Saludos a todo el que lea este relato en especial a mis bunniefans. . Siempre he sentido fascinación por la cultura japonesa, su historia, sus mitos y creencias y todo eso. Aunque se hablar japonés, el inglés se me da bastante bien, por lo que no habría problema con el idioma. despues de encontrarme a mi ex amiga Yeenwoo en Tokio, y platique con ella y me acompaño un rato como si fuera mi guia me dejé deslumbrar por su mundo fascinante y desconocido. Las calles, las luces, los templos…son impresionantes y a un que ya lo conocia, siempre hay algo nuevo por ver, Por fortuna, No tardé en hacer nuevos amigos con algunos compañeros de la cuadra , que compartíamos el mismo vecindario. Pero bueno, al grano. Tras llevar un par de semanas, y estar trabajando en el videojuego para el que me contrataron necesitaba un poco de inspiracion asi que sali sola y empecé a recorrer a pie cuanto más pudiera mejor, para disfrutar al máximo mi estancia allí. Llegó un punto en que quedé tan lejos de los lugares que acostumbraba a frecuentar , que me vi obligada a preguntar a algún transeúnte como podía volver(los diálogos los pongo traducidos del japones original en que los hablé).
-Disculpe-le pregunté a un señor de 30 y tantos años-. ¿Sabe como volver a este lugar-y señalé al cuadrante donde vivia en ese entonces en un mapa que siempre llevaba en mano-?.
-Sí claro. Vaya hasta la estación de tren-me respondió en un japones clasico bastante entendible y bastante mejor que el mío-, y luego viaje hasta esta otra estación. De ahí a la casa son un par de minutos a pie. No tiene perdida.
-Muchas gracias por su ayuda-le dije-.
El señor se despidió y seguí mi camino. La estación que me había señalado estaba a pocos minutos de los jardines donde me encontraba, y ya que era algo tarde, fui directo para allá. Tras otros minutos de espera, pasó el tren, y subí casi de milagro dada la afluencia de gente que había. Iba lleno hasta qiue practicamente hiha comprimida . Nunca imaginé lo que sucedería a continuación. A través del maremágnum de gente, pude distinguir a una preciosa japonesa de 20 y tantos años, de pelo liso y largo hasta el cuello, y unos ojos negros y profundos. Las japonesas, como todo lo demás, también me parecían sumamente atractivas y excitantes. Sin embargo, percibí cierta tensión en su rostro, como si algo le estuviera pasando. Mi atención quedó fija en ella y en saber que le ocurría. Comenzó a cerrar los ojos y ladear la cabeza, sin que pudiera entenderlo. Intenté agacharme algo, y cual fue mi sorpresa cuando, a través del tumulto, distinguí a un hombre de unos 45 años, de pelo engominado hacia atrás y gafas, con pinta de ejecutivo o algo así, que tenía su mano derecha dentro de las faldas de ella. Volví a fijarme, y vi las braguitas de aquella chica, que estaban a la altura de los muslos. Aquel hombre, allí delante de todos, estaba tocándola. Mi excitación fue increíble, y me fue imposible apartar la mirada de aquella escena. La japonesa se relamía con mucho disimulo, y temblaba de los dedos que seguramente la estarían violando. Imaginar aquello era mucho que verlo, no daba crédito, pero lo que más me extrañó fue que no gritase o pegase a aquel hombre. ¿Por qué se dejaba hacer de aquella manera?, me preguntaba constantemente. Luego, por el mismo rincón, volví a mirar y con la mano izquierda, cogió las braguitas de su objeto de deseo y las bajó hasta los tobillos, haciendo que se las quitase, y se las llevó a la cara para olerlas y luego guardarlas en un bolsillo de su americana. La japonesa abrió un poco sus piernas y dejó que él hiciera lo que quisiera con ella. Mi mente ya desvariaba pensando en aquello: si era una pareja haciendo algún juego sexual, si ella era prostituta y él un cliente que quería hacerlo en un tren, si eran amantes que huían de la mujer de él o el marido de ella… Para mi era sorprendente por que los japoneses son considerados la sociedad de " los sin sexo "No dejaba de fantasear con ello, y mi excitación hizo que me mojara mi tangita allí mismo, con toda aquella gente. Procuré que no se notase y seguí mirando, observando como aquella chica comenzaba a lanzar minúsculos jadeos de placer, anunciando la llegada de un orgasmo forzado y no deseado. Finalmente le vi apretar los dientes y apoyarse en una barra que tenía al lado, derrengada del esfuerzo. El hombre, en todo el tiempo, mostraba una expresión de indiferencia, conservando una frialdad que me pareció increíble. En aquellos momentos, aparte de mi excitación, deseaba hacia aquella mujer y preguntarle porqué se había dejado violar, pero mientras hacia de voyeur no me había dado cuenta de que ya había llegado a mi parada y tenía que bajar. Con mucha pena me bajé del tren, no sin antes dedicarle una última mirada a aquella japonesa, que tragaba saliva y volvía recomponerse como podía. Recordando aquella escena, y usando un poco la memoria, me fui cuanto antes a casa , lo más deprisa posible. Uno de mis vecinos de enfrente se llamaba Nagoto Takeshi, un joven profesor de historia japonesa, y pensé que él podría sacarme de mis dudas. Contaba además, con una ventaja: aunque no muy bien, el hablaba español y por suerte habia estado en mexico, así que sería más fácil hablar. Al llamar a su puerta le hablé de cenar juntos en el comedor de sushi de Idols y aceptó. Una hora después, tras terminar asuntos personales, Nagoto y yo nos reunimos y pedimos de comer. Tras los típicos formalismos para romper el hielo, le conté la extraña historia que había vivido.
-Es una antigua tradición japonesa-me contó en un español regular-. Te lo explicaré: para toda mujer la violación es una humillación, pero hay otra peor, y es que la gente sepa que esta siendo violada. Esa mujer que viste no podía consentir que se supiera que la estaban forzando. Sería…una deshonra.
-No lo comprendo-dije incrédulo-. ¿Con todos los avances que ha habido y los que aún hay y esa mujer sigue pegada a una vieja costumbre?. Sería más fácil haber protestado o luchado, no sé, hacer algo evitar que la forzasen.
-Japón es una tierra de costumbre antiquísimas, y de un estricto sentido del honor-recalcó acercándose un poco a mi-, algo que se ha perdido en tierras occidentales. Lo llamamos "giri". Y el giri es muy importante para todo japonés que se digne de serlo. Mucho me temo que el giri no podrá cambiarlo ningún avance moderno, amiga mía y querida Fany-Utsukushī-añadió con cierta ironía-. No todo cambia con el tiempo.
-Es evidente que aún tengo mucho que aprender. Lástima que en pocos dias termine mi contrato y mi proyecto con Capcom
-He ido un par de veces y quizá vuelva en otra ocasión. Si tú quieres podrías darme tu dirección y te vaya a visitar.
Hablamos de más cosas a lo largo de aquella cena y me instruyó en tradiciones como la ceremonia del té, la historia de los samuráis(palabra que por cierto significa "guardia" o "el que sirve" en japonés) y algún que otro mito que la mayoria son historias de terror como la leyenda de Negoro-no-mushi-oni. Una vez la cena acabó, volví a mis asuntos y mi mente volvió a recordar aquella violación. Al llegar a mi habitación estuve masturbándome varias veces hasta que mi cuerpo descargó todo lo que llevaba aguantando. Días después mi jefe Shinji Mikami, me invito a su casa, o mejor dicho mansion, era un gran palacio japones herencia de su familia por generaciones, al entrar vi que ellos practicaban al igual que yo el shintoismo y ademas la filosofia zen del camino de la luz, que es como una especie de secta budista.. Comimos y platicamos, ahi conoci a su sobrina que era una Hikikomori...esa palabra en español como tal no existe de ello se usa para definir a las personas que no salen de su cuarto, a la calle, solo al baño o a comer en algunos casos, pero regresando esta chica en español su nombre seria Sofia, pero en japones sabiduria es CHIKA asi se llamaba esta linda chica de 19 años, era una mujer muy linda y tenia una sonrisa muy bella, recuerdo que hable con ella de arte de dibujo y antes de que se levantara pidio permiso a sus mayores para invitarme a su recamara, para mostrarme sus dibujos y sus renders, ya que ella queria ser directora y creadora al igual que mi jefe Shinji.
Entre a su cuarto, nada mal , pero simple con el calsico estilo de la epoca EDO , me encontraba parada cuando ella, me dijo:
-¿Cómo te llamas?.
-Sutefanī-mei-susurre y ella también susuro lo siguiente-.
-Mete la mano por mi falda Sutefanī-mei. No se te ocurra protestar.
-¿Qué piensas hacer-pregunte con un tono de perversion.-
-Voy a hacerte muy feliz-dijo ella muy perversa-. Déjate querer, no deje de ver como me mirabas en el comedor durante la ceremonia del te.
Su mano se deslizó sutilmente y me bajó la cremallera, metiendo su mano dentro. Sentí como me aferraba y aquello me excitaba aún más. No lo sacó fuera, sino que aun dentro comenzaba a masajearlo y moverlo, poniéndome erecto mi clitoris casi en seguida. Se notaba que ya lo había hecho más veces. Seguí relamiéndome sintiendo como ella me acariciaba. Mis manos, por su parte, seguían haciendo su trabajo, y desabrochando dos botones de la camisa de ella sentí aquellos preciosos pechos endurecidos. Chika gemía casi en susurros mientras yo no podía más. Arqueé un poco su espalda para acariciarle su sexo mientras el mío empezaba a humedecer los de dos de aquella japonesa. La comencé a besar poco a poco, sin que nadie nos escuchara. Una vez mis dodos dentro, comencé a moverme dentro de ella, sin que nadie notase o escuchase lo que ocurría. Pensar que podíamos ser descubiertas era muy excitante, y mi joven amante con el brazo izquierdo la rodeaba por el pecho mientras que mi mano derecha le acariciaba el clítoris para aumentar la excitación. Su cuerpo me amaba como yo a ella, recibía mis caricias como toda una profesional. Seguí bombeando en su adorado cuerpo mientras notaba como estábamos llegando al clímax. Arremetí más fuerte que antes, sintiendo como ella también estaba a punto, y con los últimos empujes acabamos estallando, ambas ya estabamos desnudas y en el suelo de su recamara terminamos en un 69 comiendonos ambas nuestras vaginas y asi fue que derepente escuche algo era la tia de Chika que nos miraba entrela abertura de la puerta, le señale con el dedo que se acercara pero solo se fue, con la pena de habernos visto. Las braguitas de Yurina que se encontraban en el suelo por orden mía y me las dio para conservarlas de recuerdo y yo mi tanga se la di, pero le dije que se la pusiera ahi mismo y que la conservara, ella me dijo: si pero tu tambien ponte las mias, y sal
(La foto de su WE CHAT)
de casa asi....Era unas bragas de picachu, amarillas con la cara de picachu en la parte delantera, algo infantiles para mi gusto.
-No has sido el primera-me susurró para intentar enojarme o no se que pretendia-.
Era cierto. No había sangrado cuando le meti mis dedos y no noté el himen, confirmando evidentemente que no podía ser virgen bajo ningún concepto, pero me daba igual.
-¿Y a mí que?-le susurré a ella-
Solo deseabamos ambas hacerlo pero no sabiamos ni cuando ni donde, saber que ella seria la que tomaria la iniciativa de tener sexo conmigo como manda la ley japonesa. Gracias-y le di un breve beso en los labios, que hizo que ella luego se los frotara para quitarse mi sabor a fresa -.
Cuando volví al trabajo, me entró el ataque de culpa más titánico que jamás tuve. ¿Cómo podía haber hecho algo así con la sobrina de mi jefe?. Sin embargo, había ocurrido, y ya no había forma de arreglarlo o deshacerlo. Metí mi mano en mi bolsa de mano y saqué las braguitas de Chika. Las olí y su olor aún las impregnaba, lo que hizo excitarme de nuevo. Al poco tiempo mi jefe me hablo y me dijo que me agradecia por que chika ya queria de nuevo continuar con sus estudios y mas que queria salir conmigo en una cita, cuando me dijo eso supe que el sabia lo que habia pasado pero lo consentia sali con ella un tiempo mas e incluso gracias a ella fue que me volvieron a contratar para un proyecto animado para la plataforma de Netflix, pero tengo que reconocer que cada vez que lo recuerdo me excitó de un modo terrible, brutal, y no puedo evitar pensar en volver a Japón otra vez, y estar con Chika o con otra japonesita o coreana, que importa la carne asiatica tiene su magia!!!
Muchos me piden que les de uno de mis juegos programados para descarga y asi se hará a los que comenten les enviare una de mis colaboraciones ...en un juego INDEPENDIENTE...
-Disculpe-le pregunté a un señor de 30 y tantos años-. ¿Sabe como volver a este lugar-y señalé al cuadrante donde vivia en ese entonces en un mapa que siempre llevaba en mano-?.
-Sí claro. Vaya hasta la estación de tren-me respondió en un japones clasico bastante entendible y bastante mejor que el mío-, y luego viaje hasta esta otra estación. De ahí a la casa son un par de minutos a pie. No tiene perdida.
-Muchas gracias por su ayuda-le dije-.
El señor se despidió y seguí mi camino. La estación que me había señalado estaba a pocos minutos de los jardines donde me encontraba, y ya que era algo tarde, fui directo para allá. Tras otros minutos de espera, pasó el tren, y subí casi de milagro dada la afluencia de gente que había. Iba lleno hasta qiue practicamente hiha comprimida . Nunca imaginé lo que sucedería a continuación. A través del maremágnum de gente, pude distinguir a una preciosa japonesa de 20 y tantos años, de pelo liso y largo hasta el cuello, y unos ojos negros y profundos. Las japonesas, como todo lo demás, también me parecían sumamente atractivas y excitantes. Sin embargo, percibí cierta tensión en su rostro, como si algo le estuviera pasando. Mi atención quedó fija en ella y en saber que le ocurría. Comenzó a cerrar los ojos y ladear la cabeza, sin que pudiera entenderlo. Intenté agacharme algo, y cual fue mi sorpresa cuando, a través del tumulto, distinguí a un hombre de unos 45 años, de pelo engominado hacia atrás y gafas, con pinta de ejecutivo o algo así, que tenía su mano derecha dentro de las faldas de ella. Volví a fijarme, y vi las braguitas de aquella chica, que estaban a la altura de los muslos. Aquel hombre, allí delante de todos, estaba tocándola. Mi excitación fue increíble, y me fue imposible apartar la mirada de aquella escena. La japonesa se relamía con mucho disimulo, y temblaba de los dedos que seguramente la estarían violando. Imaginar aquello era mucho que verlo, no daba crédito, pero lo que más me extrañó fue que no gritase o pegase a aquel hombre. ¿Por qué se dejaba hacer de aquella manera?, me preguntaba constantemente. Luego, por el mismo rincón, volví a mirar y con la mano izquierda, cogió las braguitas de su objeto de deseo y las bajó hasta los tobillos, haciendo que se las quitase, y se las llevó a la cara para olerlas y luego guardarlas en un bolsillo de su americana. La japonesa abrió un poco sus piernas y dejó que él hiciera lo que quisiera con ella. Mi mente ya desvariaba pensando en aquello: si era una pareja haciendo algún juego sexual, si ella era prostituta y él un cliente que quería hacerlo en un tren, si eran amantes que huían de la mujer de él o el marido de ella… Para mi era sorprendente por que los japoneses son considerados la sociedad de " los sin sexo "No dejaba de fantasear con ello, y mi excitación hizo que me mojara mi tangita allí mismo, con toda aquella gente. Procuré que no se notase y seguí mirando, observando como aquella chica comenzaba a lanzar minúsculos jadeos de placer, anunciando la llegada de un orgasmo forzado y no deseado. Finalmente le vi apretar los dientes y apoyarse en una barra que tenía al lado, derrengada del esfuerzo. El hombre, en todo el tiempo, mostraba una expresión de indiferencia, conservando una frialdad que me pareció increíble. En aquellos momentos, aparte de mi excitación, deseaba hacia aquella mujer y preguntarle porqué se había dejado violar, pero mientras hacia de voyeur no me había dado cuenta de que ya había llegado a mi parada y tenía que bajar. Con mucha pena me bajé del tren, no sin antes dedicarle una última mirada a aquella japonesa, que tragaba saliva y volvía recomponerse como podía. Recordando aquella escena, y usando un poco la memoria, me fui cuanto antes a casa , lo más deprisa posible. Uno de mis vecinos de enfrente se llamaba Nagoto Takeshi, un joven profesor de historia japonesa, y pensé que él podría sacarme de mis dudas. Contaba además, con una ventaja: aunque no muy bien, el hablaba español y por suerte habia estado en mexico, así que sería más fácil hablar. Al llamar a su puerta le hablé de cenar juntos en el comedor de sushi de Idols y aceptó. Una hora después, tras terminar asuntos personales, Nagoto y yo nos reunimos y pedimos de comer. Tras los típicos formalismos para romper el hielo, le conté la extraña historia que había vivido.
-Es una antigua tradición japonesa-me contó en un español regular-. Te lo explicaré: para toda mujer la violación es una humillación, pero hay otra peor, y es que la gente sepa que esta siendo violada. Esa mujer que viste no podía consentir que se supiera que la estaban forzando. Sería…una deshonra.
-No lo comprendo-dije incrédulo-. ¿Con todos los avances que ha habido y los que aún hay y esa mujer sigue pegada a una vieja costumbre?. Sería más fácil haber protestado o luchado, no sé, hacer algo evitar que la forzasen.
-Japón es una tierra de costumbre antiquísimas, y de un estricto sentido del honor-recalcó acercándose un poco a mi-, algo que se ha perdido en tierras occidentales. Lo llamamos "giri". Y el giri es muy importante para todo japonés que se digne de serlo. Mucho me temo que el giri no podrá cambiarlo ningún avance moderno, amiga mía y querida Fany-Utsukushī-añadió con cierta ironía-. No todo cambia con el tiempo.
-Es evidente que aún tengo mucho que aprender. Lástima que en pocos dias termine mi contrato y mi proyecto con Capcom
-He ido un par de veces y quizá vuelva en otra ocasión. Si tú quieres podrías darme tu dirección y te vaya a visitar.
Hablamos de más cosas a lo largo de aquella cena y me instruyó en tradiciones como la ceremonia del té, la historia de los samuráis(palabra que por cierto significa "guardia" o "el que sirve" en japonés) y algún que otro mito que la mayoria son historias de terror como la leyenda de Negoro-no-mushi-oni. Una vez la cena acabó, volví a mis asuntos y mi mente volvió a recordar aquella violación. Al llegar a mi habitación estuve masturbándome varias veces hasta que mi cuerpo descargó todo lo que llevaba aguantando. Días después mi jefe Shinji Mikami, me invito a su casa, o mejor dicho mansion, era un gran palacio japones herencia de su familia por generaciones, al entrar vi que ellos practicaban al igual que yo el shintoismo y ademas la filosofia zen del camino de la luz, que es como una especie de secta budista.. Comimos y platicamos, ahi conoci a su sobrina que era una Hikikomori...esa palabra en español como tal no existe de ello se usa para definir a las personas que no salen de su cuarto, a la calle, solo al baño o a comer en algunos casos, pero regresando esta chica en español su nombre seria Sofia, pero en japones sabiduria es CHIKA asi se llamaba esta linda chica de 19 años, era una mujer muy linda y tenia una sonrisa muy bella, recuerdo que hable con ella de arte de dibujo y antes de que se levantara pidio permiso a sus mayores para invitarme a su recamara, para mostrarme sus dibujos y sus renders, ya que ella queria ser directora y creadora al igual que mi jefe Shinji.
Entre a su cuarto, nada mal , pero simple con el calsico estilo de la epoca EDO , me encontraba parada cuando ella, me dijo:
-¿Cómo te llamas?.
-Sutefanī-mei-susurre y ella también susuro lo siguiente-.
-Mete la mano por mi falda Sutefanī-mei. No se te ocurra protestar.
-¿Qué piensas hacer-pregunte con un tono de perversion.-
-Voy a hacerte muy feliz-dijo ella muy perversa-. Déjate querer, no deje de ver como me mirabas en el comedor durante la ceremonia del te.
Su mano se deslizó sutilmente y me bajó la cremallera, metiendo su mano dentro. Sentí como me aferraba y aquello me excitaba aún más. No lo sacó fuera, sino que aun dentro comenzaba a masajearlo y moverlo, poniéndome erecto mi clitoris casi en seguida. Se notaba que ya lo había hecho más veces. Seguí relamiéndome sintiendo como ella me acariciaba. Mis manos, por su parte, seguían haciendo su trabajo, y desabrochando dos botones de la camisa de ella sentí aquellos preciosos pechos endurecidos. Chika gemía casi en susurros mientras yo no podía más. Arqueé un poco su espalda para acariciarle su sexo mientras el mío empezaba a humedecer los de dos de aquella japonesa. La comencé a besar poco a poco, sin que nadie nos escuchara. Una vez mis dodos dentro, comencé a moverme dentro de ella, sin que nadie notase o escuchase lo que ocurría. Pensar que podíamos ser descubiertas era muy excitante, y mi joven amante con el brazo izquierdo la rodeaba por el pecho mientras que mi mano derecha le acariciaba el clítoris para aumentar la excitación. Su cuerpo me amaba como yo a ella, recibía mis caricias como toda una profesional. Seguí bombeando en su adorado cuerpo mientras notaba como estábamos llegando al clímax. Arremetí más fuerte que antes, sintiendo como ella también estaba a punto, y con los últimos empujes acabamos estallando, ambas ya estabamos desnudas y en el suelo de su recamara terminamos en un 69 comiendonos ambas nuestras vaginas y asi fue que derepente escuche algo era la tia de Chika que nos miraba entrela abertura de la puerta, le señale con el dedo que se acercara pero solo se fue, con la pena de habernos visto. Las braguitas de Yurina que se encontraban en el suelo por orden mía y me las dio para conservarlas de recuerdo y yo mi tanga se la di, pero le dije que se la pusiera ahi mismo y que la conservara, ella me dijo: si pero tu tambien ponte las mias, y sal
(La foto de su WE CHAT)
de casa asi....Era unas bragas de picachu, amarillas con la cara de picachu en la parte delantera, algo infantiles para mi gusto.
-No has sido el primera-me susurró para intentar enojarme o no se que pretendia-.
Era cierto. No había sangrado cuando le meti mis dedos y no noté el himen, confirmando evidentemente que no podía ser virgen bajo ningún concepto, pero me daba igual.
-¿Y a mí que?-le susurré a ella-
Solo deseabamos ambas hacerlo pero no sabiamos ni cuando ni donde, saber que ella seria la que tomaria la iniciativa de tener sexo conmigo como manda la ley japonesa. Gracias-y le di un breve beso en los labios, que hizo que ella luego se los frotara para quitarse mi sabor a fresa -.
Cuando volví al trabajo, me entró el ataque de culpa más titánico que jamás tuve. ¿Cómo podía haber hecho algo así con la sobrina de mi jefe?. Sin embargo, había ocurrido, y ya no había forma de arreglarlo o deshacerlo. Metí mi mano en mi bolsa de mano y saqué las braguitas de Chika. Las olí y su olor aún las impregnaba, lo que hizo excitarme de nuevo. Al poco tiempo mi jefe me hablo y me dijo que me agradecia por que chika ya queria de nuevo continuar con sus estudios y mas que queria salir conmigo en una cita, cuando me dijo eso supe que el sabia lo que habia pasado pero lo consentia sali con ella un tiempo mas e incluso gracias a ella fue que me volvieron a contratar para un proyecto animado para la plataforma de Netflix, pero tengo que reconocer que cada vez que lo recuerdo me excitó de un modo terrible, brutal, y no puedo evitar pensar en volver a Japón otra vez, y estar con Chika o con otra japonesita o coreana, que importa la carne asiatica tiene su magia!!!
Muchos me piden que les de uno de mis juegos programados para descarga y asi se hará a los que comenten les enviare una de mis colaboraciones ...en un juego INDEPENDIENTE...
10 comentarios - Hace 3 1/2 años Final!!!
Tus relatos son únicos e INSUPERABLES