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Mi tia y primas se mudan a mi casa. Parte 2

—Lo siento cariño, pero va a ser así y solo espero que me ayudes y seas cariñoso con tu tía y tus primas, lo están pasando muy mal y lo que menos necesitan en estos momentos son malas caras. Y ahora me voy a vestir y vamos a la estación a recogerlas.
El infierno se me venía encima y no era falta de espacio había sitio de sobra para los cinco. Era por todo lo demás, mi tía Paula aparte de estar buena hasta decir basta era una mujer de 43 años voluble, caprichosa y provocativa que no sabía hacer nada salvo estar en salones de belleza y en gimnasios y sobre todo en tiendas gastando dinero a manos llenas. Su trato conmigo era excelente y se que me quería mucho. Siempre que nos juntábamos estaba pendiente de mí, sus abrazos y besos continuos me ponían en un estado de excitación difícil de ocultar.
Y por otra parte estaban mis primitas Noelia y Alba. Noelia era una preciosidad de 19 años, con una carita y un cuerpo para pecar y hacer lo más pecaminoso que se te pasase por la cabeza. Era casi una copia de su madre y como ella, no sabia hacer nada solo gastar dinero e ir con sus amigas, pero era arrogante y vanidosa y junto con el dinero del que disponía hasta entonces la convertía en un ser despreciable.
Alba era el polo opuesto a Noelia. Ahora entiendo que fuesen hijas de diferentes padres, la genética se tenia que hacer notar. Noelia era una gordibuena de 18 años, pero guapísima o más que su hermana, con el pequeño detalle que era muy inteligente y trabajadora. El único problema que tenia era su falta de confianza en sí misma y el sentirse condicionada por su madre y su hermana, intentando ser lo que no es.
Todos los veranos cuando nos invitaban a pasar quince días con ellos, veía como esa niña se doblegaba a los caprichos de madre y hermana y la trataban cual cenicienta, mandándola a hacer tareas mientras ellas estaban tumbadas al sol. Eso me ponía enfermo y siempre solía enfadarme con ella intentando hacerla ver que ella era increíble y que su madre y hermana solo sentían envidia de ella, que las mandase a la mierda, pero ella sumisa obedecía sin dudar. Insistía tanto, se lo repetía tantas veces que al final siempre terminaba llorando y eso me hacía sentir fatal.
Y luego…joder, y luego estaba su forma de vestir, de andar por casa, con lo mas provocativo que os podáis imaginar. Mi tía Paula y mi prima Noelia no se cortaban en enseñar sus encantos delante de mí sin pudor, si hasta mi madre les llamaba la atención y hasta mi prima Alba con sus lorzas y sus muslos gordos me ponían la polla con venas como "tronchos" de lechuga y claro, pasaba lo que tenia que pasar, mis idas y venidas al servicio eran constantes con el consiguiente cachondeo.
Quizás ahora entendáis cuando dije que el infierno se me venía encima. Tenía las hormonas más revolucionadas que un motor tuneado e iba a tener en mi casa a cuatro mujeres, incluyo a mi madre, que eran una pasada, aunque por lógica, la situación distaba mucho de nuestros relajados encuentros en verano.
A la media hora nos encontrábamos en la estación esperando que llegase el tren que traía a mi tía y mis primas. Mi cabeza no dejaba de pensar como debía de recibirlas imaginando su estado de ánimo, aparte de pensar que mi prima Noelia vendría muy enfadada con su madre por haberla despojado de su modo de vida cómodo y relajado. Al poco entraba el tren en la estación y pasados los minutos vimos bajar a las tres, serias, llorosas y con cara de circunstancias, pero solo verlas ya me la puso mas dura que el mástil de una bandera.
Las tres venían vestidas con unos leggins que marcaban su anatomía perfectamente, unas camisetas muy ajustadas ofrecían el espectáculo de sus tetas, apetecibles, espectaculares con un canalillo muy sugerente aunque sus caras no hacían juego con el espectáculo de sus cuerpos. Según nos vieron vinieron corriendo hacia nosotros y solamente cuando mis primas se abrazaron a mi llorando, me di cuanta del alcance de su desgracia. Mi tía se abrazó a mi madre y las dos lloraban en un fuerte abrazo.
—Tranquila cariño, decía mi madre, veras como todo se arregla.
Mis primas seguían abrazadas fuertemente a mi llorando y me sentía como un ser despreciable ya que tenía una erección difícil de ocultar. Las separé ligeramente de mí y cariñosamente levante sus caritas y besé sus frentes.
—Vamos chicas, no lloréis que al final termino llorando yo también. Tranquilas que ya estáis con nosotros y a partir de ahora todo va a ir a mejor.
Mi tía deshizo el abrazo con mi madre y me miró con cariño, mis primas se fueron a abrazar a mi madre mientras mi tía me abrazaba, me daba un pico en los labios y me dejaba sentir su cuerpo pegado al mío. Fue brutal sentir sus tetas pegadas a mi pecho mientras ella notaba mi erección y frotaba disimuladamente su pubis contra mi polla. Mis manos la abrazaron contra mi y deseé agarrar ese culo que me volvía loco, pero me contuve. Me miró con ternura mientras acariciaba mi cara.
—Cada vez que nos vemos, te veo mas guapo. Siento que te hayas tenido que enterar de esta historia.
—Tranquila tía, entre todos intentaremos solucionar esto, todo va a salir bien.
—Eso espero cariño, eso espero.
Después de ese momento en la estación, nos fuimos a casa, paramos antes en una casa de comidas y compramos algo para comer, empezaba el fin de semana y tocaba organizarnos. Esa tarde después de comer nos fuimos a comprar ropa para mi tía y mis primas y aunque me fastidie reconocerlo, fui de "sujeta-bolsas" pero no todo va a ser malo, por suerte tanto por parte de mi tía como de mis primas me dejaron ver algo de "chicha", esa noche de seguro me haría una buena paja pensando en esos cuerpos increíbles.
Cuando llegamos y mientras mi tía y mis primas colocaban su ropa en su habitación me fui a duchar, había quedado con mis amigos en salir esa noche y me apetecía desconectar un poco. Al poco de estar bajo el agua se abrió la puerta y apareció Noelia llevando algunas cosas de higiene femenina.
—¡¡JODER NOELIA!! Exclamé alterado, llama antes de entrar y si hay alguien en el baño córtate y no entres.
—Venga ya Luismi, no te pongas así, la de veces que nos hemos visto desnudos. Además vete acostumbrando, vas a vivir con cuatro mujeres.
—Noelia, la última vez que nos vimos desnudos teníamos seis años, creo que desde entonces todos hemos cambiado mucho.
En ese momento la cabeza de Noelia apareció entre las cortinas del baño y me miró de arriba abajo, para seguidamente desparecer mientras riéndose la oía comentar:
—¡¡¡UFFF!!! Primito si que has cambiado, sí. Vaya pollón.
Oí como salía del cuarto de baño mientras miraba mi miembro flácido. Me gustaría decir que ya me había tirado a un montón de tías, pero no, mi experiencia sexual se limitaba a solo una mamada en unos servicios de una discoteca y a un polvo de película con una compañera que me invitó a estudiar en su casa. Tanto la una como la otra alabaron el pollón que tenía y de hecho me sentía orgulloso de el cuándo se ponía en pie de guerra, era grueso, cabezón y largo.
Cuando terminé, me puse mi albornoz y me fui a mi cuarto a vestirme, estaba desnudo cuando mi prima Alba entró sin llamar y cuando me vio fue de lo mas natural, como si fuese lo más habitual.
—¡¡PERO COÑOOO!! Exclamé enfadado intentando taparme mis vergüenzas, ¿pero por qué no llamáis a la puerta antes de entrar?
Mi prima me miró extrañada, salió cerrando la puerta, llamó y antes de decirle que esperase entro nuevamente sentándose en la cama.
—Primo, necesito hablar contigo, que me digas que instituto publico hay cerca de aquí y ver si me puedes acompañar a ver si puedo retomar el curso…por cierto tienes un culo precioso.
—Vale Alba, te ayudaré pero ahora sal de mi habitación y déjame vestirme tranquilo y por favor te digo lo mismo que a tu hermana antes de entrar llamad y pedir permiso, solo os pido eso dije molesto.
Vi que mi prima se puso de pie y me fijé que había adelgazado y empezaba a tener un cuerpo muy apetecible. Seguía teniendo unos muslazos grandes y un culo también grande pero muy rico. Su vientre era plano y las tetas que tenia creo que serían una talla 100 y daban ganas de devorarlas, joder mi polla empezó a levantarse y eso me daba un corte bestial delante de ella.
—De acuerdo, dijo Alba, no te enfades conmigo, me voy para que te vistas tranquilo.
No pude dejar de mirar ese culazo que tenia y que hizo que mi polla se irguiese descarada. Me fui a la puerta y eché el seguro para que nadie me molestase y me hice una soberana paja en honor a mis primitas y mi tía que me supo a gloria.
Esa noche cuando estuve con mis amigos no me las pude quitar de mi cabeza. Hasta los colegas me preguntaban que me pasaba ya que no era propio en mi dejar escapar a los pivonazos que se me acercaban. Sabia que tenia la tentación metida en mi propia casa y eso que solo hacia una pocas horas que habían llegado, ni me imagino el calvario que pasaría en mi día a día con ellas.
Cuando llegué a mi casa serian mas de las tres de la madrugada, entré sigiloso, pero enseguida vi que había luz en el salón y me encontré a mi tía dormida en el sillón con la televisión puesta. Imagino que llevaría la ropa de dormir ya que la parte superior era una blusa blanca muy liviana que dejaba traslucir sus pezones, pero lo peor es que debido a la postura y que varios botones de esa blusa estaban despasados una teta yacía fuera de su refugio, era grande, erguida y pedía ser devorada.
Me arrodillé ante esa diosa, su cara reflejaba tensión pese a estar dormida, podría haberme inclinado sobre ese soberbio pecho y haber devorado ese pezón pequeñito que se mostraba desafiante ante mí, pero decidí que no era moralmente correcto debido a la situación. Miré con gula y pena esa teta, sabía que mi tía se había operado las tetas hacia algo mas de un año y ver ahora el resultado sin nada que la tapase era una pasada. Con amargura y mucho cuidado puse la tela tapando esa maravilla e intenté cubrirla lo mejor posible. En eso estaba cuando vi su mano posarse sobre la mía con cariño. Miré asustado a mi tía que me observaba agradecida.
—Tía solo intentaba taparte, la explicaba azorado, un pecho tuyo estaba fuera y no quería...
—Shhhh, cariño mío, dijo mi tía acariciando mi cara, lo se y agradezco tu gesto.
Vi como su mentón temblaba y sus ojos se inundaban, para seguidamente echarse a llorar con desesperación abrazándose a mí. Yo me senté y la abracé atrayéndola hacia mí. Dejé que se acurrucase contra mi cuerpo y eso hizo que la manta que la cubría dejase su perfecto cuerpo al descubierto, solo llevaba esa blusa para dormir y una braguitas muy sexys con lacitos rosas. Ella agarró la manta para cubrirse nuevamente y volvió a abrazarse a mí.
—Tía no llores, tranquilízate, es duro, ni me imagino lo que tienes que estar pasando, pero en mi tienes todo el apoyo que necesites.
Mi tía me miro con los ojos rojos y me dio un piquito en los labios. Ese gesto lo hacia muchas veces, al igual que mi madre y no le daba ninguna importancia, pero me ponía como una moto, para que negarlo.
—Mi niño lindo, dijo mi tía con arrobo, me encanta como has crecido y en lo que te has convertido, eres todo un hombre y mi sobrino favorito.
—Bueno tía, dije acariciando su cara cual enamorado, cierto es que soy tu único sobrino, por parte de madre, claro.
Mi tía me miro risueña. En ese momento teníamos una conexión brutal los dos, nos lo decíamos todo con la mirada y las yemas de nuestros dedos. Su mirada tornó triste de nuevo y su mentón volvía a temblar.
—¿Tú también piensas que soy una puta?
Esa pregunta fue como un torpedo a la línea de flotación de ese momento mágico que se había creado entre los dos. Para mi fue una pregunta trampa y debía de ser muy cuidadoso con mi respuesta.
—Yo no soy quien para juzgarte, ni soy quien para encasillarte en una definición de persona. Imagino que tus motivos tendrías para hacer lo que hiciste.
—Esta noche tu prima Noelia me ha avergonzado delante de tu madre y Alba. Me ha llamado puta, y no una vez ni dos, sino muchas veces, y me culpa de mi ligereza moral y de que su vida se ha hecho añicos por mi culpa…y no la culpo. Decía echándose a llorar nuevamente.
La abracé nuevamente, mientras ella se aferraba a mi con toda su fuerza desatando el mar de lágrimas que llevaba dentro. Mi prima Noelia, ¡¡cómo no!! Me limité a acariciar su cabecita y besar su cara para que se serenase. La deje que se desahogase y se tranquilizara y volvió a mirarme y darme un pico, pero este se alargó mucho más, notando sus labios y la humedad de estos.
—No te haces una idea de lo que te puedo querer sobrino, eres un cielo.
—Yo también te quiero mucho tía, mas de lo que imaginas.
—Te quiero contar algo que nadie sabe, solo yo y bueno, si me dejas quiero compartirlo contigo, me quema por dentro, llevo con ello 19 años y quiero que tú también lo sepas.
—¿Yo tía? ¿Por qué?
—Porque eres mi sobrino, el hombre en quien más confío ahora mismo y el que se que nunca me hará daño. Veras, yo no he sido muy lista, algunas personas incluso piensan que soy boba y facilona, pero eso es solo fachada, una fachada que me ha ayudado. Antes de conocer a tu tío estuve con dos novios más, novios con los cuales intimé, de echo uno de ellos, el primero se llevó mi virginidad a los 16 años.
Mi tía se calló mirando a la nada y recordando, esos recuerdos deberían de ser agradables puesto que sonreía.
—A esas edades eres un tanto alocada y sabia lo que provocaba en los hombres, ¡¡AY SOBRINO!! Si me hubieses conocido con 18 añitos, era un dulce, una niña que volvía locos a los hombres. Mi primer novio se volvió muy posesivo y celoso y corté con él, pero al mes ya tenia a un mocetón diez años mayor que yo que me volvió loca.
Si supiese esa mujer lo que provocaba en mí no hablaría en pasado, para mi seguía siendo una diosa que me volvía loco y me provocaba continuamente sin ella saberlo.
—Todo eso pasó, fue mi adolescencia y parte de mi juventud y entonces conocí a tu tío. Me impresionó desde el primer momento por lo atractivo, solo y asustado que se le veía, la gente se burlaba de él, pero a mí me atrajo su sensibilidad y su inteligencia y te juro por lo que mas quiero que en esos momentos ni sabia quien era, ni por supuesto que era millonario eso lo supe mucho después, después de haberme acostado con el varias veces y que nos enamorásemos perdidamente.
Un movimiento atrajo mi atención y vi una sombra al final de la escalera que llevaba a los dormitorios. Supe enseguida que era Noelia aunque no hice nada por que supiese que la había visto. Iba desnuda, con unas tetas preciosas y solo unas braguitas tapaban el tesoro que tendría entre las piernas, estaba follable la mirases por donde la mirases. Aun así mantuve mi postura y solo mis ojos se desviaban para mirarla disimuladamente, mi polla estaba estallándome dentro de los pantalones y me dolía a rabiar, pero no hice nada por "acomodarme".
—Esto que te voy a contar es un tanto violento, pero es parte de la historia. Continuo mi tía. Cuando tu tío eyaculó por primera vez no le quise dar importancia, pero fue muy poca cantidad en comparación con mis dos amantes que se corrían como animales dejándome embarrada. Además su semen era muy aguado mientras que el semen de mis amantes y bueno dijo poniéndose colorada, y de algún otro al que masturbé, era denso, blanco y su olor era intenso.
Mi tía estaba colorada como un tomate. Parece mentira que una mujer tan…tan exuberante y provocativa, tuviese esa vergüenza escondida.
—Supe que tu tío tenía algún problema, fueron muchas las veces que se corrió sobre mi y dentro de mí y mis sospechas se confirmaron al intentar quedarme embarazada. Estuvimos un año entero follando a todas horas y no había manera, fui al ginecólogo y supe que yo no tenía problemas era fértil y por descarte tu tío era el culpable, pero el decírselo, el que supiese que tenia alguna enfermedad que no le permitía tener hijos le dejaría su frágil autoestima por los suelos y eso no lo iba a consentir. Bastante me había costado que creyese en mi y en mi amor por él.
Yo permanecía callado, mirando a mi tía y mirando a mi prima que hacia esfuerzos infructuosos por escuchar lo que hablábamos, exponiéndose más aun y dejándome ver su escultural cuerpo. Además la manta que tapaba a mi tía se había bajado dejando su culo y sus muslos a la vista y era de lo mas morboso, aparte de notar sus tetas aplastadas contra mí, notando su dureza.
—Opté por la peor de las decisiones, una inseminación costaba mucho dinero y mi marido no era tonto, lo descubriría enseguida, así que buscaría un donante que me gustase y follaria con él. El primer candidato fue ese ultimo novio que me volvía loca, sabia donde trabajaba y su horario, así que un día fui y me hice la encontradiza con él. Ya sabes lo típico, que alegría verte, estas estupenda, tomamos un café y a la hora estaba dentro de mi dejándome su simiente. Esos encuentros se alargaron por un par de meses hasta que un test de embarazo y un análisis me confirmó que estaba embarazada.
—¿Y que dijo tu amante, cuando se lo contaste?
—Luismi, no era mi amante, no quiero que utilices esa palabra, prefiero que utilices la de "donante" Pero eso me vino muy bien para terminar la relación con mi donante, cuando le dije que estaba embarazada, salió despavorido y no le he vuelto a ver. Cuando se lo dije a tu tío se puso loco de contento y me trató como a una reina. Reconozco que me sentí fatal conmigo misma por la traición a tu tío, pero todo se olvidó cuando nació Noelia.
—Tía, ¿Te puedo preguntar algo?
—Claro cariño, dime.
—¿Disfrutaste de esos encuentros hasta que te quedaste embarazada?
Mi tía me miro muy seria, pero enseguida su rostro mostró esa picardía de la que hacía gala y sonrió provocadoramente.
—Ummm, a mi sobrino le gustan los detales morbosos, afirmó mi tía. Si cariño, disfrute de todos y cada uno de los encuentros y me encantaba sentir su polla dentro de mi follandome y notando como se corría una y otra vez, me hacia alcanzar unos orgasmos increíbles, además de que me trataba como a una puta y probó todos mis agujeritos.
Jooo…deeer, estaba a nada y menos de correrme imaginado a mi tía en cuatro siendo follada por ese semental, casi veía su culo en pompa y la polla de ese tío entrando y saliendo de ella mientras gritaba sus orgasmos. Un sopapo en mi cara me devolvió a la realidad y vi la mirada seria de mi tía.
—Luismi, céntrate, dijo mi tía algo enfadada. Si disfrute o no es cosa mía, solo nos centraremos en mi objetivo de quedarme embarazada, los detalles escabrosos nos los saltamos, no te estoy contando una película porno
—Lo…lo siento tía, no quería ofenderte.
—Cariño, me estoy sincerando contigo, quiero que entiendas mis razones y el porque lo hice. Y no me ofendes al contrario, me halaga saber que todavía soy capaz de excitar a un jovencito muy guapo, no creas que no siento algo muy duro clavado en mi espalda.
Tierra trágame, mi cara ardía por la vergüenza de sentirme descubierto, mis manos dejaron de abrazarla intentando separarla de mí y de mi permanente erección, aunque ese sopapo y lo que me dijo hizo que mi polla se relajase ligeramente. Mis ojos se fueron hacia la parte alta de la escalera intentando ver a Noelia, pero ya no estaba.
—No seas bobo y no dejes de abrazarme, dijo agarrando mis brazos y haciendo que rodease su cuerpo. No te haces una idea de lo bien que me siento al hablar por fin esto con alguien.
—No quiero que te sientas incomoda, pero entiende que tenerte tan cerca, abrazada y encima contándome esto, pues…pues hace que me excite.
Mi tía me miro con amor, mientras acariciaba mi cara donde momentos antes me había dado un ligero tortazo, se acomodó mejor sentándose encima de mi polla, notaba su culo presionando mi cipote, mientras su cabeza se acomodaba en mi hombro.
—A los dos años de nacer Noelia, tu tío y yo hablamos de tener un segundo bebé, nos pusimos manos a la obra aunque yo sabia que él no me dejaría embarazada. Necesitaba buscar a otra persona que me inseminase y esa fue un monitor de pilates que tenía. Era atractivo, tenía tres hijos y alguna vez le había pillado mirándome de forma descarada mis tetas o mi culo. No me fue difícil quedarme un día a solas con el y seducirle y con este fue más rápido te lo aseguro, un disparo y me dejó embarazada.
—¿Fueron las dos únicas veces que le fuiste infiel? Pregunte con algo de miedo.
—Solo esas dos veces y fue por un fin justificado, quería ser madre y por otra parte no podía dejar que mi marido se viniese abajo, lo conozco y el saber que es estéril lo hubiese matado. Se la imagen que doy, la de zorrón, la de ninfómana, buscona o puta, pero gracias a esta actitud tu tío subió como la espuma en su trabajo y la gente empezó a respetarle. Fueron muchos los hombres tanto jefes como amigos que me dijeron abiertamente que querían follar conmigo, pero por no airear delante de todos sus pretensiones y arruinarles su cómoda y placentera vida, accedieron a mis exigencias, siempre en favor de tu tío.
—Detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer, ¿verdad tía?
Ella solo sonrió amargamente y sus ojos volvieron a inundarse, la abracé contra mi fuertemente y besé infinidad de veces su mejilla mientras susurraba en su oído que se tranquilizase.
—Tía tu no eres ninguna puta, puede ser discutible lo que hiciste en su momento, hay mas alternativas, pero lo hecho, hecho esta, no le des más vueltas. Hiciste lo que creías que era mejor para ti y tu marido en esos momentos, no te martirices.
Nos quedamos abrazados un buen rato mientras mis manos acariciaban el cuerpo de mi tía. Deseaba bajar mi mano y tocar ese culo que me tenia embrujado, meter mi mano entre sus piernas y descubrir el coño de mi tía que de seguro estaría lampiño y jugoso. Mi tía me miró y me besó varias veces en los labios, solo faltaba dejar a nuestras lenguas actuar, pero eso no ocurrió, mi tía se incorporó y se puso en pie dejándome ver su espléndido cuerpo mientras doblaba la manta que la cubría, joder que buena estaba.
—Vámonos a dormir cariño, es tardísimo. Dijo mi tía agarrando mi mano y tirando de mí.
Apagó la luz del salón y encendió la pequeña luz de las escaleras que llevaban a los dormitorios. Subía detrás de ella y veía como su culo, ese culo perfecto se movía provocador a escasos centímetros de mi cara, mi polla volvió a tomar vida y se irguió en el interior de mis pantalones pidiendo libertad y que alguien se ocupase de ella, era de todo punto imposible ocultar la carpa que formaba en mi bragueta.
Mi tía me dejó en la puerta de mi habitación, volvió a abrazarme y besarme los labios con cariño, mientras notaba su pubis pegado a mi erección. Se separó de mi con una gran sonrisa mientras acariciaba mi cara.
—Mi amor me ha encantado hablar contigo de veras, esta noche voy a dormir muy bien y creo, dijo mirando mi paquete con picardía, que deberías de aliviarte para que tú también duermas más relajado. Dijo con una risita seductora.
—Ufffff, que vergüenza tía de verdad perdóname no puedo evitarlo.
—Cariño no te disculpes, esto, dijo señalando el bulto de mi bragueta, es uno de los cumplidos más grandes que puede recibir una mujer, eso me demuestra que te atraigo y que no soy tan vieja.
Al terminar de decir esto volvió a acercarse a mí, agarró mi mano y la llevó a una teta suya mientras me miraba seductoramente y mi mano amasaba con dulzura ese pecho duro, turgente y con un pezón que empezaba a ponerse duro como el diamante. Oí gemir a mi tía suavemente mientras veía una se sus manos meterse entre sus piernas, sus ojos cerrados y mordiéndose su labio inferior en una mueca de placer, me habría quedado toda la noche así pero ella dio por terminado ese pequeño "desliz"
—Seguro que esto te ayudará a aliviarte. Hasta mañana amor, que descanses y de nuevo gracias por escucharme.
La vi desaparecer por el pasillo meneando ese culito que tenia hasta que cerró su puerta. Sobra decir que cuando yo cerré la mía baje mis pantalones y mi ropa interior y me sorprendió ver mi polla como nunca la había visto, mas grande, congestionada y llena de venas, la agarré y un escalofrió recorrió mi espalda, solo un par de movimientos y empezó a escupir semen como una fuente poniendo el suelo perdido. Mi orgasmo fue largo y me dejo temblando con la imagen de mi tía y mi prima, joder ni 24 horas que hacía que estaban en casa y ya estaba así, esto iba a ser muy duro.
Esa noche no dormí muy bien. Mi tía aparecía en mi cabeza continuamente y recordaba nuestra conversación. Tenia que tener control sobre esto por que si no me iba a volver loco. Aunque me había acostado tarde me desperté muy pronto y no me apetecía dormir. Me puse mi ropa de deporte y me fui a correr, eso me ayudaría a poner orden en mi cabeza y evitar de alguna manera el encontrarme con mi tía, estaba tan avergonzado por lo ocurrido que no sabría mirarla a la cara.
CONTINUARA

4 comentarios - Mi tia y primas se mudan a mi casa. Parte 2

robertgrande
Necesito seguir leyendo esta historia, van puntos!!!
Andalaosa14
Buena historia. Presiento que la tercer parte estará de maravilla
toudo123
Muy buena. Espero lo que sigue.