Ahora me toca a mí contar lo mío. De tanta excitación sabatina,obvio, yo quería pasar mi experiencia. Y como siempre, cuando busco con quién,nada mejor que la potra, yegua, hembra, loca, mujer de Sandrita. Esa cinturita,ese cuerpo perfecto, sus tetas, su cola, su finura y elegancia, su pintura y perfume. Y esta vez fue mejor,porque fue de noche, por primera vez salí de noche con ella.
Una tarde la llamé a su nuevo número, que ella me había dado diciendoque no tenía ningún problema en sacarse la bombacha conmigo porque estabadespechada con su novio, que la había engañado. Así que hablé con ella, meagradeció el llamado, gauchísima me dijo sí de onda y arreglamos para vernos ala noche. Obvio, excitado como soy, le pedí que se pusiera elegante. Sandritame dijo que sí, y cuando le pregunté qué se iba a poner, me dijo “no, no te lodigo, eso no se dice, es sorpresa mi amor”, con tono mimoso que me la cogía ahínomás. Bueno, me bañé, perfumé y me puse, como la noche estaba fría, campera decuero, camisa, tiradores, pantalón negro y zapatos, y superperfumado me fui abuscarla en remise hasta su casa.
Llegué y cuando toqué el timbre y la vi, casi me la cojo ahí.Sandrita estaba espectacular, ropa de cuero negra ajustadita, medias negras,tacos altos de charol, muy maquillada y perfume muy rico, cartera fina, hastaguantes de cuero, pelirroja, con esos labios de rojo con brillo que meenloquece. El ruido de sus tacos, su ropa de cuero y ni hablar su aroma mesupersacaron y pensé en bajarla ahí en e lauto, pero me contuve. Sandrita medio un beso, me excité y arreglamos para ir a un hotel a cenar y pasar lanoche. Llegamos, bajé de su brazo, metomé de ella y al sentir su chaqueta de cuero me salía el pene por el pantalón,te juro. Entramos, subimos y cenamos románticos, tabla de quesos y fiambres,sandwichitos de miga, gaseosa y luegoflan con dulce de leche. Todo para estar muy bien alimentados y listos para unaguerra, porque aunque yo tuviera la panza vacía me la cogía igual, así queimaginen tan bien alimentado, con la mayonesa de los de miga y mi excitación.
Y tras la cena, vimos tele ahí en la pieza, alfombrada, perfumada,lo que ya me sacaba de arranque. Y luego, le pedí vesos y mimos y, porsupuesto, aunque no sabía si ella iba a aquerer, porque a veces se resiste, deuna sexo. “Sííí, Diegui, por supuesto amor”, me contestó gaucha y mimosa. Deuna empezamos a los besos y mimos, caricias dulces y de las otras, fuimossubiendo de calor y Sandrita me sacó la ropa, mientras yo por mi pedido lesaqué la suya, con unas ganas de bañarle la ropa de mi semen, es más, apenas sela sacaba la tenía un rato en mis manos. Sandri siguió, me acarició todo, besó,besuqueó y me fue haciendo entrar en su trampa sexual sacándome todo yhaciéndome sacarle lo suyo. AL fin se quedó en corpiño y bombacha, y esasmedias negras apenas sostenidas por un portaligas tremendo finito. Y encimaabrió su cartera, sacó la crema y se pasó por el cuerpo. Se me paró la pija, selo dije, ella lo notó enseguida y me sacó el calzón suavecito, magistral, profedel sexo. Y apenas me vio la pija, me la mamó, chupó y cuando estuvo lista laapretó para excitarme y excitarla. Me creció terrible y jadeando le dije que sepusiera en pelotas, así de bruto, me la quería destrozar ahí mismo. Sandrita bailoteó,se sacó el portaligas y las medias negras muy despacito, haciéndome explotar decalentura, y luego se sacó el corpiño, le chupé y amasijé sus tetas, con locura,le pasé mi pene super erecto por la cola, Sandri me esquivó y bailoteóprovocándome hasta hacerme sudar de temperatura y calentura. Al fin, Sandritase sacó la bombacha, la revoleó al suelo y se abrió como una flor lista paraque yo la llene.
Y la llené, y cómo. Como Sandrita quiere un tipo que se le acuesteencima, le di nomás. Me le tiré brutalmente, la agarré, le abrí los brazos ylas piernas bien anchas para que la vagina estuviera bien ensanchadita, y trasdecirle 1-2-3 para calentarla, le enchufé tremendo salchichón de 30 cm por su vagina. Sandripegó un alarido de placer y se entregó. Su aroma a crema y pintura de labios,su perfume exquisito, me supersacó y no tardé nada en darle, frotar y eyacular.Y nomás eyaculé tremendo monstruoso semen en la vagina de Sandrita, que acabóde una su flujo. Nos chupamos todo, ella mi pija, yo su concha, le pedí subombacha y se la chupé. Y ella quiso más, y le di semen en su boca, Sandritatragó mi semen con unas ganas bárbaras. Más vagi, cola, ambas vías, Sandritapidió y pidió y le di hasta dejarla a la miseria. Semen y flujo,ropa por elsuelo, bombacha y calzón mojados, Sandrita se cambió su bombacha varias vecescon las que trajo en su cartera, pero igual me la cogí.
Y para rematar perfecto, cuando ella usó la última que le quedaba,le dije que tras darle y llenarla de semen, se la iba a manchar. Ella me pidióque no , que quería tener al menos una de las que trajo seca y lista para usar,pero no tuve piedad y tras reventarla y taponarle la vagina de mi semen, agarrésu bombacha fina y le pasé la poronga con mi semen chorreante, bañando de pasosus medias negras y hasta pasándole elpene por su cartera.
Ahí le dije que no daba más, que estaba chocho con la noche que medio. Pero la pelirroja divina no tuvo piedad conmigo y me obligó excitada acogerla una vez más. Y su mandato, que no esperaba, me excitó más por loatrevida. Así que, aunque sin mucha fuerza y con el pene ya hecho pomada, igualla penetré, me acordé su ropa de cuero, pintura de labios, los sandwichitos, lanoche que pasamos, olí su perfume re persistente y al frotar con ganas, terminéy eyaculé de nuevo un montonazo de mi espeso y caliente semen en su vagina. Ahísí Sandrita paró, me besó, me mimó, nos dormimos apretaditos, románticos, y ala mañana desayunamos café con leche, tostadas, queso y mermelada, jugo denaranja exprimido y cereales. Pasé una noche de bodas soñada. Salir con una mujertoda de cuero, perfume, maquillaje, cena, hotel, fiambre, sexo a rabiar. Y conla mujer más excitante y perfecta: Sandrita.
Una tarde la llamé a su nuevo número, que ella me había dado diciendoque no tenía ningún problema en sacarse la bombacha conmigo porque estabadespechada con su novio, que la había engañado. Así que hablé con ella, meagradeció el llamado, gauchísima me dijo sí de onda y arreglamos para vernos ala noche. Obvio, excitado como soy, le pedí que se pusiera elegante. Sandritame dijo que sí, y cuando le pregunté qué se iba a poner, me dijo “no, no te lodigo, eso no se dice, es sorpresa mi amor”, con tono mimoso que me la cogía ahínomás. Bueno, me bañé, perfumé y me puse, como la noche estaba fría, campera decuero, camisa, tiradores, pantalón negro y zapatos, y superperfumado me fui abuscarla en remise hasta su casa.
Llegué y cuando toqué el timbre y la vi, casi me la cojo ahí.Sandrita estaba espectacular, ropa de cuero negra ajustadita, medias negras,tacos altos de charol, muy maquillada y perfume muy rico, cartera fina, hastaguantes de cuero, pelirroja, con esos labios de rojo con brillo que meenloquece. El ruido de sus tacos, su ropa de cuero y ni hablar su aroma mesupersacaron y pensé en bajarla ahí en e lauto, pero me contuve. Sandrita medio un beso, me excité y arreglamos para ir a un hotel a cenar y pasar lanoche. Llegamos, bajé de su brazo, metomé de ella y al sentir su chaqueta de cuero me salía el pene por el pantalón,te juro. Entramos, subimos y cenamos románticos, tabla de quesos y fiambres,sandwichitos de miga, gaseosa y luegoflan con dulce de leche. Todo para estar muy bien alimentados y listos para unaguerra, porque aunque yo tuviera la panza vacía me la cogía igual, así queimaginen tan bien alimentado, con la mayonesa de los de miga y mi excitación.
Y tras la cena, vimos tele ahí en la pieza, alfombrada, perfumada,lo que ya me sacaba de arranque. Y luego, le pedí vesos y mimos y, porsupuesto, aunque no sabía si ella iba a aquerer, porque a veces se resiste, deuna sexo. “Sííí, Diegui, por supuesto amor”, me contestó gaucha y mimosa. Deuna empezamos a los besos y mimos, caricias dulces y de las otras, fuimossubiendo de calor y Sandrita me sacó la ropa, mientras yo por mi pedido lesaqué la suya, con unas ganas de bañarle la ropa de mi semen, es más, apenas sela sacaba la tenía un rato en mis manos. Sandri siguió, me acarició todo, besó,besuqueó y me fue haciendo entrar en su trampa sexual sacándome todo yhaciéndome sacarle lo suyo. AL fin se quedó en corpiño y bombacha, y esasmedias negras apenas sostenidas por un portaligas tremendo finito. Y encimaabrió su cartera, sacó la crema y se pasó por el cuerpo. Se me paró la pija, selo dije, ella lo notó enseguida y me sacó el calzón suavecito, magistral, profedel sexo. Y apenas me vio la pija, me la mamó, chupó y cuando estuvo lista laapretó para excitarme y excitarla. Me creció terrible y jadeando le dije que sepusiera en pelotas, así de bruto, me la quería destrozar ahí mismo. Sandrita bailoteó,se sacó el portaligas y las medias negras muy despacito, haciéndome explotar decalentura, y luego se sacó el corpiño, le chupé y amasijé sus tetas, con locura,le pasé mi pene super erecto por la cola, Sandri me esquivó y bailoteóprovocándome hasta hacerme sudar de temperatura y calentura. Al fin, Sandritase sacó la bombacha, la revoleó al suelo y se abrió como una flor lista paraque yo la llene.
Y la llené, y cómo. Como Sandrita quiere un tipo que se le acuesteencima, le di nomás. Me le tiré brutalmente, la agarré, le abrí los brazos ylas piernas bien anchas para que la vagina estuviera bien ensanchadita, y trasdecirle 1-2-3 para calentarla, le enchufé tremendo salchichón de 30 cm por su vagina. Sandripegó un alarido de placer y se entregó. Su aroma a crema y pintura de labios,su perfume exquisito, me supersacó y no tardé nada en darle, frotar y eyacular.Y nomás eyaculé tremendo monstruoso semen en la vagina de Sandrita, que acabóde una su flujo. Nos chupamos todo, ella mi pija, yo su concha, le pedí subombacha y se la chupé. Y ella quiso más, y le di semen en su boca, Sandritatragó mi semen con unas ganas bárbaras. Más vagi, cola, ambas vías, Sandritapidió y pidió y le di hasta dejarla a la miseria. Semen y flujo,ropa por elsuelo, bombacha y calzón mojados, Sandrita se cambió su bombacha varias vecescon las que trajo en su cartera, pero igual me la cogí.
Y para rematar perfecto, cuando ella usó la última que le quedaba,le dije que tras darle y llenarla de semen, se la iba a manchar. Ella me pidióque no , que quería tener al menos una de las que trajo seca y lista para usar,pero no tuve piedad y tras reventarla y taponarle la vagina de mi semen, agarrésu bombacha fina y le pasé la poronga con mi semen chorreante, bañando de pasosus medias negras y hasta pasándole elpene por su cartera.
Ahí le dije que no daba más, que estaba chocho con la noche que medio. Pero la pelirroja divina no tuvo piedad conmigo y me obligó excitada acogerla una vez más. Y su mandato, que no esperaba, me excitó más por loatrevida. Así que, aunque sin mucha fuerza y con el pene ya hecho pomada, igualla penetré, me acordé su ropa de cuero, pintura de labios, los sandwichitos, lanoche que pasamos, olí su perfume re persistente y al frotar con ganas, terminéy eyaculé de nuevo un montonazo de mi espeso y caliente semen en su vagina. Ahísí Sandrita paró, me besó, me mimó, nos dormimos apretaditos, románticos, y ala mañana desayunamos café con leche, tostadas, queso y mermelada, jugo denaranja exprimido y cereales. Pasé una noche de bodas soñada. Salir con una mujertoda de cuero, perfume, maquillaje, cena, hotel, fiambre, sexo a rabiar. Y conla mujer más excitante y perfecta: Sandrita.
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