menor jjajjaj
+10