Cuando llegué a casa seria las once de la mañana. Al entrar me encontré con mi madre, Alba y mi tía vestidas para salir, mi tía me miro con cariño y eso de alguna manera me alivio, Alba me dio un beso de buenos días.
—Aggg…Luismi estas sudado, vete a la ducha.
—Alba, es lo que ocurre cuando vienes de correr, dije divertido mientras me acercaba a ella para achucharla y ella se escabullía entre risas.
Mi tía subió a su habitación a por algo que se le había olvidado y mi madre, aunque estaba sudado me abrazó.
—Mamá, que estoy empapado, protesté.
—¿Y qué? Es solo agua, además es el sudor de mi niño, de mi hombre, dijo con orgullo.
La miré extrañado, ¿a qué venia eso ahora?
—Tu tía me ha contado lo que pasó ayer por la noche cuando llegaste. Como la trataste, como la escuchaste y como le diste cariño y comprensión. Ayer cuando me fui a dormir deje a una mujer rota y esta mañana tenia a la Paula de siempre, alegre y divertida. Solo puedo decirte gracias mi amor, gracias por ser como eres.
¡Ay! Mamá, si tu supieses realmente mis intenciones de ayer por la noche, de seguro que me cruzarías la cara por degenerado. Pensé mirándola a los ojos.
—No me des las gracias mamá, creo que hice lo que tenia que hacer y lo que me pediste, he ayudado y he sido cariñoso con ella, lo necesitaba.
—Claro que si cariño, me dijo con amor. Anda ve arriba a ducharte, nos vemos a la hora de la comida.
Antes de entrar en mi habitación mi tía que salía de la suya me llamó. Iba guapísima con una camisa entallada mostrando unas tetas increíbles y un canalillo seductor, unos vaqueros ajustadísimos que la hacían una figura envidiable y unos zapatos de tacón que realzaban sus piernas y ese culito impresionante, me enamoré de ella.
—Buenos días cariño, ¿Has dormido bien? ¿Te aliviaste pensando en mí?
Me quedé bloqueado sin saber lo que decir, notaba su mirada excitada, su perfume y entonces se acercó a mi oído y me lo susurró.
—Yo me tumbé en mi cama, me quité mis braguitas y me abrí bien de piernas metiendo tres dedos en mi interior mientras pensaba en ti…me corrí como una burra.
—Ti…tiaaa, dije excitado con un hilo de voz, ¿Por qué me haces esto? Pregunté inocentemente.
—Por esto mi amor, dijo señalando a mi erección descontrolada, me encanta provocarte. Por cierto, dijo alejándose con una sonrisa malvada en su cara, tu prima Noelia se queda en casa, ten cuidado con ella.
Cerré la puerta me desnudé y volví a masturbarme pensando en mi tía y en lo que me había dicho. Me corrí como un animal mientras en mi cabeza aparecía mi tía abierta de piernas y corriéndose, será cabrona, pensé, me tiene en sus manos.
Me fui a la ducha enfadado conmigo mismo, por idiota, inocente, parguelas, huele bragas y mas adjetivos que no se me ocurren en este momento pero describirían lo estúpido que puede ser un hombre a manos de una hermosa mujer.
Mi cabreo contra mi tía subía en enteros por momentos, si hay algo que odiaba es sentirme manipulado y a merced de una persona caprichosa y mi tía sabia como controlarme, estoy seguro de que sabía mi atracción por ella desde que era un adolescente y ahora en mi casa y con toda esta historia seguro que me tendría como a un perrito faldero y no lo iba a consentir.
Cuando terminé, me vestí y bajé a la cocina a tomar algo, una cerveza me vendría bien.
—Buenos días Luismi.
La voz de Noelia sonaba dulce detrás de mí. Cuando me di la vuelta ella estaba de pie y puse cara de «esto no puede ser» allí frente a mi se encontraba mi prima con una camiseta ajustadísima y sin sujetador debajo, sus tetas se dibujaban perfectamente así como sus pezones que iban a romper la tela. Unos leggins que eran como una segunda piel se ajustaban a su anatomía perfectamente, no llevaba ropa interior los labios de su coñito se dibujaban nítidamente sobre la tela, se dio la vuelta y abrió una puerta del armario para buscar algo poniéndose de puntillas y mostrando un culito redondo, respingón con forma de manzana. Esa tela dibujaba su contorno, parecía que iba desnuda y me confirmó que no llevaba ropa interior, no había marcas de costuras ni nada parecido.
Ella vino hacía donde estaba, mirándome desafiante a los ojos, abrió la puerta de la nevera y se sirvió un zumo de naranja para retornar nuevamente frente a mi apoyándose en la encimera de la cocina y mirándome fijamente.
—Ayer por la noche te vi hablando con mi madre. ¿De qué hablasteis?
—De todo y de nada. Dije con indiferencia.
—Te contó que tuvimos bronca ayer en la cena.
—Me contó que su hija mayor la había avergonzado delante de su familia y la había llamado puta no una ni dos veces, sino infinidad de ellas.
—Esa zorra me ha arruinado la vida, explotó Noelia enfurecida, por su puta culpa mira como me veo ahora mismo, viviendo de vuestra caridad, sin un puto euro y con mi futuro muy incierto y todo por que en su momento no supo mantener las piernas cerradas la muy puta.
Mire a mi prima Noelia desencantado, como siempre egoísta, soberbia, superficial y mal hablada, eso la afeaba enormemente.
—¿Te has oído Noelia? Solo he escuchado yo, yo, yo y mas yo eres la niña más egoísta que he conocido y creo que antes de juzgar a tu madre deberías de conocer el porque hizo lo que hizo. Ten en cuenta que no solo estas tú en una posición difícil, también lo esta tu hermana pequeña que está demostrando más madurez y entereza que tú y tu madre que tiene un cargo de conciencia brutal por haberos metido en esta historia. Y por favor, no llames puta a tu madre, ¿Te has visto como vas vestida? Tu si que pareces una puta, además de las más vulgares y baratas, ve a cambiarte antes de que vengan todos y por favor ten un respeto a tu madre.
Noelia estaba llorando en silencio. Toda su altanería estaba cayendo en forma de lagrimas por sus mejillas, pero no sentí ninguna empatía hacia ella se fue hacia la puerta pero antes me miró desconcertada.
—¿Sabes? Me has defraudado Luismi, pensé que tú me entenderías, pero veo que también estas contra mí.
—Me alegro de haberte defraudado y primita tu sola pones a la gente en contra tuya según ven tu forma de ser y como eres.
Mi prima salió de esa cocina llorando y se encerró en su habitación. Noelia pensó que presentándose vestida de semejante manera babearía por ella para ganarme y ponerme contra su madre y así formar frente común para joderle la vida, pero eso era otra forma de manipulación y me negaba a entrar en ese juego.
Me fui a mi habitación y me puse a estudiar y a continuar un trabajo que tenia que presentar. Mi di cuenta que aun viendo a mi prima de la forma que iba vestida ni me inmuté. Lo normal es que hubiese tenido una erección bestial, pero me mantuve tranquilo todo el rato que estuvimos charlando. Me puse algo de música y me concentré en lo que estaba haciendo, por una horas de mi mente desparecieron mi tía y mi prima.
Al poco las voces de mi madre y mi tía, anunciaron que habían llegado a casa, esperé a que entrase mi madre como siempre hacia a saludarme y cuando me vio supo que algo había pasado. Le conté lo que había ocurrido con Noelia, incluso le dije como iba vestida y aprobó mi actitud y lo que le contesté.
—Cariño, se que esto va a ser duro para todos, dijo mi madre, pero veras como en unas semanas todo cambia.
—Eso espero mamá, eso espero.
—Además, tu tía ha encontrado trabajo en una tienda muy conocida de lencería. Íbamos por el centro comercial y al pasar por el escaparate había un cartel de "se necesita dependienta" no lo ha dudado, ha entrado y ha hablado con la dueña. El lunes empieza por la tarde.
—Pues mira, eso le va a ayudar a pasar mejor este mal momento.
—¡Ah! Y otra cosa, Alba me ha comentado lo del instituto, déjalo en mis manos, conozco al director del Joaquín Rodrigo y nos podrá echar una mano, seguro.
El instituto Joaquín Rodrigo estaba a escasos trecientos metros de mi casa y si Alba conseguía entrar allí seria estupendo por la cercanía. Mi tía intento hablar conmigo en mi habitación, pero amablemente le dije que me esperase abajo que en esos momentos no podía atenderla. Necesitaba que hubiese gente para que mi tía no me excitase hasta volverme loco, no iba a dejar que me manipulase a su antojo. Se que le molestó ese detalle, pero agradeció el que hubiese hablado con Noelia.
Ese día la comida fue algo tensa, todos comimos en silencio, Noelia tenia los ojos rojos de llorar y prácticamente no probó bocado. Nadie le dijo nada, pero conocía a mi madre y no soportaba esa actitud, de seguro que a la noche de cenar tendría el mismo plato.
Esa noche volví a salir con los amigos e intente olvidarme un poco del lio que tenia en casa, aunque no lo conseguí. Sobre las cuatro de la mañana llegue a casa y vi de nuevo luz en el salón, jure en arameo pensando que podría ser de nuevo mi tía, pero cuando entré me encontré con Noelia dormida en el sillón y con la televisión apagada. Estaba preciosa, mentiría si dijese lo contrario, solo me limité a ponerle una manta por encima e irme a dormir, estaba muy cansado.
El domingo por la mañana me levanté tarde. Mi madre y mi tía estaban en la cocina charlando y viendo la televisión estaban mis primas. Saludé a mis primas con cariño y las di un beso a cada una de buenos días, ese detalle sé que Noelia lo agradeció. Cuando entré en la cocina las dos me miraron con cariño.
—Buenos días "bello durmiente" dijo mi tía con una gran sonrisa.
—Niño, me increpó mi madre, cada fin de semana te levantas más tarde.
—¡Ay! Maripi, protestó mi tía, tiene 20 años por dios, está en la edad de hacer locuras y si no acuérdate de tus 20 años estando en la facultad, yo todavía me acuerdo y eso que tenía 13 años de lo tarde que llegabas a casa.
Las dos se echaron a reír y recordaban las broncas que armaba a mi madre mi abuelo según llegaba casi amaneciendo.
—Además, dijo mi tía, seguro que ha habido "temita" rio divertida.
—Eso, eso, ¿ha habido "temita"? Pregunto mi madre inquisidora
Las dos apoyaron sus mentones en las palmas de sus manos mientras me miraban con sorna. A ver, entenderme, domingo por la mañana, con algo de resaca y recién levantado. No estaba para mucho cachondeo y encima no hubo "temita" con lo que callar sus ataques de "marujeo" intentando averiguar mi actividad con el sexo opuesto, podía haber mentido, inventarme algo, pero estaba espeso y me limité a mirarlas dejándolas por imposible.
—No ha habido "temita" mentes morbosas, solo estuve con los amigos de marcha, y ahora no me deis la lata, voy a desayunar e irme a mi cuarto a llorar mi poco éxito con el sexo opuesto. Dije teatralmente.
Las dos rompieron a reír y algo cuchichearon, las risas se oían en toda la casa. Vaya estaba un poco molesto, así que desayuné lo más rápidamente que pude mientras mi madre y mi tía no sé si se reían de mí, o conmigo. Aunque me dijeron que me quedara con ellas a charlar un rato, opté por desparecer e irme a mi cuarto a estudiar y a seguir preparando mi trabajo.
Cerca de la hora de la comida unos nudillos golpearon mi puerta y antes de que dijese nada, mi tía entraba dentro de mi habitación cerrando la puerta tras de sí. Se quedó apoyada en la puerta con sus manos detrás de su cuerpo mientras me miraba con cariño. Estaba algo asustado a la vez que excitado, su manera de vestir era provocadora y ahora la tenia frente a mi con un jersey de lana de angorina y un escote en forma de pico y una faldita corta. Se notaba que no llevaba sujetador, sus pezones se marcaban nítidamente sobre la lana y sus piernas lucían sin medias.
—Hola tía, ¿Qué quieres? Dije tímidamente.
—Nada mi amor, solo venia a verte y a decirte que bajes, dentro de nada vamos a comer.
Mi tía vino hacia donde estaba, me abrazó apoyando sus tetas en mis hombros y sus labios besaban mi mejilla. Sus manos empezaron a acariciar mi torso bajando peligrosamente hacia mi vientre y acercándose a mi ya incipiente erección. Joder, esta mujer tenia un poder sobre mi total y no sabia como actuar, era mi tía, pero me volvía loco de deseo.
—Ufff…tía, paraaa…
—¿Quieres que pare? Me decía ronroneando.
—Eres…eres mi tía…esto no…no está bien…ufffff…no es correcto.
Su mano ya había rozado la punta de mi polla varias veces, mientras sus labios se paseaban por mi cuello. Giró mi cabeza y me besó, pero esta vez nuestras lenguas se conocieron y se enredaron entre ellas.
—Mi vida, dijo mirándome a los ojos, yo solo veo a un hombre joven y a una mujer que se siente deseada desde hace mucho.
Nos volvimos a besar y esta vez su mano se metió por dentro de mis pantalones del pijama y agarró mi polla pajeándola suavemente. Esa sensación por poco hace que me corra.
—Paulaaaa que gustooo. Gemí excitado.
—Ummmm mi niño, como has crecido, eres todo un hombre.
Sacó su mano de dentro de mis pantalones, pensé que todo se acababa en esos momentos, pero giro mi silla y se situó frente a mí, nos mirábamos a los ojos y veía su carita de cariño, mientras acariciaba mi cara y nuestros labios volvían a juntarse. Se arrodilló y agarrado mis pantalones tiró de ellos.
—Levanta el culete cariño, esto te va a gustar aún más.
Cuando bajó mis pantalones mi polla salto erguida, amoratada, pegada a mi vientre. Vi como mi tía abría mucho sus ojos y me miraba sonriente.
—¡¡CARIÑOOO!! Exclamó mi tía sorprendida, si que has crecido, sí.
Volvió a agarrarla mientras la miraba como hipnotizada, sabia lo que iba a ocurrir y me preparaba, no quería quedar mal delante de la mujer de mis sueños, pero iba a ser inevitable, según notase el calor de su boca, la suavidad de sus labios me iba a correr como un adolescente salido.
Y ocurrió, besó la punta mientras me miraba a los ojos y vi como abría su boquita y hacia desparecer mas de la mitad de mi polla en su interior para seguidamente sacarla lentamente, chupando, absorbiendo, haciendo que su lengua envolviese mi glande.
—Paulaaaa…joder…jodeeeer…
Me iba a correr, era inevitable, pero es que mi tía me estaba haciendo una de las mejores mamadas de mi corta vida. Eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos pensando en lo mas desagradable que se me pasase por la cabeza, pero era de todo punto imposible. Note sus labios su lengua jugando con mi glande para seguidamente notar el calor abrasador de su boca en toda mi polla. Cuando miré vi que su nariz había tocado mi pubis y mi verga estaba metida hasta los huevos en su boquita, eso fue devastador para mí. Noté las pulsaciones en mi perineo, y ese cosquilleo placentero previo a la eyaculación y la avisé.
—Paulaaaa…me voy a correr, no aguanto más…
Mi tía sacó mi polla se su garganta llena de babas me miró traviesa mientras me pajeaba y se la volvió a meter hasta la garganta mientras me miraba con vicio, y exploté en su boquita. Fue inevitable y ella lo sabía, cuando notó mi eyaculación empezó a tragar como si en ello le fuese la vida mientras se aferraba a mi balano, acariciaba mis huevos y absorbía sacando mi polla de su boca intentando sacarme el cerebro si hacía falta. Fue un orgasmo larguísimo y muy placentero que me dejó con ganas de ella, de sentir piel con piel, de devolverla el placer que me había dado.
—¿Mejor mi amor? ¿Te ha gustado? Pregunto mi tía.
—Joder tía, ha sido fantástico…no…no lo puedo expresar.
Me puse en pie y la abracé besándola con amor. Mis manos bajaron hasta su culo, su deseado culo y mis manos aferraron esos dos globos perfectos de carne atrayéndola hacia mi y dejando mi polla entre nuestro cuerpos. La besé con desesperación, pero mi tía me paró en seco y me miró con pena.
—Se lo que deseas mi vida, dijo mi tía, pero ahora no es el momento, hemos hecho una locura que nos podía haber costado cara. Te deseo mi amor, te deseo como no te haces una idea, pero debemos de ser cautos, esto no acaba aquí.
Agarró una mano mía y la llevó entre sus piernas, fue increíblemente morboso notar sus braguitas empapadas, mis dedos apartaron la tela y mi dedo jugó con su ya encharcada vagina, pero su manó la sacó inmediatamente de allí mostrándomela frente a mis ojos.
—Chupa tus dedos cariño, dijo mi tía en un susurro.
Metí los dedos en mi boca, probando su sabor, su excitación, su deseo y mi polla volvió a erguirse buscándola nuevamente. Mi tía miró complacida y me besó con gula notando nuestros propios sabores.
—Y ahora mi rey, vamos a comer. Estoy deseando tenerte dentro de mí.
Cuando se iba hacia la puerta subió su falda mostrándome su perfecto culo, solo cubierto por la fina tirita de su tanga. Miró por encima del hombro traviesa y me lanzó un besito al aire. Cuando se cerró la puerta tras de si me dejé caer en mi silla sin creer lo que había pasado, pero esto solo era el principio.
—Luismiiii…Paulaaaa a comeeeer. Oí exclamar a mi madre.
Al poco estábamos todos sentados en la mesa comiendo, yo todavía no me creía lo que había pasado, intentaba entrar en la conversación, pero en mi cabeza solo veía a esa increíble mujer que tenia a mi lado haciéndome una mamada increíble. Ella sabia que la miraba, pero estaba hablando no se que de unos pantalones para el trabajo. Noté como su pie desnudo acariciaba mi pantorrilla como diciéndome «estoy contigo, a tu lado» Me limité a sonreír a los comentarios que hacían todos, como si estuviese atento a lo que decían.
—Luismi, Luismiiii, oí la voz de mi madre llamándome. Hijo parece que estas en babia, ¿Te ocurre algo?
—No mamá, es que tengo un problema con el trabajo que tengo que entregar y no me lo puedo quitar de la cabeza.
—Este chico no sabe desconectar de su carrera, ni cuando esta dormido. Dijo mi madre a modo de reproche cariñoso. Te preguntaba que si quieres postre.
—No mamá gracias solo tomaré un café solo.
—Pues entonces ayuda a recoger la mesa mientras preparo los cafés, me dijo mi madre.
Eso hice, recogimos la mesa en un santiamén, mi madre, mi tía y Alba se fueron hacia el salón con una bandeja y el café y en la cocina solo quedamos mi prima Noelia y yo terminando de meter todo en el lavavajillas. Cuando íbamos a salir mi prima me agarro del brazo.
—Luismi, ¿podemos hablar un momento?
—Claro Noelia, dime.
—Solo quería pedirte perdón por mi actitud de ayer. Se que fui egoísta y mal educada, pero entiéndeme que mi vida, perdón, nuestra vida a dado un giro de 180º y estoy todavía algo aturdida sin creer que nos esté pasando esto.
—Noelia, yo no te tengo que perdonar nada, es a tu madre a quien has ofendido. ¿Has hablado con ella?
—Si, y me ha explicado lo que creo que también te contó a ti, no apruebo lo que hizo, pero entiendo porque lo hizo y sus motivos, eso me hizo ver a mi madre de diferente manera de como la veía.
—¿Y cómo la veías?
—Mejor no quieras saberlo.
Imagine que la veía como una zorra ninfómana come hombres que todos los días se follaba a cuatro o cinco tíos y luego llegaba a su casa a esperar a su marido con mirada enamorada pero llena de leche por todos sus agujeritos. Creo que yo la miraba así antes de hablar con ella, Miré a Noelia con cariño, la atraje hacia mi y la di un abrazo. Me encantó sentir su cuerpecito pegado al mío y eso hizo que mi polla muy sensible desde antes de comer se volviese a erguir. Aunque intente que no lo notara fue muy evidente y ella se abrazó aún más a mi juntando su pubis a mi erección.
—Entonces Luismi…¿No estas enfadado conmigo?
—No cielo, si acaso algo molesto.
—¿Molesto? ¿Por qué?
—Por tu atuendo de ayer, cuando entraste a la cocina estabas para comerte con ropa y todo.
—¿Y porque no lo hiciste? Me pregunto traviesa.
—Es obvio Noelia, me habrías utilizado haciendo frente común ante tu madre.
Su mirada era entre divertida, traviesa y viciosa. Seguía abrazada a mi y se frotaba suavemente con mi polla, me estaba poniendo a mil la jodia niña, pero me miraba esperando algo más.
—Espera, dije confundido, me esta diciendo que si yo…ósea que si te hubiese, como decirlo…a ver… si me hubiese insinuado…tu y yo…
—¿Hubiésemos terminado liados? Aclaró mi prima seductoramente. Pues posiblemente Luismi, posiblemente, aunque eso ya no lo sabremos, ¿No crees?
Me dio un pico en los labios y salió por la puerta meneando su culito provocadoramente, yo me quedé en la cocina para tranquilizarme. Esto era mucho para mí, primero mi tía, estaba claro que iba a follar con ella si o si, ¿pero con mi prima Noelia? Es que ni se me pasaba por la cabeza aunque también lo desease y lo de hace un momento me indicó que todo podría ser posible.
Cuando entre en el salón todos estaban sentados charlando y tomando su café. Mi tía me miró y me indicó que me sentase a su lado en el sofá. Me sirvió un café y nos pusimos a ver una anodina película romanticona pero que enganchaba al televidente a la trama y posterior desenlace ya conocido por todos y todas. Deseaba abrazarla y que ella me abrazase a mí. Deseaba sentir sus labios de nuevo y quería tenerla desnuda para mí, pero la película transcurrió entre caritas de "que bonitoooo" o "que romántico, yo quiero algo así" Mi tía aprovechaba cuanto podía para agarrarse a mi brazo y dejarme notar su teta de la manera mas inocente pero sabedora lo que me ponía que hiciese eso.
Mis primas no perdían detalle de la película y mi madre, muy suya como siempre sin prestar atención a la película pero leyendo las noticias en su Tablet. Cuando terminó la película todos comentamos lo bonita que había sido y en esos momentos mi madre dijo algo que me puso los pelos de punta.
—¿Os apetece que vayamos al cine?
Mis primas saltaron de alegría con un sonoro siiiii, mi tía solo me echó una mirada que me dijo todo.
—A mi me apetecería, dije con tristeza fingida, pero tengo que estudiar mucho.
—A mi me gustaría, pero prefiero quedarme y preparar la ropa de mañana, quiero causar buena impresión en mi primer día de trabajo.
—Que aburridos sois, dijo mi madre. Venga chicas arreglaros que nos vamos al cine y lo vamos a pasar de película.
Las tres subieron a arreglarse. El corazón se me iba a salir por la boca, latía a mil pulsaciones y mi polla empezaba a llenarse de sangre sabedora de que iba a pasar. Mi tía miró hacia las habitaciones asegurándose que no había nadie y agarro mi mano con fuerza mientras me miraba y sonreía.
—Si metieses tu mano entre mis piernas, sabrías como estoy por ti. Llevo deseando esto hace mucho tiempo.
—¿El estar conmigo? Pregunté estúpidamente.
—Mi amor, el follar contigo. No podía ignorar tus miradas en la piscina y las veces que ibas al baño. Me parecías tan tierno, tan deseable que si no hubiese estado con mi marido te hubiese follado cuando tenías quince años.
—Tía me hubiese encantado que lo hubieses hecho, eres mi diosa, la mujer de mis sueños, algo inalcanzable para mí.
Recobramos la compostura cuando escuchamos la algarabía de mis primas y mi madre bajando por las escaleras. Cuando llegaron a nuestra altura se despidieron.
—Bueno muermos, vosotros os lo perdéis, dijo mi madre, llegaremos tarde así que si queréis cenar tenéis la nevera, serviros vosotros mismos.
Vimos como salían y según se cerró la puerta, nos fundimos en un beso lleno de pasión, aunque mi tía lo cortó rápidamente.
—Cariño se lo que deseamos los dos, pero toda precaución es poca. Yo me voy a la ducha, dejemos pasar un rato por si acaso.
Estaba muy excitado, mi polla me dolía a rabiar por la erección que tenía, necesitaba hacer algo, incluso pensé en hacerme una paja para luego poder aguantar más, pero quería correrme con mi tía. Me hubiese encantado meterme con ella en la ducha y empezar el juego, es algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo desde que vi alguna peli porno en la que los actores follaban bajo el agua de una ducha.
Pensé juiciosamente que ya había pasado tiempo suficiente. Ni mi madre ni mis primas iban a volver. Me desnudé me fui al baño que ocupaba mi tía y me metí debajo del agua con ella. Cuando me vio se mordió el labio inferior y enseguida se abrazó a mí, por fin notaba su cuerpo desnudo pegado al mío y esa sensación nunca la olvidaré.
—Mi amor, pensé que no te atreverías a entrar, me gusta que no me hayas obedecido
—No aguantaba más tía, necesito sentirte.
—Cariño, quiero que me llames Paula, me vuelve loca cuando lo escucho de tu boca.
—De acuerdo Paula.
Nos fundimos en un beso largo, lleno de vicio y deseo, nuestras manos no estaban quietas y acariciaban nuestros cuerpos. La piel de mi tía era como la seda, suave y cálida, mis labios se fueron hacia su cuello y empecé a besar lamer y mordisquear esa zona tan sensible. Los gemidos de mi tía se hicieron más profundos, mis dedos jugaban con su anito y su clítoris y mi boca llegó a sus tetas, enormes, generosas con un pezón marcadísimo que era casi como una judía y una areola marrón y pequeña. Desde luego el cirujano que la operó hizo un trabajo increíble porque eran totalmente simétricas y perfectas. Mis dedos seguían jugando entre sus piernas y mi boca devoraba esas tetas divinas, chupando y mordiendo esos pezones esplendidos mientras que la mano que me quedaba libre las amasaba y maltrataba.
—Mi amor me tienes a punto, quiero sentir tu boca en mi coño.
Mi tía apoyo la espalda en la pared y puso un pie en una de las repisas de obra de la ducha y poniendo sus manos en mis hombros me indicó el camino para que mi boca se apoderase de su coñito. Había visto muy pocos coños en mi vida, con el de mi tía era el tercero, pero me enamoré de él. Cerradito, pequeño, con unos labios mayores suaves y mullidos y unos labios menores pequeños cubriendo mínimamente el clítoris que se veía rojo y fuera de su capuchón. Mi boca no tardó en apoderarse de él, de lamerlo y mimarlo. Mi lengua jugaba con su coñito y la penetraba hasta que ya no podía más, la postura era algo incomoda así que me limité a su clítoris, y metí dos dedos dentro de su coñito para poder follarla con ellos.
—Me corro cielo, anunció mi tía con la respiración acelerada, no pares mi amor…así…asiiiii…aahhh.
Sus manos se aferraron a mi cabeza para que no dejase de chupar, su cuerpo temblaba y sus muslos aprisionaban mi cara. Noté su corrida cayendo por mi mano y mi brazo, inundando mi boca y mojando mi barbilla y cuello. Eso me volvió loco, su sabor era como la adrenalina, todavía estaba recuperándose de su orgasmo pero yo no aguantaba más, me puse en pie, y con algo de violencia la di la vuelta y ella sabiendo lo que iba a hacer apoyó sus manos y su cara en los azulejos y sacó su culito provocativamente.
—Te voy a follar Paula, te voy a follar hasta que te arda el coño y te rebosen mis corridas.
—Ahhhh…mi vida si, follame, vamos hazloooo.
Mi polla buscó la entrada de su coñito y se la clavé hasta los huevos despacio pero sin pausa.
—¡AHHHHHHH! Que gustooooo por diooooos…follameeeee.
Por fin mi deseo se hacía realidad y la sensación de estar follandome a mi tía era increíblemente mejor de lo que me imaginaba. Su coño era estrechito o mi polla demasiado grande, no lo sé, el caso es que su vagina aprisionaba mi balano deliciosamente, notaba la suavidad de su interior, como mi glande la abría sin problemas mientras ella gemía pidiendo más y el calor abrasador que emanaba de esa cueva del placer. Mi orgasmo estaba ya en puertas, muchos años deseando esto y ahora mis cinco sentidos se estaban inundando de ella. Me agarré a sus tetas mientras bombeaba furiosamente su coño y mi tía literalmente se moría de gusto.
—Paulaaa, me corrooo, no aguanto maaaas.
—Dentro mi amor, hazlo dentrooo…diooos me corro… me corrooooo…si…si…siiiiiiiiiiiii.
Noté como su vagina exprimía mi polla, como se aferraba a ella y la estrangulaba para sacar toda la leche de mis huevos. Clavé mi polla en lo más hondo de su ser hasta rozar su matriz, mi tía arqueó su espalda y echó su cabeza hacia atrás herida de placer. Creo que en mi vida me he corrido de esa manera tan brutal, mi rabo no paraba de soltar leche que golpeaba en el útero de mi tía haciéndola gemir de deseo.
—Mi amor para, paraaa por lo que mas quieras. Decía intentando recuperar la respiración.
—Te quiero Paula, le decía besando su espalda.
Mi polla seguía en su interior, dura como el diamante, sentía las pulsaciones de su orgasmo todavía sobre mi verga eso me mantenía encendido. Eso y el saber que estaba follándome a la mujer de mis sueños. Mis caderas tomaron la iniciativa y empecé un bombeo lento en el coño de mi tía.
—Mi amoooor que me haceees…ummmmm…sigueeeee.
Quise cambiar de posición, necesitaba ver su cara, besar sus labios. Me Sali de su interior y la di la vuelta estaba preciosa, con su carita arrebolada y sus ojitos brillantes de deseo. Nos abrazamos, levanté una pierna suya pasando mi brazo por la corva de su rodilla y la volví a penetrar de nuevo.
—Diooooos que ricoooo, gimió mi tía.
Empecé a bombear de nuevo sabiendo que esta vez iba a durar mucho más. No pasó mucho tiempo cuando vi como mi tía hacia su respiración mas profunda y me besaba con pasión, mi otra mano estaba aferrada a una nalga suya, notando su dureza y su suavidad, amasándola, atrayéndola hacia mi para hacer la penetración mas profunda. Sus caderas empezaron a moverse sin control y pego un grito que se tuvo que escuchar en toda la manzana.
—Me corroooooo…me corroooooo.
La abracé contra mi y busqué su boca para acallar sus gritos. Ella se aferró a mi cuello y noté como sus caderas se movían sin control, su cuerpo temblaba y bufaba presa del placer que estaba sintiendo. Yo no dejaba de bombear ese coñito divino, con una cadencia constante, aunque de vez en cuando la follaba salvajemente, creo que no había terminado su orgasmo cuando le sobrevino otro y al poco otro más, yo no aguantaba, mi orgasmo crecía imparable y con un bufido descargué mi corrida dentro del coño de mi tía. Nos costó tranquilizarnos, recuperar nuestras respiraciones, por suerte seguíamos bajo la ducha, si no creo que estaríamos empapados en sudor, Seguíamos muy abrazados, mi tía con un movimiento de cadera suave sacó mi miembro de su interior, dejé que se apoyase con sus dos pies aunque no deshicimos el abrazo, seguíamos besándonos pasionalmente.
—Mi vida ha sido impresionante, me encanta lo que me has hecho sentir, dijo mi tía con mimo, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro.
—Paula, eres mi sueño hecho realidad. Te quiero.
—Yo también te quiero mi amor. Anda, vamos a lavarnos y a secarnos y vamos a la cama.
Eso fue música celestial para mis oídos, mi tía y yo nos enjabonamos mutuamente poniendo especial atención en nuestros sexos y fue inevitable que mi polla se volviese a erguir altiva y desafiante, preparada para un nuevo asalto. Mi tía la miró hipnotizada y la dio un par de mamadas.
—Bendita juventud, me vas a dejar el coño hecho unos zorros.
Cuando llegamos a la cama de mi tía, ella entro en cuatro provocativamente, mostrando su coño enrojecido de la follada y su anito, precioso algo dilatado. Parecía un cráter en miniatura y pedía ser lamido, chupado y poseído. Su culo era como una obra de arte esculpido a base de gimnasio, era redondito y respingón. Agarré esos dos globos perfectos de carne y los separé para hundir mi boca y mi lengua en ese esfínter, lubricarlo bien y follármelo, creo que mi tía entendió mis intenciones y me hizo parar.
—No mi amor, por ahí todavía no lo he hecho y además hace falta limpiarlo muy bien. Si no, sería muy asqueroso.
Mi tía vio mi cara de decepción. Follarme ese culazo era para mi ya el sumun del placer con esa diosa.
—Pero eso no significa que no desee que me folles el culito. Solo dame algo de tiempo y déjame prepararlo bien para mi hombre. Y ahora mi amor regálame otro orgasmo.
Mi tía apoyó su cara en el colchón ofreciéndome su coño. Estaba abierto y brillante de los juguitos que salían de su sexo. Apunté mi polla y la dejé ir dentro de golpe hasta que mis huevos rebotaron en su clítoris.
—Diooooos siiiiiii… revienta a tu zorra con tu polla. Aulló mi tía.
Empecé a follarla brutalmente, mi pelvis chocaba con su culo llenando la habitación de ruidos parecidos a azotes, mis huevos golpeaban su clítoris haciéndola dar unos grititos muy sensuales. Su anito boqueaba para mí, llamándome, provocándome. Chupé mi dedo pulgar y empecé a acariciar su esfínter, sé que le gustó por el gemido de placer que dio pero me llamó la atención.
—No cariño, decía con voz entrecortada, por ahí no.
Un azote en ese perfecto culo hizo que diese un grito y me mirase sumisa.
—Calla y disfruta zorra.
Metí mi dedo en su culito y ella suspiro de placer mientras mi polla la perforaba y mi dedo dilataba algo su esfínter. Sus caderas empezaron a moverse de nuevo preludio del orgasmo que iba creciendo en su interior. Era terriblemente excitante ver como su coño se comía mi polla , como su redondo culo se movía al ritmo de mis embestidas y como gemía, era algo que siempre había querido, hacer gemir de placer a mi tía mientras la follaba.
—Mi amor, mi amor…me corrooooo…ahhhhhh…diooooos.
Mi tía arqueo su espalda y levanto su cabeza intentando coger aire, su orgasmo exprimía de nuevo mi polla y mi dedo metido en su culo notaba como también lo estrangulaba presa del orgasmo que atravesaba su cuerpo.
—Cariñooo, haz que esto no termine, decía con voz entrecortada, te quierooo.
—Paulaaaa me corrooo…aggggg…tomaaaaa…tomaaaaaa.
Clavé de nuevo mi polla hasta los huevos mientras me vaciaba en su interior, para los dos fue un orgasmo muy largo que nos dejó agotados. Mi tía se dejó caer en la cama y yo caí encima de ella con mi polla bien clavada en su interior. Sabia que esto llegaba a su fin, no sabia que hora seria pero de seguro que nos tendríamos que vestir.
—Me encanta sentirte en mi interior, como me llenas, como me haces alcanzar unos orgasmos increíbles.
Mis labios la llenaban de besos, y susurraba en su oído lo que la quería y lo que la deseaba. Mi tía ronroneaba mimosa sintiéndose querida. En esos momentos una alarma sonó insistentemente, los dos nos sobresaltamos mi tía me hizo salirme de ella y alargó su mano apagando un despertador.
—Debemos vestirnos mi amor, creo que la película ya habrá terminado y tu madre y las niñas estarán aquí dentro de un rato. Dijo mi tía con pena.
—Paula, me encantaría pasar la noche contigo.
—Lo se cielo mío, yo también lo deseo, pero tenemos que ser muy cuidadosos. Anda ve a vestirte.
Nos dimos un beso y nos costó separarnos, dios, había sido una tarde increíble, todavía no me lo creía, yo un chaval de 20 años me había follado a una mujer de bandera, a mi amor platónico. Al poco ya estaba vestido y había cambiado un poco el aspecto de mi escritorio. Conocía a mi madre y sabia que se fijaba mucho en las cosas y como me dijo mi tía, todo cuidado era poco.
Me acerqué a su habitación y ya había hecho la cama, tenia algo de ropa cuidadosamente colocada sobre la cama, pero ella solo tenia unas braguitas muy sensuales puestas, eso hizo que mi polla nuevamente se pusiese dura, mientras me acercaba a ella y la abrazaba pegando mi dureza a su culo.
—Luismi para ya, dijo mi tía con voz seria. Sabes que me encantaría seguir pero debemos de parar. Bájate y espérame en la cocina, anda, dijo secamente.
CONTINUARA
—Aggg…Luismi estas sudado, vete a la ducha.
—Alba, es lo que ocurre cuando vienes de correr, dije divertido mientras me acercaba a ella para achucharla y ella se escabullía entre risas.
Mi tía subió a su habitación a por algo que se le había olvidado y mi madre, aunque estaba sudado me abrazó.
—Mamá, que estoy empapado, protesté.
—¿Y qué? Es solo agua, además es el sudor de mi niño, de mi hombre, dijo con orgullo.
La miré extrañado, ¿a qué venia eso ahora?
—Tu tía me ha contado lo que pasó ayer por la noche cuando llegaste. Como la trataste, como la escuchaste y como le diste cariño y comprensión. Ayer cuando me fui a dormir deje a una mujer rota y esta mañana tenia a la Paula de siempre, alegre y divertida. Solo puedo decirte gracias mi amor, gracias por ser como eres.
¡Ay! Mamá, si tu supieses realmente mis intenciones de ayer por la noche, de seguro que me cruzarías la cara por degenerado. Pensé mirándola a los ojos.
—No me des las gracias mamá, creo que hice lo que tenia que hacer y lo que me pediste, he ayudado y he sido cariñoso con ella, lo necesitaba.
—Claro que si cariño, me dijo con amor. Anda ve arriba a ducharte, nos vemos a la hora de la comida.
Antes de entrar en mi habitación mi tía que salía de la suya me llamó. Iba guapísima con una camisa entallada mostrando unas tetas increíbles y un canalillo seductor, unos vaqueros ajustadísimos que la hacían una figura envidiable y unos zapatos de tacón que realzaban sus piernas y ese culito impresionante, me enamoré de ella.
—Buenos días cariño, ¿Has dormido bien? ¿Te aliviaste pensando en mí?
Me quedé bloqueado sin saber lo que decir, notaba su mirada excitada, su perfume y entonces se acercó a mi oído y me lo susurró.
—Yo me tumbé en mi cama, me quité mis braguitas y me abrí bien de piernas metiendo tres dedos en mi interior mientras pensaba en ti…me corrí como una burra.
—Ti…tiaaa, dije excitado con un hilo de voz, ¿Por qué me haces esto? Pregunté inocentemente.
—Por esto mi amor, dijo señalando a mi erección descontrolada, me encanta provocarte. Por cierto, dijo alejándose con una sonrisa malvada en su cara, tu prima Noelia se queda en casa, ten cuidado con ella.
Cerré la puerta me desnudé y volví a masturbarme pensando en mi tía y en lo que me había dicho. Me corrí como un animal mientras en mi cabeza aparecía mi tía abierta de piernas y corriéndose, será cabrona, pensé, me tiene en sus manos.
Me fui a la ducha enfadado conmigo mismo, por idiota, inocente, parguelas, huele bragas y mas adjetivos que no se me ocurren en este momento pero describirían lo estúpido que puede ser un hombre a manos de una hermosa mujer.
Mi cabreo contra mi tía subía en enteros por momentos, si hay algo que odiaba es sentirme manipulado y a merced de una persona caprichosa y mi tía sabia como controlarme, estoy seguro de que sabía mi atracción por ella desde que era un adolescente y ahora en mi casa y con toda esta historia seguro que me tendría como a un perrito faldero y no lo iba a consentir.
Cuando terminé, me vestí y bajé a la cocina a tomar algo, una cerveza me vendría bien.
—Buenos días Luismi.
La voz de Noelia sonaba dulce detrás de mí. Cuando me di la vuelta ella estaba de pie y puse cara de «esto no puede ser» allí frente a mi se encontraba mi prima con una camiseta ajustadísima y sin sujetador debajo, sus tetas se dibujaban perfectamente así como sus pezones que iban a romper la tela. Unos leggins que eran como una segunda piel se ajustaban a su anatomía perfectamente, no llevaba ropa interior los labios de su coñito se dibujaban nítidamente sobre la tela, se dio la vuelta y abrió una puerta del armario para buscar algo poniéndose de puntillas y mostrando un culito redondo, respingón con forma de manzana. Esa tela dibujaba su contorno, parecía que iba desnuda y me confirmó que no llevaba ropa interior, no había marcas de costuras ni nada parecido.
Ella vino hacía donde estaba, mirándome desafiante a los ojos, abrió la puerta de la nevera y se sirvió un zumo de naranja para retornar nuevamente frente a mi apoyándose en la encimera de la cocina y mirándome fijamente.
—Ayer por la noche te vi hablando con mi madre. ¿De qué hablasteis?
—De todo y de nada. Dije con indiferencia.
—Te contó que tuvimos bronca ayer en la cena.
—Me contó que su hija mayor la había avergonzado delante de su familia y la había llamado puta no una ni dos veces, sino infinidad de ellas.
—Esa zorra me ha arruinado la vida, explotó Noelia enfurecida, por su puta culpa mira como me veo ahora mismo, viviendo de vuestra caridad, sin un puto euro y con mi futuro muy incierto y todo por que en su momento no supo mantener las piernas cerradas la muy puta.
Mire a mi prima Noelia desencantado, como siempre egoísta, soberbia, superficial y mal hablada, eso la afeaba enormemente.
—¿Te has oído Noelia? Solo he escuchado yo, yo, yo y mas yo eres la niña más egoísta que he conocido y creo que antes de juzgar a tu madre deberías de conocer el porque hizo lo que hizo. Ten en cuenta que no solo estas tú en una posición difícil, también lo esta tu hermana pequeña que está demostrando más madurez y entereza que tú y tu madre que tiene un cargo de conciencia brutal por haberos metido en esta historia. Y por favor, no llames puta a tu madre, ¿Te has visto como vas vestida? Tu si que pareces una puta, además de las más vulgares y baratas, ve a cambiarte antes de que vengan todos y por favor ten un respeto a tu madre.
Noelia estaba llorando en silencio. Toda su altanería estaba cayendo en forma de lagrimas por sus mejillas, pero no sentí ninguna empatía hacia ella se fue hacia la puerta pero antes me miró desconcertada.
—¿Sabes? Me has defraudado Luismi, pensé que tú me entenderías, pero veo que también estas contra mí.
—Me alegro de haberte defraudado y primita tu sola pones a la gente en contra tuya según ven tu forma de ser y como eres.
Mi prima salió de esa cocina llorando y se encerró en su habitación. Noelia pensó que presentándose vestida de semejante manera babearía por ella para ganarme y ponerme contra su madre y así formar frente común para joderle la vida, pero eso era otra forma de manipulación y me negaba a entrar en ese juego.
Me fui a mi habitación y me puse a estudiar y a continuar un trabajo que tenia que presentar. Mi di cuenta que aun viendo a mi prima de la forma que iba vestida ni me inmuté. Lo normal es que hubiese tenido una erección bestial, pero me mantuve tranquilo todo el rato que estuvimos charlando. Me puse algo de música y me concentré en lo que estaba haciendo, por una horas de mi mente desparecieron mi tía y mi prima.
Al poco las voces de mi madre y mi tía, anunciaron que habían llegado a casa, esperé a que entrase mi madre como siempre hacia a saludarme y cuando me vio supo que algo había pasado. Le conté lo que había ocurrido con Noelia, incluso le dije como iba vestida y aprobó mi actitud y lo que le contesté.
—Cariño, se que esto va a ser duro para todos, dijo mi madre, pero veras como en unas semanas todo cambia.
—Eso espero mamá, eso espero.
—Además, tu tía ha encontrado trabajo en una tienda muy conocida de lencería. Íbamos por el centro comercial y al pasar por el escaparate había un cartel de "se necesita dependienta" no lo ha dudado, ha entrado y ha hablado con la dueña. El lunes empieza por la tarde.
—Pues mira, eso le va a ayudar a pasar mejor este mal momento.
—¡Ah! Y otra cosa, Alba me ha comentado lo del instituto, déjalo en mis manos, conozco al director del Joaquín Rodrigo y nos podrá echar una mano, seguro.
El instituto Joaquín Rodrigo estaba a escasos trecientos metros de mi casa y si Alba conseguía entrar allí seria estupendo por la cercanía. Mi tía intento hablar conmigo en mi habitación, pero amablemente le dije que me esperase abajo que en esos momentos no podía atenderla. Necesitaba que hubiese gente para que mi tía no me excitase hasta volverme loco, no iba a dejar que me manipulase a su antojo. Se que le molestó ese detalle, pero agradeció el que hubiese hablado con Noelia.
Ese día la comida fue algo tensa, todos comimos en silencio, Noelia tenia los ojos rojos de llorar y prácticamente no probó bocado. Nadie le dijo nada, pero conocía a mi madre y no soportaba esa actitud, de seguro que a la noche de cenar tendría el mismo plato.
Esa noche volví a salir con los amigos e intente olvidarme un poco del lio que tenia en casa, aunque no lo conseguí. Sobre las cuatro de la mañana llegue a casa y vi de nuevo luz en el salón, jure en arameo pensando que podría ser de nuevo mi tía, pero cuando entré me encontré con Noelia dormida en el sillón y con la televisión apagada. Estaba preciosa, mentiría si dijese lo contrario, solo me limité a ponerle una manta por encima e irme a dormir, estaba muy cansado.
El domingo por la mañana me levanté tarde. Mi madre y mi tía estaban en la cocina charlando y viendo la televisión estaban mis primas. Saludé a mis primas con cariño y las di un beso a cada una de buenos días, ese detalle sé que Noelia lo agradeció. Cuando entré en la cocina las dos me miraron con cariño.
—Buenos días "bello durmiente" dijo mi tía con una gran sonrisa.
—Niño, me increpó mi madre, cada fin de semana te levantas más tarde.
—¡Ay! Maripi, protestó mi tía, tiene 20 años por dios, está en la edad de hacer locuras y si no acuérdate de tus 20 años estando en la facultad, yo todavía me acuerdo y eso que tenía 13 años de lo tarde que llegabas a casa.
Las dos se echaron a reír y recordaban las broncas que armaba a mi madre mi abuelo según llegaba casi amaneciendo.
—Además, dijo mi tía, seguro que ha habido "temita" rio divertida.
—Eso, eso, ¿ha habido "temita"? Pregunto mi madre inquisidora
Las dos apoyaron sus mentones en las palmas de sus manos mientras me miraban con sorna. A ver, entenderme, domingo por la mañana, con algo de resaca y recién levantado. No estaba para mucho cachondeo y encima no hubo "temita" con lo que callar sus ataques de "marujeo" intentando averiguar mi actividad con el sexo opuesto, podía haber mentido, inventarme algo, pero estaba espeso y me limité a mirarlas dejándolas por imposible.
—No ha habido "temita" mentes morbosas, solo estuve con los amigos de marcha, y ahora no me deis la lata, voy a desayunar e irme a mi cuarto a llorar mi poco éxito con el sexo opuesto. Dije teatralmente.
Las dos rompieron a reír y algo cuchichearon, las risas se oían en toda la casa. Vaya estaba un poco molesto, así que desayuné lo más rápidamente que pude mientras mi madre y mi tía no sé si se reían de mí, o conmigo. Aunque me dijeron que me quedara con ellas a charlar un rato, opté por desparecer e irme a mi cuarto a estudiar y a seguir preparando mi trabajo.
Cerca de la hora de la comida unos nudillos golpearon mi puerta y antes de que dijese nada, mi tía entraba dentro de mi habitación cerrando la puerta tras de sí. Se quedó apoyada en la puerta con sus manos detrás de su cuerpo mientras me miraba con cariño. Estaba algo asustado a la vez que excitado, su manera de vestir era provocadora y ahora la tenia frente a mi con un jersey de lana de angorina y un escote en forma de pico y una faldita corta. Se notaba que no llevaba sujetador, sus pezones se marcaban nítidamente sobre la lana y sus piernas lucían sin medias.
—Hola tía, ¿Qué quieres? Dije tímidamente.
—Nada mi amor, solo venia a verte y a decirte que bajes, dentro de nada vamos a comer.
Mi tía vino hacia donde estaba, me abrazó apoyando sus tetas en mis hombros y sus labios besaban mi mejilla. Sus manos empezaron a acariciar mi torso bajando peligrosamente hacia mi vientre y acercándose a mi ya incipiente erección. Joder, esta mujer tenia un poder sobre mi total y no sabia como actuar, era mi tía, pero me volvía loco de deseo.
—Ufff…tía, paraaa…
—¿Quieres que pare? Me decía ronroneando.
—Eres…eres mi tía…esto no…no está bien…ufffff…no es correcto.
Su mano ya había rozado la punta de mi polla varias veces, mientras sus labios se paseaban por mi cuello. Giró mi cabeza y me besó, pero esta vez nuestras lenguas se conocieron y se enredaron entre ellas.
—Mi vida, dijo mirándome a los ojos, yo solo veo a un hombre joven y a una mujer que se siente deseada desde hace mucho.
Nos volvimos a besar y esta vez su mano se metió por dentro de mis pantalones del pijama y agarró mi polla pajeándola suavemente. Esa sensación por poco hace que me corra.
—Paulaaaa que gustooo. Gemí excitado.
—Ummmm mi niño, como has crecido, eres todo un hombre.
Sacó su mano de dentro de mis pantalones, pensé que todo se acababa en esos momentos, pero giro mi silla y se situó frente a mí, nos mirábamos a los ojos y veía su carita de cariño, mientras acariciaba mi cara y nuestros labios volvían a juntarse. Se arrodilló y agarrado mis pantalones tiró de ellos.
—Levanta el culete cariño, esto te va a gustar aún más.
Cuando bajó mis pantalones mi polla salto erguida, amoratada, pegada a mi vientre. Vi como mi tía abría mucho sus ojos y me miraba sonriente.
—¡¡CARIÑOOO!! Exclamó mi tía sorprendida, si que has crecido, sí.
Volvió a agarrarla mientras la miraba como hipnotizada, sabia lo que iba a ocurrir y me preparaba, no quería quedar mal delante de la mujer de mis sueños, pero iba a ser inevitable, según notase el calor de su boca, la suavidad de sus labios me iba a correr como un adolescente salido.
Y ocurrió, besó la punta mientras me miraba a los ojos y vi como abría su boquita y hacia desparecer mas de la mitad de mi polla en su interior para seguidamente sacarla lentamente, chupando, absorbiendo, haciendo que su lengua envolviese mi glande.
—Paulaaaa…joder…jodeeeer…
Me iba a correr, era inevitable, pero es que mi tía me estaba haciendo una de las mejores mamadas de mi corta vida. Eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos pensando en lo mas desagradable que se me pasase por la cabeza, pero era de todo punto imposible. Note sus labios su lengua jugando con mi glande para seguidamente notar el calor abrasador de su boca en toda mi polla. Cuando miré vi que su nariz había tocado mi pubis y mi verga estaba metida hasta los huevos en su boquita, eso fue devastador para mí. Noté las pulsaciones en mi perineo, y ese cosquilleo placentero previo a la eyaculación y la avisé.
—Paulaaaa…me voy a correr, no aguanto más…
Mi tía sacó mi polla se su garganta llena de babas me miró traviesa mientras me pajeaba y se la volvió a meter hasta la garganta mientras me miraba con vicio, y exploté en su boquita. Fue inevitable y ella lo sabía, cuando notó mi eyaculación empezó a tragar como si en ello le fuese la vida mientras se aferraba a mi balano, acariciaba mis huevos y absorbía sacando mi polla de su boca intentando sacarme el cerebro si hacía falta. Fue un orgasmo larguísimo y muy placentero que me dejó con ganas de ella, de sentir piel con piel, de devolverla el placer que me había dado.
—¿Mejor mi amor? ¿Te ha gustado? Pregunto mi tía.
—Joder tía, ha sido fantástico…no…no lo puedo expresar.
Me puse en pie y la abracé besándola con amor. Mis manos bajaron hasta su culo, su deseado culo y mis manos aferraron esos dos globos perfectos de carne atrayéndola hacia mi y dejando mi polla entre nuestro cuerpos. La besé con desesperación, pero mi tía me paró en seco y me miró con pena.
—Se lo que deseas mi vida, dijo mi tía, pero ahora no es el momento, hemos hecho una locura que nos podía haber costado cara. Te deseo mi amor, te deseo como no te haces una idea, pero debemos de ser cautos, esto no acaba aquí.
Agarró una mano mía y la llevó entre sus piernas, fue increíblemente morboso notar sus braguitas empapadas, mis dedos apartaron la tela y mi dedo jugó con su ya encharcada vagina, pero su manó la sacó inmediatamente de allí mostrándomela frente a mis ojos.
—Chupa tus dedos cariño, dijo mi tía en un susurro.
Metí los dedos en mi boca, probando su sabor, su excitación, su deseo y mi polla volvió a erguirse buscándola nuevamente. Mi tía miró complacida y me besó con gula notando nuestros propios sabores.
—Y ahora mi rey, vamos a comer. Estoy deseando tenerte dentro de mí.
Cuando se iba hacia la puerta subió su falda mostrándome su perfecto culo, solo cubierto por la fina tirita de su tanga. Miró por encima del hombro traviesa y me lanzó un besito al aire. Cuando se cerró la puerta tras de si me dejé caer en mi silla sin creer lo que había pasado, pero esto solo era el principio.
—Luismiiii…Paulaaaa a comeeeer. Oí exclamar a mi madre.
Al poco estábamos todos sentados en la mesa comiendo, yo todavía no me creía lo que había pasado, intentaba entrar en la conversación, pero en mi cabeza solo veía a esa increíble mujer que tenia a mi lado haciéndome una mamada increíble. Ella sabia que la miraba, pero estaba hablando no se que de unos pantalones para el trabajo. Noté como su pie desnudo acariciaba mi pantorrilla como diciéndome «estoy contigo, a tu lado» Me limité a sonreír a los comentarios que hacían todos, como si estuviese atento a lo que decían.
—Luismi, Luismiiii, oí la voz de mi madre llamándome. Hijo parece que estas en babia, ¿Te ocurre algo?
—No mamá, es que tengo un problema con el trabajo que tengo que entregar y no me lo puedo quitar de la cabeza.
—Este chico no sabe desconectar de su carrera, ni cuando esta dormido. Dijo mi madre a modo de reproche cariñoso. Te preguntaba que si quieres postre.
—No mamá gracias solo tomaré un café solo.
—Pues entonces ayuda a recoger la mesa mientras preparo los cafés, me dijo mi madre.
Eso hice, recogimos la mesa en un santiamén, mi madre, mi tía y Alba se fueron hacia el salón con una bandeja y el café y en la cocina solo quedamos mi prima Noelia y yo terminando de meter todo en el lavavajillas. Cuando íbamos a salir mi prima me agarro del brazo.
—Luismi, ¿podemos hablar un momento?
—Claro Noelia, dime.
—Solo quería pedirte perdón por mi actitud de ayer. Se que fui egoísta y mal educada, pero entiéndeme que mi vida, perdón, nuestra vida a dado un giro de 180º y estoy todavía algo aturdida sin creer que nos esté pasando esto.
—Noelia, yo no te tengo que perdonar nada, es a tu madre a quien has ofendido. ¿Has hablado con ella?
—Si, y me ha explicado lo que creo que también te contó a ti, no apruebo lo que hizo, pero entiendo porque lo hizo y sus motivos, eso me hizo ver a mi madre de diferente manera de como la veía.
—¿Y cómo la veías?
—Mejor no quieras saberlo.
Imagine que la veía como una zorra ninfómana come hombres que todos los días se follaba a cuatro o cinco tíos y luego llegaba a su casa a esperar a su marido con mirada enamorada pero llena de leche por todos sus agujeritos. Creo que yo la miraba así antes de hablar con ella, Miré a Noelia con cariño, la atraje hacia mi y la di un abrazo. Me encantó sentir su cuerpecito pegado al mío y eso hizo que mi polla muy sensible desde antes de comer se volviese a erguir. Aunque intente que no lo notara fue muy evidente y ella se abrazó aún más a mi juntando su pubis a mi erección.
—Entonces Luismi…¿No estas enfadado conmigo?
—No cielo, si acaso algo molesto.
—¿Molesto? ¿Por qué?
—Por tu atuendo de ayer, cuando entraste a la cocina estabas para comerte con ropa y todo.
—¿Y porque no lo hiciste? Me pregunto traviesa.
—Es obvio Noelia, me habrías utilizado haciendo frente común ante tu madre.
Su mirada era entre divertida, traviesa y viciosa. Seguía abrazada a mi y se frotaba suavemente con mi polla, me estaba poniendo a mil la jodia niña, pero me miraba esperando algo más.
—Espera, dije confundido, me esta diciendo que si yo…ósea que si te hubiese, como decirlo…a ver… si me hubiese insinuado…tu y yo…
—¿Hubiésemos terminado liados? Aclaró mi prima seductoramente. Pues posiblemente Luismi, posiblemente, aunque eso ya no lo sabremos, ¿No crees?
Me dio un pico en los labios y salió por la puerta meneando su culito provocadoramente, yo me quedé en la cocina para tranquilizarme. Esto era mucho para mí, primero mi tía, estaba claro que iba a follar con ella si o si, ¿pero con mi prima Noelia? Es que ni se me pasaba por la cabeza aunque también lo desease y lo de hace un momento me indicó que todo podría ser posible.
Cuando entre en el salón todos estaban sentados charlando y tomando su café. Mi tía me miró y me indicó que me sentase a su lado en el sofá. Me sirvió un café y nos pusimos a ver una anodina película romanticona pero que enganchaba al televidente a la trama y posterior desenlace ya conocido por todos y todas. Deseaba abrazarla y que ella me abrazase a mí. Deseaba sentir sus labios de nuevo y quería tenerla desnuda para mí, pero la película transcurrió entre caritas de "que bonitoooo" o "que romántico, yo quiero algo así" Mi tía aprovechaba cuanto podía para agarrarse a mi brazo y dejarme notar su teta de la manera mas inocente pero sabedora lo que me ponía que hiciese eso.
Mis primas no perdían detalle de la película y mi madre, muy suya como siempre sin prestar atención a la película pero leyendo las noticias en su Tablet. Cuando terminó la película todos comentamos lo bonita que había sido y en esos momentos mi madre dijo algo que me puso los pelos de punta.
—¿Os apetece que vayamos al cine?
Mis primas saltaron de alegría con un sonoro siiiii, mi tía solo me echó una mirada que me dijo todo.
—A mi me apetecería, dije con tristeza fingida, pero tengo que estudiar mucho.
—A mi me gustaría, pero prefiero quedarme y preparar la ropa de mañana, quiero causar buena impresión en mi primer día de trabajo.
—Que aburridos sois, dijo mi madre. Venga chicas arreglaros que nos vamos al cine y lo vamos a pasar de película.
Las tres subieron a arreglarse. El corazón se me iba a salir por la boca, latía a mil pulsaciones y mi polla empezaba a llenarse de sangre sabedora de que iba a pasar. Mi tía miró hacia las habitaciones asegurándose que no había nadie y agarro mi mano con fuerza mientras me miraba y sonreía.
—Si metieses tu mano entre mis piernas, sabrías como estoy por ti. Llevo deseando esto hace mucho tiempo.
—¿El estar conmigo? Pregunté estúpidamente.
—Mi amor, el follar contigo. No podía ignorar tus miradas en la piscina y las veces que ibas al baño. Me parecías tan tierno, tan deseable que si no hubiese estado con mi marido te hubiese follado cuando tenías quince años.
—Tía me hubiese encantado que lo hubieses hecho, eres mi diosa, la mujer de mis sueños, algo inalcanzable para mí.
Recobramos la compostura cuando escuchamos la algarabía de mis primas y mi madre bajando por las escaleras. Cuando llegaron a nuestra altura se despidieron.
—Bueno muermos, vosotros os lo perdéis, dijo mi madre, llegaremos tarde así que si queréis cenar tenéis la nevera, serviros vosotros mismos.
Vimos como salían y según se cerró la puerta, nos fundimos en un beso lleno de pasión, aunque mi tía lo cortó rápidamente.
—Cariño se lo que deseamos los dos, pero toda precaución es poca. Yo me voy a la ducha, dejemos pasar un rato por si acaso.
Estaba muy excitado, mi polla me dolía a rabiar por la erección que tenía, necesitaba hacer algo, incluso pensé en hacerme una paja para luego poder aguantar más, pero quería correrme con mi tía. Me hubiese encantado meterme con ella en la ducha y empezar el juego, es algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo desde que vi alguna peli porno en la que los actores follaban bajo el agua de una ducha.
Pensé juiciosamente que ya había pasado tiempo suficiente. Ni mi madre ni mis primas iban a volver. Me desnudé me fui al baño que ocupaba mi tía y me metí debajo del agua con ella. Cuando me vio se mordió el labio inferior y enseguida se abrazó a mí, por fin notaba su cuerpo desnudo pegado al mío y esa sensación nunca la olvidaré.
—Mi amor, pensé que no te atreverías a entrar, me gusta que no me hayas obedecido
—No aguantaba más tía, necesito sentirte.
—Cariño, quiero que me llames Paula, me vuelve loca cuando lo escucho de tu boca.
—De acuerdo Paula.
Nos fundimos en un beso largo, lleno de vicio y deseo, nuestras manos no estaban quietas y acariciaban nuestros cuerpos. La piel de mi tía era como la seda, suave y cálida, mis labios se fueron hacia su cuello y empecé a besar lamer y mordisquear esa zona tan sensible. Los gemidos de mi tía se hicieron más profundos, mis dedos jugaban con su anito y su clítoris y mi boca llegó a sus tetas, enormes, generosas con un pezón marcadísimo que era casi como una judía y una areola marrón y pequeña. Desde luego el cirujano que la operó hizo un trabajo increíble porque eran totalmente simétricas y perfectas. Mis dedos seguían jugando entre sus piernas y mi boca devoraba esas tetas divinas, chupando y mordiendo esos pezones esplendidos mientras que la mano que me quedaba libre las amasaba y maltrataba.
—Mi amor me tienes a punto, quiero sentir tu boca en mi coño.
Mi tía apoyo la espalda en la pared y puso un pie en una de las repisas de obra de la ducha y poniendo sus manos en mis hombros me indicó el camino para que mi boca se apoderase de su coñito. Había visto muy pocos coños en mi vida, con el de mi tía era el tercero, pero me enamoré de él. Cerradito, pequeño, con unos labios mayores suaves y mullidos y unos labios menores pequeños cubriendo mínimamente el clítoris que se veía rojo y fuera de su capuchón. Mi boca no tardó en apoderarse de él, de lamerlo y mimarlo. Mi lengua jugaba con su coñito y la penetraba hasta que ya no podía más, la postura era algo incomoda así que me limité a su clítoris, y metí dos dedos dentro de su coñito para poder follarla con ellos.
—Me corro cielo, anunció mi tía con la respiración acelerada, no pares mi amor…así…asiiiii…aahhh.
Sus manos se aferraron a mi cabeza para que no dejase de chupar, su cuerpo temblaba y sus muslos aprisionaban mi cara. Noté su corrida cayendo por mi mano y mi brazo, inundando mi boca y mojando mi barbilla y cuello. Eso me volvió loco, su sabor era como la adrenalina, todavía estaba recuperándose de su orgasmo pero yo no aguantaba más, me puse en pie, y con algo de violencia la di la vuelta y ella sabiendo lo que iba a hacer apoyó sus manos y su cara en los azulejos y sacó su culito provocativamente.
—Te voy a follar Paula, te voy a follar hasta que te arda el coño y te rebosen mis corridas.
—Ahhhh…mi vida si, follame, vamos hazloooo.
Mi polla buscó la entrada de su coñito y se la clavé hasta los huevos despacio pero sin pausa.
—¡AHHHHHHH! Que gustooooo por diooooos…follameeeee.
Por fin mi deseo se hacía realidad y la sensación de estar follandome a mi tía era increíblemente mejor de lo que me imaginaba. Su coño era estrechito o mi polla demasiado grande, no lo sé, el caso es que su vagina aprisionaba mi balano deliciosamente, notaba la suavidad de su interior, como mi glande la abría sin problemas mientras ella gemía pidiendo más y el calor abrasador que emanaba de esa cueva del placer. Mi orgasmo estaba ya en puertas, muchos años deseando esto y ahora mis cinco sentidos se estaban inundando de ella. Me agarré a sus tetas mientras bombeaba furiosamente su coño y mi tía literalmente se moría de gusto.
—Paulaaa, me corrooo, no aguanto maaaas.
—Dentro mi amor, hazlo dentrooo…diooos me corro… me corrooooo…si…si…siiiiiiiiiiiii.
Noté como su vagina exprimía mi polla, como se aferraba a ella y la estrangulaba para sacar toda la leche de mis huevos. Clavé mi polla en lo más hondo de su ser hasta rozar su matriz, mi tía arqueó su espalda y echó su cabeza hacia atrás herida de placer. Creo que en mi vida me he corrido de esa manera tan brutal, mi rabo no paraba de soltar leche que golpeaba en el útero de mi tía haciéndola gemir de deseo.
—Mi amor para, paraaa por lo que mas quieras. Decía intentando recuperar la respiración.
—Te quiero Paula, le decía besando su espalda.
Mi polla seguía en su interior, dura como el diamante, sentía las pulsaciones de su orgasmo todavía sobre mi verga eso me mantenía encendido. Eso y el saber que estaba follándome a la mujer de mis sueños. Mis caderas tomaron la iniciativa y empecé un bombeo lento en el coño de mi tía.
—Mi amoooor que me haceees…ummmmm…sigueeeee.
Quise cambiar de posición, necesitaba ver su cara, besar sus labios. Me Sali de su interior y la di la vuelta estaba preciosa, con su carita arrebolada y sus ojitos brillantes de deseo. Nos abrazamos, levanté una pierna suya pasando mi brazo por la corva de su rodilla y la volví a penetrar de nuevo.
—Diooooos que ricoooo, gimió mi tía.
Empecé a bombear de nuevo sabiendo que esta vez iba a durar mucho más. No pasó mucho tiempo cuando vi como mi tía hacia su respiración mas profunda y me besaba con pasión, mi otra mano estaba aferrada a una nalga suya, notando su dureza y su suavidad, amasándola, atrayéndola hacia mi para hacer la penetración mas profunda. Sus caderas empezaron a moverse sin control y pego un grito que se tuvo que escuchar en toda la manzana.
—Me corroooooo…me corroooooo.
La abracé contra mi y busqué su boca para acallar sus gritos. Ella se aferró a mi cuello y noté como sus caderas se movían sin control, su cuerpo temblaba y bufaba presa del placer que estaba sintiendo. Yo no dejaba de bombear ese coñito divino, con una cadencia constante, aunque de vez en cuando la follaba salvajemente, creo que no había terminado su orgasmo cuando le sobrevino otro y al poco otro más, yo no aguantaba, mi orgasmo crecía imparable y con un bufido descargué mi corrida dentro del coño de mi tía. Nos costó tranquilizarnos, recuperar nuestras respiraciones, por suerte seguíamos bajo la ducha, si no creo que estaríamos empapados en sudor, Seguíamos muy abrazados, mi tía con un movimiento de cadera suave sacó mi miembro de su interior, dejé que se apoyase con sus dos pies aunque no deshicimos el abrazo, seguíamos besándonos pasionalmente.
—Mi vida ha sido impresionante, me encanta lo que me has hecho sentir, dijo mi tía con mimo, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro.
—Paula, eres mi sueño hecho realidad. Te quiero.
—Yo también te quiero mi amor. Anda, vamos a lavarnos y a secarnos y vamos a la cama.
Eso fue música celestial para mis oídos, mi tía y yo nos enjabonamos mutuamente poniendo especial atención en nuestros sexos y fue inevitable que mi polla se volviese a erguir altiva y desafiante, preparada para un nuevo asalto. Mi tía la miró hipnotizada y la dio un par de mamadas.
—Bendita juventud, me vas a dejar el coño hecho unos zorros.
Cuando llegamos a la cama de mi tía, ella entro en cuatro provocativamente, mostrando su coño enrojecido de la follada y su anito, precioso algo dilatado. Parecía un cráter en miniatura y pedía ser lamido, chupado y poseído. Su culo era como una obra de arte esculpido a base de gimnasio, era redondito y respingón. Agarré esos dos globos perfectos de carne y los separé para hundir mi boca y mi lengua en ese esfínter, lubricarlo bien y follármelo, creo que mi tía entendió mis intenciones y me hizo parar.
—No mi amor, por ahí todavía no lo he hecho y además hace falta limpiarlo muy bien. Si no, sería muy asqueroso.
Mi tía vio mi cara de decepción. Follarme ese culazo era para mi ya el sumun del placer con esa diosa.
—Pero eso no significa que no desee que me folles el culito. Solo dame algo de tiempo y déjame prepararlo bien para mi hombre. Y ahora mi amor regálame otro orgasmo.
Mi tía apoyó su cara en el colchón ofreciéndome su coño. Estaba abierto y brillante de los juguitos que salían de su sexo. Apunté mi polla y la dejé ir dentro de golpe hasta que mis huevos rebotaron en su clítoris.
—Diooooos siiiiiii… revienta a tu zorra con tu polla. Aulló mi tía.
Empecé a follarla brutalmente, mi pelvis chocaba con su culo llenando la habitación de ruidos parecidos a azotes, mis huevos golpeaban su clítoris haciéndola dar unos grititos muy sensuales. Su anito boqueaba para mí, llamándome, provocándome. Chupé mi dedo pulgar y empecé a acariciar su esfínter, sé que le gustó por el gemido de placer que dio pero me llamó la atención.
—No cariño, decía con voz entrecortada, por ahí no.
Un azote en ese perfecto culo hizo que diese un grito y me mirase sumisa.
—Calla y disfruta zorra.
Metí mi dedo en su culito y ella suspiro de placer mientras mi polla la perforaba y mi dedo dilataba algo su esfínter. Sus caderas empezaron a moverse de nuevo preludio del orgasmo que iba creciendo en su interior. Era terriblemente excitante ver como su coño se comía mi polla , como su redondo culo se movía al ritmo de mis embestidas y como gemía, era algo que siempre había querido, hacer gemir de placer a mi tía mientras la follaba.
—Mi amor, mi amor…me corrooooo…ahhhhhh…diooooos.
Mi tía arqueo su espalda y levanto su cabeza intentando coger aire, su orgasmo exprimía de nuevo mi polla y mi dedo metido en su culo notaba como también lo estrangulaba presa del orgasmo que atravesaba su cuerpo.
—Cariñooo, haz que esto no termine, decía con voz entrecortada, te quierooo.
—Paulaaaa me corrooo…aggggg…tomaaaaa…tomaaaaaa.
Clavé de nuevo mi polla hasta los huevos mientras me vaciaba en su interior, para los dos fue un orgasmo muy largo que nos dejó agotados. Mi tía se dejó caer en la cama y yo caí encima de ella con mi polla bien clavada en su interior. Sabia que esto llegaba a su fin, no sabia que hora seria pero de seguro que nos tendríamos que vestir.
—Me encanta sentirte en mi interior, como me llenas, como me haces alcanzar unos orgasmos increíbles.
Mis labios la llenaban de besos, y susurraba en su oído lo que la quería y lo que la deseaba. Mi tía ronroneaba mimosa sintiéndose querida. En esos momentos una alarma sonó insistentemente, los dos nos sobresaltamos mi tía me hizo salirme de ella y alargó su mano apagando un despertador.
—Debemos vestirnos mi amor, creo que la película ya habrá terminado y tu madre y las niñas estarán aquí dentro de un rato. Dijo mi tía con pena.
—Paula, me encantaría pasar la noche contigo.
—Lo se cielo mío, yo también lo deseo, pero tenemos que ser muy cuidadosos. Anda ve a vestirte.
Nos dimos un beso y nos costó separarnos, dios, había sido una tarde increíble, todavía no me lo creía, yo un chaval de 20 años me había follado a una mujer de bandera, a mi amor platónico. Al poco ya estaba vestido y había cambiado un poco el aspecto de mi escritorio. Conocía a mi madre y sabia que se fijaba mucho en las cosas y como me dijo mi tía, todo cuidado era poco.
Me acerqué a su habitación y ya había hecho la cama, tenia algo de ropa cuidadosamente colocada sobre la cama, pero ella solo tenia unas braguitas muy sensuales puestas, eso hizo que mi polla nuevamente se pusiese dura, mientras me acercaba a ella y la abrazaba pegando mi dureza a su culo.
—Luismi para ya, dijo mi tía con voz seria. Sabes que me encantaría seguir pero debemos de parar. Bájate y espérame en la cocina, anda, dijo secamente.
CONTINUARA
CONTINUARA
9 comentarios - Mi tia y primas se mudan a mi casa. Parte 3